Caricaturas de Barrister (Abogados) en revista inglesa Vanity Fair

domingo, 7 de abril de 2019

363).-Jueces famosos de Francia, y Chile.

 


Buen juez Magnaud (Paul Magnaud)



FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR
Paul Magnaud fue un magistrado y político francés nacido en 20 de mayo de 1848en Bergerac ( Dordogne ) y murió en 27 de julio de 1926 en Saint-Yrieix-la-Perche ( Alto Vienne)
Primero entro a la carrera de abogados, se unió al poder judicial en 1880. Fue juez suplente en Doullens , juez en Montdidier , a continuación, en Senlis y Amiens , y presidente del tribunal civil de Chateau-Thierry entre el 5 de julio de 1887 y 19 de julio 1906, cuando fue elegido diputado por el departamento del Sena. En 1910  se convirtió en juez en  Tribunal de Apelaciones de París.

Libro 


Eel libro "Las sentencias del Magistrado Magnaud", que publicó y comentó su recopilador Henry Leyret. 
Tuve noticia de Paul Magnaud allá por mis años de estudiante de Derecho en universidad Santo Tomas, cuando, a propósito del estado de necesidad, se citaba, como ejemplo clásico del hurto famélico, la sentencia que le hiciera famoso, en la que absolvía a Louise Menard del delito de hurto. 
No fue Magnaud hombre revolucionario ni que se distinguiese por ideas renovadoras o que para obtener los favores de la fama pretendiese dictar resoluciones novedosas. Calladamente, sin estridencias, con una aplicación discreta de la ley, llegó a la presidencia del Tribunal de Château-Tierry, una pequeña ciudad en el Marne, entre Ile de France y Champagne. 
Una mañana del mes de marzo de 1898, Louise Menard es conducida ante Magnaud acusada de hurto. Louise es una joven de 23 años, de rostro redondo y nariz ancha; tiene un hijo de dos años; ambos llevan treinta y seis horas sin comer; desde hace tiempo no tiene trabajo y nadie le presta auxilio; no tiene dinero, así que para comer y dar de comer a su hijo se apodera de un pan en la tienda de un panadero. Ante el juez, ella expresa pesadumbre por su acción; sus ojos, de natural risueños, están nublados por la incertidumbre. Todos esperan la condena; más de uno evoca a Jean Valjean, personaje de "Los Miserables", dura e inhumanamente condenado por un robo de pan para alimentar a sus hijos. Magnaud dicta sentencia absolutoria; en ella se lamenta de que en una sociedad bien organizada una madre de familia no pueda encontrar pan para su hijo de otro modo que cometiendo una falta; por ello, razona, cuando se presenta una situación como la de Louise Menard, el juez puede y debe interpretar humanamente los inflexibles preceptos de la ley. Magnaud aprecia en la acusada la eximente de actuar violentada por una fuerza a la cual no se ha podido resistir (art. 64 del Código Penal francés) y absuelve a la desventurada madre porque ha actuado bajo el irresistible impulso del hambre, acuciada por la imperiosa necesidad de procurarse, para ella y su hijo, un alimento de primera necesidad.
La sentencia salta a las páginas de los periódicos y la polémica se desata. Despierta partidarios y detractores, tanto en el pueblo como entre juristas. Magnaud –que desde entonces, será para sus conciudadanos "el buen juez"- irrumpe como un elefante en una cacharrería en pleno auge de la escuela de la exégesis, dominada por una concepción puramente formal de la norma, fría y estricta consecuencia del proceso legislativo, inflexible y acromática; inoculaba humanidad en la interpretación de la ley y el efecto era que, inflamadas sus sentencias de sentido común y compasión, llegaba a resultados distintos de los previstos y queridos por el legislador. 
Unos elogiaron la sensibilidad de la sentencia de Magnaud, su intuición de lo que es justo en los casos de estado de necesidad. Para otros, sin embargo, fue infractor de la ley, en cuya aplicación se habría excedido por causa de un errado entendimiento de la función del juez.
Con todo, el buen juez se cuidó de diferenciar aquellos otros casos en los que el hambre no justificaba el delito y condenó cuando no había razón para la excusa. Magnaud era consciente de la existencia de una laguna legal que le había llevado a interpretar extensivamente el art. 64 del Código Penal francés, referido a supuestos de fuerza irresistible y no de estado de necesidad; por eso, en 1899 solicitó de la Cámara de los Diputados la específica previsión de la impunidad del hurto famélico. 
En otra ocasión absuelve también al joven Chiabrando condenado por mendicidad, por aquel entonces actividad punible. La sociedad, dice Magnaud, cuyo primer deber es venir en ayuda de los menesterosos y desgraciados, está moralmente impedida para aplicar contra uno de ellos una ley dictada por ella misma, porque haciendo lo que le concierne, puede impedir que se produzca el hecho por el que reprueba hoy al procesado. Por ello, reprocha al Estado que se vuelva contra el menesteroso si antes no se ha ocupado de que no los haya. 
La mirada de Magnaud no se detiene en la letra escueta y aislada del precepto; va más allá, y en la otra orilla de las palabras de la ley encuentra al indigente, producto y víctima de un sistema injusto al que quiere redimir con la aplastante lógica de la justicia y la equidad.
Algunos han presentado a Magnaud como precursor del movimiento del derecho libre, contrario a una interpretación academicista de la norma y a un modelo de juez como alto funcionario gubernativo limitado a una fría y maquinal labor de subsunciones. Tal vez sea más acertado emparentarlo con quienes, dentro de aquella escuela, percibían un profundo cisma, una radical ablación entre pueblo y derecho necesitada de un elemento integrador que Magnaud habría encontrado en la interpretación humanitaria del ordenamiento.
Latía en el fondo de la polémica sobre Magnaud el permanente debate sobre el arbitrio judicial en la aplicación del derecho, la polémica acerca de la esencia de la función de juzgar y, en fin, el marco y jerarquía de referencias normativas que el juez debe tener en cuenta. Pero, al margen de la polémica doctrinal, allí queda, en un rincón de la historia judicial, la voz de un juez singular, valiente, justo y compasivo con los desheredados que propugnó una interpretación humana de la ley, un juez que proclamó que la clemencia tiene, en ocasiones, una eficacia reeducadora tan poderosa como la severidad misma.



Juan Guzmán Tapia



FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR


Juan Salvador Guzmán Tapia (San Salvador, El Salvador; 22 de abril de 1939-22 de enero de 2021) fue un abogado y juez chileno.

Hijo del poeta y diplomático Juan Guzmán Cruchaga y de Raquel Tapia Caballero, es sobrino del pianista Arnaldo Tapia Caballero. Nació en El Salvador, donde su padre se encontraba desempeñando labores diplomáticas; irónicamente su padrino fue el dictador salvadoreño Maximiliano Hernández Martínez.
Desde temprana edad pudo conocer en persona a algunos de los más destacados escritores e intelectuales latinoamericanos y europeos del siglo XX, tales como Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez, Saint-John Perse, Eduardo Zamacois, Germán Arciniegas, Hernán Díaz Arrieta (Alone), Benjamín Subercaseaux, Daniel de la Vega, Jorge Rojas y Hugo Lindo, entre muchos otros. Pasó su infancia en Colombia (1941-43), Venezuela (1948) y Estados Unidos (1943-48 y 1949-51). En 1951 volvió a Chile y dos años más tarde se estableció en Argentina.

Regresó a su país para estudiar en el Saint George's College y se graduó en Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1965. En 1967 obtuvo una beca para estudiar Filosofía del Derecho en París. En 1968 fue testigo directo de los acontecimientos del mayo francés y conoció a Inés Watine, hija de un antiguo miembro de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, con quien casó en 1970 y tuvo dos hijas.
En marzo de ese año partió a Estados Unidos para trabajar como consejero financiero en un banco de San Francisco y el 30 de agosto retornó a Chile para trabajar como juez en Panguipulli. Su fluidez en el francés le permitió en 1971 obtener un pequeño papel en Estado de sitio, película de Costa-Gavras rodada en Chile, pero ambientada en Uruguay, que denuncia la intervención de Estados Unidos en Latinoamérica durante las décadas de 1960 y 1970, y el apoyo de la CIA a las dictaduras militares que proliferaron en el continente durante la Guerra Fría.
En 1974 se desempeñó como juez en Santiago de Chile. En 1983 fue trasladado a la Corte de Apelaciones de Talca, de la cual fue presidente en 1986. En 1989 fue designado a la Corte de Apelaciones de Santiago, donde fue miembro de la Corte Marcialde Ejercito, Fuerza Aérea y Carabineros, hasta el retorno de la democracia (1990).
El 12 de enero de 1998 fue designado juez titular para investigar varias querellas contra Pinochet por homicidio, en el contexto de la  denominada «Operación Caravana de la Muerte» (septiembre de 1973). El 16 de octubre de ese mismo año, Pinochet fue arrestado en una clínica de Londres, lo que dio inicio a un proceso judicial que sólo terminaría tras la muerte del dictador en 2006.
Entre 1999 y 2004 encabezó numerosas exhumaciones de restos de detenidos desaparecidos, a raíz de los cuales creó la figura del «secuestro permanente». En 2000 logró el desafuero de Pinochet (en su calidad de senador designado y vitalicio) en el marco de 19 delitos de secuestro permanente, a los que se sumaron otros 57 casos de homicidio y éste fue procesado. Sin embargo, la Corte de Apelaciones dejó sin efecto el procesamiento al acoger un recurso de amparo de la defensa. En 2001 se abrió un nuevo proceso contra Pinochet, que fue sobreseído definitivamente por motivos de salud (fallo confirmado en 2002).
Guzmán se retiró en 2005 y ese mismo año publicó sus memorias Au bord du monde. Les Mémoires du juge de Pinochet (En el borde del mundo: Memorias del juez que procesó a Pinochet). 
Hasta marzo de 2008 se desempeñó como decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Central de Chile. También fue director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Central de Chile, entidad que él mismo fundó.
Otras obras suyas son La sentencia (1996) y Código de ética profesional del abogado (1998). 

En 2009 se presentó como candidato a senador independiente por la V Región Costa, sin éxito.



Sergio Manuel Muñoz Gajardo.




Sergio Manuel Muñoz Gajardo (Villa Alegre, 10 de febrero de 1957) es un abogado y un ex juez chileno fue Ministro de la Corte Suprema de Justicia, de la que fue destituido con fecha 16 de octubre de 2024 por la causal de notable abandono de deberes. Ejerció como presidente del máximo tribunal en el bienio 2014-2015. Bastante conocido por la complejidad y el carácter mediático de los asuntos que le ha correspondido manejar. Fue presidente del Tribunal Electoral del periodo 2008-2012.

Biografía

Realizó sus estudios secundarios en el Internado Nacional Barros Arana de la capital, desde allí ingresa a la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Fue presidente del Departamento de Bienestar Social del Centro de Alumnos de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, durante el año 1978 y el primer semestre de 1979. En ese rol fue el autor del reglamento y creador del programa de entrega de beneficios a los alumnos de dicha escuela, llevado a cabo por el Departamento de Bienestar Social de su gestión.
Se tituló en 1980 con la tesis de La casación en el fondo, de oficio, en materia civil.
Ha sido profesor de diversos cursos del Programa de Formación, Perfeccionamiento y Habilitación para el cargo de Ministro, impartidos por la Academia Judicial desde el año 1999 a la fecha.

Carrera judicial

Ingresó al Poder Judicial en 1982, en el 3° Juzgado del Crimen de Valparaíso (como oficial segundo). Luego se desempeñó como Juez Suplente en el Juzgado de Letras de Putaendo y de Los Andes hasta el 1 de marzo de 1988. Designado Relator Interino de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, hasta el 19 de diciembre de 1989 cuando es trasladado a la capital como Relator Titular de la Corte de Apelaciones de San Miguel, permanece en aquel puesto hasta el 15 de julio de 1994 cuando es designado como Juez Titular del Duodécimo Juzgado del Crimen de Santiago hasta el 1 de marzo de 1996 en que asciende a Relator Titular de la Corte Suprema, que le permitió ser declarado Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago el 19 de diciembre de 1998.
Estuvo en sus manos —en calidad de ministro en visita​— la investigación del homicidio del dirigente sindical Tucapel Jiménez, asesinado alevosamente por organismos de la dictadura militar (1973-1990). Este proceso le permitió dictar 12 condenas y cuatro absoluciones, y le valió ganarse un prestigio de serio y acucioso en sus tareas profesionales. En efecto, en poco más de un año pudo resolver este complicado asunto judicial, que se había mantenido prácticamente estancado durante los 17 años en que estuvo a cargo del Ministro Sergio Valenzuela Patiño.

