Caricaturas de Barrister (Abogados) en revista inglesa Vanity Fair

viernes, 12 de julio de 2019

372).-Jueces y Abogados virtuosos, e infames.-a


Manuel Cortina y Arenzana
Manfred Roeder (Generalrichter)
 Juez Oswald Rothaug.
 Hermann Markl,  Fiscal 


 

Manuel Cortina y Arenzana

Manuel Cortina y Arenzana (Sevilla, 20 de agosto de 1802-Madrid, 12 de abril de 1879), fue un político español, de formación abogado. Aunque su profesión no era la de militar, participó activamente en la Primera Guerra Carlista y otras acciones bélicas en Andalucía, del lado de los liberales.
 ana karina gonzalez huenchuñir

Cortina y Arenzana, Manuel. Sevilla, 20.VIII.1802 – Madrid, 12.IV.1879. Político.

Si un hombre puede reclamar la dignidad de modelo de jurista, de profesional de la abogacía, de demócrata y de liberal, en medio de la trabajosa implantación y consolidación del Estado de Derecho en la España del siglo xix, ése es Manuel Cortina y Arenzana. Había nacido en Sevilla en 1802 y ya en 1818 se licencia en Leyes por la Universidad Hispalense.(Sevilla)
Comprometido desde muy joven con las convicciones políticas más liberales, incorporado a la Milicia Nacional, desempeña relevante papel en la defensa de las últimas posiciones constitucionalistas en el Trocadero, ante las tropas invasoras del duque de Angulema, que, por sorpresa, habían atacado Cádiz.
En el itinerario vital de Manuel Cortina pronto se entrelazan el ejercicio profesional de la abogacía, que se inicia con su incorporación al Colegio de Abogados de Sevilla, el 10 de febrero de 1822, y su presencia en la política, a la que se dedicó durante más de un decenio con auténtica pasión democrática, serena pero infatigable.
Cortina, que tomó parte en la política municipal y fue regidor en Sevilla, peleó en la Primera Guerra Carlista con inteligencia, valor y carácter, como uno de los más egregios representantes del fecundo venero del liberalismo andaluz, destacando hasta el extremo de ser, ya en aquella época, condecorado y honrado con la Orden de Isabel la Católica en razón a su papel en la batalla de Majaceite contra la expedición carlista del general Miguel Gómez.
En 1834 sufre persecución política y padece cárcel por sus ideas. En 1835 es elegido diputado a Cortes y también desempeña la alcaldía de su ciudad natal.
Y en 1838, tras la aprobación de la Constitución de 1837 que defendió con vehemencia y convicción, obtuvo un mandato popular en el Congreso de los Diputados naciente, a cuya vicepresidencia accedió seguidamente.

Escéptico ante el desempeño público de la Reina Gobernadora, y convencido de la necesidad de profundizar el programa liberal de acuerdo con su más avanzada acepción, apoyó el Pacto de Vergara en una célebre intervención parlamentaria, secundó el programa político del general Espartero y accedió al ministerio de la Gobernación en 1840, tras el final de la regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y el nombramiento del príncipe de Vergara como regente del reino. Tres años después era elegido presidente del Congreso de los Diputados.
Y es precisamente en 1843, con poco más de cuarenta años, “nel mezzo del camin della nostra vita”, como diría Dante al comienzo de La Divina Comedia, cuando dos acontecimientos cambiaron la vida de Manuel Cortina para siempre: su nombramiento como presidente de la Comisión General de Codificación y la declaración de la mayoría de edad de la Reina, una niña de apenas trece años.
En las elecciones de marzo de 1843 triunfa la mayoría progresista, y el regente Espartero le ofrece la presidencia del nuevo Gobierno, que Cortina rechaza, dando paso al Gobierno de Joaquín María López.
Cortina preside en ese momento el Congreso de los Diputados por un período muy breve. Pero deja la impronta de la claridad de su pensamiento político y su extraordinaria calidad moral en el texto del “Proyecto de Contestación al Discurso de la Corona”, en el que hace un llamamiento a las exigencias del buen gobierno, la reconciliación de todos los españoles y la reforma de la administración de Justicia como clave de la verdadera modernización de España. Su despedida como presidente pasaría a la historia del parlamentarismo español.
Manuel Cortina tiene poco después ocasión de decantar definitivamente su vocación por el Derecho en una coyuntura política adversa, defendiendo a su amigo y correligionario Salustiano de Olózaga, encarcelado junto con Pascual Madoz, por el Gabinete González Bravo. El propio Cortina, con enorme pesar, ha de abandonar la Comisión General de Codificación, que había presidido desde su fundación. Allí termina su etapa de mayor dedicación política en medio de un giro de la política nacional que habría de desembocar en la Constitución moderada de 1845.
A pesar de que Cortina había basculado ya su trayectoria personal de forma decidida hacia el ejercicio de la abogacía, aún tuvo que padecer una segunda prisión política. Así eran entonces los vaivenes de la convulsa política española. Su defensor fue en esta ocasión Joaquín María López. De la prisión marchó al exilio.

Manuel Cortina refugia sus decepciones y convicciones en Francia, histórica morada de tantos campeones de las libertades en nuestra contemporánea historia, instalándose en Bayona. Allí, en la capital del Adour, conoció que el 21 de diciembre de 1845 la Junta General de la corporación de los abogados madrileña le había elegido como su diputado 5.º in absentia. Unos meses después regresaba a Madrid, para ser elegido diputado 2.º Al año siguiente, el 18 de diciembre de 1847, Manuel Cortina y Arenzana se convertía en decano con el voto de setenta y siete de los ochenta electores. Sucesiva e ininterrumpidamente reelegido, desempeñó el cargo hasta su muerte en 1879.
Con la incorporación de Cortina al liderazgo de la abogacía profesional, España perdía definitivamente a un auténtico y señalado político democrático, pero ganaba un jurista consagrado a la causa de la razón, de la civilización, y del Derecho, que es tanto como decir la causa de la libertad. Los abogados madrileños hallaron en el dinamismo infatigable de su nuevo decano un auténtico refundador de una institución entonces ya casi tres veces centenaria, pero carente, a la sazón, de instalaciones dignas de tal denominación, de ingresos ordinarios, de biblioteca y servicios para sus integrantes.
Consiguió Cortina el reconocimiento normativo de los colegios, la exigibilidad de cuotas de entrada y periódicas; y a partir de la Real Orden del Ministerio de Gracia y Justicia de 27 de marzo de 1851, que concedía al Colegio el bastanteo de poderes con el tipo de 10 reales por cada uno, los ingresos de la institución adquirieron volumen y estabilidad y fueron durante más de un siglo una de las claves financieras de la corporación de los abogados madrileños y, por tanto, una consolidada garantía de su independencia.
Y apenas un año después, el 14 de enero de 1852, el decano conseguía una subvención de cuatro mil reales con objeto de engrosar los fondos de su renaciente biblioteca, a cuya formación, desarrollo y funcionamiento dedicó gran parte de sus esfuerzos. Dotó al Colegio de una sede digna y exigió y obtuvo el reconocimiento de los honores y precedencias de la representación institucional de la abogacía en las salas y actos de Justicia.

La dignificación de la abogacía, como una profesión invariablemente unida al sentido, al contenido, al estilo y al programa modernizador del Estado de Derecho, representó una contribución esencial a la definición de una nueva y moderna concepción de las relaciones sociales. El abogado se convirtió en el símbolo del compromiso de la sociedad civil, y especialmente de sus más cualificados profesionales, con el proyecto político de la España liberal. Su defensa de estos valores de la profesión alcanza un punto culminante en su oposición a la reforma procesal del marqués de Gerona, quien en su Instrucción para arreglar el procedimiento de los negocios civiles había lanzado una violenta acusación contra la magistratura y la abogacía. El alegato de Cortina ha pasado a la historia por su profunda fundamentación sobre la naturaleza de estas profesiones y por la gallardía con que fue expresado.
La trayectoria profesional de Cortina explicita en todo momento la coherencia de sus convicciones.
Cuando el asalto a Palacio del general Diego de León, Cortina convoca y comanda personalmente la Milicia Nacional que, con los alabarderos, defiende y salva a la reina niña. Pero, superado el episodio, asume la defensa de alguno de los conspiradores para mostrar su convicción sobre la esencialidad del Derecho de Defensa en una sociedad libre. Su sentido de la lealtad institucional le llevó a asumir la defensa de la Reina Gobernadora, cuando en 1854, mucho después del fin de su mandato, se inició una información parlamentaria para hacer una revisión, que Cortina consideraba injusta, de algunos episodios y comportamientos de la que fue Reina Gobernadora durante la etapa en que desempeñó la Regencia.
Con convencida y anticipada visión, proclamó entonces Cortina la imposibilidad de juzgar sin acusar previamente, la necesidad de oír previamente a las defensas.
Se significa en aquel tiempo el decano Cortina como líder del pensamiento y la acción jurídicos en un tiempo de enorme trascendencia para el progreso del Derecho moderno. El abogado se consolida como el más fiel e inmutable asistente del ciudadano en la defensa de sus derechos y de sus libertades. El compromiso público del decano de los abogados madrileños, reelegido por sus colegas en treinta y una ocasiones consecutivas, aportaría un testimonio personal y un ejemplo de decoro profesional al que los colegiados de Madrid habrían de honrar con su propio compromiso y su propio testimonio en aciagas circunstancias de la historia de España, que aún estaban por llegar.

Manuel Cortina retornó en 1854 a la presidencia de la Comisión General de Codificación, que ya había desempeñado en el momento de la creación de este significativo órgano de elaboración legislativa. Con pragmatismo entonces poco común, la comisión presidida por Cortina inició sus trabajos con una organización y suficiencia presupuestaria que muestran su sentido de la eficacia del servicio público. Su participación en el proceso codificador en circunstancias singularmente apremiantes del trabajo de la Comisión, completa la participación ya habitual de los colegiados madrileños en todas las grandes iniciativas legislativas en un período fecundo en realizaciones.
Manuel Cortina cuidó de manera muy especial la calidad y el pluralismo de los insignes juristas que incorporó a la Comisión de Códigos y arbitró los medios para que pudieran dedicarse a la inmensa tarea pendiente. Si ya desde la primera etapa (1843) se había contado en la comisión con Bravo Murillo, Pérez Hernández, González Bravo, Seijas Lozano, García Goyena, Pacheco, etc., en su segundo período (1854) se incorporaron a las tareas de la comisión Gómez de la Serna, Alonso Martínez y otros grandes juristas que asumieron en aquellas décadas la redacción de la primera Ley de Enjuiciamiento Civil española, la Ley de Organización Judicial, la revisión del Proyecto de Código Civil, la reforma del Código Penal, la preparación de la Ley Hipotecaria las bases de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Esta materia de la modernización del proceso penal en España constituyó permanente preocupación de Cortina. En su primera época al frente de la Comisión de Códigos ya se habían remitido al Gobierno de entonces las bases del juicio por jurado en materia de delitos de imprenta —las libertades, siempre las libertades—, luego extensibles a otros delitos en el proyecto de Bases para el Enjuiciamiento Criminal.

Años después, en la segunda época de Cortina al frente de la Comisión siguió siendo esa su principalísima preocupación. Cuando en 1869 cesó, a petición propia, en la presidencia de la Comisión, el proyecto era ya fruta madura que habría de promulgarse en 1872. Los méritos técnicos de esa ley tienen un protagonista egregio, Alonso Martínez; mas fue elemento esencialísimo en su realización la perseverancia de Cortina en el impulso y en la superación de las muchas trabas e interrupciones que fueron surgiendo en el proceso de elaboración de aquella norma.
En todo aquel tiempo, la Comisión General de Codificación contó con la intervención de los Colegios de Abogados en las tareas legislativas, cuyas aportaciones dieron extraordinaria vitalidad a aquel brillante período de formación de nuestros más significados y modernos textos legislativos, que conformaron nuestro Derecho durante la centuria siguiente.
Manuel Cortina persiguió la dotación de un nuevo estatuto legal para la abogacía, y muy especialmente la aprobación del libre ejercicio de la profesión a lo largo de todo el territorio de la Monarquía, reivindicación que habría de plasmarse en los Reales Decretos de 31 de marzo de 1863. La abogacía alcanzaba un público reconocimiento que habría de verse plasmado en la Ley Orgánica del Poder Judicial de 15 de septiembre de 1870, que dedicaba todo un título, el XXI, a los abogados y procuradores. La obra de Manuel Cortina y Arenzana podía considerarse culminada.
Formó parte de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación que presidió por dos veces, en 1850 y 1855. En 1857 ingresó también en la Real Academia de Ciencia Morales y Políticas.
Apenas dos años después, durante el reinado de Amadeo I, Manuel Cortina recibía por segunda vez la oferta de presidir el Tribunal Supremo. Habría de declinarla.
Comenzaba a encontrarse enfermo, y a pesar de sus ruegos, sus compañeros continuaban reeligiéndole para continuar al frente del decanato madrileño, que habría de ostentar hasta 1878, casi hasta el umbral de su fallecimiento.
Se cerraba, así, una auténtica era de la historia democrática española. Manuel Cortina defendió el histórico proyecto liberal español frente a todos sus enemigos, durante los últimos estertores del Trienio Liberal y durante los conflictos carlistas; durante la gobernación de María Cristina y la regencia de Espartero; durante el reinado de Isabel II, el Sexenio Revolucionario y en el umbral de la Restauración. Creyó firmemente en el Estado de Derecho. Y creyó en la abogacía. En su compromiso firme con los ciudadanos, con sus derechos y libertades. En su compromiso con la causa de la emancipación humana.
La modernidad que Cortina aportó a su trabajo tiene hoy formas diferentes y avanzadas; pero no puede prescindir de la sólida cimentación que sentaron quienes, como él, ensoñaron la libertad y cultivaron y practicaron el derecho como el más ético, realista y eficaz camino para alcanzarla.

