Caricaturas de Barrister (Abogados) en revista inglesa Vanity Fair

miércoles, 27 de marzo de 2019

361).-Jueces y abogados famosos de la historia.-a

 Mariano Gómez González 

Eduardo Ortega y Gasset

Blas Pérez González

Leopoldo Garrido Cavero

Hilde Benjamin

Baron Trevethin and Oaksey

Francis Beverley Biddle

Henri Donnedieu de Vabres 

Iona Timofeevich Nikitchenko

Jueces españoles


Mariano Gómez González 

ana karina gonzalez huenchuñir

(1883-Buenos Aires, 1951), jurista español fue presidente del Tribunal Supremo durante la Guerra Civil (1936-1939). Hombre de profundas convicciones religiosas, de ideología liberal y partidario del republicanismo, manifestó su oposición a la dictadura del general Miguel Primo de Rivera.

Hijo del magistrado Manuel Pablo Gómez López y de Adela González Solesis. Hizo la carrera de Derecho, en la que se licenció y doctoró con brillantez, y por Real Orden de 10 de mayo de 1909 fue nombrado profesor auxiliar numerario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza. El 19 de marzo de 1915 ganó la plaza de catedrático numerario de Derecho Político Español Comparado con el Extranjero en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia. El 3 de abril de 1929 cesó como presidente del Ateneo Mercantil de Valencia.
Mariano Gómez González comenzó su carrera como docente universitario en la Universidad de Zaragoza como profesor ayudante. Obtuvo la Cátedra de Derecho Político de la Universidad de Valencia en 1915, siendo elegido rector de esta Universidad en 1931, pocos días después de la proclamación de la Segunda República. Un año después fue designado magistrado de la Sala VI, de Justicia Militar, del Tribunal Supremo.
 Ostentando interinamente la presidencia de dicha sala tuvo que enjuiciar y condenar a los participantes en el intento de golpe de Estado encabezado por el general Sanjurjo que se produjo el 10 de agosto de 1932. Mariano Gómez González asumió de forma interina la presidencia del Tribunal Supremo el 21 de agosto de 1936 ya que su antecesor, Diego Medina, fue obligado a abandonar la presidencia antes de que finalizara su mandato por la tibieza mostrada cuando el gobierno solicitó una declaración de lealtad al régimen republicano del personal de la Administración de Justicia a causa del estallido de la Guerra Civil Española. Al no poderse cubrir la vacante en la presidencia a causa de la guerra, Mariano Gómez González se mantuvo en este puesto a pesar de haber accedido a él de forma provisional.

Su compromiso con las instituciones de la República española, le empujó a presidir personalmente, sin nombrar un delegado, el primer Tribunal Especial aprobado por el gobierno después de que se produjera por motivos políticos una matanza de presos de cárcel Modelo de Madrid el 23 de agosto de 1936. Con esta decisión el Presidente del Tribunal Supremo logró salvar la vida a un considerable número de opositores al bando republicano, sin embargo la decisión de presidir el Tribunal Especial fue una de las causas por las que fue estigmatizado después del triunfo del bando nacionalista. Mariano Gómez González también rechazó la oferta de encabezar de un gobierno alternativo en Madrid después de que se trasladara el gobierno republicano a Valencia. En el mes de noviembre de aquel año, se inició el traslado del Tribunal Supremo a la capital levantina debido a los avances del bando sublevado aunque se mantuvo una sección delegada en Madrid. 
En el mes de octubre de 1937 el Tribunal Supremo junto al gobierno y el grueso de la administración fueron evacuados de nuevo, en esta ocasión a Barcelona. El Gobierno de Burgos creó en el mes de agosto de 1937 su propio Tribunal Supremo, nombrando un año después como presidente al jurista Felipe Clemente de Diego que continuó como presidente al finalizar la Guerra Civil. En el mes de enero de 1939, al producirse la ocupación de Barcelona por el bando nacional, Mariano Gómez González tuvo que exiliarse en Francia y posteriormente en Buenos Aires, ciudad en la que falleció en 1951.

Obras de ~: La penetración en Marruecos. Política europea de 1904 a 1909, Zaragoza, Emilio Casañal, 1909; Contratos Administrativos, Barcelona, Enciclopedia Jurídica Española, 1910; Sistemas de gobierno, Valencia, Tipografía P. Quiles, 1930; Jornadas republicanas de Valencia: historia de dos días, Buenos Aires, Patronato Hispano-Argentino de Cultura, 1942.