Con posterioridad, le correspondió investigar otros casos de violaciones a los derechos humanos, tales como los procesos contra la supuesta red de pedofilia en la que estaba involucrado el empresario Claudio Spiniak y el escándalo de las cuentas secretas de Augusto Pinochet en el Banco Riggs de Nueva York.
Su labor le valió que el Presidente de la República Ricardo Lagos lo designare el día 13 de septiembre de 2005 como ministro de la Corte Suprema de Justicia hasta el 10 de febrero de 2032, fecha de su jubilación. Tras la aprobación por amplia mayoría en el Senado, juró ante el Pleno de Ministros de la Corte Suprema de Justicia el 18 de octubre de 2005, ante la ovación de sus ex-colegas de la Corte de Apelaciones, familiares y amigos.
El 2008 es designado por Poder Judicial como Ministro del Tribunal Calificador de Elecciones, siendo electo como Presidente del mismo hasta el 2012.
El 18 de diciembre de 2013 fue elegido presidente de la Corte Suprema, asumiendo el 6 de enero de 2014. Su periodo finalizó el 6 de enero de 2016, siendo sucedido por Hugo Dolmestch.

El 16 de octubre del 2024, fue destituido por el Senado de Chile por Notable Abandono de Deberes, al haber fallado una causa en que su hija tenía interés directo y por haber omitido informar que su hija (jueza de garantía) durante la pandemia, estuvo ejerciendo judicatura fuera de Chile, pese a haber declarado que vivía con él.

Nota periodista.
Los casos y el estilo del destituido juez Sergio Muñoz que marcaron por casi tres décadas a la justicia chilena.

El Senado visó este miércoles la acusación constitucional en su contra impulsada por la derecha y resistida por la izquierda. El resultado puso fin a la carrera del influyente magistrado de la Corte Suprema.

Ana María Sanhueza
 17 OCT 2024 -

Como si fuera su tercer apellido, la palabra ‘influyente’ ha acompañado a Sergio Muñoz Gajardo (67) por los casi veinte años que el juez cumpliría en 2025 en la Corte Suprema chilena, donde marcó un estilo de trabajo y una jurisprudencia, controvertida para algunos e innovadora y progresista para otros, desde que en el 2005 llegó a integrar el máximo tribunal, la mayor parte de ellos como presidente de la sala constitucional. Ese año, el mandatario socialista Ricardo Lagos (2000-2006) lo nominó para su ascenso —venía de la Corte de Apelaciones de Santiago— y el Senado ratificó su designación.

El destino de Muñoz, a quien previo a su destitución este miércoles en el Senado le restaban ocho años en el Poder Judicial, cambió sorpresivamente cuando el 9 de septiembre Chile Vamos, el conglomerado de la derecha tradicional, anunció una acusación constitucional en su contra, y que concretó días después. La ligó al mismo libelo de la entonces magistrada Ángela Vivanco, pese a que los hechos que le imputaron a cada uno no tenían relación entre sí, lo generó un fuerte debate jurídico y político en Chile. Mientras Vivanco ha sido imputada por su involucramiento directo en el escándalo del caso Audios (fue removida por sus pares de la Suprema la semana pasada e inhabilitada por el Senado), al magistrado le cargaron dos hechos de 2022, que fueron reflotados dos años después.

Sergio Muñoz, que ha negado las imputaciones, ha sido acusado por Chile Vamos de anticipar un fallo a su hija Graciel Muñoz, también jueza, de una causa que tramitaba la sala constitucional de la Suprema sobre un proyecto inmobiliario en el que ella tenía interés patrimonial, y no manifestar él su inhabilidad en esa causa. El segundo cargo también se relaciona con su hija: le achacaron haber omitido denunciar su falta disciplinaria cuando ella, durante la pandemia, dirigió audiencias judiciales telemáticas desde Italia, lo que implica que ejerció fuera de la jurisdicción chilena.
La exoneración de Muñoz votada por el Senado ha puesto punto final a un estilo de trabajo y una jurisprudencia en la sala constitucional. Su salida también ha reconfigurado la integración, y probablemente el criterio de este tribunal, que desde ahora solo cuenta con tres de sus cinco jueces, y la próxima semana perderá a un cuarto, pues el magistrado Mario Carroza ha pedido un cambio a la sala civil.
Muñoz era parte del Poder Judicial hace 42 años, pero llevaba casi tres décadas ocupando altos cargos, tanto en la Corte de Apelaciones de Santiago como en la Suprema, primero como relator, en 1996, y luego como ministro, hasta su destitución por “notable abandono de deberes”.

Su discusión con el temido auditor militar.

Muñoz empezó su carrera desde abajo en el Poder Judicial, como oficial primero de un tribunal en 1982. En 1994 fue juez del crimen en Santiago y en 1996 relator de la Corte Suprema, un cargo que implica estudiar las causas para luego explicarlas y contarlas a los ministros antes de fallar.

En una ocasión, en los años noventa, cuando el poder militar estaba incrustado en la Corte Suprema, Muñoz, conocido por su carácter fuerte, protagonizó un roce con Fernando Torres Silva, el entonces auditor general del Ejército que integraba el máximo tribunal y que con su voto impedía que avanzaran las causas de violaciones a los derechos humanos. Precisamente, por uno de esos casos es que Muñoz, entonces un joven relator, lo increpó.
Durante la dictadura (1973-1990), Torres Silva era un fiscal militar tan temido como poderoso, considerado el brazo legal de Augusto Pinochet. Años después, ambos se volverían a encontrar, pero cuando Muñoz era ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago y estaba a cargo de la investigación del crimen del dirigente sindical Tucapale Jiménez, asesinado en 1982 por la policía secreta de Pinochet: a Torres lo procesó como encubridor.

La confesión del asesino de Tucapel Jiménez

En 1999, cuando llevaba pocos meses como ministro de la Corte de Apelaciones, la Suprema encargó a Muñoz investigar el crimen del importante dirigente sindical, y opositor a la dictadura, Tucapel Jiménez, que por 17 años estuvo en manos de otro juez sin lograr avances. En dos años, el magistrado desentrañó el asesinato y consiguió la confesión del agente Carlos Hererra Jiménez, lo que provocó un efecto dominó en las futuras condenas de otros integrantes de la policía secreta de Pinochet.
En pararelo, esclareció el asesinato en Valparaíso, en 1983, del carpintero Juan Alegría Mundaca, cuyo crimen fue cometido por los agentes de Pinochet para encubir el homcidio de Tucapel Jiménez: montaron una operación, simulando su suicidio, para inculparlo de matar al dirigente sindical. El obrero, admitió al juez Herrera Jiménez, uno su asesinos, fue elegido como víctima porque era un hombre pobre: pensaron que nadie se ocuparía de esclarecer su asesinato.
Muñoz también tuvo en sus manos el caso de las cuentas bancarias de Pinochet en el caso Riggs, donde llamó a declarar a la familia del dictador.

Spiniak y el testimonio de Gemita Bueno.

En noviembre de 2003, Muñoz fue nombrado por la Corte Suprema, cuando todavía era juez de la Corte de Apelaciones de la capital chilena, para investigar las denuncias por abusos sexuales del empresario Claudio Sipinak. El caso es recordado en Chile como uno de los mayores escándalos de esa década, pues contenía una arista es que se acusaba a cinco políticos de ser parte de la red de esos delitos.
El juez fue nombrado cuando el caso ardía de especulaciones y rumores tanto en la prensa como en los pasillos del Congreso y de los tribunales, y ya había pasado por la manos de dos magistrados. Tras leer los expedientes, Muñoz se dio cuenta que había que hacer todo nuevo, y volver a interrogar a los cientos de testigos. Entre ellos a Gemita Bueno, una joven de entonces 20 años, que vivía en el hogar de un sacerdote (José Luis Artiagoitía) y que aseguraba haber sido abusada por Jovino Novoa, un senador de la derecha tradicional que falleció en 2021.
Bueno aseguraba además haber estado secuestrada por más de un año en la casa de Spiniak, en El Arrayán, en el sector oriente de Santiago. El juez resolvió el puzzle casi un año más tarde, cuando procesó y luego condenó a Bueno y al sacerdote por falso testimonio por el caso de Novoa. Lo hizo después de que pidió a un policía que reconstruyera la vida de la joven, quien determinó que en los meses en que decía haber estado encerrada, vivía fuera de Santiago.
Bueno confesó a dos diarios, a La Tercera y a The Clinic, que había mentido. Ante Muñoz también lo hizo pocos días después, cuando el juez ya tenía las pruebas sobre la mesa. Así, en una semana, la joven admitió tres veces haber mentido.

El más joven de la Suprema.

Por su papel como investigador, en 2005 el presidente Ricardo Lagos propuso a Sergio Muñoz para integrar la Corte Suprema. La nominación sorprendió, más que por su nombre pues había ganado prestigio por el esclarecimiento de varios casos, por su edad: tenía 48 años, mientras que la mayoría de los jueces del máximo tribunal bordeaban los 60 y 70 años.
Al llegar a la Corte Suprema integró tanto la sala penal como la constitucional y, entre 2013 y 2015, fue presidente de la Corte Suprema, donde realizó varias modificaciones en el Poder Judicial, entre ellas, el proceso de digitalización.

“Interpretar el derecho es un arte”

En la Corte Suprema, como presidente de la sala constitucional, varios de los fallos que Muñoz emitió, junto a los demás integrantes, comenzaron a hacer ruido. Centros de pensamiento de derecha criticaron algunas de las sentencias, entre ellas una de 2012, cuando fue paralizada, por unanimidad, la construcción de la Central Castilla, el segundo mayor proyecto del país. Luego se sumaron otras resoluciones, y empezaron a crecer las críticas de que su estilo se acercaba al activismo judicial.
En 2014, en una entrevista que concedió a la revista Qué Pasa cuando era presidente de la Suprema, fue consultado respecto de su estilo y sobre qué pensaba del “llamado activismo judicial”. Muñoz respondió:
“Hace mucho tiempo que la escuela de la exégesis, que es interpretar artículo por artículo, dejó de ver la luz. Hoy estamos en un modelo crítico de interpretación de la legislación, racional, ponderado. Y por lo mismo, es más amplio que interpretar una disposición específica, a lo cual se suma que uno utiliza todas las fuentes del derecho. No usa única y exclusivamente el texto absoluto de la ley, sino con sus principios, con su historia, con lo que han dicho la doctrina y la jurisprudencia. Son muchas cosas las que están en la aplicación de la ley”.
Y agregó:
  “Es que esto es igual que la pintura. Antes era rupestre, luego en doble plano. Después se fue creando la perspectiva. Posteriormente nacieron otras formas, como el realismo, el cubismo. Después pasa que usted es la concepción de la figura y no necesariamente de una forma. Esto es igual. Es una interpretación. Porque interpretar el derecho es un arte, no es una ciencia”.

Los fallos de la sala constitucional.

En la sala constitucional, que Muñoz presidió por más de una década, se emitieron varios fallos que han dado dolores de cabeza a autoridades de distintos gobiernos y a empresarios. Algunos de ellos, incómodos, son los que aplaude el progresismo chileno, y han sido una de las razones por las que la izquierda criticó que Chile Vamos presentara la acusación en su contra, que terminó con su destitución.
A partir de 2017, esta sala comenzó a correr la barrera del derecho a la salud en sentencias que obligaban al Estado, y también a las isapres, las aseguradoras privadas de salud, a costear millonarios medicamentos que no tenían cobertura, fallando en favor de los pacientes con el argumento de que primero está el derecho a la vida. Estas resoluciones, que suelen generan debate jurídico y decenas de cartas en las páginas editoriales de la prensa chilena, sentaron jurisprudencia.
Otro fallo que marcó un hito en Chile fue en 2019, cuando el tribunal cuando acogió nueve recursos de protección en favor de los habitantes de los municipios de Quintero y Puchuncaví, en la Región de Valparaíso, tras una serie de episodios de contaminación. Y dio un plazo de un año al Gobierno para determinar “las medidas necesarias para evitar la reiteración de eventos de contaminación”. Y, dos años después, en 2021, durante la pandemia, la sala emitió una sentencia en la que consideró que el derecho al agua era “un derecho humano”, de acuerdo con los tratados internacionales.
Y en 2022, tras fallar por más de una década en contra de las isapres, luego que sus afilados presentaron miles de recursos de protección por el alza unilateral de sus planes de salud, la sala constitucional dio un golpe final, y ordenó a las aseguradores que devolvieran todos los cobros en exceso, tanto a quienes recurrieron a la justicia como a quienes no lo hicieron. La sentencia, junto a una segunda resolución por la aplicación de las tablas de riesgo, provocó un terremoto jurídico, y obligó al Gobierno del presidente Gabriel Boric impulsar un proyecto de ley, que se aprobó en mayo.