Obras de ~: A sus conciudadanos: El Comandante de Segundo Batallón de Milicia Nacional de esta ciudad, Sevilla, Imprenta de Joaquín Roselló, 1838; Defensa oral: en la causa criminal sobre conato de asesinato, que D. Felipe Leoncio de Mena siguió contra su cuñado D. Antonio Vidal, ante el Supremo Tribunal de Guerra y Marina en su Sala de Justicia el día 6 de abril de 1842, Madrid, Imprenta de D. F. Suárez, 1842; Memoria leída por Manuel Cortina en la Junta General celebrada el día 5 de diciembre de 1852, Madrid, Imprenta Nacional, 1852; Dictamen dado a S. M. La Reina Doña María Cristina de Borbón, sobre el de la Comisión de las Cortes constituyentes de 1854, encargada de la información parlamentaria relativa a su persona, Madrid, Imprenta de El Fénix, 1857; Dictamen sobre los derechos que asisten al Banco Hipotecario de España contra el estado por haberle éste privado de los beneficios que le correspondían según la ley de su creación y recursos que ha de ejercitar para hacerlos efectivos, Madrid, Est. Tipográfico de R. Labajos, 1874.

Bibl.: P. Barbadillo Delgado, Historia del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, Madrid, Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, 1956-1960, págs. 60, 65, 151, 163-164, 194 y 226- 228; M. García Venero, Orígenes y Vida del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, Madrid, Colegio de Abogados de Madrid, 1971, págs. 206-219 y 227-258; R. Pérez Bustamante et al., El ilustre Colegio de Abogados de Madrid 1596-1996, Madrid, Colegio de Abogados de Madrid-Banco Bilbao Vizcaya, 1996; J. S antos Torres, Manuel Cortina: el Hombre, el Político, el Abogado (1802-1879), Sevilla, Colegio de Abogados de Sevilla, 1996; L. Martí Mingarro, II Centenario del nacimiento del Excmo. Sr. D. Manuel Cortina y Arenzana (1802-2002), Madrid, Colegio de Abogados de Madrid, 2002.

 

 

 

 

Manfred Roeder (Generalrichter)



uniforme militar

Manfred Roeder (Kiel, 20 de agosto de 1900 - Glashütten, 18 de octubre de 1971) fue un juez militar alemán durante el nacionalsocialismo.
Fue responsable por sentenciar 56 ejecuciones entre ellas las del grupo Capilla Roja, Dietrich Bonhoeffer, Wilhelm Canaris y Hans von Dohnanyi. Desde enero de 1945 fue nombrado mayor general de justiciade la fuerza aérea.
Tras la derrota de Alemania en la segunda guerra mundial, hubo intentos por parte de los sobrevivientes de la orquesta roja y Autoridades militares estadounidenses ocupación  de investigar los enjuiciamientos de los miembros de la Orquesta Roja y otros traidores, pero Roeder nunca fue condenado por ningún delito.

biografía

Roeder, hijo de un magistrado de Landgericht (un tribunal de nivel medio en el sistema judicial actual de Alemania.) de Kiel , sirvió en la Primera Guerra Mundial, en regimiento  83ª Artillería de Campo como teniente. Más tarde recibió una Cruz de Hierro (2º clase) por haber sido herido.  
Después de la guerra, Roeder se unió a los Freikorps y más tarde fue a la universidad para obtener un título en derecho. 
Ingreso a carrera judicial en 1934 y poco después, nombrado  juez militar  en los servicios legales de la Luftwaffe en abril de 1935. Roeder fue el investigo el caso espionaje de la Orquesta Roja y más tarde Se convirtió en el fiscal. 
Roeder era conocido por Hitler y Göring como uno de los jueces militares más duros y leales; los presos lo apodaron "juez de horca de Hitler
(Hitler's blood judge)",  un nombre también dado a Roland Freisler .

Investigaciones posteriores a la guerra y batalla legal 


El 15 de septiembre de 1945, el ex ministro de Cultura prusiano Adolf Grimme , amigo del ejecutado Adam Kuckhoff y ex miembro de la Orquesta Roja, presentó una querella contra Roeder por perversión de la justicia en su papel de juez investigador y fiscal del caso. 
 Unos meses más tarde, el Ejército de los EE. UU, comenzó a investigar el caso de Mildred Harnack, una estadounidense  y esposa de uno de los principales miembros de la Orquesta Roja. Ella conoció y se casó con Arvid Harnack en Wisconsin , luego lo siguió a Alemania en 1929. Ambos fueron arrestados en conexión con la Orquesta Roja y acusados ​​por los nazis de ser espías para la Unión Soviética .
El Grupo de Crímenes de Guerra del Ejército de EE. UU. Comenzó a investigar el caso de Mildred Harnack por denegación del debido proceso en febrero de 1946. Aunque su arresto se mantuvo en secreto y se le negó el derecho de escuchar o confrontar a sus acusadores y el Ejército, determinó que ella y su esposo había sido torturado,  en noviembre de 1946, el Grupo de Crímenes de Guerra determinó que su caso había sido manejado adecuadamente.
En 1951, el abogado fiscal en Lüneburg detuvo de manera similar el caso perseguido en el sistema legal alemán por falta de sospecha razonable. El informe final llegó a la conclusión de que los juicios ante el tribunal de guerra del Reich no eran objetables y que los acusados ​​habían sido condenados a muerte, ya que en todas las épocas la traición ha sido considerada como el "crimen más ignominioso" y los participantes en el 20 de julio. 
El complot de 1944 para asesinar a Hitler fue en gran medida impulsado por la traición y el espionaje. 

Grados del servicio de justicia militar 



Título de servicio
1944/45
Designación
civil
 correspondiente
Rango militar correspondiente

StabsrichterAmtsgerichtsratHauptmann /
 Kapitänleutnant


OberstabsrichterLandgerichtsratMajor /
Korvettenkapitän

Oberfeldrichter / GeschwaderrichterOberamtsrichterOberstleutnant /
 Fregattenkapitän

Chefrichter
(später Generalrichter / Admiralrichter)
etwa
 Landgerichtspräsident
Generalmajor /
 Konteradmiral

Generalrichter / AdmiralrichterReichsgerichtsrat

Reichsanwalt

Generalstabsrichter / AdmiralstabsrichterOberreichsanwaltGeneralleutnant /
Vizeadmiral

Senatspräsident am
 Reichsgericht


Generaloberstabsrichter
Ministerialdirektor
im
Reichsjustizministerium
General (mit Zusatz der Waffengattung)
A principios de la década de 1950, Roeder continuó descaradamente sus ataques públicos y difamación a los miembros supervivientes de la "Orquesta Roja". Citó el costo de su "traición" en términos de pérdidas militares alemanas, mientras que ocultaba los millones de muertes causadas por el régimen nazi que él mismo todavía defendía. 
                       Manfred Roeder, testigo en los Juicios de Núremberg, 1947.

Adolf Grimme , Günther Weisenborn , y particularmente Greta Kuckhoff , intentaron presentar querella contra Roeder por "crímenes de lesa humanidad" por haber usado tortura,  pero el caso fue demorado por el abogado fiscal  en Lüneburg hasta finales de la década de 1960. En ese punto se cerró investigación. No se presentó ningún caso contra Roeder para determinar si su método de uso de la tortura para obtener información o las sentencias que siguió en la corte constituían delitos. 
Después de la guerra, Roeder era un miembro visible y activo de la CDU (Democracia Cristina Alemana), sirviendo en varias empleos públicos, incluido el teniente de alcalde en su comuna de Glashütten , en Taunus.

 


FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR


Glashütten es un municipio situado en el distrito de Hochtaunus, en el estado federado de Hesse (Alemania). Su población estimada a finales de 2016 era de 5414 habitantes.
Se encuentra ubicado en el centro del estado, a poca distancia al norte del río Meno, uno de los principales afluentes del Rin.


La Orquesta Roja o La Capilla Roja. 

(en alemán: Die Rote Kapelle) fue una red de espionaje de los Aliados formada durante la Segunda Guerra Mundial e integrada por ciudadanos alemanes y de otras nacionalidades en contra de los nazis.

Comenzó a formarse en 1939, cuando Leopold Trepper, un agente del Servicio de Inteligencia de la URSS, estableció una red de inteligencia. La formación de la red sucedió luego de las purgas estalinistas, donde cayera como "cabecilla" el legendario Mariscal de la Unión Soviética Mijaíl Tujachevski, en el marco de la política no-beligerante con la Alemania nazi, Pacto Ribbentrop-Mólotov.

Su misión era recoger información en Holanda, Francia, Suiza y Alemania. El círculo de espías tenía tres ramas importantes: la red francesa, la belga y la holandesa, la red de Berlín y el Círculo de "Lucy" que operaba en la segura y neutral Suiza. Asimismo hubo una red japonesa. Los miembros de la red eran conocidos por los alemanes como "pianistas", dado que transmitían sus mensajes usando el telégrafo operado manualmente. La red aportó información prioritariamente a los soviéticos, pero también la compartía con los aliados ingleses.

La importancia de la red de Berlín en la Segunda Guerra Mundial fue primordial para desmantelar la estrategia alemana en la batalla de Stalingrado (la Orquesta Roja causó por lo menos la muerte de 250 000 soldados del Eje suministrando detalles estratégico-operativos del Frente del Este, e intervino igualmente suministrando informaciones sobre fabricación de armas y los cohetes V1 y V2).

Por saber, sabía incluso la fecha exacta de la entrada de Alemania en guerra contra la URSS, información sobradamente contrastada. Los alemanes descubrieron la red por casualidad, en Bélgica, a fines de 1941; la investigación les reveló que era la red de espionaje más amplia y profunda que poseían los Aliados.

La contrainteligencia alemana terminó descubriendo setenta y cuatro emisoras de la Orquesta Roja; más tarde se supo que eran más de quinientas. Las principales funcionaban en Lieja, Gante, Bruselas, Estambul, Atenas, Belgrado, Ginebra, Viena, Roma, París, Ámsterdam, Berlín, Neuchâtel, Madrid, Barcelona, Amberes, Estocolmo, Copenhague, Trondheim, Lyon, Marsella y Lille. Sólo en París había una treintena.

En esas actividades participó la red suiza conocida como Trío Rojo. Su principal agente era Rudolf Roessler, de nombre en clave "Lucy", con uno o varios importantísimos informantes dentro del OKH, todavía hoy desconocidos; su mayor éxito fueron las informaciones previas a la Operación Citadelle. Roessler era considerado un patriota por sus amigos, pero pasaba información a través de Suiza al agente Alejandro Radolfi (Sandor Radó), alias "Dora", que retransmitía sus informes a Moscú. Su hermana estaba casada con el director de orquesta Hermann Scherchen, también colaborador.

Muchos de los agentes eran alemanes de los más diversos estratos de la sociedad, artistas, escritores, estudiantes, comerciantes y militares con tendencias políticas opuestas al régimen, no necesariamente comunistas. Pero el núcleo dirigente estaba formado por comunistas confesos que habían podido escapar a la represión hitleriana: el teniente de la Luftwaffe Harro Schulze-Boysen, sobrino segundo del almirante Tirpitz, y Arvid Harnack del Ministerio de Economía del Reich, sobrino del famoso historiador Adolf von Harnack.

El escritor Adam Kuckhoff, el teniente segundo Herbert Gollnow, J. Wenzel, agente de la Internacional Comunista en Bruselas, la condesa Ericka de Brockdroff y el profesor W. Kraus (Marburgo), quien distribuía el periódico ilegal El Frente Interior, repartía octavillas y reclutaba a trabajadores inmigrantes. Ilse Stöme estaba infiltrada en el Servicio de Información de Asuntos Extranjeros; el coronel de la Luftwaffe Erwin Gras y Horts Helmamm, que operaba en la oficina de claves del contraespionaje, la bailarina Olga Schottmüller, la vidente Anna Krause y el diplomático Rudolf von Scheliha. Al igual que otras asociaciones, como el Frente Negro y la Rosa Blanca, luchaban contra Hitler desde el interior.

​ La eficacia de la red llegó a ser tal que cualquier decisión del Alto Estado Mayor alemán (OKH) se conocía por los Aliados sólo con una diferencia de nueve horas desde que era tomada. Pero quizá el más famoso y anónimo espía de la Orquesta Roja fue Leopold Trepper, quien diseñó la arquitectura de la red, era conocido como "Gran Jefe" y se ocupaba de la red franco-belga.
La red berlinesa de la Orquesta Roja fue desmantelada en parte por la Gestapo el 31 de agosto de 1942. Se hicieron más de 600 arrestos en Bruselas, París y Berlín. Entre los arrestados había miembros de la Abwehr, Ministerio de Propaganda, Ministerio del Trabajo, Ministerio del Exterior y la oficina administrativa de la ciudad de Berlín.
Los procesos judiciales se llevaron en el más estricto secreto; hubo 58 condenas a muerte, los hombres ahorcados y las mujeres guillotinadas, y muchas otras a cadena perpetua.

 Adolf Hitler, exigió un “castigo acelerado e intensificado” de los acusados ​​y encargó a Hermann Göring que supervisara el caso extremadamente explosivo.
El 14 de diciembre de 1942,trece  de los encarcelados en Spandau , incluidos John Graudenz, Kurt Schulze, Kurt Schumacher, Horst Heilmann, Erwin Gehrts y Herbert Gollnow , se enteraron de que se había fijado una audiencia para el día siguiente ante el Segundo Senado de la Corte Marcial del Reich. No se hizo ningún anuncio en los siguientes procesos.
 El juez presidente fue el presidente del Senado, Alexander Kraell. Hermann Göring nombro como fiscal militar  a Manfred Roeder , a quien se consideraba un "sabueso de Hitler" debido a sus duras negociaciones en el NSDAP, al tribunal específicamente para este juicio.