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, FC‑M.º de Justicia, Jueces, leg. 912, exp. 13043.


A. Berenguer Carisomo, España en la Argentina: ensayo sobre una contribución a la cultura nacional, Buenos Aires, Academia Argentina de Letras, 1953; J. L. Abellán (dir.), El exilio español de 1939, vol. I, Madrid, Editorial Taurus, 1976, pág. 163; M. F. Mancebo Alonso, “El primer rectorado republicano en la Universitat de València: Mariano Gómez González”, en E. Juan y M. Febrer (eds.), Vida, Instituciones y Universidad en la Historia de Valencia, Valencia, Universidad, 1996; M. F. Mancebo Alonso, “El derecho político en Valencia, con especial referencia a Mariano Gómez González (1915‑1932)”, en A. Mora Cañada (coord.), La enseñanza del Derecho en el siglo xx: homenaje a Mariano Peset, Valencia, Dykinson, 2004, págs. 259‑272; R. Ríos Zúñiga, “Adelanto de una biografía: Mariano Gómez González”, en VV. AA., Historia de las Universidades Hispánicas, IX Congreso Internacional (Valencia, del 14 al 17 de septiembre de 2005), Valencia, Universidad, 2008; A. de Ceballos-Escalera Gila (dir.), El Tribunal Supremo del Reino de España, Madrid, Tribunal Supremo- Boletín Oficial del Estado, 2008, págs. 225-226.


Eduardo Ortega y Gasset 


ana karina gonzalez huenchuñir

(Madrid, 11 de abril de 1882 - Venezuela, 1964) fue un abogado y político republicano español, hermano mayor de José Ortega y Gasset.
Nieto de Eduardo Gasset Artime, periodista fundador de El Imparcial, hijo de José Ortega Munilla, escritor y periodista y hermano José Ortega y Gasset, filósofo. Fue diputado a Cortes por Málaga y Coín, delegado regio de Primera Enseñanza y director general de prisiones en 1917. Su carrera política contó siempre con el apoyo de su tío, Rafael Gasset.
Se opuso a la dictadura del general Primo de Rivera, motivo por el que se exilió en Francia, donde trabajó junto con Miguel de Unamuno y otros intelectuales españoles en Hojas Libres, una publicación que combatió la dictadura desde el exterior.
Asistió a la firma del Pacto de San Sebastián de 1930, cuyo objetivo fue la unificación de la acción de todas las corrientes republicanas, con el fin de derrocar la Monarquía de Alfonso XIII. Al proclamarse la Segunda República Española fue nombrado gobernador civil de Madrid. Perteneció al Partido Radical-Socialista, del que fue diputado en las Cortes Constituyentes.
Fue muy crítico con la política del Gobierno tras los sucesos de Casas Viejas de 1933. Perteneció a la Masonería.
En octubre de 1936, se le nombró decano del Colegio de Abogados de Madrid. En diciembre, el ministro de Justicia, el anarquista Joan García Oliver, lo nombró fiscal general del Estado. En un primer momento, García Oliver deseaba que Eduardo Barriobero Hernán desempeñara la Fiscalía, pero los otros ministros republicanos y socialistas del Gabinete se opusieron por su controvertida trayectoria política y por el dudoso papel que había desempeñado entre agosto y noviembre de 1936 en el Tribunal Revolucionario de Barcelona u Oficina Jurídica, donde predominó la extorsión y la prevaricación. Ortega pertenecía en 1936 al Partido de Extrema Izquierda Federal, la formación política más cercana a los anarcosindicalistas: gran parte de sus militantes pertenecían a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
Esta adscripción política fue la que le permitió acceder a la Fiscalía General. En 1937 también desempeñó la Dirección General de Seguridad desde donde, según Indalecio Prieto, propició el ascenso del Partido Comunista del que era simpatizante, si no subalterno.
Cuando Manuel de Irujo Ollo, del Partido Nacionalista Vasco, asumió la cartera de Justicia, en mayo de 1937, desarrolló una política penal encaminada a esclarecer el terror que se había extendido en la “zona leal” desde el 18 de julio de 1936 y que tanto había desprestigiado a la República tanto en el contexto interno como en el internacional. De esta forma, se incoaron muchos sumarios contra miembros de las organizaciones y partidos del bloque antifascista sobre los que existían indicios de criminalidad, sobresaliendo el que se inició contra Aurelio Fernández y los demás integrantes del Tribunal Revolucionario de Barcelona. Eduardo Ortega, siguiendo las órdenes del Ejecutivo, tuvo que actuar contra algunos anarquistas del entorno de García Oliver. Muchos de ellos, compañeros ideológicos, no supieron asumir que se ejerciera el ministerio público contra ellos, por lo que amenazaron personalmente a Ortega, a fin de que retirase los cargos. Ante la persistencia del Gobierno de llegar hasta el final de las investigaciones, Ortega optó por abandonar el territorio de la República a finales de 1937, instalándose en París, donde colaboró en la Liga de los Derechos del Hombre. Al finalizar la guerra, se exilió en Cuba y Venezuela.
Obras de ~: Annual, Madrid, Rivadeneyra, 1922; La verdad sobre la Dictadura, París, Juan Dura, 1925; Etiopía: el conflicto ítaloabisinio, Madrid, Imprenta de Juan Pueyo, 1935.
Bibl.: J. García Oliver, El eco de los Pasos, Barcelona, Editorial Ruedo Ibérico, 1978; J. M. Gil-Robles, No fue posible la paz, Barcelona, Editorial Planeta, 1998, págs. 470, 540 y 542; M. Azaña, Diarios completos, Barcelona, Editorial Crítica, 2000, págs. 670, 1034, 1177, 1186 y 1192; F. Vázquez Osuna, La rebel·lió deis Tribunals. L’Administració de justicia a Catalunya (1931-1953). La judicatura i el ministeri fiscal, Valéncia, Editorial Afers, 2005.