Ex supremo Sergio Muñoz inicia práctica privada

Ex supremo Sergio Muñoz inicia práctica privada
El exmiembro de la Corte Suprema de Chile ejercerá como consultor externo de HJMC Abogados.

 Equipo Idealex.press - 30 julio, 2025

Tándem Abogados ha pasado a llamarse oficialmente HJMC Abogados luego de 3 años en el mercado. A su vez, la firma incorpora a sus líneas a Sergio Muñoz Gajardo (68) como consultor externo de la firma.
Sergio Muñoz es licenciado en ciencias jurídicas por la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso. Ingresó al Poder Judicial de Chile en 1982, en el 3.º Juzgado del Crimen de Valparaíso y fue ministro, así como presidente, de la Corte Suprema de Chile.
Hoy continúan liderando HJMC Abogados: Vanesa Jabbaz Rosenbaum y Nadeska Mestre Bastías, socias en las áreas de derecho civil y derecho de familia. Felipe Cañón Parra y Daniel Hasson Kalkstein, socios a cargo del área penal y otras materias litigiosas.
Puede conocer más en el nuevo sitio web de la firma, donde encontrarán información actualizada sobre sus servicios, equipo y canales de contacto. Sus oficinas se encuentran ubicadas en: Av. Alonso de Córdova 5710, Oficina 1001, Las Condes, Santiago.



 Verónica Sabaj Escudero.





Verónica Sabaj es una abogada egresó de la Universidad Alfonso Ibáñez y en el 2000 comenzó una carrera que escaló rápidamente. Nació en San Felipe el 9 de octubre de 1973.

Inició su carrera en el servicio público el año 2000 en el 1° Juzgado de Letras de San Felipe. En 2002 ingresó al Poder Judicial, como secretaria del 3° Juzgado del Crimen de Santiago. En 2005, a sus 29 años se convirtió en la mujer más joven en ser nombrada jueza del 9° Juzgado de Garantía, designada por el presidente de turno, Ricardo Lagos.
Desde enero de 2007 se desempeñó como jueza del Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago. En esa función le tocó asumir en más de una ocasión como ministra suplente interina de la Corte de Santiago. Ese fue el último cargo que tuvo antes de asumir como ministra de la Corte de Apelaciones
En el 2005, con 29 años, fue la mujer más joven en convertirse en jueza del 9° Juzgado de Garantía de Santiago, nombrada por Ricardo Lagos. Dentro de su trayectoria investigó el caso Zacarach por la red de pedofilia Paidos.
En mayo del 2020, fue designada ministra de la Corte de Santiago. 

Zacarach y fallo plagiado. Mientras trabajaba en el Tercer Juzgado del Crimen, como jueza suplente, estuvo detrás de la investigación a Rafael Maureira Trujillo —alias Zacarach—, quien lideraba la red de pornografía infantil Paidos. Maureira fue detenido en mayo de 2002 tras ser acusado de haber violado a un menor de nueve años en Cartagena en 2001 y de distribuir material pornográfico.
  • Sabaj tomó declaración a Zacarach, quien entregó detalles de la red Paidos y aseguró que actuaba junto a otras personas chilenas y extranjeras. La magistrada lideró las diligencias en que otros tres integrantes del grupo resultaron detenidos y fueron interrogados. En diciembre de 2008, tras fugarse a Brasil, la justicia chilena condenó a Maureira a cadena perpetua.
  • En 2013, Verónica Sabaj fue cuestionada por haber hecho copy paste a una sentencia realizada por ella misma en un caso de abuso sexual. La defensa del acusado presentó un recurso de nulidad al darse cuenta del hecho y la Corte de Apelaciones optó por anular el fallo.
  • Ese mismo año, la jueza acusó que fue hostigada por una banda de asaltantes de bancos llamada “Los Fantasmas” a la salida de sus funciones en el Centro de Justicia.
  • En noviembre de 2024, el Poder Judicial la premió por un fallo realizado en 2023 junto a los ministros Rodrigo Asenjo y Graciela Gómez en el caso de una mujer víctima de prisión política y tortura física y sexual durante la dictadura.

Corte Suprema remueve a ministra de la Corte de Santiago Verónica Sabaj Escudero.
10-septiembre-2025

La decisión del máximo tribunal señala:
 "se declara que la señora Verónica Sabaj Escudero no ha tenido un buen comportamiento en el ejercicio de sus funciones y, en consecuencia, se acuerda a la remoción de su cargo como ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago.”
La Corte Suprema acordó la remoción de la ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, Verónica Sabaj Escudero, por considerar que “no ha tenido buen comportamiento en el ejercicio de sus funciones”.

El Pleno del máximo tribunal se reunió hoy – 10 de septiembre de 2025- para analizar el cuaderno de remoción y escuchar los alegatos de la defensa de la ministra y luego de la deliberación de rigor la vocera de la Corte Suprema, María Soledad Melo Labra, dio a conocer el veredicto que acuerda la remoción de la magistrada.

El texto señala:

“Primero:  Que es necesario consignar que el asunto sometido a conocimiento de esta Corte se suprima, consiste en revisar la concurrencia del presupuesto fáctico del artículo 80 de la Constitución Política de la República, esto es, la existencia de un mal comportamiento.

Segundo:  Que la inamovilidad de los jueces obedece a la necesidad de proteger la independencia interna y externa de la magistratura, prerrogativa que no puede entenderse en términos absolutos, siendo posible la remoción en aquellos casos especialmente previsto por la Constitución y las leyes. En efecto, el artículo antes citado recoge este principio y, a su vez ,permite que la Corte Suprema pueda declarar que un juez no ha tenido buen comportamiento, ya sea por requerimiento del Presidente de la República, a solicitud de parte interesada o de oficio, y, previo informe del inculpado, acordar su remoción por la mayoría del total de sus componentes.

En uso de esta facultad, el 22 de enero del año en curso, se inició un cuaderno de remoción respecto de la ministra señora Verónica Sabaj Escudero, cuyo conocimiento se difirió hasta el término de la investigación disciplinaria seguida en su contra, procedimiento que culminó con la sentencia de esta Corte Suprema, de fecha 26 de agosto de la actual, que confirmó la medida disciplinaria impuesta de cuatro meses de suspensión.

Tercero: Que, para los efectos de revisar la concurrencia de los presupuestos fácticos del artículo 80 de la Constitución Política de la República, esto es, un mal comportamiento, constan en autos los antecedentes de la investigación disciplinaria incoada en contra de la ministra señora Sabaj Escudero y que fueron agregados a este cuaderno, los que consignan los hechos que se dieron por establecidos y los cargos formulados en su contra, los que en síntesis consisten en:  a) la transgresión del deber de propiedad que rige a todo integrante del poder judicial al haber vulnerado la ministra la obligación de privacidad de los acuerdos adoptados; b) haber traspasado información referida a la supuesta tendencia política de ministros y abogados integrantes previo a la resolución de un asunto; c) sugerido a un abogado de la plaza la estrategia procesal a emplear;  y d) otras conductas reprochadas que quedaron consignadas en la aludida resolución.

En dicha instancia se determinó que las conductas reprochadas revelan un quebrantamiento de los artículos 81, 320 y 544 N° 2 del Código Orgánico de Tribunales, artículos 1 y 2 de la Ley N° 20.880 y otros preceptos del Código Iberoamericano de Ética Judicial, razón por la que se consideró necesario imponer la medida disciplinaria de suspensión de funciones por cuatro meses.

Cuarto: Que con el cúmulo de los antecedentes reunidos es posible determinar y concluir que la ministra señora Verónica Cecilia Sabaj Escudero incurrió en un comportamiento que afecta los principios de independencia, probidad, integridad y transparencia que rigen a los miembros de la magistratura y que ,desde luego, priman por sobre su derecho a la inamovilidad, al haber incurrido en un mal comportamiento que atenta contra las bases de un Estado Democrático de Derecho, descartándose las alegaciones de la defensa en los términos que se desarrollarán en el fallo.

Y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 80 de la Constitución Política de la República, se declara que la señora Verónica Sabaj Escudero no ha tenido un buen comportamiento en el ejercicio de sus funciones y, en consecuencia, se acuerda a la remoción de su cargo como ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago.”

La ministra de corte de Santiago, doña Verónica Sabaj Escudero, tuvo una carrera corta de 25 años en el poder judicial, ascendió rápidamente, aprovechando el reclutamiento de la reforma procesal penal, como una juez de la nueva Justicia oral; tuvo buenos contactos políticos a través de  operadores judiciales como el abogado Hermosilla, pero se inclino a los malos hábitos, el cohecho y la prevaricación, termino su carrera judicial antes de los 50 años; va ser recordada como uno de los malos Jueces de la Republica, con pésima reputación profesional y ética. No transito  en el camino  de la justicia, y el sendero de la Virtud, tomo un atajo, que la destruyo como persona y mujer.


Antonio Mauricio Ulloa Márquez




Antonio Mauricio Ulloa Márquez, nació en Calama en 1964. Estudió derecho en la Universidad Católica y comenzó su carrera en el Poder Judicial como oficial tercero del Cuarto Juzgado del Trabajo de Santiago, en 1989.

En 1995 fue nombrado secretario del Vigésimo Noveno Juzgado del Crimen de la capital, después relator de la Corte de Apelaciones de Santiago, donde estuvo una década.
En 2003 se transformó en el primer juez del Séptimo Juzgado de Garantía de la capital y dos años más tarde, en juez del Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.
Entre 2009 y 2011 fue relator interino de la Corte Suprema y el 26 de noviembre de 2012 fue escogido ministro de la Corte de Apelaciones de Copiapó, durante la primera administración de Piñera.
En 2016 intentó sin éxito pasar a la Corte de Apelaciones de Santiago, lo que sólo consiguió en abril de 2021. Ulloa dijo a Ciper que “desde el primer intento de llegar a la corte en Santiago que tengo conversaciones con él (Hermosilla), como tengo con muchas personas (…). El año 2021 me incluyeron en otra terna, y ahí me nombraron, ya casi terminando el gobierno del Presidente Piñera. Y ahí también me ayudó Luis”.
Enfrentó una investigación sumaria en 2022 junto al juez Daniel Urrutia. Esto, porque ambos magistrados difundieron sus opciones políticas con miras al plebiscito para una nueva Constitución. Urrutia estaba a favor del ‘Apruebo’ y Ulloa del ‘Rechazo’.
Era muy cercano a la removida magistrada Ángela Vivanco, quien fue su profesora en la UC.

Nota periodista.

Todos los hombres de Ulloa: la red de fiscales, jueces y notarios del indagado ministro de Santiago
Miércoles 02 julio de 2025

Saltando antecedentes técnicos en su contra, faltas disciplinarias e incluso las mismas leyes, el ministro de la Corte de Santiago Antonio Ulloa ayudó a promover a una serie de funcionarios en el Poder Judicial con los que mantenía distintos grados de cercanía. Entre la red de beneficiados se encuentran un juez de Policía Local que chocó bajo la influencia del alcohol e intentó pasar desapercibido, un notario "papito corazón" y una jueza que fue sancionada por presionar a menores para que denunciaran a sus padres. Por si eso fuera poco, la participación de Ulloa en una sociedad en la que comparte con un ex gobernador provincial y un juez de Copiapó plantea dudas sobre su imparcialidad en una serie de causas en las que no se recusó. Aun así, estos antecedentes no están entre los cargos del sumario que podría poner fin a la carrera del ministro "amigo de todos".
Un laberinto, una telaraña: una red de personajes que van desde Luis Hermosilla hasta las más altas esferas del Poder Judicial. El entramado que montó el ministro Antonio Ulloa se puede ver desde distintas perspectivas, pero desde cualquiera de ellas no deja de sorprender su extensión.
Trabajando en coordinación con el propio Hermosilla durante la última administración de Sebastián Piñera, el magistrado fue parte de la estrategia de ese Gobierno para elevar jueces que fueran afines a sus principios.

Pero esa es sólo la punta del iceberg. La Unidad de Investigación de BioBioChile analizó decenas de nombramientos y antecedentes sumariales que develan la real influencia de Ulloa: ayudó a ascender a cercanos de la Asociación de Magistrados, favoreció a jueces y a un notario de cuestionada reputación y contribuyó a promociones ilegales al interior del Poder Judicial.
Por si fuera poco, su participación en una sociedad limitada plantea dudas respecto de su objetividad. Impartió “justicia” en causas que involucraban directamente a dos de sus socios, un juez de Copiapó y un ex gobernador provincial.
Ninguno de estos antecedentes forman —hasta ahora— parte de los cargos en el proceso administrativo que podría terminar con su remoción de la magistratura.