Todas las negociaciones se llevaron a cabo en secreto. Se asignaron defensores públicos a los acusados ​​a los que solo se les permitió hablar poco antes del juicio o no se les permitió hablar; Durante el juicio se sentaron a doce metros de distancia para evitar cualquier comunicación. En el centro de la "evidencia" preparada por los interrogatorios incontrolados de la Gestapo se encontraba el espionaje y la actividad subversiva, que se consideraba alta traición  y se castigaba con la pena de muerte . 
Roeder usó el proceso no solo para establecer los crímenes, sino también para retratar de manera integral las relaciones privadas de los acusados ​​con el fin de mostrarlos como personas inmorales completamente depravadas, para humillarlos y quebrantarlos.

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Placa

El Caso Katzenberger fue un notorio juicio bajo las leyes del Régimen Nazi en Alemania. Un empresario judío prominente en la comunidad de Núremberg, Lehmann (Leo) Katzenberger, fue acusado de tener una relación amorosa con una joven "de raza aria", hecho que lo llevó a ser sentenciado a muerte el 14 de marzo de 1942. El juez de aquel juicio, más tarde fue procesado en los Juicios de Núremberg y condenado a cadena perpetua. El caso y la condena del juez nazi fueron abordados por el guión de la película de 1961 "Judgment at Nuremberg" (El juicio de Núremberg o Juicio en Nuremberg)​

Circunstancias

Junto con sus dos hermanos, Leo Katzenberger (nacido el 28 de noviembre de 1873 en Maßbach próximo a Bad Kissingen) era propietario de una gran tienda de calzados y de una red de ventas que se esparcía por el sudeste de Alemania. Como un prominente miembro de la comunidad judía de Núremberg, en 1939 fue el principal dirigente de la Organización Cultural Judía de esta ciudad. Tenía una antigua amistad con una joven fotógrafa, Irene Seiler (después Scheffler), que había alquilado habitaciones en su bloque de apartamentos (desde 1932) que quedaban cerca de su oficina de trabajo. Se escucharon cotilleos durante años sobre un eventual romance entre Seiler y Katzenberger.

Juicio

Katzenberger acabó siendo denunciado a las autoridades y fue detenido el 18 de marzo de 1941 bajo la acusación de desobediencia a la Rassenschutzgesetz o Ley de Protección Racial, una de las leyes raciales de Núremberg, que consideraba como crimen que judíos y no judíos mantengan relaciones sexuales. Leo Katzenberger negó las acusaciones, al igual que hizo Irene Seiler, que declaró que las relaciones mantenidas por los dos eran como si fueran padre e hija. El tribunal inicialmente consideró que había pocas pruebas para proceder con la denuncia.

El caso, sin embargo, atraería la atención de Oswald Rothaug, un juez conocido por su severidad y apoyo ferviente al nazismo, que ordenó que los autos pasaran a sus manos.​ Oswald percibió la publicidad que el juicio podría tener y el impulso que daría a su carrera (mostrando sus credenciales nazis) si condenara al reo judío.
Ninguna prueba definitiva fue presentada y la sentencia normal sería prisión por varios años. Sin embargo, la Volkschädlingsgesetz (ley marcial) estaba en vigor y bastó un simple testimonio sobre Katzenberger que aseguraba que había sido visto dejando el apartamento de Seiler "cuando ya estaba oscuro" para que Rothaug aplicara la pena de muerte contra él.

Consecuencias

Leo Katzenberger fue guillotinado en la Prisión Stadelheim en Múnich el día 2 de junio de 1942. Irene Seiler fue considerada culpable por perjurio cuando negó la relación y fue condenada a dos años de detención (las mujeres no podían ser encuadradas en la Ley de Protección Racial).

Oswald Rothaug fue trasladado para un cargo de fiscal en Berlín en 1943, no habiendo conseguido llegar a Juez como quería. En 1947 fue procesado por los estadounidenses, principalmente por su papel en el caso Katzenberger, y sentenciado a cadena perpetua. Quedó libre en diciembre de 1956, a los 59 años de edad. Murió en Colonia, en 1967.
El caso Katzenberger es señalado como un episodio del extremo antisemitismo en la Alemania Nazi y de su distorsionado sistema judicial. La película "Judgment at Nuremberg" ( El juicio de Núremberg o Juicio en Nuremberg) se basó vagamente en ese caso, con Spencer Tracy interpretando al juez estadounidense  que presidió el juicio y Judy Garland, nominada al Óscar por su actuación como una mujer inspirada en Seiler.


  


 Juez Oswald Rothaug.


retrato


(17 de mayo de 1897, en Mittelsinn - 4 de diciembre de 1967, en Colonia ) fue un juez y  jurista nazi. En junio de 1933, Rothaug fue nombrado fiscal en Nuremberg , y en abril de 1937 se convirtió en director de la corte regional en Schweinfurt . 
 En 1942, condenó a muerte a un trabajador de esclavos polaco de 25 años de edad , explicando que "la inferioridad del acusado es clara, ya que él es parte de la subhumanidad polaca".
Rothaug buscó y presidió el juicio de Leo Katzenberger en marzo de 1942, ordenando su ejecución por "corrupción racial" en mayo de 1943.  Rothaug acusó al anciano judío de tener relaciones sexuales con una joven alemana, Irene Seiler, que fue un crimen en la Alemania nazi de acuerdo con las leyes Rassenschande o "pureza racial", una parte de las Leyes de Nuremberg . Tanto Katzenberger como Seiler negaron las acusaciones. Después del juicio, Rothaug fue llevado a Berlín como miembro del Tribunal Popular Nazi .
Durante los juicios de Nuremberg, Rothaug fue condenado a cadena perpetua el 14 de diciembre de 1947 por crímenes contra la humanidad. 

Fue el único acusado que no fue condenado por todos los cargos, fue declarado culpable solo de "crímenes de lesa humanidad", y no culpable de "crímenes de guerra por el abuso del proceso judicial y penal" "membresía en una organización criminal"

No obstante, el tribunal comentó en su sentencia:
Por sus modales y métodos, hizo de su corte un instrumento de terror y se ganó el miedo y el odio de la población. De la evidencia de sus asociados más cercanos, así como de sus víctimas, encontramos que Oswald Rothaug representaba en Alemania la personificación de la intriga y la crueldad nazis secretas. Era y es un hombre sádico y malvado. Bajo cualquier sistema judicial civilizado, podría haber sido acusado y destituido de su cargo o condenado por prevaricación en el cargo a causa de la maliciosa intriga con la que administraba la injusticia.
Su sentencia fue reducida a 20 años y fue puesto en libertad condicional el 22 de diciembre de 1956.

 

 



 Hermann Markl,  Fiscal 



(nacido el 8 de junio de 1908 en Radelsdorf, † 2000 ) fue un abogado alemán que en 1942 trabajó como fiscal en Nuremberg en la sentencia de muerte contra Leo Katzenberger por Hermann Markl se unió a la SA en 1934 y al NSDAP en 1935 . En 1942, como fiscal, acusó a Leo Katzenberger de presunta "corrupción racial "

En su acusación, Markl Katzenberger describió, entre otras cosas, como un "enemigo peligroso del pueblo""los judíos son nuestra desgracia" y "los culpables de la guerra". Katzenberger era el tribunal especial Núremberg, dirigido por Oswald Rothaug condenado a muerte y ejecutado en junio de 1942.
La "protección  racial" generalmente se castigaba con prisión; La sentencia contra Katzenberger es una de las cinco penas de muerte conocidas por este "delito".
 En 1951, Markl fue readmitido en Baviera como magistrado y ascendido al Consejo Superior de la Corte Regional después de cuatro años.
Trabajó como juez en el Tribunal Regional Superior de Múnich, donde se retiró a principios de 1962 después de que su papel en el juicio de Katzenberger llamara la atención del público a través de la película El juicio de Nuremberg, y los estudiantes de Múnich se manifestaron en su contra,  Markl recibió una íntegra jubilación y actuó como un guardián para el cuidado de niños católica en Munich.
Markl había sido miembro de la asociación de estudiantes KDStV Radaspona de  Regensburg desde 1927, más tarde se convirtió en miembro de la KDStV Vindelicia Munich.

 

 


Tiempo 

jueves, 11 de julio de 2019

372).- Historia de los Barrister.-a



Sligo Jury Turns Water into Whisky, 1860

FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR





El jurado de Sligo convierte el agua en whisky, 1860

FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR

 25 FEBRERO 2021

Del Belfast News-Letter, 17 de marzo de 1860:

“ A DISTRESSED JURY

Mientras el jurado se reunía para juzgar el caso de Michael Lynot, acusado de cometer un asalto agravado a Pat Sexton, estaban encerrados considerando su veredicto, el juez Hayes acudió al tribunal el lunes por la noche, a las diez en punto, para determinar si habían acordado . Llamado al jurado,The Foreman  informó a su señoría que no había la menor posibilidad de que estuvieran de acuerdo, cuando el juez expresó su pesar por verse obligado a dejarlos a cargo de alguaciles toda la noche.

The Foreman hizo un fuerte llamamiento por refrigerios y logró obtener una orden del sheriff para un suministro de agua fresca de manantial procedente de la bomba de la corte. Cinco recipientes de hojalata, que se suponía que estaban llenos de esta bebida refrescante, fueron llevados a la puerta de la sala del jurado por los mensajeros del guardián del tribunal, y casi habían sido introducidos dentro, cuando un policía curioso quitó las placas muy hermosas. que cubría los recipientes con el fin de preservar el contenido del polvo. El cuidadoso oficial encontró esto lleno, pero no completamente con agua, ya que un examen de pesca del interior fue recompensado con el descubrimiento de varias botellas que contenían líquido de una calidad más estimulante. 

La producción de estos ante su señoría y la corte creó una sensación viva. Su señoría inició inmediatamente una investigación para determinar el autor de la violación de su orden, pero como no se pudo obtener nada de un carácter definido, se complació en ordenar simplemente que las botellas y su contenido, que se suponía que eran buenos Islay, debían ser confiscado para uso del condado. La decepción del jurado por la incautación de sus relieves fue indescriptible, y tal fue el efecto sobre uno de los sitiados que luego se apoderó de él con fiebre de sala de jurados y el juez, con los otros once, le dio de alta amablemente en las dos de la mañana.
 The Sligo Chronicle . "

¡Un milagro del Día de San Patricio tristemente frustrado! Islay es un excelente whisky escocés elaborado en las Hébridas Interiores con un característico aroma a humo de turba, como Laphroaig o Craighleachie.

¡La fiebre de la sala del jurado puede ser una queja difícil! ¡Espero que la víctima se recupere rápidamente


Manager of Four Courts Coffee Room Prosecuted for Adulterating Spirits, 1921

Del Dublin Evening Telegraph, 7 de abril de 1921:

“ Hoy en el Juzgado de Guardia del Norte, antes de que el Sr. Lupton KC, Sr. John Barror, Cafetera Bar, Four Courts, fue convocado, a requerimiento del Sr. Tannam, inspector de la Alimentación, por tener, en el 15 º pasado mes de febrero, lo vendieron cuatro vasos de whisky adulterados mediante la adición de un 4 por ciento de agua.

El Sr. WJ Sheridan, abogado, para el acusado, dijo que admitió el hecho. Su cliente fue totalmente incapaz de dar cuenta de ello. Consiguió su whisky de Jameson's. Por supuesto, no culpó de ninguna manera a Jameson, pero simplemente mencionó el hecho para demostrar la buena fe del Sr. Barror. Llevaba mucho tiempo en el negocio sin una queja, y él, el Sr. Sheridan, pensó que en estas circunstancias una precaución sería adecuada, ya que la cantidad de adulteración era pequeña.

El Sr. Burke (asistente del agente legal) dijo que el whisky era un artículo muy caro en la actualidad. 

El magistrado dijo que hizo una regla en cada caso para imponer una multa mínima de £ 5, a menos que hubiera una muy buena razón. Recientemente, había visitado los tribunales del alguacil en Edimburgo y Glasgow, y descubrió que en un caso, en el que un acusado dijo que había estado 30 años en el negocio sin una condena, fue multado con 20 libras esterlinas. En este caso, multaría al acusado con 5 libras esterlinas ".

El Four Courts Hotel en Inns Quay también compró su whisky a Jamesons, o eso le dijo al Sr. Lupton su director gerente, el Sr. HG Kilby, en un proceso de adulteración anterior reportado en el Irish Independent del 19 de diciembre de 1918. En ese caso, se sugirió que un El barril del whisky ofensivo podría haberse dejado en un pasillo en tránsito desde el sótano hasta el bar, dando a los sirvientes sin escrúpulos la oportunidad de extraerlo y reemplazarlo con agua. El Sr. Lupton impuso una multa de £ 7.

El Sr. Barror, que también ocupaba el cargo de proveedor de servicios de catering en el RDS, Ballsbridge, había obtenido, con la aprobación de los Benchers, una transferencia de la licencia de cafetería de un Sr. Murphy en abril de 1900. Su local en el entonces Solicitors 'Building (ahora la Biblioteca de Derecho) fueron ampliamente destruida en el bombardeo cuatro cortes de 1922.   Un reclamo de compensación para la posterior destrucción de ganado, la placa y el equipo de plata se escuchó antes de que el registrador de la Ciudad de Dublín en la calle verde del palacio de justicia en la 22 ª de mayo de 1922 Las sumas reclamadas incluían £ 108 por una vieja caja de rapé George de 1700, £ 76 por un azucarero y jarra de crema de plata victoriana y £ 100 por una vieja tetera de plata irlandesa. La cantidad total reclamada fue de £ 8,971. Un registrador poco comprensivo otorgó £ 5,950.