Blas Pérez González 

(Santa Cruz de La Palma, 13 de agosto de 1898 - Madrid, 7 de febrero de 1978)​ fue un jurista, catedrático de universidad y político español, que desempeñó el Ministerio de la Gobernación durante el Franquismo entre 1942 y 1957.

Nació en Santa Cruz de La Palma. Cursó los estudios de Bachillerato en los institutos de La Laguna y Barcelona, y la carrera de derecho en la Universidad Central de Madrid, consiguiendo el premio extraordinario fin de carrera y donde realizó también el doctorado. También fue miembro del Cuerpo Jurídico Militar,​ donde alcanzaría el rango de General auditor del Aire.
En 1927 obtuvo por oposición la cátedra de derecho civil de la Universidad de Barcelona, llegando a ser decano de la Facultad de Derecho, cargo del que fue depuesto al declararse la II República por su ideología conservadora.
Cuando se produjo el golpe de Estado de julio de 1936 se encontraba en Barcelona; fue detenido el 27 de septiembre y se le condenó a muerte, pena de la que pudo librarse gracias a las gestiones realizadas por algunos de sus amigos de la FAI (posiblemente franquistas infiltrados).Luego se ocultó durante 9 meses, hasta que pudo escapar a la zona sublevada.
Afiliado a Falange con anterioridad al decreto de unificación, en 1937 fue destinado a la asesoría jurídica del Cuartel General de Franco en Salamanca y Burgos. En octubre de 1939 fue nombrado miembro de la Junta Política de FET y de las JONS.​ Ocupó también el cargo de delegado nacional de Justicia y Derecho de FET y de las JONS.
En septiembre de 1942 fue nombrado ministro de la Gobernación.​ Considerado un neofalangista​ y «amigo de la Alemania nazi», fue uno de los representantes del sector falangista en el seno del gobierno de Franco. Mantenía una relación amistosa con el también falangista y ministro José Antonio Girón de Velasco.

En 1951, en el contexto de los cambios ministeriales que tuvieron lugar, Pérez Gónzalez fue mantenido por Franco en su puesto a pesar de los consejos en contra del almirante Luis Carrero Blanco.​ En febrero de 1957 fue cesado como ministro, siendo sustituido por el «duro» Camilo Alonso Vega. Su destitución se produjo en el contexto inmediato a los refriegas universitarias entre falangistas y no falangistas de febrero de 1956.
Tras su cese como ministro fue procurador en las Cortes franquistas por designación directa del jefe del Estado.
Electo miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, rechazó sin embargo tomar posesión de la plaza, al igual que Ramón Serrano Suñer. Presidente del Consejo de Redacción de la Revista de Derecho Privado, fue consejero togado del Consejo Supremo de Justicia Militar y presidente del Consejo de Codificación de Derecho Privado y del Código de Jurisdicción del Aire. También fue consejero del Patronato de la Fundación Juan March, así como presidente de Nora Ibérica, S.A., y vocal en los consejos de administración de Lepanto, S.A., Compañía Trasmediterránea, Compañía de Seguros Generales o La Auxiliar de la Construcción, S.A. entre otros.
La Avenida Marítima de Santa Cruz de La Palma se llamó Avenida Blas Pérez González en su honor, hasta que el Ayuntamiento decidió recuperar el nombre anterior. En su ciudad natal resta una glorieta con su nombre en la entrada del puerto, donde existía un pequeño monumento en su honor. Dicho monumento fue retirado en 2016. Otros pueblos de la isla de La Palma han nombrado a algunas calles con su nombre en su recuerdo.
Blas Pérez González escribió los siguientes libros:
El método jurídico (1942).
El requisito de la viabilidad (1944).
Rescinsión de Institución.
Discursos Políticos.
La obra de Prieto Bonforte.
La extensión del derecho real de hipoteca.