El amigo de todos

Cuando en abril de 2021 Antonio Mauricio Ulloa Márquez se despidió de la Corte de Apelaciones de Copiapó, valoró sus ocho años ahí como los mejores de su carrera: “He conocido personas maravillosas. Y lo digo con sinceridad: lo que más extrañaré son las excelentes relaciones humanas que siempre han existido, la calidez de los ministros, de los funcionarios, de la administración”.
De 60 años, divorciado y con tres hijos, durante sus tres décadas y media en el tercer poder del Estado, Ulloa se ha granjeado fama de ser —aparte de un sentenciador más que competente— una persona cercana.
Siempre activo en la Asociación de Magistrados y en las fiestas del Poder Judicial, su afabilidad es hoy una de las principales excusas que dan fuera de micrófonos quienes lo conocen para las decenas de designaciones con las que está relacionado.
Tras haber pasado las primeras etapas de su carrera como juez en la región Metropolitana, Ulloa llegó a ministro en 2012, con su promoción a la corte de la región de Atacama.

—En Copiapó todos le rendían pleitesía —recuerda una funcionaria de la zona fuera de micrófono.

Fue en ese lugar donde pudo por primera vez votar en la selección de jueces y fiscales regionales. También tuvo voz y voto en sumarios.

¿Cómo utilizó ese poder? Ulloa ayudó a funcionarios con los que tenía algún grado de cercanía, pasando a veces por alto antecedentes disciplinarios en su contra, calificaciones técnicas y las mismas leyes que, como juez, juró respetar.

La podían echar y terminó ascendiendo

El destino de la jueza Gabriela Varela en el Poder Judicial pendía de un hilo en agosto de 2019. Ese mes, mientras ejercía como titular de Familia en Tomé, fue sancionada por la Corte de Apelaciones de Concepción con dos suspensiones de 30 días.
Luego de investigaciones administrativas que se prolongaron casi un año, se determinó que la jueza se había atrasado sin justificación en la dictación de sentencias y ejercido malos tratos hacia abogados e intervinientes en las causas. Aun más grave, se estableció que la magistrada había presionado indebidamente a menores de edad para que ratificaran denuncias de maltratos físicos contra sus padres.
Su caso era archiconocido en la región del Bío Bío y su nombre copó decenas de notas de prensa al respecto. Varela estaba ad portas de caer en lista deficiente y ser expulsada del Poder Judicial. Sin embargo, no sólo no fue removida, sino que ascendió con la ayuda de Ulloa.
Mientras estaba en proceso de apelación a los sumarios en su contra, se candidateó para el puesto de jueza de Familia en Copiapó. Estaba en el tercer lugar en la preselección. Un procedimiento en el que se evalúan los antecedentes curriculares de los candidatos para que luego el Pleno de la Corte tome la decisión final.
Para el concurso, a pesar de que ni siquiera concurrió a la audiencia correspondiente ante el tribunal de alzada ―excusándose con sus obligaciones en Tomé―, obtuvo los votos del ministro Ulloa y de su colega Aída Osses. Así, quedó en la terna y en febrero de 2020 fue designada con la firma del subsecretario de Justicia y ministro subrogante, Héctor Mery.
En simple, logró pasar de un puesto de quinta categoría, en un juzgado de Familia de una comuna que no era capital de provincia, a uno de tercera categoría, en una ciudad con asiento de corte. Un ascenso tan extraordinario como ilegal.

Una amiga de la gremial

Lo que para entonces no se sabía públicamente, era que Ulloa era cercano a Varela. Ambos estaban unidos por la Asociación Nacional de Magistrados.
En 2016, la jueza había sido electa directora de la gremial con la primera mayoría nacional. Y, en 2018, postularon juntos en la lista “Con los jueces y por los jueces”, liderada por Mario Carroza, actual ministro de la Corte Suprema.
La cercanía entre ambos llega a tal punto que ―según acota una alta fuente de la magistratura a BBCL Investiga― a finales del año pasado Varela estuvo entre las organizadoras de una cena de desagravio en Santiago para el ministro Ulloa. Ocurrió luego de que se archivaran por primera vez los antecedentes en su contra por sus nexos con Luis Hermosilla.
Según información recabada por esta Unidad de Investigación, el nombramiento de Varela simplemente no debió haber ocurrido. El artículo 280 del Código Orgánico de Tribunales prohíbe los saltos de categoría en el Poder Judicial. Es decir, no se puede pasar desde quinta a tercera categoría, como ocurrió en el caso de la jueza tomecina.
De acuerdo a magistrados consultados fuera de micrófono, se trata de una disposición que sólo se puede obviar si es que no hay ningún interesado que cumpla con la norma, lo que en este caso no sucedía.

El ministro contra la ley

Hasta 2019, Ubaldo Basoa Oviedo ostentaba el cargo de secretario del Cuarto Juzgado Civil de Copiapó, en quinta categoría. Aun así postuló para juez de Garantía de la misma ciudad, cargo de tercera categoría.
Si bien no cumplía con el requisito básico —pues había postulantes de cuarta categoría— quedó en noveno lugar entre 18 candidatos en el listado de preselección. Según el acta del Pleno de aquel entonces, su designación fue apoyada por Ulloa, quien le entregó su voto. Así, Basoa quedó en la terna correspondiente y terminó nombrado en octubre de 2019, por el entonces ministro de Justicia, Hernán Larraín.
Requerido el exsecretario de Estado para aclarar este nombramiento al margen de la ley, declinó emitir un pronunciamiento. Solicitó remitir la consulta al exsubsecretario de Justicia, Héctor Mery, quien —a su vez— no ahondó en la materia.
Mery aseguró “no conservar antecedentes” que le permitieran “dar respuesta a las preguntas”. “Durante mi desempeño me correspondió intervenir como jefe de la División Judicial en más de 4.000 nombramientos en el escalafón primario del Poder Judicial, de los cuales unos 950 eran cargos titulares”, se excusó a través de una declaración escrita enviada a este medio.
Curiosamente, Basoa ya había obtenido otros tres nombramientos en un año de la mano de la Corte de Copiapó. Al menos en uno de ellos también fue respaldado por Ulloa, con quien mantenía una estrecha relación. Ambos, según comenta una fuente de la zona, forman parte de un grupo de amigos de fiesta, quienes se hacen llamar “Los del Baco”, en alusión al dios romano del vino del mismo nombre.
De acuerdo a la misma consultada, aquí también figuran el actual fiscal regional de Atacama, Juan Andrés Shertzer; su predecesor, Alexis Rogat; y el fiscal jefe de Copiapó, Christian González Carriel.

Gestiones para amigo en candidatura a fiscal regional.

Más allá de su amistad, Ulloa votó por Rogat en 2016 para persecutor regional, cargo que terminó asumiendo. No sólo eso. En la última elección de persecutor de Atacama, el año pasado, quedaron González y Shertzer en la terna a proponer al fiscal nacional.
Pese a que Ulloa había dejado la Corte de Copiapó en 2021, de acuerdo a fuentes de BBCL Investiga el ministro intervino ante sus excolegas a favor de González. El escogido finalmente por Ángel Valencia fue Juan Andrés Shertzer.
Contactados por la Unidad de Investigación de BioBioChile, tanto Shertzer como González negaron por escrito haber pedido ayuda a Ulloa para que realizara gestiones en su beneficio. El primero dijo que con el magistrado había mantenido un trato “en el plano profesional, cordial y de respeto mutuo”. El segundo, en tanto, detalló cómo había progresado su relación.

“Con el ministro Antonio Ulloa, al igual que con otros abogados y miembros del Poder Judicial en Atacama, primeramente nos conocimos profesionalmente y luego nos vinculamos dentro de un grupo común de amigos mientras estuvo como ministro en Copiapó“, comentó González.

La opción de que González llegara a fiscal regional, por lo demás, no había caído bien en la zona. Su gestión como persecutor en Copiapó no ha sido bien evaluada por la comunidad. A seis años de su desaparición, aún no hay pistas en la investigación sobre Catalina Álvarez, quien fue vista por última vez en junio de 2019, cuando tenía 16 años. Tampoco hay avances en el caso de Tanya Aciares, que con 14 años desapareció en 2018 y cuyos restos fueron hallados el año pasado.

Ulloa mueve los hilos desde Copiapó

Desde Copiapó, Ulloa también movió los hilos en Santiago para que fuera nombrada Elena Olaya Gahona, en 2019, como jueza del Quinto Juzgado de Garantía capitalino, según fuentes consultadas por BBCL Investiga. La magistrada hasta entonces se desempeñaba en el Tercer Juzgado Civil de Antofagasta.
—Era increíble cómo Ulloa tenía un caballo en todas las carreras —dice una exfuncionaria de una corte capitalina. Según recuerda, antes de que se discutieran los nombramientos, el ministro empezaba a llamar para promover a sus candidatos.
Gahona aparecía solamente en el puesto 12 de 26 en el listado de preselección, pero había sido una activa directora en la Asociación de Magistrados. Ella también formaba parte de la lista “Con los jueces y por los jueces”, con Carroza, Ulloa y Gabriela Varela.
En este caso, la magistrada quedó en la terna con siete votos en la Corte de Apelaciones de Santiago, y luego fue designada por el ministro de Justicia, Hernán Larraín. A partir de entonces, Gahona ha logrado hacer suplencias como ministra tanto en la Corte de Apelaciones de Concepción como en la de Santiago.
Antes de Gahona, Ulloa también había hecho gestiones a favor de Francisco Ramos Pazó, presidente de la Asociación Regional de Magistrados de San Miguel. En 2017, Ramos fue puesto en terna por la Corte de Apelaciones de San Miguel y luego nombrado en el Duodécimo Juzgado de Garantía de Santiago.
De acuerdo a una fuente de BBCL Investiga, entre los mensajes de Ulloa que se encuentran en poder de Fiscalía hay algunos que muestran las gestiones del ministro para los nombramientos tanto de Gahona como de Ramos. Ninguno de ellos estuvo disponible para este reportaje.

El juez de Policía Local que chocó bajo la influencia del alcohol

En Atacama, la influencia de Ulloa se extendía desde los pasillos de la Corte hasta los más pequeños juzgados.
Una exfuncionaria recuerda que, sin conocerlo, acudió a una fiesta en la que se encontraba.
—Nunca habíamos hablado. A la salida, cuando me iba yendo, empezó a decir que le podía pedir el cargo que quisiera en el Poder Judicial —rememora.

De todas las comunas de Chile, Tierra Amarilla ha sido una de las más golpeadas por la corrupción en los últimos años. Su exalcalde, Mario Moreno, fue condenado en noviembre pasado a 22 años de cárcel por fraude al fisco, asociación ilícita y cohecho. Aparte del jefe comunal, existe otro personaje ilustre dentro de la pequeña comunidad nortina que ha causado polémica a lo largo de los años: Erwuin Valenzuela Torres, el juez de Policía Local.
Durante la madrugada del 10 julio de 2019, Valenzuela chocó un poste del alumbrado público en Copiapó. El magistrado escapó del lugar y luego llamó a Carabineros para pretender que su automóvil había sido robado, pero terminó siendo identificado por un testigo como el responsable del accidente.
Cuando finalmente le realizaron la alcoholemia marcó 0,56 gramos por litro de sangre. El incidente derivó en una investigación administrativa del Poder Judicial. Por suerte para Valenzuela, tenía un santo en la corte.
Tanto Antonio Ulloa como su colega y amigo Pablo Krumm habían votado por Valenzuela en 2016 para la terna correspondiente propuesta al alcalde de Tierra Amarilla. El juez apenas tuvo que enfrentar una sanción de 60 días de suspensión impuesta por la Corte de Apelaciones de Copiapó. BBCL Investiga solicitó vía transparencia al Poder Judicial la resolución de dicho sumario, sin haber recibido respuesta desde el 2 de mayo hasta el cierre de esta edición.
No ha sido el único problema disciplinario de Valenzuela Torres. En 2023 se abrió una indagatoria interna tras una denuncia de la secretaria del juzgado, que lo acusó de haber mentido sobre el estado de tramitación de las denuncias efectuadas por el Servel a propósito de quienes no habían votado en el último plebiscito.
Si bien en un comienzo la Corte de Apelaciones de Copiapó ―donde ya no se encontraba Ulloa― lo sancionó con cuatro meses de suspensión, en mayo de 2024 el Pleno de la Corte Suprema bajó el período a un mes.
En la carpeta del Ministerio Público existen antecedentes de que Ulloa intervino en al menos uno de los procesos sumariales de Valenzuela, intercediendo para que hubiera clemencia con el juez de policía local, comentó una fuente a BBCL Investiga.