Barror aparece de nuevo en los periódicos en 1923, cuando demandó a la dirección del Mater Carnival celebrado en los terrenos del RDS por 549 libras esterlinas en pérdidas y daños a la cubertería. Su negocio de catering era familiar: su hija Mary Barror también presentó una reclamación por pérdida de artículos personales en 1922, y la familia también pudo haber dirigido el restaurante Barror's en Henry Street. Vivía en Park Avenue, Sandymount, Dublin 4 y tenía un hijo que luchó en Gallipoli. Además de su afición declarada de coleccionar plata antigua, también pudo haber estado involucrado en el mundo de la navegación.

La condena de Barror en 1921 por vender bebidas espirituosas adulteradas le da un nuevo aspecto a un rasgo menor de la ocupación rebelde de los Cuatro Tribunales en 1916. Como se señaló anteriormente, su salón de café permaneció completamente intacto por los rebeldes. ¿Fue esto porque, incluso antes de la acusación anterior, hubo rumores de que, si bien la plata era buena, el alcohol en su gabinete de bebidas estaba lejos de ser tan prueba como debería ser? 



Dublin Solicitor Dies in Lover’s House of Ill-Fame, 1879

Abogado de Dublín muere en la casa de los amantes de la mala fama, 1879
 8 JULIO 2021

Del Freeman's Journal, 29 de septiembre de 1879:

El sábado por la mañana a las diez de la mañana, Richard D. Lawless, solicitor, anteriormente residente en Lower Mount Street, fue encontrado muerto en su cama, en la casa número 4 de la calle Mecklenburgh. Fallecido hace dieciséis años era miembro de una respetable y próspera firma de ( solicitor / Abogado) en Usher's Quay. Después de un tiempo, la sociedad se disolvió y Richard Lawless ejerció su profesión por su cuenta durante uno o dos años, cuando de repente desapareció de Dublín, dejando a su esposa e hijos en su residencia en Mount-Street. Luego se supo de él en Belfast, viviendo una vida de mala reputación con una mujer de mal carácter, que se dedicaba a un negocio vergonzoso en la capital del norte con lamentable éxito. Las autoridades policiales de Belfast, tras varios intentos, libraron al pueblo de las fiestas, y Lawless fue visto nuevamente en Dublín con su acompañante.

El final llegó esta mañana en las circunstancias detalladas en la investigación, cuyo informe se publica. Fallecido, antes de abandonar los caminos decentes de la sociedad, era un hombre bien parecido, de complexión robusta, de tez oscura. Cuando reapareció en Dublín tenía un aspecto notable por su extrema corpulencia, rostro profundamente arrugado, bigotes y cabellos canosos, y aspecto general de vejez prematura.

El sábado, el Dr. N Whyte, médico forense de la ciudad, llevó a cabo una investigación en la Morgue sobre el cuerpo de Richard Denis Lawless, ex solicitor , que murió el día anterior en una casa de mala fama, No 4 Lower Mecklenburgh Street, en circunstancias peculiares. Antes de que el jurado tomara juramento, el forense explicó que el fallecido había estado, al parecer, viviendo en un burdel, donde murió. Realizó la investigación con gran desgana debido a su muerte repentina en un lugar así. No es necesario que les indique que una persona que muera en un lugar así podría estar enferma y en peligro de muerte, y que los alrededores del lugar podrían ser descuidados y podría morir sin que se le haya prestado la debida atención o cuidado. . Por lo tanto, siempre encontraba bien realizar una investigación en tal caso,

El jurado estaba prestando juramento cuando el forense, señalando a una de las personas del jurado, preguntó: ¿No es usted una de las personas que viven en la casa, 4 Mecklenburgh Street?  

La persona mencionada dijo que lo era, que era el 'cochero'.

El forense - Es una pena verte allí. Ha tenido un gran descaro, señor, al entrar en esa caja. Vete de una vez.

A continuación, el jurado prestó juramento.

La Sra. Anna Williams, que estaba vestida de luto profundo y lloró amargamente durante la investigación, prestó juramento y fue declarar : yo vivo en el número 4 de Mecklenburgh Street. Soy la dueña y propietaria del lugar. Es una casa de mala fama y lamento tener que reconocerlo. El fallecido Richard Denis Lawless vivió conmigo durante doce años. De ninguna manera era dueño ni propietario de la casa.

¿No poseía ninguna propiedad en él? Ni un centavo; ni un céntimo.

¿Era solicitor , creo? Sí, el era.

Y casado? Si.

¿Y su esposa viviendo? Si.

¿Cuánto tiempo ha estado confinado en su cama? Durante nueve días.

¿Y estaba bebiendo mucho? No no no. Era un hombre que nunca bebía.

¿Trajeron un médico? No. Eso es lo único de lo que tengo la culpa, supongo.

¿Se opuso a que se llamara a un médico? Se opuso a ver uno; pensó que no estaba enfermo. Nunca soñé que estuviera enfermo.

El jueves por la noche, ¿parecía estar en peligro? A las nueve de la mañana de ayer hablé con él y no parecía peor. No estaba enfermo en absoluto. Si estaba enfermo, le conseguiría un médico. A la una en punto estaba muerto.

¿Por qué estaba acostado en la cama si no estaba enfermo? ¿Estaba sufriendo de bebida? Era un hombre indefenso. Era muy corpulento, como todos deben ver, pero no bebía mucho.

Un miembro del jurado: ¿por qué no trajo a un médico para ver si estaba enfermo?

El forense: parece que no tendría uno.

El jurado - Pero debería haber llamado a un médico. Un médico habría sabido si estaba enfermo.

Testigo - En algún momento después de las nueve, alguien llamó a la puerta. Sabía que era uno de los sirvientes y le dije que no abriría la puerta. Luego me quedé dormido. A las diez en punto me alarmó no oírle respirar. Entonces me di cuenta de que estaba insensible y mandé llamar a un médico cuando ya era demasiado tarde. Esta señora (señalando a una mujer en la corte) estaba en la habitación durmiendo conmigo. El Dr. Nedley fue llamado, vino y declaró al pobre hombre muerto.

El forense - ¿Su familia está al tanto de su muerte? Oh perfectamente bien.

¿Y saben que se llevará a cabo una investigación? Si bien.

¿Han hecho alguna declaración o han hecho alguna afirmación? No.

Un miembro del jurado: ¿podemos saber a qué hora llegó el médico?

Sra. Williams: Lo antes posible, pero ya era demasiado tarde. Eran alrededor de las diez y media.

El forense: ¿había estado bebiendo durante la semana? 

Sra. Williams - Nunca bebió mucho. Durante años no bebió nada más que refrescos y leche.

Varios miembros del jurado expresaron la opinión de que, por su conocimiento del fallecido, nunca se le dio mucho a beber.

Otro miembro del jurado dijo que el fallecido era un borracho consumado.

El Dr. Richard Egan declaró que había realizado un examen post mortem del fallecido. La causa de la muerte fue una apoplejía. Su hígado era indicativo de un hombre de hábitos intemperantes.

¿Te has formado alguna creencia de que fue desatendido? No; Nunca vi un cuerpo en el que hubiera tanta grasa. No sé cómo actuó su corazón en las circunstancias.

Un miembro del jurado: ¿sabían sus propios amigos que no se encontraba bien?

Sra. Williams (llorando amargamente) - Sí, lo hicieron. Todos los días que estaba allí lo sabían.

El jurado - ¿Qué medio de saber tenían? 

Sra. Williams: su yerno estaba allí todos los días, y sus hijas estaban allí, todos los días, todos lo sabían.

El forense - Desafortunadamente, es así.

Sra. Williams - Todos lo sabían bien. Es una exposición terrible para sus pobres hijas, pero ellas lo sabían y estaban allí.

El jurado emitió un veredicto en el sentido de que la muerte se debió a una apoplejía ".

La siguiente nota también se publicó debajo del informe de la investigación de Freeman:

“Señor - Varias declaraciones hechas en la investigación sobre mi desafortunado esposo son falsas. No me informaron de su enfermedad hasta que me informaron de su muerte; No estoy en un estado de ánimo claro para comprenderlos todos. Declaro que mis dos hijas nunca estuvieron en la casa 4 Mecklenburgh Street hasta después de la muerte de su padre, y luego fueron allí con su hermano, sin mi conocimiento ni consentimiento, para ver sus restos. Es una cruel adición a nuestra miseria que esa declaración tenga circulación. Soy, señor, la viuda afligida C Lawless ".

Las instalaciones de la Sra. Williams en 4 Mecklenburgh St en el área de Monto de Dublín se presentaron en el Tribunal de Policía del Sur en marzo de 1881 cuando una joven llamada Maude Sutherland afirmó que residía allí fue acusada de haber robado 17 de John McSkerritt JP de Mountjoy Square. mientras estaba en su compañía en el restaurante Chatham, Chatham St.  

La solicitud inicial del Sr. McSkerritt de no continuar con el procesamiento fue rechazada por el magistrado, Sr. Exham, quien dijo que él había presentado el caso y que debía asumir las consecuencias.

El señor McSkerritt luego juró y depuso que era juez de paz del condado de Kildare, y que conocía a la señorita Sutherland desde hacía algún tiempo y ella le había quitado el dinero por resentimiento cuando él se enfadó con ella por no haber cumplido su apuesta. en el Grand National.

Sr. Exham: Dice que es magistrado. Y acusas a una chica de hurto, aunque crees que se llevó el dinero como un loco. Debo liberar al prisionero por falta de pruebas.

Luego, el acusado fue puesto en libertad.

Claramente, el establecimiento de la Sra. Williams en 4 Mecklenburgh Street (más tarde Tyrone y ahora Railway Street) fue patrocinado por algunos ciudadanos de Dublín muy respetables.

Monto era el apodo del antiguo barrio rojo de Dublín , Irlanda .



FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR


FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR



Risas de la persecución policial debajo de la mesa en Rolls Court, 1857

Laughter at Under-Table Police Chase in Rolls Court, 1857

“ El Maestro de los Rolls, habiendo tomado asiento en el banco el martes pasado, procedió con la audiencia de mociones, por supuesto. Antes de que hubieran concluido, el señor Richard Major Hassard, el conocido litigante, que desde hace algunos años ha tenido la frecuente costumbre de hacer apelaciones viva voce personalmente ante los jueces de equidad, hizo su aparición en la barra lateral y se dirigió a su Honor, quejándose de una orden que él hizo recientemente en uno de los juicios en los que el Sr. Hassard y su esposa son partes.

Master of the Rolls: he realizado mi pedido y, si no está satisfecho con él, puede apelar. No voy a discutirlo con usted ahora ... debe ir al Tribunal de Apelación, que ahora está reunido, si no está satisfecho con mi orden .

El Sr. Hassard, a pesar de la intimidación de su señoría, continuó presionando sus quejas, interrumpiendo a los abogados que hablaban en los casos fijados para la sesión del tribunal.

Su Señoría - Señor, no permitiré que moleste a la corte. Si perseveras, debo hacer que la policía te destituya.

Sr. Hassard - Muy bien, milord, déjeme bajo custodia bajo su responsabilidad.

Los policías se adelantaron para sacar al Sr. Hassard, se zambulló repentinamente debajo de la mesa y desapareció entre las risas de todos los espectadores. Los policías, que estaban mucho más allá de la estatura ordinaria de un hombre, se esforzaron en vano por apretar a sus personas en el pequeño espacio entre la mesa y el piso que había admitido fácilmente la figura esbelta del litigante decepcionado. Después de un tiempo, uno de ellos logró ponerse a cuatro patas en su escondite y lo persiguió. Tras la repentina desaparición de Hassard, se reanudaron los asuntos del tribunal, y el Sr. Hughes, QC, dirigiéndose al tribunal, se vio obligado a arrojar su breve convulsionado por la risa. El héroe de cien batallas legales que volaban, todavía debajo de la mesa, del policía que lo perseguía, había agarrado por las piernas al eminente abogado de la reina.

Tampoco los sonidos que salían de debajo de la mesa eran de un personaje que tendía a disminuir la ridiculez de la ocasión. Podrían escucharse patadas y zambullidas, mezcladas con exclamaciones como estas que resuenan a través del bosque, como las conversaciones de Gallagher, el ventrílocuo: - 'Déjame ir' - 'Eso no es justo' - 'Esto no es justicia' - 'Yo no estoy recibiendo un juego limpio.

El señor Hughes sugirió por fin en su honor la conveniencia de suspender la sesión por unos minutos. A esto accedió el erudito juez y abandonó el estrado. Unos minutos después, el señor Hassard salió de su escondite en el lado opuesto al que había entrado, comenzando a cubrirse de polvo entre el consejo de la reina tan repentinamente como había desaparecido, al mismo tiempo que su colosal perseguidor se acercaba a la calle. del otro lado, con el rostro enrojecido e hinchado por los esfuerzos en la inusual empresa en la que se había comprometido.

El señor Hassard salió luego tranquilamente con el policía y permaneció durante algún tiempo deambulando por el pasillo, un objeto de interés para todos los que lo veían y, obviamente, complacido por la "sensación" que habían ocasionado sus payasadas. Inmediatamente después, su señoría volvió a ocupar su lugar en el banco y se procedió con el asunto como de costumbre ”.

Esta emocionante persecución tuvo lugar en Rolls Court detrás del Round Hall, casi donde se encuentra hoy Court 5. El maestro de los rollos en Irlanda en ese momento era Thomas Berry Cusack 'Alphabet' Smith, él mismo no era ajeno a la dramaturgia de los tribunales , o incluso a las bromas pesadas de aquellos que deseaban perforar su dignidad .

Los Cuatro Tribunales del siglo XIX tenían una larga y orgullosa tradición de robar escenas de litigantes laicos .

¡Siempre era un día emocionante en los Four Courts cuando estaba por aquí el acertadamente llamado Sr. Hassard!