Leopoldo Garrido Cavero

Leopoldo Garrido Cavero nació en Cuenca en el año 1883. Su padre había sido un famoso abogado republicano de la ciudad y el hijo siguió sus pasos. Al finalizar la carrera de Derecho entró a trabajar en el bufete familiar. Pero Garrido Cavero tenía inquietudes sociales además de políticas, ya que en 1911 participó en la creación de la Sociedad Obrera “La Aurora”. En 1915 participaría en la formación de la Agrupación Socialista de Cuenca, siendo, por tanto, uno de los fundadores del socialismo en esta ciudad.
No descuidó su profesión. En 1921 ingresó por oposición en la carrera judicial, siendo destinado al Juzgado de Instrucción de Torrecilla de los Cameros, en la provincia de Logroño, pero no estuvo mucho tiempo en La Rioja, ya que pasaría al partido judicial de Almansa. Terminando la Dictadura de Primo de Rivera ingresaría en la carrera fiscal, siendo destinado a Alicante. Allí se encontraba cuando se proclamó la Segunda República.
Garrido Cavero tuvo serios problemas durante el Bienio radical-cedista, siendo trasladado a Lugo como abogado-fiscal y después a Barcelona. En la capital catalana volvió a tener dificultades porque se negó a aplicar la pena capital a unos obreros de la CNT que habían sido condenados por su participación en la Revolución de Octubre. Pero el gobierno estaba empeñado en castigarlos y recurrió a un Consejo de guerra para salvar el escollo de la Audiencia.
Al estallar la guerra pasó a trabajar por voluntad propia en la Audiencia Provincial de Cuenca. Cuando el gobierno pasó de Madrid a Valencia, Manuel Irujo, a la sazón ministro de Justicia, le llamó para que ocupara el puesto de inspector fiscal del Tribunal Supremo. Fue, por tanto, fiscal general de la República, siempre preocupado por el respeto a la legalidad.
Garrido perdió a su hijo mayor en la guerra y tuvo la desgracia de que otros tres cayeran prisioneros de los alemanes en Francia en la Segunda Guerra Mundial. No olvidó su militancia socialista, ya que en el país vecino, en el exilio, ingresó en la Sección del PSOE de Vallespir. Además colaboró activamente en “El Socialista” entre los años 1944 y 1945. Murió en Carcassonse en 1946.
Leopoldo Garrido dejó escritas unas interesantes notas sobre los últimos días de la República en la guerra, relatando los sucesos de Madrid con el golpe de Casado y los enfrentamientos internos, señalando, al final lo siguiente: “La catástrofe, en suma, total y sin remedio”.

Jueces alemanes 




Hilde Benjamin

 