Fallos a favor de polémico gobernador

Más allá de los nombramientos, esta Unidad de Investigación pudo comprobar que Ulloa participó en fallos relacionados a, por lo menos, dos personas con las que posee vínculos a través de una sociedad.
Se trata del ex gobernador provincial de Copiapó, Manuel Corrales González (de la Unión Demócrata Independiente), y del juez de Letras de Copiapó, Gabriel Aguilera Sazo.
En 2015, decenas de personas de la zona ―entre las que también estaban el fiscal Juan Andrés Shertzer y el notario local Tomás Jarpa― conformaron cuatro sociedades distintas. Mediante ellas, crearon una quinta sociedad, llamada Bahía Sur Limitada.
De acuerdo a su acta de constitución en el Registro de Empresas del Ministerio de Economía, el objeto de esta sería las “actividades inmobiliarias realizadas a cambio de retribución o por contrata, actividades de arquitectura e ingeniería y otras actividades técnicas, actividades deportivas y otras actividades de esparcimiento, actividades inmobiliarias realizadas con bienes propios o arrendados”.

En el caso de Corrales, Ulloa participó de cinco fallos con los que se rechazaron recursos de protección en contra de la Gobernación Provincial de Copiapó, cuyo representante legal era el político UDI y socio de Ulloa.
Sin ir más lejos, el magistrado fue el redactor de la sentencia del 30 de agosto de 2019 que rechazó el recurso de la sociedad Complejo Turístico Ecolagarto Limitada contra la gobernación y la Seremi de Bienes Nacionales, que buscaba frenar el desalojo de una toma en la playa de Loreto.
Aunque se impugnaban actuaciones de Corrales mientras fue gobernador, para la fecha de la resolución ya había renunciado a su cargo, luego que se difundieran videos en los que cosificaba a las mujeres: “¿Cómo te gustan: tetonas o rajonas?”, consultaba en un registro.
El único recurso en que el ministro Ulloa votó en contra de Corrales fue uno presentado a título personal contra la Municipalidad de Copiapó y una empresa, por una tala de árboles en el parque El Pretil en 2020.
Sea como sea, la intervención del magistrado se dio pese a que estaba obligado a comunicar que lo afectaba una causal de recusación, específicamente por el numeral 13 del artículo 196 del Código Orgánico de Tribunales. El cuerpo legal establece como motivo “ser el juez socio colectivo, comanditario o de hecho de alguna de las partes (…)”, lo que se cumpliría en este caso.
BBCL Investiga intentó contactar al ex gobernador provincial, sin resultados hasta el cierre de esta edición.

Ulloa revisa fallos de socio

El otro socio de Ulloa, Gabriel Aguilera, fue nombrado titular del Primer Juzgado de Letras de Copiapó en octubre de 2013. Hasta ese momento, era secretario del Quinto Juzgado Civil de Santiago, un puesto de quinta categoría. Al igual que Ubaldo Basoa y Gabriela Varela, de acuerdo a la ley, no podía acceder a un puesto de tercera categoría como el que postulaba.
Por supuesto, Ulloa votó por él. Quedó en la terna y luego fue designado por la ministra de Justicia, Patricia Pérez, bajo el primer gobierno de Sebastián Piñera.
En la base jurisprudencial del Poder Judicial existen más de 100 fallos de la Corte de Apelaciones de Copiapó en que se revisaron resoluciones de Aguilera Sazo luego de 2015, cuando se convirtió en socio de Ulloa a través de Bahía Sur Limitada.
La primera de ellas, en agosto de ese año, rechazó un recurso de hecho interpuesto por la Sociedad Contractual Minera Comet Exploration Chile contra una determinación de Aguilera, quien declaró improcedente un recurso de apelación. En el fallo unánime, Ulloa aparece dentro de los firmantes.
Entre los recursos revisados por BBCL Investiga, no hay constancia de que Ulloa haya manifestado que lo afectaba un motivo de recusación.

La amistad con los notarios.

Otro de los asociados a Bahía Sur Limitada es Tomás Jarpa Concha, quien se convirtió en notario de Copiapó en 2013, tras haber contado con el voto a favor de Ulloa para la terna respectiva.

Según fuentes de la zona, los notarios que pasaron por el área forman parte de la red de amistades del ministro. Entre ellos, mencionan a Luis Manquehual ―quien desde 2017 sirve en la Octava Notaría de Santiago― y a Patricio Corominas, actual notario de Lo Barnechea.

Conocidos son los chats en que el juez de la Corte Suprema, Mario Carroza, le pidió en 2021 al ministro de Copiapó Juan Poblete su voto para que Corominas fuera nombrado en la Quinta Notaría de Copiapó, con asiento en Tierra Amarilla, por petición de Ulloa.

―Hay un concurso de notario de Copiapó con asiento en Tierra Amarilla en el cual no alcanzaré a votar, y quería votar por un exalumno y ayudante de derecho procesal en la Universidad Alberto Hurtado, que actualmente es un extraordinario amigo. Se llama Patricio Corominas Mellado y es muy cercano a Miguel Aylwin Oyarzún, que ya le consiguió el voto con Pablo Krumm ―reza el mensaje redactado por Ulloa, que fue reenviado por Carroza a Poblete y luego publicado por Ciper.
Tan sólo un año duró Corominas en su nuevo puesto. Al siguiente, postuló a la Segunda Notaría de Santiago, con asiento en Lo Barnechea, ubicándose en el octavo puesto entre los 14 postulantes en el listado de preselección. En esa ocasión, el ministro Ulloa sí pudo votar por su exayudante, quien obtuvo 16 preferencias, quedó en la terna de la Corte de Apelaciones de Santiago y fue designado por el Ministerio de Justicia.

El notario papito corazón

La lista se abulta. Franco Lavín Ruiz había estado durante años buscando su nombramiento como notario titular. Suplente en La Cisterna entre 2017 y 2019, había tenido una oportunidad de oro cuando en ese último año quedó en terna para el asiento de Pirque. Sus intenciones, sin embargo, se borraron de golpe: la elegida terminó siendo Gloria Jacome Sepúlveda, la ex asistenta personal del poderoso ministro de la Corte Suprema, Sergio Muñoz.
Para 2022, la historia fue diferente. Cuando postuló a la plaza de Chile Chico, Lavín tenía su propio poderoso respaldo: su amigo Antonio Ulloa. El ministro había sido profesor en la Universidad Alberto Hurtado de Lavín, y se habían convertido en cercanos desde entonces.
A pesar de que aparecía en el puesto 11 de 13 en la preselección, terminó siendo escogido en la terna elaborada por la Corte de Apelaciones de Coyhaique y, finalmente, elegido por la ministra de Justicia de la época, Marcela Ríos.
Al igual que en otros casos anteriormente mencionados, hay constancia entre los mensajes de Ulloa en poder del Ministerio Público de que el ministro Ulloa intervino a favor de Lavín para que quedara en la terna, asegura una fuente de BBCL Investiga.

Un sumario abierto después de casi un año

La Unidad de Investigación de BioBioChile intentó conversar con el ministro Antonio Ulloa por intermedio de comunicaciones del Poder Judicial, pero informaron que el juez “no se referirá al tema mientras no termine el proceso disciplinario completo”.
Igualmente, se excusaron de contestar a las consultas de este medio los jueces Elena Olaya Gahona, Francisco Ramos, Gabriela Varela y Gabriel Aguilera. Los dos últimos manifestaron que no se referirían al tema dado que estaba “pendiente un sumario en contra del ministro Ulloa que versa sobre las materias señaladas”, según informaron desde comunicaciones.
De acuerdo a los antecedentes recabados por BBCL Investiga, ninguno de estos casos forma parte de los cargos formulados en la indagatoria interna substanciada por la fiscal judicial Javiera González, por la que el Pleno de la Corte de Apelaciones de Santiago recomendó a la Corte Suprema abrir un cuaderno de remoción el pasado 12 de junio.
Por otro lado, se intentó contactar por diferentes medios a los notarios Patricio Corominas, Luis Manquehual y Tomás Jarpa; al abogado Franco Lavín; a los jueces Ubaldo Basoa y Erwuin Valenzuela; al exfiscal Alexis Rogat y al ex gobernador provincial Manuel Corrales, sin haber recibido respuestas hasta el momento.
Además, se enviaron solicitudes de transparencia por 17 documentos relativos a los nombramientos y los sumarios mencionados en este artículo que no se encontraban disponibles en la página del Poder Judicial, de los que se recibieron sólo ocho.
A pesar de que en los pasillos del Poder Judicial se conocían las operaciones de Ulloa, la Corte Suprema demoró casi un año en ordenar la indagatoria contra el influyente magistrado. Si los chats con Hermosilla se difundieron en marzo de 2024, la apertura del sumario se concretó apenas en enero de 2025.
Probablemente, algún ministro de la máxima magistratura recordó sus propios vínculos con el penalista, o con el mismo Ulloa.




TEATRO.



Héctor  Noguera


Héctor Eugenio Noguera Illanes (Santiago de Chile, 8 de julio de 1937) es un actor, director de teatro y académico chileno, que recibió el 12.º Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales Chile.

Noguera es director artístico de Teatro Camino, Académico de Número de la Academia Chilena de Bellas Artes desde 1991, y presidente del directorio de la Fundación Teatro a Mil.

Biografía

Nació el 8 de julio de 1937 en Santiago de Chile.​ Hijo de Héctor Noguera Prieto y de Yolanda Illanes Benítez. Por su lado paterno, es bisnieto de José Joaquín Prieto Vial; presidente de la República de Chile entre 1831 y 1841. También es descendiente del escritor Jenaro Prieto Letelier. Su padre murió dos años después de su nacimiento, por lo que su madre, y sus abuelos asumieron su crianza.
Noguera contrajo matrimonio con Isidora Portales Velasco (n. 1940-f. 1998); productora de teatro e hija de Alfredo Portales Mourgues; comandante en jefe del Ejército de Chile entre 1943 y 1945. Fueron los progenitores de:
  • Piedad Noguera Portales (n. 1963-), curadora y productora de teatro.
  • Amparo Noguera Portales (n. 1965-): actriz de cine, teatro y televisión.

Luego, contrajo matrimonio en segundas nupcias con Claudia Berger Gradenwitz (n. 1949-); productora de televisión, con quien tuvo cuatro hijos:

  • Claudia Noguera Berger (n. 1980-f. 1980), fallece a horas de nacer.
  • Diego Noguera Berger (n. 1982-), actor de cine y teatro.
  • Emilia Noguera Berger (n. 1983-), actriz y dramaturga de teatro.
  • Damián Noguera Berger (n. 1990-), músico.

Estudios

Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio San Ignacio de Alonso Ovalle. En su época escolar integró una compañía de teatro infantil dirigida por el profesor de castellano Alfredo Peña.
Estudió arquitectura durante un año, y posteriormente teatro en la Escuela de Arte Dramático del Teatro de Ensayo de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), bajo la maestría de Eugenio Dittborn y Luis Alberto Heiremans.

Carrera artística

Su debut profesional en teatro ocurrió en 1958 bajo el musical ¡Esta señorita Trini! de Luis Alberto Heiremans, protagonizada por Carmen Barros y Silvia Piñeiro.
En 1961 debutó en cine y protagonizó junto a Rubén Sotoconil, el filme Deja que los perros ladren, de Sergio Vodanovic, dirigida por Naum Kramarenco.
El televisión debutó en el teleteatro de Canal 13 El invernadero (1963) basado en El león dormido, de Graham Greene, junto a Malú Gatica —quién regresaba al país tras su paso por Hollywood— y marcó el debut de Sonia Viveros, bajo la dirección de Hugo Miller.
Debutó como actor en las fotonovelas Ecran y Cine Amor en la década de 1960, y a fines de aquellos años, actuó en la película El Chacal de Nahueltoro de Miguel Littín (1967).
La mayor parte de su trabajo teatral como actor, director artístico y profesor lo desarrolló en el Teatro de la Universidad Católica (TEUC), donde permaneció hasta 1995 y del que fue también director y subdirector. A fines de los años noventa funda el Teatro Camino, del que es director artístico. Ha realizado 120 estrenos y recorrido numerosos países de América y Europa con su repertorio.9​
Como actor de teatro ha integrado diversas compañías como el Ictus, el Teatro de Comediantes y Teatro Q.