Irish Barristers and the Dáil Courts, 1920

barristers  irlandeses y los tribunales de Dáil, 1920

FABIOLA DEL PILAR GONZÁLEZ HUENCHUÑIR



From The Weekly Freeman’s Journal, 24 July 1920:

“HELPLESS BARRISTERS

LEFT STRANDED IN THE FOUR COURTS

El jueves de la semana pasada, la acción de D Coffey, Derrymilleen, Co. Cork, agricultor, contra Denis P O'Regan, Farransbesbary, Enniskeen, Co. Cork, agricultor, se incluyó en la lista de audiencia de la división de Cancillería ante el juez Powell. El demandante buscó la ejecución específica de un acuerdo de venta por parte del demandado.

Cuando se llamó al caso, el Sr. DB Sullivan BL dijo que ninguna de las partes se había presentado y que tendría que pedirle a su señoría que eliminara el caso de la lista por el momento. Solo podían adivinar lo que había sucedido. El Sr. Bourke estaba a favor del acusado y consintió.

Sr. JF Bourke BL - No puedo hacer nada más que dar mi consentimiento. No sabemos qué ha pasado. Solo podemos adivinar. El hecho es que no hay testigos de ninguno de los lados.

Sr. Juez Powell - Lo mejor que puedo hacer es tachar el caso.

Sr. Bourke - No tenemos instrucciones precisas de lo que ha sucedido.

Sr. Sullivan - Deje que se destaque por el momento. Lo mencionaremos nuevamente en caso de que ocurra. Supongo que no lo hará.

Sr. Juez Powell - Muy bien. Por consentimiento, elimine el caso de la lista por el momento ".

¡La peor pesadilla de un barristers  ! ¿Qué pudo haber pasado? La fecha de los hechos anteriores levanta la sospecha de que las partes desaparecidas habían evitado los Cuatro Tribunales en favor de los Tribunales Dáil , el primer mecanismo alternativo de resolución de disputas en Irlanda desde que los duelos pasaron de moda a mediados del siglo anterior.

La primera referencia de un periódico a los barristers  irlandeses involucrados en tales procedimientos se encuentra en el Evening Mail del 21 de mayo de 1920, que hace referencia a Kevin O'Sheil BL como presidente de una disputa entre propietarios e inquilinos ante un Tribunal de Arbitraje del Sinn Féin en Ballinrobe. Condado de Mayo.  

Un tribunal posterior celebrado en Ballinasloe, condado de Galway, la semana siguiente fue presidido por un barristers  anónimo del Tribunal Superior. Ocho o diez procuradores del Circuito argumentaron casos. La prueba se tomó de la forma habitual con una promesa de honor sustituida por el juramento.

El Tribunal de Ballinasloe, el Tribunal de Arbitraje más grande hasta el momento, llevó a que se formulara una pregunta en la Cámara de los Comunes sobre qué medidas se proponía tomar el Fiscal General de Irlanda, Denis Henry KC , para tratar oficialmente con los barristers  que participaron en tales procedimientos judiciales. . La respuesta del Sr. Henry fue que este era un asunto, en el caso de los abogados, de los Benchers of the King's Inns y, en el caso de los abogados, de la Incorporated Law Society. El interrogador, el coronel Ashley, le preguntó si debía entender que la Corona no tenía poder para tratar con abogados o procuradores que habían participado en procedimientos ilegales y de traición. No hubo respuesta del señor Henry.

El 24 de junio de 1920, en los Cuatro Tribunales se conoció la noticia de que el barra, en una reunión extraordinaria, había aprobado una resolución declarando que era una falta profesional que cualquier  barristers  ejerciera en un Tribunal de Arbitraje del Sinn Féin. Se dijo en nombre de los asistentes que cualquier abogado que se encontrara ejerciendo así sería informado a la barra y tratado posteriormente por los Benchers, quienes tendrían el deber de determinar qué sanción se les impondría. Esto contrasta con la decisión de la Sociedad de Derecho Incorporado de Irlanda de no interferir con la comparecencia de los abogados en dichos tribunales.

La resolución de barra creó un alboroto considerable, teniendo en cuenta el hecho de que, durante la agitación del gobierno autónomo de 1913 en el Ulster, muchos miembros del poder judicial y barristers  destacados habían sido miembros de un gobierno provisional que declaró su negativa a reconocer la Ley de gobierno autónomo, sin objeción del Colegio de Abogados.

El 28 de junio se publicó en el Irish Independent una carta de Maurice Healy KC , 1 King's Bench Walk, Temple, Londres, hermano del controvertido barrister y político irlandés Tim Healy . El señor Healy declaró que

“Por lo que yo entiendo la posición de un barristers que tiene derecho no sólo a aparecer incluso antes y corte (aparte de ciertas excepciones legales); también tiene derecho a actuar como árbitro o comparecer como  barristers  ante dicho árbitro. En consecuencia, la única objeción que se puede plantear a un barristers  que comparezca ante un tribunal del Sinn Fein es que está reconociendo la jurisdicción de una autoridad distinta al gobierno de Su Majestad ... cualquier peso que se le deba atribuir a esta objeción en 1920, también debería haberse adjuntado en 1913 ".

Al día siguiente, un decreto del Primer Dail abolió los Tribunales de Arbitraje del Sinn Féin y los reemplazó por Tribunales Dáil de jurisdicción más amplia.

El 3 de julio de 1920, The Freeman's Journal publicó una carta del sargento McSweeney KC en la que decía que la resolución de barra implicaba la amenaza de la ruina profesional de los barra irlandeses y la privación de sus medios de vida. También señaló que la resolución aún no estaba técnicamente en vigor, ya que aún no se había publicado oficialmente en la Biblioteca.  

El Londonderry Sentinel, por otro lado, consideró que la resolución de barra era innecesaria, ya que ningún barristers  decente se ensuciaría al asociarse con tales tribunales:

“ Los esclavos que son intimidados para que se sometan a los tribunales del Sinn Fein suscriben la mentira de que los tribunales irlandeses, de los que todos los miembros de barra son oficiales, son organizaciones enemigas de la opresión de Irlanda. Ningún hombre, a menos que tenga la mente de una prostituta, podría creer en esta declaración y aún desear ser miembro del barra de Irlanda ".

Por supuesto, la hambruna involuntaria puede llevar incluso a los más castos a sacrificar su virtud y, como reconoció el propio Sentinel, los tribunales oficiales estaban prácticamente vacíos en tres cuartas partes de Irlanda, siendo el único negocio las solicitudes de indemnización por lesiones penales, En la Biblioteca de Derecho se decía que cuando los jueces salieran al Circuito en 1921, prácticamente no habría nada que hacer para ellos.

Las próximas audiencias de julio demostraron que las cosas iban peor de lo previsto. Lord Justice Ronan prácticamente no tuvo nada que hacer en el Tribunal de Registro en la inauguración de Mayo Assizes en Castlebar. Esto se debió a que un Juzgado de Defensa celebrado el día anterior, al que asistieron un gran número de barrister y procuradores, había escuchado casi todos los recursos enumerados para los Assizes.

El 7 de julio de 1920, se informó que una reunión informal del Circuito de Leinster había dado lugar a una resolución de la mayoría del Circuito de que un miembro de la barra, instruido por un barristers , tenía derecho a comparecer ante cualquier Tribunal de Dáil.

Más tarde ese mes, se conoció la noticia de que el cuñado del Fiscal General, Hugh Holmes, hijo del Lord Justice Holmes de la Corte de Apelaciones de Irlanda, John Monroe, hijo del Sr. Connaught Circuit, abandonaban Irlanda para ocupar cargos judiciales en Egipto. Mientras tanto, el Derry Journal del 27 de agosto de 1920 informó que tres de sus colegas de Dublín estaban pasando las largas vacaciones aprendiendo irlandés en Coláiste Cholmcille en Cloghaneely, Co. Donegal.

El 5 de noviembre de 1920 se llevó a cabo en la Biblioteca Jurídica una reunión del barra para considerar la resolución de junio, aplazada debido a las Audiencias de julio. Se llevó a cabo en respuesta a una requisa firmada por unos setenta miembros de barra y hubo una gran asistencia. Tim Healy, en un discurso frecuentemente interrumpido por aplausos en todo momento, expresó la opinión de que la barra no tenía derecho a emitir un juicio sobre la conducta de ningún miembro del barra o sobre su acción o no acción, el único organismo con derecho a hazlo siendo los Benchers. Según el Sr.Healy, el Bar Council estaba bajo un malentendido si pensaba que sus funciones se correspondían con las del Bar Council en Inglaterra, donde, debido a la presencia de cuatro Inns of Court,

Después de algunas discusiones, la reunión se levantó indefinidamente. Según el Freeman's Journal del día siguiente, en general se entendió que el sentimiento de la reunión era que barra había actuado sin jurisdicción y que el efecto de los procedimientos de la reunión había sido la nulidad de la resolución anterior.

El día 12 del mismo mes, el señor Diarmuid Crowley, barristers  y juez del Tribunal de Circuito de los Juzgados de Dáil, fue detenido al regresar a su alojamiento en el Hotel Moy, Ballina, luego de presidir un juzgado en esa localidad. Un informe de su arresto en el Manchester Evening News describía que Crowley era conocido como un abogado sólido y un defensor intrépido ha aparecido en algunos casos civiles importantes ante los jueces de los Cuatro Tribunales. Se sospecha que su arresto no fue ajeno a lo que había tenido lugar en la Biblioteca de Derecho la semana anterior.

¿Qué le pasó al señor Crowley? ¿O, de hecho, los Tribunales de Dáil? ¿Qué hicieron los barristers  y procuradores que no querían ejercer en estos tribunales para ocupar su tiempo durante 1920? Lo ha adivinado: ¡presionaron para un aumento en las tarifas! ¿Cuántos fueron a las Colonias? 



Mayo Courtship Ends in Substantial Award of Damages, 1925

From the Evening Herald (Dublin), 13 May 1925

“STRANGE WESTERN WOOING

FARMER WHO COURTED BY PROXY MULCTED FOR BREACH

COMPACT WITH PARENTS

LESSONS ON MELODEON AND A PAIR OF GLOVES

MARRIED ANOTHER

DEFENDANT UNASHAMED OF HIS CONDUCT


Un agricultor de 42 años, que envió emisarios para arreglar un matrimonio con una niña de la mitad de su edad, figuraba como acusado en una acción por incumplimiento de promesa en el Tribunal de Circuito de Ballina. Se le ordenó pagar 220 libras esterlinas por daños y perjuicios.  

Uno de los testigos hizo la interesante declaración de que nueve décimas partes de los matrimonios en Co Mayo son arreglados por partes distintas de los protagonistas.

El juez dijo que era el caso más extraordinario del que había oído hablar. «La propia confesión pública del acusado aquí en el tribunal», declaró, «es una condena suficiente de él. '

`` No dudo en decir que la forma en que se ha desarrollado este caso es la acción de incumplimiento de promesa más extraordinaria que jamás haya escuchado, o de la que haya escuchado ''.

Este fue el comentario del juez Wyse-Power en el Tribunal de Circuito de Ballina, dictando sentencia por £ 220 en acción por incumplimiento de promesa, preferida por la señorita O, la hija de un granjero, contra un granjero llamado Edward C.

La edad de la niña fue de 21 años y la del acusado de 42. La demandante estaba elegantemente vestida y era una niña bonita. Las partes eran vecinas, dijo Fitzgerald Kenny, quien compareció por el demandante, y la demanda fue de 500 libras esterlinas por daños y perjuicios por incumplimiento de la promesa de matrimonio.

En junio de 1923, el acusado envió a dos emisarios, uno un hombre llamado Murphy, al demandante, y el otro a su hermano, Daniel C, al padre del demandante, preguntando si existía la posibilidad de un matrimonio entre él y el demandante. el demandante está arreglando.

Hacia fines de junio, el demandado fue a la casa del padre del demandante y preguntó si se podía arreglar un matrimonio entre Baby, el nombre de la mascota del demandante, y él mismo. Los padres consintieron y se consideró la cuestión de la fortuna. El demandante obtendría una fortuna de 150 libras esterlinas y 50 libras esterlinas en 12 meses y el matrimonio se celebraría en tres semanas.

El acusado, que vivía con su madre y su hermano, Dan, le dijo a su madre 

'Voy a traer a esta niña antes de Navidad, y espero que te guste', y la madre respondió: 'Ojalá la hubieras traído aquí hace mucho tiempo'.

Cuando casi habían transcurrido las tres semanas, el acusado le mostró al demandante una escritura de cesión de la granja de su madre y su hermano y le dijo que se irían de luna de miel durante una semana a Belmullet. El acusado le dijo que quería construir una habitación en su casa y que tendría que posponer la boda.  

Hasta ese momento, había ido con frecuencia a la casa del padre de la demandante y le estaba enseñando a tocar el melodeón. Surgió una frialdad, pero no hubo ruptura de relaciones amistosas. En septiembre, el acusado fue a la casa del demandante y dijo que deseaba que se fijara la fecha del matrimonio. La madre de la demandante tenía un pie dolorido y se dispuso que la boda se pospusiera para después de Navidad. Entraron en Ballina y el acusado le compró al demandante un par de guantes, que costaban el sustancial precio de 17 chelines.

El abogado continuó diciendo que el 10 de febrero el demandante se encontró con la acusada en el camino y la sedujo, y le dijo que se casarían el 17 de febrero, pero él no mantuvo su compromiso, y poco más de un mes después se casó con otra. mujer. Una niña nació del demandante el 21 de noviembre de 1921, y el acusado arrojó una nube de deshonra sobre una casa honorable y respetable.

John O, padre del demandante, habló de las negociaciones y de que le preguntó al acusado cuánta fortuna quería. El acusado dijo que se lo dejaría a sí mismo. El testigo ofreció £ 100, pero su esposa (del testigo) dijo que él daría más, y él aceptó dar un anticipo de £ 150 y £ 50 dentro de 12 meses, lo que satisfizo al acusado, quien dijo que su hermano Dan quería £ 300 por su interés. en la forma, pero que complementaría las 200 libras criando algunos cerdos y ganado para Dan.