(nacida Lange, 5 de febrero de 1902 - 18 de abril de 1989) fue un juez y ministro de Justicia de Alemania oriental . Ella es mejor conocida por presidir una serie de juicios políticos en la década de 1950. Ella es particularmente conocida como responsable de la persecución por motivos políticos de Erna Dorn y Ernst Jennrich . Hilde Benjamin fue ampliamente comparado con el juez de la era nazi Roland Freisler y se lo llamó "Freisler Rojo".
Hilde Lange nació en Bernburg , Anhalt , y creció en Berlín, hija del ingeniero Heinz Lange y su esposa, Adele.Al crecer en el ambiente liberal culturalmente inclinado de una familia protestante de clase media, despertó en ella un interés primordial por la música clásica y la literatura: esto permanecería con ella durante toda su vida.  En 1921 completó con éxito su carrera escolar en la escuela secundaria Fichtenberg en Steglitz, en el lado sur de Berlín .
Fue una de las primeras mujeres en estudiar derecho en Alemania, lo que hizo en Berlín, Heidelberg y Hamburgo desde 1921 hasta 1924.
Después, trabajó como abogada en ejercicio en Berlín: Wedding for the Rote Hilfe , una organización de ayuda comunista. En 1926 se casó con el médico, Georg Benjamin , el hermano del escritor Walter Benjamin y de su amiga, la académica Dora Benjamin. El hijo de Georg y Hilde, Michael nació a fines de 1932.
En 1926 renunció al moderado SPD de izquierda y en 1927 se unió a su esposo en el Partido Comunista. Debido a que era judía, le prohibieron ejercer la abogacía después de 1933. Desempleada brevemente, con su esposo trasladado a un campo de concentración (del cual, en esta ocasión, fue liberado más tarde en el año), inmediatamente después del incendio del Reichstag , regresó para Es hora de vivir con sus padres junto con su pequeño hijo: luego obtuvo un puesto que brinda asesoramiento legal para la asociación comercial soviética en Berlín. Durante la Segunda Guerra Mundial , se vio obligada a trabajar en una fábrica de 1939-45. Su esposo judío fue asesinado en el campo de concentración de  Mauthausen en 1942.
Después de la guerra, se unió al Partido de Unidad Socialista de Alemania (SED) en 1946 y fue vicepresidenta del Tribunal Supremo de la República Democrática Alemana (RDA) de 1949 a 1953. En esa capacidad, asistió a los juicios de Waldheim y presidió a través de una serie de juicios contra los identificados como indeseables políticos, como Johann Burianek y Wolfgang Kaiser , así como contra los testigos de Jehová . Sus frecuentes sentencias de muerte le valieron los apodos populares "Guillotina roja " y "sangrienta Hilde".
De 1949 a 1967 fue miembro del Volkskammer y de 1954 a 1989, miembro del Comité Central de la SED. En 1953, sucedió a Max Fechner como Ministro de Justicia . El líder de la RDA, Walter Ulbricht, le pidió que renunciara en 1967, aparentemente por motivos de salud, pero en realidad porque el Politburó sintió que el fanatismo político que caracterizó sus duros veredictos impidió el deseo de reconocimiento internacional de la RDA.
Benjamin contribuyó a la creación del código penal y el código de procedimiento penal de la RDA y desempeñó un papel decisivo en la reorganización del sistema legal del país. Desde 1967 hasta su muerte, ocupó la cátedra de historia del poder judicial en la Deutsche Akademie für Staats- und Rechtswissenschaft en Potsdam-Babelsberg. Murió en Berlín oriental en abril de 1989.
Benjamin recibió varios premios en la RDA: en 1962, la Orden Patriótica del Mérito , en 1977 y 1987 la Orden de Karl Marx , en 1979 el título de Jurista Meritoria de la RDA, y en 1982 la Estrella de los Pueblos. la amistad .

Jueces del Tribunal Internacional de Nuremberg

Francis Biddle (a la derecha) con otros jueces en los juicios de Nuremberg (desde la izquierda) Iona Nikitchenko (Unión Soviética), Norman Birkett y Geoffrey Lawrence (Reino Unido).

Baron Trevethin and Oaksey



Francis Beverley Biddle 

ana karina gonzalez huenchuñir

(París, 19 de mayo de 1886-Wellfleet, Massachusetts, 4 de octubre de 1968) fue un juez estadounidense, fiscal general del país durante la Segunda Guerra Mundial. Ejerció de principal representante de los Estados Unidos durante los juicios de Núremberg, celebrados en la posguerra para juzgar los crímenes nazis.
Nació en París durante una estancia de su familia en el extranjero. Su madre era Frances Brown y su padre, Algernon Sydney Biddle, un profesor de Derecho de la Universidad de Pensilvania. Francis se graduó en Groton School y se tituló en la Universidad de Harvard en 1909 y 1911, en humanidades y derecho, respectivamente.
Comenzó su carrera trabajando como secretario privado de Oliver Wendell Holmes, Jr, de la Corte Suprema. Los siguientes veintisiete años los dedicó a la práctica del Derecho en Filadelfia. En ese periodo, además, participó brevemente en la Primera Guerra Mundial como soldado del Ejército estadounidense. Asimismo, trabajó como asistente del fiscal del Estado en Filadelfia.
Durante la administración de Roosevelt, ocupó importantes cargos gubernamentales, pero, a la llegada de Truman, se vio obligado a dejarlos poco después del fallecimiento del primero.​ Posteriormente, Truman lo designó para representar a los estadounidenses a lo largo de los juicios de Núremberg. Su último cargo consistió en dirigir la comisión para la memoria de Franklin D. Roosevelt. Falleció el 4 de octubre de 1968, a los 82 años de edad.