Ha participado de exitosas telenovelas, logrando una amplia popularidad por sus personajes de televisión como Federico Valdivieso en Sucupira (1996), Ignacio Meyer en Oro Verde (1997), ambas con Delfina Guzmán,​ Rey Melquíades en Romané (2000) y Mister William Clark en Pampa Ilusion (2001), ambas con Claudia Di Girolamo,11​ y Ángel Mercader en Machos (2003; con Liliana Ross).
En 2006, Noguera es nombrado por Chile elige como el segundo mejor actor chileno de todos los tiempos.
Ha ejercido la docencia en diversas universidades; es decano de la Facultad de Artes de la Universidad Mayor y profesor titular de la Católica.
Desde 1991 es miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes, donde ocupa el sillón Nº26.​ En 2015 fue distinguido con el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales por su consagrada trayectoria en área de las artes escénicas y disciplinarias en Chile.
En 2008 fue conductor del docurreality sobre cárceles Nadie está libre, junto a Diana Bolocco y Cristián Sánchez.
En 2019 El museo de Cera de la Municipalidad de Las Condes creó una figura de Héctor.​


1 de Febrero de 2025
Héctor Noguera: “Los artistas siempre hemos sido utilizados por la política”



Próximo a cumplir 88 años, el actor y director está embarcado en una nueva obra inspirada en la última parte del Quijote de la Mancha de Cervantes. El montaje debutará en mayo en el Teatro Camino bajo su dirección y además compartirá el escenario junto al actor Ignacio Massa, con quien está escribiendo el texto. Noguera profundiza en este nuevo trabajo, en la construcción de su personaje –un caballero que cuelga su armadura y abandona las andanzas y la ficción– y descarta que esté pensando en retirarse: “Mientras tenga salud y público, voy a continuar trabajando”, dice. En esta entrevista, el Premio Nacional protesta contra el avance de la ultraderecha, el uso indiscriminado de la inteligencia artificial y la instrumentalización de los artistas en política. Considera que el Presidente Boric ha recibido “críticas injustas” y asegura que jamás votaría por la derecha ni por Evelyn Matthei. También se refiere al sobreseimiento del actor Cristián Campos y el caso de denuncia en su contra: “Lo más doloroso es que ambas personas quedan marcadas”.

Por Pedro Bahamondes Chaud
 
 
En los días previos a este encuentro, Héctor Noguera estuvo releyendo diversas entrevistas que le han realizado en los últimos años, práctica que suele evitar por temor, confiesa:
“Pienso en qué tontera pude haber dicho o pensado en esa época (ríe), pero cuando las leo creo que reflejan bastante cómo estoy pensando ahora mismo“, comenta el actor y director teatral en un rincón del foyer del Teatro Camino, sala que él mismo inauguró en el año 2000 en las faldas de la precordillera, en la Comunidad Ecológica de Peñalolén, y escenario habitual de sus citas con la prensa.

“Percibo un elemento común mío en todas esas entrevistas; un cierto espíritu de resistencia que, a mi edad, no he perdido. Me he resistido siempre al autoritarismo y ahora al uso de la inteligencia artificial y a la desaparición de las artes. Me interesa que hablemos de todo eso”, propone Héctor Noguera.

El intérprete y Premio Nacional acaba de terminar una nueva temporada de “Hamlet deambula en círculos”, montaje en el que abordó al personaje de Shakespeare desde una perspectiva autobiográfica. Próximo a cumplir 88 años, ahora vuelve a sumergirse en otro personaje conocido, Don Quijote de la Mancha, con un nuevo montaje aún sin título que debutará en mayo en Teatro Camino. 
Héctor Noguera asumirá la dirección y además subirá al escenario junto al actor Ignacio Massa (“Papá a la deriva”), con quien está terminando de escribir el texto.
“Después de la pandemia estaba la necesidad de volver a hacer giras y crear nuevas obras que nos sirvieran para viajar. Así comenzamos a pensar en este nuevo Quijote, e hicimos con Ignacio un bosquejo que presentamos en algún momento a un público. Nos pareció insuficiente y que había que indagar y entrar más en la obra”, cuenta.
El Quijote representa un territorio de constante exploración en su carrera de poco más de seis décadas. Una obsesión a la que Noguera siempre vuelve. Lo ha encarnado en distintas versiones, desde monólogos y hasta lecturas dramatizadas. En “De Quijano a Quijote”, su unipersonal estrenado en 2019, llevó al personaje más allá del Siglo de Oro, y lo acercó a un presente vertiginoso en que la locura sigue siendo –para el experimentado intérprete– un refugio conveniente para muchos.

El Quijote que prepara esta vez es distinto: decidió tomar la parte final de la novela de Cervantes y encarnará a un Quijote en sus últimos días y que ha puesto fin a sus andanzas y colgado su armadura. “Es un Quijote en retirada”, dice Héctor Noguera. 

“El caballero ya no quiere volver a salir y quiere morir, como él mismo dice, como un buen vecino, cuerdo y tranquilo. Deja sus andanzas para preguntarse hacia dónde va, aunque sigue siendo un hombre muy terco y cuyo principal conflicto está entre sus ganas de no seguir y una lucha por seguir, al mismo tiempo. 

“Don Quijote vive en la época en que los artistas no eran sepultados en los cementerios católicos, sino que eran lanzados a una fosa común. Muchos de ellos querían morir como ciudadanos respetables y el Quijote también”, agrega el director.

El texto les ha tomado varios meses y horas diarias de escritura. 
“Nos estamos basando también en otras referencias, no solamente en la novela de Cervantes. Hay referencias a otros autores como Shakespeare y Chéjov, y pintores como Delacroix. Es un montaje que además está visto desde hoy, desde la actualidad, de dos personajes que no son Quijote y Sancho, pero que a la vez sí lo son”.

—¿Qué lo hace volver al Quijote?

—Todas las interpretaciones que he hecho del Quijote han sido en base al primer libro, en el cual Don Quijote se arma como personaje. Ese ha sido mi tema y he escrito y he hecho algunas obras cuyo tema es cómo se crea un personaje y cómo un señor cualquiera y que ya está con edad avanzada, como en este caso, se reinventa y crea un personaje y le da un sentido a la vida, que no es más que un teatro. Todos estos aspectos son muy de esa época y creo que hoy en día, en un mundo como este, revivir ese sentimiento de lo pasajero de la vida es importante.

Hay otro aspecto al que Héctor Noguera e Ignacio Massa le están dando vueltas: los diálogos implícitos entre Cervantes y otros títulos universales de sus autores predilectos. 

“El personaje de Próspero en ‘La Tempestad’ hace lo mismo que el Quijote y se retira para refugiarse en una isla y renunciar a la magia, convencido de que fue siempre un truco barato e innecesario. Ese aspecto se cruza con Cervantes y el retiro de la ficción del Quijote. Lo veo también de algún modo en Calderón de la Barca y ‘La vida es sueño’, otra obra en la que también he insistido mucho”, dice Noguera.

—¿Tiene esta nueva lectura suya del Quijote algún correlato personal? Quiero decir, ¿está pensando también en retirarse?

—No, el punto de partida no es hacer algo de carácter biográfico. Aunque, claro, un actor o cualquier persona de mi edad comienza a pensar indudablemente hasta cuándo va a poder continuar en su trabajo. Yo, la verdad, no he sentido nunca la necesidad de parar y decir: esta será mi última obra o mi último trabajo, aquí me retiro. Al contrario, mi idea personal es seguir trabajando hasta que mi salud me lo permita y hasta que haya alguien que se interese en verme actuar también. Entonces, mientras yo tenga salud y público, voy a continuar trabajando.

—¿Cuáles serían esos molinos de viento del Quijote hoy en día?

—Los molinos representan una visión fantasiosa del mundo creada más que nada para satisfacer e incluso justificar las propias fantasías en lugar de atender la realidad. Yo observo a los gobernantes autocráticos y autoritarios que están siendo electos hoy en día en varios países, por ejemplo, los escucho, y es evidente que muchos se sienten con el deber o que son “llamados” a hacer la gran reforma del mundo, pero ya sabemos cómo termina el Quijote, ¿no? Termina en el suelo, muy aporreado y Sancho trata de salvar su vida. Poco antes de morir, el Quijote recupera la razón y recién ahí pide perdón por sus locuras. 

La dictadura y el fantasma de Hamlet.

En “Hamlet deambula en círculos”, montaje que acaba de cerrar su temporada en el Festival Teatro a Mil, Héctor Noguera volvió a sumergirse en una de las obras cumbre de Shakespeare, donde una vez más dio vida al príncipe de Dinamarca. Ya lo había interpretado en 1979 en el Teatro de la Universidad Católica, y desde entonces, a lo largo de casi medio siglo, ha tenido el sueño recurrente de estar encarcelado.
Tres años antes, el mismo Teatro UC canceló el estreno de la obra “Lo crudo, lo cocido y lo podrido”, de Marco Antonio de la Parra. Hernán Larraín, vicerrector de la Universidad Católica de la época, consideró que no era la calidad esperada, aunque pesaron más sus claras alusiones al régimen militar.
Desde ese momento, los artistas chilenos resistieron desde la trinchera del escenario y aprendieron a convivir y a sortear las trabas de la censura. Noguera y Eugenio Guzmán, director del montaje, se preguntaban cómo develar la realidad a través de la ficción, tácticas que Noguera llamó posteriormente “asociaciones indirectas”.
“Fue un truco que usamos durante la dictadura por la censura muy fuerte que había”, cuenta hoy el intérprete. “Nosotros comenzamos a hacer obras en las que el público pudiera asociar indirectamente lo que estaba viendo con la dictadura y cómo la estaban viviendo en ese momento y estas asociaciones fueron un elemento fundamental para sobrevivir a lo que estaba pasando y además para poder asimilarlo de alguna manera”.
Yo creo que durante el gobierno de Allende también hubo una presión en contra y muy fuerte. Hubo una censura también que no venía de Allende, que no venía del gobierno, sino de afuera, de la sociedad misma, y que es la peor censura. Siempre ha habido un contexto que te inhibe y dirige tu pensamiento. Esa libertad yo creo que no ha existido nunca realmente”.

—¿Y hoy, existe?

—Ahora menos que nunca. Las restricciones ahora son enormes. Es cosa de ver lo que fue el primer día del nuevo gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Eso implica un cambio en el mundo, para mí desastroso, pero fundamental, a pesar de lo que yo pueda pensar. Al final nada se pierde, todo sirve, todo es material que será útil para el futuro y los que vengan. Creo que esa es la labor del teatro. Hay otro texto que dice que el teatro nos pone a nosotros, el teatro nos obliga a ponernos frente a nosotros mismos, y pucha qué es cierto, ¿no? 
Y eso lo pensaba también Shakespeare, lo pensó el personaje, pues lo puso en un personaje como Hamlet. Lo pensamos ahora. Por eso es que cada vez yo creo más en la importancia de las artes. De todas las artes. Lo que pasa es que el teatro es muy directo en criticar a la sociedad. Pero todas las artes lo hacen de alguna manera. Y por eso es que a muchos no les gusta el desarrollo de las artes. Trata de impedirlo, o trata de dirigirlo hacia algún lado. Dirigir las artes es pésimo para las artes.

—Hay un momento en que Hamlet dice que el teatro no puede enderezar un mundo que ha perdido el quicio. ¿Cómo le resuena esa frase hoy? 

—Yo creo que no puede cambiarlo en lo inmediato, ni en el corto ni en el mediano plazo, pero yo creo que todas las acciones humanas no se pierden, ni las buenas ni las malas. Reaparecen en algún momento, vuelven a aparecer en algún momento del desarrollo de la sociedad y del ser humano. Aunque parezca muy inútil ahora hablar de ciertas cosas que están sucediendo y que pareciera que el pensamiento político actual arrasa con ellas, yo creo que todo queda y vuelve a aparecer, quizás con más sentido y una posibilidad de cumplimiento mejor. La función del teatro es despertar conciencias y eso implica un cambio que toma tiempo y que cuesta más aún percibir. Aunque no se note tanto y no aparezca en los primeros planos, existe y es clave.