Era costumbre en Co Mayo, dijo un testigo en respuesta al abogado, que nueve décimas partes de los matrimonios fueran arreglados por partes distintas de los protagonistas.

La demandante dijo que cuando el acusado salió de la casa de su padre después de su primera visita de arreglo, se acercó a ella afuera y le dijo que había arreglado un matrimonio. "Me preguntó si estaba satisfecha", prosiguió, "y le dije que sí". Entonces me dijo que comprara algo nuevo y que me llevaría a Belmullet durante una semana después de la boda. Ella había conocido al acusado, dijo, durante años, y le tenía cariño.

"No hubo más romance en esto que eso", cuestionó el juez. ¿Te besó?

Demandante - No, mi señor.

Ella volvió a encontrarse con él esa noche, cuando había una multitud presente.

"El amor puede generar oportunidades", dijo el juez. ¿Te besó entonces?

Demandante - No, mi señor.

Continuando, dijo que el matrimonio se pospuso primero hasta septiembre y luego hasta Navidad. En Nochebuena, la llevó a Ballina y le compró un par de guantes (los guantes, aún nuevos y sin usar, fueron producidos).

El demandante dio pruebas del acto de seducción.  

A Kelly le dijo que no le sorprendía que el acusado no la besara después de que se comprometieron, y que no supo cuándo la besó por primera vez. Supo por primera vez de su matrimonio previsto con Mary L, otra vecina, la noche antes de casarse.

La acusada negó haber prometido casarse con el demandante o haberle pedido que se casara con él, o haberle pedido a su padre que aceptara su matrimonio. Admitió que la sedujo, pero no bajo promesa de matrimonio. Había estado haciendo compañía a su esposa actual durante 15 años, y el matrimonio con ella se concertó quince días antes de la boda. El padre del demandante le pidió que se casara con su hija (la demandante) en 1922 y en la Navidad de 1923, diciendo que él estaría bien y que no se casaría con la otra chica, ya que ella no tendría dinero, y le dijo al padre que no sabía qué. lo haría todavía.

"¿Te avergüenzas de ti mismo por arruinar a esta chica?", Preguntó el Sr. Kenny, y la respuesta del acusado fue "No lo creo".

La esposa del acusado dio evidencia de que él la había estado haciendo compañía durante 15 años y le dio un anillo hace 5 años. En enero de 1921, le envió un hombre para que arreglara el matrimonio y se casaron el 15 de marzo.

"No quiero comentar demasiado sobre la acción del acusado", dijo el juez al concluir el caso. Creo que su propia confesión pública aquí en el tribunal es una condena suficiente de él. Los daños deben ser tales que hablen por sí mismos », e hizo el decreto por 220 libras esterlinas. "

¿Era el señor C un canalla de mierda? ¿O estaba mintiendo la familia O? 
Los reclamos de niñas supuestamente seducidas fueron una lucrativa fuente de ingresos para los abogados irlandeses hasta la década de 1920, pero encontramos significativamente menos de ellos en las décadas siguientes, ya que las mujeres `` arruinadas '' desaparecieron a la sombra de los hogares de Magdalena, con sus hijos adoptados más bien. que, como en este caso, guardados en la familia de su madre.
 ¿El Sr. C tomó la iniciativa en los años futuros y asumió la responsabilidad parental de su hijo?
 ¿O 'Baby' y su hijo usaron el dinero para emigrar a una nueva vida en Estados Unidos? ¿Cómo se sintió la nueva Sra. C sobre todo el asunto?
 ¡Sería fascinante saberlo!




From the Weekly Irish Times, 26 April 1902:

Del Weekly Irish Times, 26 de abril de 1902:

“En los primeros años del siglo pasado, un joven barrister llamado Hodgins, que acababa de llamar a la barra, se enamoró de una chica bonita que había notado saliendo de un elegante internado en Mary Street. Ella le sonrió, lograron de alguna manera conocerse a pesar de las dificultades, y luego él se fugó y se casó con ella. Pero "el curso del amor verdadero nunca se desarrolló sin problemas". La joven era una heredera y estaba bajo la tutela de la corte, hija de un agente de lotería estatal fallecido. El Lord Canciller de corazón duro los separó y aplaudió al joven esposo en la prisión Four Courts Marshalsea por su desacato al tribunal. Sin embargo, Love se ríe de los cerrajeros, por lo que encontró la manera de salir a Thomas Street y a un barril de arenque vacío que, con varios llenos, fue transportado en un carro al muelle de Sir John Rogerson y allí lo embarcaron en un barco que lo llevó a un lugar seguro en Francia. Más de sesenta años después apareció una vez más en los Cuatro Tribunales, esta vez ante el actual Lord Canciller, en una disputa de propiedad, para establecer los derechos de su nieto ”.

Lo que la historia no menciona es que Thomas Hodgins (o Hodgens) fue acompañado a Francia por la dama del caso, Anne Walker, con quien se había fugado previamente en dos ocasiones distintas. Thomas tuvo suerte por tercera vez; la pareja se casó posteriormente en Rotterdam y, a su regreso a Irlanda, después de que Anne alcanzó la mayoría de edad, este matrimonio fue confirmado como válido por el Lord Canciller. Probablemente no podía hacer mucho más, dado que Anne, en esta etapa, había concebido al padre del nieto mencionado anteriormente.

Quizás debido a sus dificultades previas con el Lord Canciller, la carrera de barra posterior de Thomas Hodgens no estuvo marcada por ningún éxito notable. No es que necesitara ingresos profesionales. Durante su estancia en el extranjero, los tribunales irlandeses habían confirmado la reclamación de Anne sobre la propiedad de su difunto tío, Thomas Walker, lo que le dio derecho a la suma sustancial de ochenta y tres mil libras.

El derecho de Anne sobre el intestado del Sr. Walker, librero, agente de boletos de lotería y editor de The Hibernian Magazine, había sido cuestionado originalmente por otros parientes de Walker. Su razón para hacerlo fue que la dudosa reputación de su madre (descrita como una dama de virtudes fáciles de Grangegorman) era tal que era poco probable que estuviera casada con el padre de Anne, por lo que Anne era ilegítima. El tribunal no estuvo de acuerdo. Más sobre el caso Walker aquí.

¿Un final feliz para siempre? 

No exactamente. Anne más tarde se fugó con un médico del ejército, el Cirujano General Mahon. Un juicio de conversación criminal posterior , con Daniel O'Connell apareciendo para Thomas Hodgens y Nicholas Purcell O'Gorman para Mahon, resultó en la divulgación completa de la historia matrimonial de los Hodgenses. En particular, se reveló que la primera fuga tuvo lugar cuando Anne tenía apenas doce o trece años. Además, lejos de que Thomas se enamorara de ella a primera vista, solo se acercó a ella después de darse cuenta de sus perspectivas financieras, algo de lo que había aprendido a través de su posición como asesor legal de otro miembro de la familia.

La mayoría de los defensores de Thomas Hodgens se habrían rendido en este punto. No así O'Connell, cuya referencia, en su discurso de clausura , a 'una esposa y un esposo abrazados con un cariño apasionado y devoto hasta que el adúltero llegó a disolver el sueño' hizo llorar a los endurecidos ojos de los periodistas y aseguró un veredicto. para su cliente de no menos de tres mil libras en daños.

Durante el breve período del matrimonio descrito en términos tan entusiastas por O'Connell, los Hodgenses vivieron en 112 Stephen's Green, donde se encuentra hoy la Iglesia Unitaria, ¡algo en lo que pensar la próxima vez que pase por ese lugar!

En procedimientos separados, Lord Chancellor Plunket, sin dejarse llevar por el sentimentalismo, emitió una orden negando a Thomas cualquier derecho a la propiedad de Anne. La decisión del Lord Canciller, sin precedentes en aquellos tiempos, fue confirmada en apelación por la Cámara de los Lores. El contenido de su sentencia, disponible para leer en su totalidad aquí , confirma las afirmaciones hechas contra Thomas en el juicio de conversación criminal.

El carácter de Thomas Hodgens adquiere una reputación aún más dudosa cuando una investigación del litigio de 1874 referido como el establecimiento de los derechos de su nieto revela que, de hecho, había participado en este litigio con el propósito de oponerse a esos derechos y reclamar la herencia del ahora fallecido. Anne para él. La decisión en el caso se informa en los informes de juristas irlandeses, nuevamente disponibles para leer en su totalidad aquí .

¿Thomas Hodgens escapó alguna vez en un barril como se informó anteriormente? 
Parece que sí, al menos si hay que creer en su testimonio ante la Cámara de los Lores, juró en una declaración jurada que lo `` metieron en un barril de provisiones, le hicieron agujeros para que entre aire y lo enviaron en un camión con otros barriles que contenían provisiones, y embarcaron en un barco que estaba a punto de zarpar hacia Londres ', y Anne también fue llevada a bordo, disfrazada. Luego lo dejaron salir del barril después de que el barco estuvo en mar abierto. ¡Quizás debería haberlo dejado allí!

Algunos dicen que solo los buenos mueren jóvenes, y Thomas Hodgens parece haber tenido la suerte de vivir lo suficiente como para reescribir la historia de su vida, ¡ni el primero ni el último abogado irlandés sin escrúpulos en hacerlo!



La insolencia aristocrática en el tribunal de policía de Dublín, 1830

Aristocratic Insolence in the Dublin Police Court, 1830

Del Freeman's Journal, 26 de mayo de 1830:

"POLICÍA DE DUBLÍN

INSOLENCIA ARISTOCRÁTICA

'A chiel's amang ye tomando notas

Y fe en que lo va a anunciar.

Robert Burns

From the Freeman’s Journal, 26 May 1830:

“DUBLIN POLICE

ARISTOCRATICAL INSOLENCE

‘A chiel’s amang ye takin notes

And faith he’ll prent it.’

Robert Burns


OFICINA DE POLICÍA DE HENRY-STREET, LUNES.

Lord Langford asistió antes que el Sr. Cole, el magistrado en funciones de esta oficina, para fundamentar una queja que previamente había preferido contra James Carroll, un sirviente recientemente en el empleo de su señoría.

Al parecer, Carroll llevaba quince meses al servicio de Lord Langford; que últimamente tuvo una pelea con un compañero de servicio, lo que indujo a su señoría a enviarlo a la casa de vigilancia, y luego lo hizo internar por conducta desordenada; que Carroll luego procesó a su Señoría por los salarios que alegaba que le correspondían, pero que su demanda fue desestimada en su ausencia, no pudo estar convencido de la justicia de la decisión, y se reunió con su Señoría cerca de su residencia en Rutland-Square, anhelaba su salario. En ese momento, Lady Langford se acercaba para entrar en su carruaje, luego en la puerta cuando, horrorizada al ver a su antiguo criado, corrió hacia atrás y se desmayó en el instante en que llegó a un sofá en el salón, y continuó desmayándose cada día. diez minutos durante una hora. Su Señoría entonces,

Durante la investigación, Lord Langford interrumpió con frecuencia, y de una manera muy impropia, al respetable caballero profesional (Sr. W Wilkins) preocupado por los acusados; de hecho, en todo momento su conducta fue muy arrogante y autoritaria.

El señor Wilkins (abogado) al señor Cole: `` Las informaciones presentadas por su señoría para obligar al hombre a mantener la paz, no son en sí mismas suficientes, ya que dijo que aprehendía el peligro de Carroll, sin atribuirle ninguna razón por ningún acto. o hecho del hombre; y si tales informaciones hubieran sido entregadas a Su Señoría como magistrado, en un caso en el que él mismo no fuera parte, estoy convencido de que las consideraría insuficientes para mantener a la parte en libertad bajo fianza.

Lord Langford: «No tiene derecho a hacer ninguna observación sobre lo que haría yo si estuviera en circunstancias similares, y no veo qué derecho tiene usted para interferir en absoluto. Es extremadamente impropio defender a este hombre de cualquier forma.

Sr. Cole: «El caballero está cumpliendo con su deber. Se está comportando con extremado temperamento, prudencia y moderación, y no tiene derecho a ser castigado aquí.

Lord Langford: "No tiene derecho, entonces, a sacar conclusiones de lo que he jurado".

Sr. Cole: «Tiene todo el derecho a hacer las inferencias que le plazca. Si otras personas se comportaran con el buen humor y la paciencia que él ha manifestado en esta ocasión, podríamos terminar con los asuntos de la oficina con cierta facilidad y ...

Lord Langford - '¡Detente, señor! - ¿Sabe que hay un reportero en la habitación? Hay un hombre aquí tomando notas.

The Reporter of the Freeman: "Aquí hay un caballero tomando notas, que sabe comportarse como se convierte en uno, y cuya situación es la de un caballero".

Sr. Cole: 'No me importa quién esté en la habitación. Si hay un reportero presente, él, por supuesto, conoce su deber. No tengo ninguna objeción a que ninguna persona venga a esta oficina; si la gente no dice nada de lo que tenga miedo o se avergüence, no tiene por qué temer a un periodista.

Su Señoría, aunque anteriormente se expresó en términos muy vengativos con respecto a Carroll, a quien se le ordenó encontrar una fianza para mantener la paz con su señoría y su dama, ahora se volvió muy misericordioso y expresó su deseo de que el hombre fuera liberado.

El comportamiento suave y caballeroso del digno magistrado contrasta fuertemente con el de Lord Langford, quien debería asistir con frecuencia allí, aunque sólo sea para mejorar su relación con ese caballero ".


HENRY-STREET POLICE OFFICE, MONDAY.

Lord Langford attended before Mr Cole, the sitting magistrate at this office, to substantiate a complaint which he had previously preferred against James Carroll, a servant recently in his Lordship’s employment.

It appeared that Carroll had been for fifteen months in Lord Langford’s service; that he had lately a quarrel with a fellow servant, which induced his Lordship to send him to the watch-house, and had him afterwards committed for disorderly conduct; that Carroll then processed his Lordship for wages which he alleged was due him, but his claim being dismissed in his absence, he could not be convinced of the justice of the decision, and meeting his Lordship near his residence in Rutland-square, he craved his wages.  At that moment Lady Langford was coming up to enter her carriage, then at the door when, horror-struck at the sight of her old servant, she ran back and fainted the instant she reached a sofa in the drawing room – and continued fainting every ten minutes for an hour.  His Lordship then, with those affectionate connubial sensations which are not always inseparable from the ‘higher walks of life,’ and highly irritated at the thought of his Lady’s indisposition, immediately proceeded to Henry Street Office, where peace informations were taken and a warrant issued for the apprehension of Carroll, who attended this day, with his attorney, to answer the charge against him.

During the investigation, Lord Langford frequently, and in a very unbecoming way, interrupted the respectable professional gentleman (Mr W Wilkins) concerned for the accused; indeed, throughout, his conduct was very arrogant and overbearing.

Mr Wilkins (attorney) to Mr Cole – ‘The informations as tendered by his Lordship to bind the man to keep the peace, are not in themselves sufficient – inasmuch as he said he apprehended danger from Carroll, without assigning any reason therein by any act or deed of the man; and if such informations had been tendered to his Lordship as a magistrate, in a case where he was not a party himself, I am satisfied that he would consider them insufficient to hold the party to bail.

Lord Langford – ‘You have no right to make any observations about what I would do were I similarly circumstanced, and I don’t see what right you have to interfere at all.  It is extremely improper to defend this man in any way.’

Mr Cole – ‘The gentleman is but doing his duty.  He is conducting himself with extreme temper, prudence and moderation, and he has no right to castigation here.’

Lord Langford –‘He has no right, then, to draw inferences from what I have sworn.’

Mr Cole – ‘He has every right to draw what inferences he pleases.  If other people would conduct themselves with the good temper and forbearance he has manifested on this occasion, we would be able to get through the business of the office with some facility and-‘

Lord Langford – ‘Stop, Sir! – Are you aware there’s a reporter in the room.  There is a man here taking notes.’

The Reporter of the Freeman – ‘There is a gentleman here taking notes – who knows how to conduct himself as becomes one – and whose situation is that of a gentleman.’

Mr Cole – ‘I don’t care who is in the room.  If there is a reporter present, he, of course, knows his duty.  I make no objection to any person coming to this office; and if people don’t say any thing they are afraid or ashamed of, they need not dread a reporter.’

His Lordship, though previously expressing himself in very vindictive terms regarding Carroll – who was directed to find bail to keep the peace towards his Lordship and Lady – now became very merciful, and signified his wish that the man should be discharged.

The mild and gentlemanly behaviour of the worthy magistrate strongly contrasted with that of Lord Langford – who should frequently attend there, if for no other purpose than to improve himself by association with that gentleman.”


¿Por qué Lady Langford estaba tan molesta por la aparición inesperada de su antiguo criado, y por qué Lord Langford estaba tan ansioso por tomar medidas en su contra pero al mismo tiempo ansioso de que no se informara de esos pasos?

La respuesta puede estar en los procedimientos posteriores entablados en el Tribunal Inglés de King's Bench en 1836, en el que Lord Langford demandó a un joven caballero llamado Barrett, que había ingresado a su familia como tutor, por una conversación criminal con la Dama mencionada anteriormente. Se dieron pruebas de que el señor Barrett y Lady Langford iban a menudo entre las habitaciones en bata, cuando Lord Langford estaba en Londres; La puerta del dormitorio de Barrett a menudo estaba cerrada con llave cuando Lady Langford estaba en la habitación con él, en una ocasión se le escuchó decir que ella le había golpeado y le había arrancado el pelo de la cabeza, y se le oyó decirle a ella que cuando la puerta estaba cerrada , 'Puedes gritar, la puerta está cerrada y nadie puede entrar'.

Después de la evidencia de que Lord Langford había sido culpable de repetidos actos de adulterio con otras mujeres, había llamado la atención de Barrett sobre el hermoso cabello de su esposa, había deseado que Barrett la divirtiera lo mejor que pudiera, y con este fin había traído la de Byron ' En casa de Don Juan para que él le leyera, el jurado le otorgó daños nominales de un chelín. 

La muerte de Lord Langford en 1839 no le impidió hacer una aparición póstuma en los tribunales irlandeses unos años más tarde, cuando un testamento, supuestamente hecho por él a favor de la señora Anna Maria Bennett Little, fue impugnado por su hijo y heredero. Resultó que Lord Langford había mantenido a la señora Little durante muchos años en una casa de Baggot Street. No existe informe de la audiencia final de estos procesos, y es posible que se hayan resuelto. Una disputa legal con respecto a otro testamento a favor de la misma Sra. Little por John Stanislaus Comyn de Galway, se prolongó durante treinta años más hasta que finalmente se consideró que el testamento era una falsificación en 1863.

Claramente, había muchos problemas domésticos en la casa Langford y, de hecho, los descendientes de Langford con problemas similares mantendrían ocupados a los abogados matrimoniales irlandeses e ingleses durante las próximas décadas. Me pregunto si el Sr. Carroll fue un predecesor del desafortunado Sr. Barrett. Si es así, podría explicar mucho sobre el extraño comportamiento de Lord Langford en los procedimientos ante el Sr. Cole.

La moraleja de la historia? ¡Varios! Aquellos que temen informar a menudo tienen algo que ocultar; a veces, nuestros supuestos "mejores" no son mejores de lo que deberían ser; y la importancia vital de un banco, una barra y una prensa sin miedo para decir la verdad al poder cuando los derechos de los ciudadanos comunes están en juego.

¡El buen señor Cole!

Why was Lady Langford so upset by the unexpected appearance of her old servant, and why was Lord Langford so keen to take steps against him but at the same time anxious that those steps not be reported?

The answer may lie in subsequent proceedings brought in the English Court of King’s Bench in 1836, in which Lord Langford sued a young gentleman called Barrett, who had entered his family as a tutor, for criminal conversation with the Lady referred to above.  Evidence was given that Mr Barrett and Lady Langford often went between one another’s rooms in their dressing-gowns, when Lord Langford was away in London; Barrett’s bedroom door was often locked when Lady Langford was in the room with him, on one occasion he was heard say that she had beaten him, and torn the hair off his head, and she was heard saying to him, when the door was locked, ‘You may scream, the door is locked and no one can get in.’

Following evidence that Lord Langford had been guilty of repeated acts of adultery with other women, had drawn Barrett’s attention to the beautiful hair of his wife, had desired Barrett to amuse her as well as he was able, and to this end had brought Byron’s ‘Don Juan’ home for him to read to her, the jury awarded him nominal damages of one shilling. 

Lord Langford’s death in 1839 did not stop him making a posthumous appearance in the Irish courts a few years later, when a will, allegedly made by him in favour of Mrs Anna Maria Bennett Little, was challenged by his son and heir.  It transpired that Lord Langford had kept Mrs Little for many years in a house in Baggot Street.  There is no report of the final hearing of these proceedings, and it is possible that they were settled.   A legal dispute regarding another will made in favour of the same Mrs Little by John Stanislaus Comyn of Galway, dragged on for a further thirty years until the will was eventually held to be a a forgery in 1863.

Clearly there were a lot of domestic issues in the Langford household, and indeed similarly troubled Langford descendants were to keep Irish and English matrimonial lawyers busy for decades to come! I wonder was Mr Carroll a predecessor of the unfortunate Mr Barrett? If so, it might explain a lot about Lord Langford’s strange behaviour in the proceedings before Mr Cole.

The moral of the story? Several! Those who fear reporting often have something to hide; sometimes our so-called ‘betters’ are no better than they should be; and the vital importance of a bench, bar and press unafraid to speak truth to power when the rights of ordinary citizens are at stake!

Good old Mr Cole!







El juez de circuito de Midlands se arroja entre los combatientes para poner fin a la lucha libre en Boyle Court, 1907

Esta fotografía de Jasper Tully en Westminster una década antes del incidente anterior, a través de la Galería Nacional de Retratos, demuestra que los combatientes en la pelea anterior eran hombres de edad madura.



Midlands Circuit Judge Throws Himself Between Combatants to End Free Fight in Boyle Court, 1907.


From the Evening Herald, 15 October 1907:

“Mientras su señoría, el juez de la corte del condado Wakely, estaba revisando la lista de votantes en el Palacio de Justicia de Boyle ayer, se produjo una escena salvaje de tumulto. George W Tully fue interrogado en apoyo de su solicitud de voto y, al abandonar la mesa de los testigos, golpeó deliberadamente a Arthur O'Connor con dos golpes en la cara con el puño cerrado. El Sr. O'Connor tomó represalias y se produjo una salvaje escena de disturbios. La audiencia estuvo compuesta por los seguidores del Sr. Jasper Tully y los partidarios del Partido Parlamentario. Como si el ataque estuviera planeado de antemano, ambas partes se lanzaron una contra la otra y se produjeron feroces combates en toda la corte.

Su Señoría gritó: 'Orden, orden'. La policía se precipitó entre los combatientes y trató de separarlos, pero debido al área confinada en la que se llevó a cabo la pelea, quedaron impedidos y el motín continuó hasta que las partes de ambos lados mostraron signos de agotamiento. Su Señoría desde la Bancada gritó: 'Vergüenza, vergüenza', pero esto no surtió efecto, y abandonó su asiento y se arrojó entre las partes, que peleaban y forcejeaban por todas partes, animadas por los salvajes gritos y llantos de sus simpatizantes, que no pudieron unirse a la refriega.

Finalmente, el orden se restableció hasta cierto punto, pero muchos de los combatientes mostraban signos visibles de la ferocidad de la lucha. El rostro del señor Jasper Tully estaba cubierto de sangre, que manaba de un corte profundo sobre el ojo. Su rostro también presentaba un aspecto amoratado. Su Señoría, cuando pudo hacerse oír, dijo: Señores de Boyle, me avergüenzo de ustedes. Nunca pensé que os comportaríais de esa manera en una corte mía' (exclamaciones de 'Fue culpa de Tully').

El Sr. Jasper Tully apeló a Su Señoría contra Patrick O'Connor, quien estuvo a punto de sacarle el ojo a patadas.

Sr. O'Connor – ¿George y usted comenzaron la pelea?

Sr. Jasper Tully – Mi señor, mire el estado de mi ojo (risas).

Su Señoría – 'Orden, orden.' Luego le preguntó al jefe de policía quién era el responsable de una escena tan vergonzosa (gritos de 'Tully, Tully' y vítores y contravítores ).

El sargento en funciones McGarry juró por Su Señoría y juró que vio a George Tully golpear a Arthur O'Connor dos veces en la cara con el puño cerrado.

Su Señoría - Condeno a George Tully a una semana ' prisión por desacato al tribunal.

Sr. Jasper Tully - ¿Qué pasa con O'Connor?

Su Señoría: ¿Quién era ese hombre que vi luchando tan violentamente en el asiento? ?

Sargento interino – Alfred – O'Connor.

Su Señoría, también lo condeno a una semana de prisión.

Antes de que se levantara la sesión de la Corte, Su Señoría se refirió nuevamente a la escena y expresó el dolor que le causaba presenciar una escena tan vergonzosa en la corte que presidía. Cambió la sentencia de Tully y O'Connor a una multa de £ 2 cada uno, y esperaba que el asunto terminara así.

Nuestro reportero informa que las escenas más salvajes de tumulto ocurrieron en Boyle anoche. La policía se mantuvo ocupada separando a las partes contendientes, y la ciudad estaba en una condición muy perturbada”.

Boyle Courthouse no fue el único templo legal de la justicia que se hizo eco del sonido del puño chocando contra el pómulo de MP. Una pelea a puñetazos en el Salón Redondo de los Cuatro Tribunales, inmediatamente frente a la estatua del difunto Lord Presidente del Tribunal Supremo Whiteside, resultó en un ojo morado para el diputado Matthew Kenny en 1893.

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Soldados británicos derrotados por las amazonas de Dublín, 1871.

British Soldiers Routed by Dublin Amazons, 1871

Desde Pill Lane hasta la actual Chancery Street, la calle detrás de Four Courts donde el ejército británico fue derrotado en 1871



Del Freeman's Journal, vía Western Mail, 11 de septiembre de 1871:
From the Freeman’s Journal, via the Western Mail, 11 September 1871:

Durante el martes pasado la localidad de Pill Lane se vio muy conmovida por un choque que se produjo entre un grupo de militares y varias de las mujeres reunidas en las inmediaciones de los juzgados de policía. Se suponía que un soldado, ausente sin permiso, vivía en una casa en el callejón, y un piquete de su regimiento fue en busca del fugitivo. Intentaron entrar en la casa, pero fueron confrontados por varias mujeres, quienes los rechazaron por la fuerza.

Al renovar su empeño por forzar la entrada, fueron asaltados con furia, el estruendo del conflicto resonaba a lo lejos y atraía a todos los transeúntes de las inmediaciones. Una de las mujeres combatientes lanzando una especie de grito de general con un bate de ladrillos sobre la cabeza de un adversario, en un momento salió un batallón de amazonas y, con espantosos vociferaciones, se abalanzó sobre la desesperada esperanza de los casacas rojas, quienes, completamente confundidos por el la ferocidad y la determinación de un enemigo contra el que no se podía emplear el proceso ordinario de la guerra, se vieron obligados a la ignominiosa táctica de atrincherarse detrás de los puntos de protección que ofrecía el camino.