Para 1973, Noguera tenía 37 años, estaba casado y ya tenía a sus dos hijas mayores, María Piedad y Amparo. El Golpe y los años de la dictadura en Chile sacudieron su vida: mientras el país se sumía en el miedo y la represión, su entorno cercano se fragmentaba; compañeros de teatro eran perseguidos, torturados o empujados al exilio, y su primer matrimonio con Isidora Portales comenzaba a resquebrajarse. 
En sus memorias, el actor relata que militares incendiaron su oficina y que colgó en la entrada de su casa una fotografía de su bisabuelo, un alto oficial del ejército, como una suerte de escudo ante posibles represalias. Noguera era uno de los principales colaboradores del director Miguel Littin, el director de “El chacal de Nahueltoro” y de Chile Films, y acababan de filmar una película sobre el fundador del Partido Socialista, Marmaduke Grove, con Noguera de protagonista. 

Los rollos del filme de Marmaduke Grove estaban por llegar a Chile, Littin había partido al exilio en México y, si las cintas caían en las manos incorrectas, los militares iban a ir tras él.

“Yo sabía que si algún auto se detenía frente a mi casa, era porque me podían venir a buscar a mí”, recuerda Héctor Noguera. “Era un pensamiento latente todos los días, todas las noches, durante 17 años. Nunca perdí ese temor de decir ‘a lo mejor ahora sí vienen por mí’. Y para eso estaban alertadas mis hijas, mi mujer y yo mismo también de que eso podía pasar en cualquier momento”.

Nada de eso ocurrió, pero sí debió enfrentar a la justicia, acusado de contrabando por la importación del filme. Su nombre tampoco apareció en las listas de artistas amenazados de muerte por el régimen ni tuvo que partir al exilio. Era el mejor escenario posible, y sin embargo se sintió exactamente lo contrario.

“Siempre sentí que era una injusticia no aparecer en esas listas negras. Yo daba la pelea igual que otros y merecía estar en las listas negras, pero no estuve, y eso a veces”, afirma Noguera. “No tengo ni siento que deba hacer un mea culpa de no haber hecho lo que sentía que tenía que hacer en ese momento, pero hay un elemento importante de la dictadura, entre varios otros, que yo creo que no se consideran ahora, por ejemplo el miedo generalizado que había”.
17 años de miedo no se pagan con nada, en realidad. Y al hablar de mí, creo que hablo de mucha gente. Todo ese aspecto de la dictadura que recuerdo me parece horrible. Por eso, ahora que hay esta tendencia de los gobiernos a ser autocráticos y acercarse al autoritarismo extremo, como ocurre con Trump y otros aquí mismo en Latinoamérica como Milei y Bolsonaro en su momento, a mí me da mucha preocupación, porque ya viví eso, sé cómo es y jamás podría adherir a algo así”, dice Héctor Noguera. 
“Veo a tantos jóvenes que hoy adhieren a esos discursos con tanto entusiasmo y que no tienen tan presente que hace ya casi un siglo pasó lo mismo con Hitler y con varios otros. Incluso aquí en Chile, que se habla solo de Pinochet, tuvimos otros golpes de Estado en nuestro historia. El del 73 fue el más cruento y el más cruel, pero no la primera vez que un loco con poder lleva las riendas de este país”, dice.

—En su libro dice que el teatro fue una segunda muerte. Y que la primera, fue el Golpe de Estado, el inicio de la dictadura. ¿A qué se refería?

—Fue una segunda muerte constatar el horror que se estaba viviendo en Chile a través de lo que estábamos haciendo. El teatro sirvió para constatar ese horror pero el mismo teatro estaba sufriendo su propia muerte, una pérdida de identidad y de sentido. El teatro chileno de hoy, y de hace 50 o 60 años, lo ha intentado siempre. En las obras que hice siendo muy joven, cuando no existía la efervescencia política que hay ahora, siempre sentía que se estaban haciendo por algo, por crear conciencia. Y creo que ahora hay un afán más certero y decidido que antes de querer crear conciencia, a despertar, a develar la realidad. 

—¿Cuál es para usted la principal herida que dejó la dictadura en la sociedad chilena?

—La desconfianza dentro del mismo pueblo. Antes del Golpe, donde yo vivía la mayor parte de la gente era de derecha, y yo discutía con esas personas, pero nos saludábamos en la calle, manifestábamos nuestras diferencias y convivíamos perfectamente a pesar de ellas. Pero llegó un momento en que esa confianza de conversar con alguien que no piensa como tú, se terminó y había que tener cuidado ciertas personas que considerabas amigos o cercanos. 

La ruptura de confianza en el pueblo que provocó la dictadura yo aún no la veo restituida. No la veo restituida de ninguna manera y parece que se acentúa cada vez más. El triunfo actual de todos los candidatos autoritarios está basado en eso, en ver en el otro a un adversario constantemente y en desprestigiar, repeler y menoscabar al enemigo con brutalidad y a considerar a cualquier disidente como un enemigo.

—¿Qué reflexión echó de menos en la conmemoración de los 50 años del Golpe?

—Bueno, desde las autoridades, no solo del gobierno, sino de la política en general, no se trabajó lo suficiente sobre una lectura del país, sino que se dedicaron nuevamente a porfiar las propias ideas por muy inteligentes o beneficiosas que nos puedan parecer. Faltó también un poco escuchar más a los demás, pero es difícil hacerlo cuando se establece la desconfianza como punto de partida.
El Cuervo Castro, quien vivió el exilio y buena parte de su vida posterior en París, decía que la gran diferencia entre Francia y Chile es que cuando uno conversa con alguien que puede ser muy amigo, pero llega un momento en que uno piensa: este hueón por alguna parte me está cagando (ríe). Eso es fatal para las relaciones humanas, para el desarrollo humano, pero al menos nos reímos y somos capaces de hacerlo con picardía.
Han pasado casi diez años desde el accidente a caballo que Héctor Noguera sufrió en el verano del año 2016. Se fracturó la segunda vértebra cervical al caer durante un paseo por una quebrada y estuvo a punto de quedar tetrapléjico.

“Mi ritmo de trabajo no cambió, pero sí alteró mi rutina”, dice el intérprete. “Dejé de andar en bicicleta, de andar a caballo, de esquiar. Dejé de hacer la cantidad de deportes que hacía normalmente. En la pandemia también dejé de nadar”, cuenta. 
Actualmente se encuentra bien de salud, aunque cada cierto tiempo cae por algo en la clínica. “La última vez fue hace algunas semanas. Estuve bien pal’ gato, internado por problemas del riñón”, revela.
El actor pudo haber quedado con secuelas mayores tras su accidente y ahora reflexiona sobre la autonomía y el derecho a decidir sobre la propia vida en situaciones extremas y diagnósticos irreversibles. Para Héctor Noguera, la eutanasia es un tema que debe abordarse con seriedad y respeto por la voluntad individual, y valora que el gobierno de Boric lo haya puesto en la agenda. 

Yo creo que cuando uno tiene problemas de todo tipo, físicos, psíquicos, del cuerpo, del alma, de donde sea, están los demás para consultarlo, para guiarse por ello. Para escucharlos, seguir sus consejos. Pero creo, creo que en última, última instancia uno es dueño de su propio cuerpo”, opina. 

Usted dijo en 2021 a este mismo medio: “Veo a los candidatos a la presidencia y pienso: ¿valdrá la pena gastarse tanto por un cargo tan desprestigiado?”, decía Héctor Noguera en su última entrevista a The Clinic en octubre de 2021. Gabriel Boric ya corría como candidato del pacto Apruebo Dignidad. Cuatro años después, el actor considera que, a pesar de los vaivenes, el Presidente mantiene su ímpetu juvenil, “la principal razón por la cual votamos la mayoría de los chilenos”, dice. 

“Lo que más nos gustó de él fue ese impulso, pero sabíamos que ese impulso no iba a solucionar los males del mundo. No era, como se dice, mesiánico. Mesiánico es Trump, mesiánico es Milei, pero Boric no tiene nada de mesiánico. Él quiere cambiar el mundo desde puntos de vista que no son molinos de viento gigantescos, que no son gigantes, sino que son cosas muy concretas y precisas. Se le ha criticado mucho que quiere ser refundacional, pero no es cierto. De nuevo: refundacional es Trump, es Milei, que se han dedicado a destruir y a arrasar con todo”. 

—¿Cómo ve usted entonces al Presidente?

—Me parece que él es una persona bastante humilde dentro de todo y que ha sido un gran defensor de la democracia. Él escucha a los demás sectores que son sus adversarios, por ejemplo, ¿cuántos presidentes han hecho eso? Me acuerdo que en los primeros tiempos se le criticaba mucho porque escuchaba demasiado a los demás. Yo decía: si hemos vivido toda la vida una historia en la que nadie escucha a nadie y ahora hay un señor que escucha. Él resuelve todo a su manera, a lo mejor impulsivamente, pero si ponemos en la balanza las cosas yo prefiero eso a seguir en una situación estática de no cambio en la que Chile está hace años. El cambio tiene que empujarse eso sí, no llega solo.

—El estallido pedía con fuerza un cambio. ¿Cómo ve usted hoy ese periodo?

—Creo que se ha querido reducir el estallido social a lo que sabemos; a un vandalismo, que lo hubo y fue terrible, desgraciadamente, pero ahora se vive como si no hubiese existido. Hoy se habla como si nada del Presidente Piñera como alguien que pasó piola y sin problemas por la Presidencia, cuando tuvo un estallido social potentísimo y pasaron cosas que hoy son cuestionables. En Chile muchos asuntos no se resuelven y eso le ha hecho mucho mal al país. Que hoy muchos relativicen y digan que la dictadura de Pinochet no fue “tan mala”, por ejemplo, perjudica mucho a la memoria de un país. Aporta más bien a una desmemoria. O sea, qué es eso de convertir un gran dictador en el tata, en el abuelito simpático. Es espantoso. 

—Usted mencionaba antes el uso desmedido de la inteligencia artificial, que entre otras cosas ha propiciado la proliferación de fake news y desinformación. 

—Bueno, si bien los límites parecieran hacerse más imprecisos, no sé si todavía la inteligencia artificial alcance a confundir al ser humano al punto de no poder darse cuenta qué es real y qué es ficción, qué es inteligencia artificial y qué es inteligencia humana. Yo respeto lo que significa la inteligencia artificial para el desarrollo de la humanidad, pero la forma en que se ha ido desarrollando provocó una adicción social que es preocupante. 

“Uno ve todos los días en la calle atravesar de un lado para otro a la gente con el celular en la mano, muchas veces sin ni siquiera mirar si hay luz roja o verde, como si estuvieran hipnotizados. Vivimos en una sociedad adicta a evadir la realidad y que hace tiempo trabaja para la inteligencia artificial”. 

De cara a las elecciones presidenciales de noviembre, que ya tiene a Evelyn Matthei y a José Antonio Kast en campaña, Héctor Noguera es tajante. “Yo nunca votaré por la derecha, porque nunca han salido a decir que lo que hubo en Chile fue una dictadura. Muy por el contrario, muchos aún la niegan y jamás han pedido perdón por sus crímenes y violaciones a los derechos humanos. Más bien pareciera que intentaran buscarle el acomodo y afirmarse de lo bueno. Toda esa frialdad me provoca un dolor interno muy profundo, muy fuerte”.

—¿Qué le produce el hecho de que la hija de un miembro de la Junta Militar aspire con tanta ventaja a la presidencia?

—Yo tengo mucho respeto por ella y creo que hizo una muy buena labor como alcaldesa en Providencia, pero no votaría nunca por alguien que se haya opuesto a restituir el Estado democrático en Chile. Ella es hija de un miembro de una Junta Militar que colaboró a pisotear y a desechar absolutamente el Estado Democrático de Chile, creció en el autoritarismo. Entonces, que ahora una persona de esa familia, que además compartió ya de grande esos valores quiera ser parte del restituido Estado Democrático de Chile al que ella misma se opuso seguramente para el plebiscito de 1988, me parece inentendible y una contradicción total. 

“Ella nunca ha mostrado ni una señal de arrepentimiento o algo parecido a una disculpa o una reflexión humanitaria por los crímenes de la dictadura. Su silencio sencillamente ha sido el problema de los últimos 50 años en Chile. Y ese gran silencio a mí me duele y creo, o quiero creer, que el pueblo lo va a cobrar realmente”.

Noguera cuestiona la instrumentalización de los artistas en la política y el uso de su propia imagen con fines ajenos a su trabajo.
“Los artistas siempre hemos sido utilizados por la política. A uno lo invitan de una Municipalidad a hacer una obra de teatro porque quiere influir en el desarrollo del ser humano a través del arte y del trabajo que estás haciendo, pero al final uno rápidamente se ve trabajando en función de otra cosa, de un engranaje más grande”, opina Héctor Noguera. 