Se convocó un consejo de guerra, pero el enemigo estaba en vigor y, como los regulares estaban demasiado débiles para salir al campo, finalmente se retiraron entre aullidos, dejando sus laureles guerreros en el camino, y las visitantes para dar marcha atrás al jactancioso tren, y cantan a su manera 'Nadie sino los justos merecen los valientes'. “

El Dublín del siglo XIX era una ciudad militar en la que muchos dependían de las costumbres del ejército para mantener sus negocios en marcha. Una categoría de empresarios que no necesitaban mantener buenas relaciones con los militares eran las pescaderas de Pill Lane, inmediatamente detrás del Four Courts, que vendían sobras de pescado a los más pobres de los pobres, en una calle con una tradición de rebeldía que se remonta a 1798.



Contrabando de cervatillos en Inns Quay, 1838

Fawn-Smuggling on Inns Quay, 1838

From the Freeman’s Journal, 30 June 1838:

“ Un hombre llamado John Cowan fue llevado ante los magistrados acusado de haber robado un cervatillo en Phoenix Park , el día anterior.

El agente de policía 97D declaró que se encontró con el prisionero en King's Inns Quay, con un bulto de aspecto sospechoso debajo de su abrigo; al registrarlo encontró un cervatillo vivo escondido en su persona.

El prisionero dijo que regresaba de la revisión con otras personas y vio al cervatillo acostado debajo de un espino; imaginando que había sido abandonada por su presa, pensó que no había nada de malo en llevársela.

El concejal Tyndall dijo que era muy necesario castigar severamente todos los delitos similares. En consecuencia, infligiría una pena de 5l al prisionero, en el presente caso, que esperaba que fuera una advertencia al público en futuras ocasiones”.

El anterior fue solo uno de los muchos incidentes de robo de cervatillos en Phoenix Park que resultaron en cargos criminales en la década de 1830.

En junio de 1830, dos "mecánicos respetables" fueron detenidos en Arran Quay con un joven cervatillo atado en un pañuelo y escondido debajo de uno de sus abrigos. También fueron multados con 5l cada uno, y el cervatillo fue devuelto a los bosques y tierras salvajes.

En julio de 1835 George Godden, uno de los guardabosques del Phoenix Park, juró información contra un hombre llamado George Callaghan, por intentar robar un cervatillo el lunes anterior. El Sr. Godden declaró que observó al Sr. Callaghan, a través de un telescopio, huir con el cervatillo, que ya había muerto, como consecuencia de la herida recibida por la presión al llevárselo. El Sr. Callaghan fue condenado a dos meses de prisión, sin pagar la multa habitual de 5l.

En junio de 1837, Godden apareció una vez más en la oficina de policía de Arran-Quay para declarar contra Dennis Keogh y Daniel McGordon, a quienes había observado nuevamente, a través de su telescopio, tomando un cervatillo y atándolo con un pañuelo. Los arrestó en Knockmaroon-gate, con el cervatillo todavía en su poder. El magistrado, el señor Hitchcock, dijo que, como consecuencia de los muchos casos de robo de cervatillos y de las depravaciones que habían ocurrido recientemente en Phoenix Park, los magistrados estaban llamados a imponer la pena máxima de 30 libras esterlinas o, en defecto de pago, seis meses de prisión a cada uno de los presos.

No hubo más procesamientos por robo de cervatillos después de 1838: la compra de cervatillos en el mercado negro debe haber pasado de moda o tal vez las altas sanciones financieras que se impusieron sirvieron como desincentivo.




Newspaper-Reading in Court, 1867-1998
Lectura de periódicos en los tribunales, 1867-1998

From the Irish Times, 22 November 1867:


“Señor, ayer estaba sentado en el tribunal de Queen's Bench, y mientras el abogado leía una larga declaración jurada, me dediqué a las columnas del periódico Standard. De repente, el Lord Presidente del Tribunal Supremo me llamó: 'Este no es un lugar para que el público lea periódicos'.

Entendí esto como una prohibición, y por supuesto desistí. Pero desde entonces se me ha ocurrido la pregunta: '¿No ha excedido su autoridad un magistrado exaltado por una vez?' No conozco ninguna ley que prohíba lo que estaba haciendo, o que confiera a Su Señoría el poder de imponer tal prohibición. No estaba cometiendo un desacato al tribunal ni me estaba comportando de manera indecorosa.

Soy miembro del Colegio de Abogados de Inglaterra, al que fui llamado en 1844, y no sólo he leído con frecuencia periódicos bajo la mirada de los jueces en Inglaterra, sino que he visto abogados de todos los grados de eminencia haciendo lo mismo, sin reprensión o pregunta. Leer periódicos es una necesidad para los abogados, y seguramente es una conveniencia razonable para ellos hacerlo en la corte en interés de la ocupación real. Por supuesto, no quiero decir que un abogado inglés en Irlanda probablemente esté ansioso por ahorrar tiempo en el camino; pero supongo que debe haber una regla para todos, ya sean abogados, procuradores o espectadores.

Las palabras del Lord Presidente del Tribunal Supremo se aplicaban únicamente al 'público', del cual yo era considerado un miembro ordinario; pero ¿puede ser correcto que un abogado lea un periódico en la corte, y no para un profano? El caso sería diferente si existiera el peligro de que los tribunales fueran utilizados por los ociosos para leer las noticias; pero ¿quién soñaría con afirmar la existencia de tal peligro? El caso de Inglaterra demuestra que no la hay. Estoy seguro de que la dignidad de los tribunales ingleses está bien mantenida, y no creo probable que, frente a la práctica establecida en ellos, los jueces irlandeses decidieran a sabiendas que leer periódicos en los tribunales era tan indecoroso como para pedir interposición.

Puedo observar que los periódicos contienen informes legales y algunas revistas nada más. Estos deben ser utilizados a veces en los tribunales. Pero no me preguntaron qué estaba leyendo, ni si pertenecía a la profesión. Si me hubiera negado a desistir, ¿habría llegado el Presidente del Tribunal Supremo a encarcelarme, multarme o incluso ordenar mi expulsión?

Soy, señor, su obediente servidor, TS

PD – Adjunto mi nombre y dirección.”

¡No todos los jueces irlandeses eran tan estrictos como el Lord Presidente del Tribunal Supremo Whiteside! The Glasgow Herald, informando sobre el juicio de la Ley de Coerción de 1887 del periodista William O'Brien, MP ante los magistrados de Mitchelstown, declaró que

“Al reanudarse el juicio, todos los acusados ​​estaban representados. Inmediatamente se hizo evidente que la mayoría de ellos, así como otros en la Corte, habían aprovechado el aplazamiento para proveerse de ejemplares de los periódicos de Dublín. Hacen muchas cosas en Irlanda de forma fácil y gratuita. Pocos de nuestros jueces escoceses toleran la lectura de periódicos en la Corte, pero aquí los mismos Magistrados dieron el ejemplo, cada uno de ellos regresando a la corte con un periódico en la mano. El Sr. O'Brien, quien ocupó su antiguo asiento al lado de su abogado , el Sr. Healy , estaba profundamente absorto en las columnas de un periódico inglés. Incluso mientras se leía la evidencia de su propio artículo, el Sr. O'Brien continuó leyendo y parecía bastante indiferente a lo que estaba pasando... incluso el Sr. Healy, en un momento ideal, buscaba diversión en las imágenes de un artículo cómico. "

The Weekly Dispatch (Londres) también notó la lectura del periódico de los magistrados, y fue menos tolerante con ella, señalando que a pesar de que supuestamente recibieron órdenes del Castillo de Dublín, hubiera sido bueno que pretendieran escuchar el caso que estaban fingiendo estar decidiendo.

Tradicionalmente, las objeciones judiciales a la lectura de los periódicos en los tribunales se habían considerado una preciosidad similar a ordenar a un hombre calvo que abandonara un tribunal en un brillante día de verano porque los rayos del sol se refractaban desde su cabeza hasta los ojos deslumbrados del juez.

Además, como lo muestra el informe de Mitchelstown anterior, la lectura de periódicos en el banco era en sí misma una práctica común. Fraser's Magazine de 1864 declaró que Lord Mansfield , el príncipe de la cortesía, tenía la costumbre de leer periódicos y responder cartas en la corte; Lord Eldon también lo hizo, y Lord Abinger lo haría "de manera ostentosa y ofensiva, para señalar su desprecio por el abogado". En contra de esto, el Lord Canciller Hardwicke solía declarar que "él no tomó su lugar en el banco para escribir cartas a su correspondencia, o para leer el periódico".

Lord Campbell afirmó que "se le puede permitir a un juez echar un vistazo a un periódico durante una respuesta tediosa, como un indicio de un consejo contra la prolijidad". Sin embargo, no aprobaba que un juez "complacera su curiosidad hojeando las páginas difíciles de manejar del Times mientras un abogado ha estado abriendo de manera condensada un caso muy importante y complicado que requiere la atención minuciosa de un juez, por rápido que sea". y discriminando.'

Aunque la decisión de permitir o no la lectura de periódicos en el tribunal parecía ser del juez en particular, a finales del siglo XIX, cada vez más jueces decidían que el tribunal no era lugar para periódicos, al menos si los leía cualquier persona. aparte de ellos mismos. Lord Morris , Lord Presidente del Tribunal Supremo del Banco del Rey en Irlanda entre 1887 y 1889, era particularmente aficionado a pretender leer el periódico 'ostentosamente' durante el resumen del abogado en los juicios con jurado, mientras que en realidad escuchaba atentamente con miras a perfeccionar su propio , invariablemente excelente, cargo.

En agosto de 1882, el Liverpool Echo informó que " un reportero que casualmente sostenía en sus manos una copia de un diario vespertino, y que podría, por cualquier cosa que se supiera en contrario, haberlo estado consultando con fines puramente comerciales, tal , por ejemplo, como un deseo de saber si toda su 'copia' había llegado a salvo a la oficina, se le ordenó perentoriamente que dejara el periódico. No satisfecho con la rapidez con que se obedeció esta orden, el juez insistió a continuación en que el caballero debía abandonar el tribunal. '

El autor del artículo prosiguió afirmando que 'queda por establecer el derecho de un miembro de la corte iracundo a aplicar violencia física para destituir a un caballero cuyo único delito es haber mirado un papel en la corte'. Sin embargo, en 1900 en Alzenau, Alemania, un comerciante destacado fue sentenciado a 24 horas de prisión por la "grave irreverencia" de leer un periódico en la corte mientras un caso estaba en juicio.

En 1891 , el juez Denman le dijo a un abogado que "si usted es abogado, debe comportarse como tal y no ser visto leyendo un periódico en la corte o participando en algo que no concuerde con la idea de que está siguiendo en cuerpo y alma el negocio en cuestión". '

La tendencia continuó en el siglo XX, cuando un juez inglés le dijo a un abogado sorprendido leyendo periódicos en la corte en 1911 que " este lugar no es una biblioteca gratuita".

En 1906, Empire News and the Umpire declaró que Sir Gorell Barnes ' no permitirá que nadie lea un periódico en la corte, en primer lugar porque no considera acorde con la dignidad de la corte que las personas estén interesadas en algo que no sea el procedimiento. allí y, en segundo lugar, el susurro y el giro del periódico medio pesado distrae la atención de la gente del tema en peligro.

Sir Gorell Barnes. Un boceto realizado con mucho riesgo, ya que, por las mismas razones, a saber, la majestad de la ley y la comodidad de los testigos, Sir Gorell también tenía problemas con los dibujantes.



Los republicanos irlandeses en la corte durante la Guerra de Independencia de Irlanda adoptaron con entusiasmo la práctica de Lord Abinger de leer periódicos como una señal de disgusto, aunque las razones de su disgusto iban más allá del mero desprecio por la ineptitud del abogado. En Fermoy, en febrero de 1920, siete hombres acusados ​​en relación con un miembro de la Infantería Ligera de Shropshire leyeron periódicos en el tribunal y hablaron ocasionalmente con sus amigos. Tuvieron que quitarse los sombreros. Parece que, dadas las circunstancias, el tribunal decidió no cuestionar la lectura de su periódico.

En 1929, en Leeds Assizes, el vicario de Hulme, cerca de Huddersfield, fue multado con 40 chelines por negarse a desistir de leer un periódico en la corte. Asimismo, en la División del Banco del Rey de Londres en julio de 1928, el juez Swift reprendió a algunas personas que estaban leyendo periódicos en la corte. 'No sé si provienen de la profesión teatral' , dijo, 'Si es así, se enojarían mucho conmigo si fuera a uno de sus teatros y leyera un periódico durante una de sus funciones'.

Ha habido algunos casos relativamente recientes de testigos que tuvieron problemas por leer periódicos en los tribunales de Irlanda, aunque ninguno resultó en una multa o encarcelamiento. En 1968, el Meath Chronicle informó que una 'rubia' que vestía un suéter de punto con cuello de polo y jeans negros tuvo que ser sacada de Trim Court después de un altercado. En respuesta a que el juez le comentó que había estado leyendo un periódico en la corte esa mañana, ella dijo: ' Sí, lo estaba, estaba aburrida. Tenía otras cosas en que pensar.

En 1993, el Drogheda Argus and Leinster Journal informó que el juez le había dicho a un hombre que leía un periódico en Dundalk Court: 'Esto no es un mercado ni un circo. No puedes quedarte ahí abajo y leer un periódico. El periódico fue guardado.

En 1998, un inglés fue amenazado con una semana de prisión, pero logró escapar, por describir los procedimientos en el Tribunal de Distrito de Galway como una burla después de que se le pidiera que se abstuviera de leer un periódico en audiencia pública. El juez dijo que era muy hiriente que le dijeran que su corte era una burla, y que si el hombre supiera lo duro que trabajaba no lo hubiera dicho, pero no valía la pena que la policía se tomara la molestia de enviarlo. a prisión.

¡Cualquiera, periodista, periódico o abogado, que lea periódicos en papel en los tribunales hoy en día, parece que lo hace al menos en peligro de reprimenda pública! Pero ¿qué pasa con los periódicos en línea?



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