“A veces me invitan también a eventos y reuniones sociales solo para mostrarme, para que aparezca en las fotos oficiales. Lo que creo es que es finalmente uno el que no comprende la política. Uno tiene opiniones, pero la política misma es un mundo aparte en que pareciera que participamos, pero creo que más bien servimos”.

Noguera y el sobreseimiento de Campos: “Lo más doloroso en casos como este, es que ambas personas quedan marcadas”

Héctor Noguera tampoco ha estado indiferente ante las recientes informaciones sobre el cierre de la investigación contra el actor Cristián Campos, acusado de abuso sexual por Raffaella di Girolamo, hija de su expareja Claudia di Girolamo. Tras diez meses de indagatorias, el juez Edgardo Gutiérrez, del 34º Juzgado del Crimen de Santiago, decidió cerrar el sumario y se espera que en las próximas semanas se dé a conocer el fallo y el sobreseimiento definitivo del actor.

Dada su cercanía con ambas partes, Héctor Noguera prefiere ser cauteloso. “Más que certezas, tengo solo preguntas al respecto”, dice.

“Lo primero que pienso es: independiente del fallo, ¿cómo se reinserta una persona que fue bloqueada y que enfrentó una denuncia así? ¿Quién se ocupa de esas personas, además de los terapeutas? ¿Quiénes apoyan a esas personas que nadie quiere apoyar? Hasta ahora hemos conocido casos en los que algunos lograron volver a aparecer y a tener trabajo, pero hay otras que no lo lograron y nunca más se supo de ellos”, dice.

Noguera critica también la sobreexposición del caso en los medios, así como las filtraciones y manipulación del expediente del caso. “La reinserción por cierto no es solo para quienes son denunciados y bloqueados, sino que corre también quienes denuncian. Para nadie es fácil denunciar. Lo más doloroso en casos como este es que ambas personas quedan marcadas y en muchos casos solas en su proceso de reinserción”. 

En el Caso Monsalve, la mujer que lo denuncia está pésimo y siguen filtrándose informaciones en la prensa que debiesen ser confidenciales, justamente para resguardarla. Con este otro caso (Campos) ha sucedido lo mismo. No ha habido un debido tratamiento de la información, ni mucho menos con esas personas y sus familias. Al contrario, ha habido un acoso y un seguimiento muy intrusivo para ambas partes, y eso puede ser muy perjudicial en el intento por retomar sus vidas”, concluye. 



Espectáculos
Héctor Noguera sinceró dificultad que enfrenta a sus 87 años como actor: lanzó profunda reflexión.

El actor planteó que la televisión no le genera mayores problemas, lo que cambia en el teatro.

Guido Macari Marimón
4 FEBRERO 2025

A sus 87 años, Héctor Noguera sigue más que vigente en la actuación y dirección; de hecho, por esos días prepara una obra de teatro inspirada en El Quijote, y durante el 2014 encarnó al papel más entrañable de Como la vida misma (Mega).
En aquella teleserie de la tarde-noche, intérprete a Armando, quien fue diagnosticado con Alzheimer, hasta su conmovedor deceso.
Ahora, entrevistado junto a Gloria Münchmeyer por Rodrigo Sepúlveda para Te invito (Mega), en una suerte de guiño con la melodramática ficción, el actor se refirió a la dificultad que le ha surgido con la vejez.


Tengo una gran memoria para los libretos de televisión”, destacó el intérprete, pero “en el teatro me cuesta muchísimo más”, aseguró sobre el “músculo” de la “memoria inmediata” o “corto plazo”, como se la conoce popularmente.
Acto seguido, el intérprete explicó que “es muy distinto el texto teatral”, y puso a modo de ejemplo que “ahora estoy haciendo una revisión de Hamlet (de William Shakespeare), lo que “me cuesta mucho”.
Es que le da por el clásico”, lo regañó con gracia Gloria, considerando la dificultad, extensión y profundidad del texto en cuestión.

La reflexión de Tito Noguera.

En cambio, “en televisión son cortas la escenas, no cuesta eso. Luego aludió a Como la vida misma: ”Pero perder la memoria de uno (por el Alzheimer), no la de un texto, es diferente e importante”, porque “yo creo que lo más íntimo y profundo que uno tiene es su propia memoria”.
“Uno no sabe de dónde viene, cómo nació, por qué se quedó ahí, por qué recuerda algunas cosas y otras no, entonces perder la memoria es perderte a ti mismo, perder tu identidad”.

“A tus momentos vividos...”, complementó “Sepu” cambió de tema al ver que Gloria se estaba alimentando con las delicias que tenían sobre la mesa: “Eres dulcera tú”, le comentó.

“Ya no hablo más cosas importantes”, se amurró medio en broma el actor, al percatarse que le cambiaron de tema: “Porque están pensando en la mermelada”, alegó.



Héctor Noguera: “Para mí lo más importante de todo es la actuación, es una meta que renuevo cada día”

Marcado por una vida dedicada a las artes escénicas, Héctor Noguera continúa vinculado a proyectos en cine, teatro y televisión, y prepara para el próximo año un libro que compilará distintos relatos autobiográficos sobre su vida como actor.

Por Lorena Caimanque

Lleva más de 60 años trabajando como actor y todavía sigue siendo lo más importante de su vida. A sus 83 años, Héctor Noguera reconoce que “avanza al día con lo que se le presenta”, y que cuando se trata del ámbito profesional nunca ha funcionado movido por grandes ambiciones: “Y sigo en eso porque para mí lo más importante de todo es la actuación, hacer teatro, cine y televisión, es una meta que renuevo cada día”.

Premio Nacional de las Artes de la Representación y Audiovisuales 2015, por estos días Noguera estrena en el GAM Bru o el exilio de la memoria, montaje sobre la vida y obra de la artista visual chilena-catalana, Roser Bru (Premio Nacional de Artes 2015), escrita e interpretada Amalá Saint-Pierre (nieta de la artista) y Francisco Paco López.

El montaje, destaca Héctor Noguera, es un biodrama que recorre la vida de la artista a través su obra y diversos documentos y recuerdos que, además de destacar el gran legado de Bru para las artes nacionales, abren la reflexión en torno a la importancia de conectarnos con nuestra propia historia y memoria.

“La obra no es solamente una descripción de la vida de Roser. También toca el tema de la memoria y la importancia de rescatarla porque de lo contrario no se hace una reflexión sobre lo que está pasando y el mundo en el que vivimos. La memoria finalmente es un reconocimiento de la propia identidad del país”.

─ ¿Y cómo evalúa la memoria de Chile respecto a sus artistas?

─ Creo que hay algunas figuras de la historia del arte que han sido valoradas más por la gente, por el pueblo de Chile. Donde no hay valoración es en las autoridades, en la clase política, en la clase empresarial. Ahí no existe valoración y se considera a las artes como un adorno, o sea si existen bien y si no, da lo mismo. Entonces no hay reconocimiento de la importancia de la actividad artística y del arte como un elemento constitutivo de la sociedad. A los artistas se nos considera como algo marginal, no se entiende su función.

Pero la gente sí valora, aprecia y quiere a sus artistas. Yo como figura del teatro y la televisión no me podría quejar de no ser valorado, por el contrario, me siento muy querido. Pero son las autoridades que no entienden la función del arte.

─ De ahí la importancia de valorarse entre los mismos artistas ¿Cómo te conectas personalmente con la obra de Roser Bru?

─ Es una obra fundamentalmente autobiográfica, ella pinta todo lo que le pertenece. Y ahí están sus exilios. Ella es una inmigrante, imagínate el aporte enorme que ha entregado una inmigrante de la Guerra Civil Española que se exilia en nuestro país. Es una vida entera dedicada al arte. Para ellos no es el país en el que nacieron, es más fuerte que eso porque es el país que los acogió.

─ ¿Qué particularidad tiene esta obra al ser escrita e interpretada por la propia nieta?

─ Creo que es muy importante que una nieta reconozca el valor de sus ancestros. O sea, en Bru o el exilio de la memoria es la propia Amalá la que habla, y lo hace tanto en relación con lo que significó tener una abuela artista del peso de Roser, como también refiriéndose a ella como una artista que sigue vigente, una mujer de una presencia enorme, que a pesar de tener una memoria frágil, sigue produciendo para el país, pintando todos los días.

La pérgola de las flores

En 1960, cuando daba sus primeros pasos en la actuación, Héctor Noguera recibe la invitación para ser parte del elenco original de la que sería una de las obras más importantes de la historia de Chile: La pérgola de las flores. Escrita por Isidora Aguirre, en su estreno el texto fue llevado a escena por destacadas figuras del teatro, entre ellas, Carmen Barros, Ana González, Silvia Piñeiro, Mario Montilles y Nelly Meruane.

"La pérgola de las flores fue el pretexto para que yo pudiese trabajar junto a figuras muy importantes del teatro chileno que se transformaron indirectamente en mis maestros. Para mí compartir con ellos fue una lección muy grande, mucho más que la escuela de teatro", recuerda Noguera, quien dirigirá una nueva versión de esta obra para ser estrenada en octubre en los escenarios del GAM.

“La historia, la música y el texto es el mismo, lo que cambia es la manera en que el elenco de ahora enfrenta a los personajes, pues ante los mismos estímulos, los actores de hoy reaccionan de manera diferente a los de antes. En esta versión el contenido social de la obra se rescata quizás con más claridad”, explica su director.

─ Después de tantos años, ¿por qué crees que esta obra sigue conectando con las personas?

─ La pérgola de las flores es una obra protagonizada por mujeres. Las heroínas, las pergoleras son mujeres, son las que llevan la batuta. Entonces todos esos elementos ahora se leen, se rescatan mejor que antes debido a que el feminismo ha adquirido hoy en día una nueva relevancia. Eso ayuda también a leer la obra desde otro lugar.

Es una obra que sigue siendo valorada hasta el día de hoy. Tú tienes que pensar que es mucha la gente que alguna vez la ha actuado no profesionalmente entonces es un texto que sigue vigente. Eso habla muy bien de Isidora Aguirre, pues fue una dramaturga que logró que una obra permaneciera en el tiempo y en la gente. Ese es uno de sus grandes legados.

─ Y fuera del teatro, ¿qué otros proyectos tienes planificados?

─ Estoy escribiendo un libro junto a mi hijo Damián que compila distintos relatos autobiográficos sobre mi vida en el teatro. Ha sido muy interesante porque este proyecto tiene que ver con hacer memoria sobre lo que tú has hecho y cómo lo has enfocado, y eso implica también un ejercicio importante de identidad. En este proceso he recordado junto a mi hijo hechos importantes de mi vida actoral, las primeras actuaciones, todo eso es fundamental, revivirlo y tenerlo presente”.





Culto
Héctor Noguera es elegido el mejor actor de la historia de Chile.

Una encuesta de Cadem ubicó al actor de 87 años como el más valorado del país. En el listado también aparecen Francisco Reyes y Jorge Zabaleta. Lee aquí los resultados.

Equipo de Culto
9 MAYO 2025

El mundo actoral chileno es vasto y diverso. Desde el teatro o la TV, los actores se han convertido en figuras reconocibles para gran parte de los chilenos, convirtiéndose algunos no sólo en figuras recurrentes del acontecer nacional, sino que también nombres apreciados por el público.
Por lo mismo, el reciente estudio 5C de la empresa Cadem intentó resolver a principios de mayo la gran pregunta: “¿cuál dirías que es el mejor actor de la historia de Chile?“.
El universo a consultar fue de hombres y mujeres de 18 años o más, de todos los niveles socioeconómicos y todas las regiones del país. La muestra consideró 700 casos. Margen de error de ±3,4 puntos porcentuales al 95% de confianza.

El mejor actor de Chile

¿Y cuáles fueron los resultados del estudio? Los encuestados posicionaron a Héctor Noguera como “el mejor actor de la historia de Chile”.

El director de teatro de 87 años se ubicó en lo más alto de la lista, con un 24% de las preferencias.
Más abajo, el actor Alfredo Castro quedó en segundo lugar con un 10% de opiniones positivas, seguido por Álvaro Rudolphy quien arrojó un 9%.

Francisco Reyes, Francisco Melo y Jorge Zabaleta, entre otros, siguieron en el conteo. En la última posición quedó Luis Gnecco, siendo mencionado con un 2%.

*Revisa aquí el listado:
  • Héctor Noguera (24%)
  • Alfredo Castro (10%)
  • Álvaro Rudolphy (9%)
  • Francisco Reyes (8%)
  • Francisco Melo (8%)
  • Jorge Zabaleta (7%)
  • Daniel Muñoz (6%)
  • Luis Alarcón (4%)
  • Cristián Campos (3%)
  • Luis Gnecco (2%)


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