Henri Donnedieu de Vabres 



(8 de julio de 1880 - 1952) fue un magistrado francés que sirvió como juez titular del tribunal de Juicios de Núremberg después de la Segunda Guerra Mundial, encargados de juzgar a los líderes nazis y sus organizaciones.

Antes de la guerra, Donnedieu había hecho campaña en defensa de una Corte Criminal Internacional mientras trabajaba como profesor de derecho penal en la Universidad de París y en 1928 había publicado un libro titulado Les principes modernes du droit pénal international. Fue controvertida su actuación al considerar que los no miembros del Partido nazi y con rango militar exclusivamente no podían ser acusados, como el caso de Alfred Jodl y que el término conspiración para la guerra era un concepto jurídico excesivamente amplio para poder ser aplicado con rigor. Fue también partidario de que las ejecuciones se hicieran mediante un pelotón de fusilamiento, la forma más honorable a su juicio. 
Más adelante, en 1947,​ sometió otra vez su idea ante las recién creadas Naciones Unidas y colaboró en la precisión de los convenios y tratados internacionales contra el genocidio. Junto a Vespasiano Pella, que había trabajado en la Sociedad de Naciones, el penalista suizo Jean Graven, Pierre Bouzat, Francis Biddel, David Maxwell-Fyfe, el Presidente del Tribunal de Nuremberg Geoffrey Lawrence, el soviético Ionaa Nikitchenko y otros fue fundador de la Asociación Internacional de Derecho Penal.


Iona Timofeevich Nikitchenko



 (Óblast del Voisko del Don, 28 de junio de 1895 - Moscú, 22 de abril de 1967) fue un jurista y magistrado soviético, más conocido por ser el juez titular de los Juicios de Núremberg en representación del Tribunal Supremo de la Unión Soviética.
Nació en una familia campesina en el Óblast del Voisko del Don. Estudió en su Instituto de Agricultura local y desde 1916 se adhirió a la facción bolchevique. Su experiencia en la corte judicial comenzó en mayo de 1920, cuando fue nombrado presidente adjunto del Tribunal Militar del Óblast de Semirechye durante la Guerra Civil Rusa, conflicto armado en el que Iona participó en el frente de Asia Central. En 1924, fue nombrado miembro del Colegio de Tribunales Militares del Distrito Militar de Moscú.
Nikitchenko presidió algunas de las pruebas más notorias durante el período de la Gran Purga llevada a cabo a finales de la década de 1930 por orden de Iósif Stalin. Entre otras sentencias, Nikitchenko firmó las de Lev Kámenev y Grigori Zinóviev.
Nikitchenko fue uno de los tres principales redactores de la Carta de Londres. Antes de dirigirse a Núremberg, donde debía ser juzgada la cúpula del partido nazi por crímenes contra la humanidad tras el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa, Nikitchenko explicó la perspectiva soviética de los juicios:

"Estamos tratando aquí con los principales criminales de guerra que ya han sido condenados y cuya condena ya ha sido anunciada por las declaraciones de Moscú y Yalta por los jefes de los gobiernos [Aliados]... La idea es asegurar un rápido y justo castigo por el crimen".


Sus declaraciones recuerdan a las que hizo el presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Harlan Fiske Stone, que escribió:
 "El fiscal general de los Estados Unidos, Jackson, está conduciendo su fiesta de linchamiento de alto grado en Núremberg, no me importa lo que haga con los nazis, pero odio ver la pretensión de que dirija un tribunal y proceda de acuerdo con la ley común. Esto es un fraude demasiado peligroso para cumplir con mis ideas pasadas de moda".

Nikitchenko disintió contra las absoluciones de Hjalmar Schacht, Franz von Papen Hans Fritzsche, y defendió la condena a muerte de Rudolf Hess. También encontró incorrectos los juicios de la mayoría con respecto al Gabinete del Reich, al Estado Mayor Alemán y al alto mando de la Wehrmacht. Como nunca antes había escrito una opinión disidente, como no se había escuchado en la jurisprudencia soviética, y no estaba seguro de la forma de tal opinión, Nikitchenko recibió ayuda para escribir sus discrepancias por parte de su compañero el juez Norman Birkett.
 En el momento de la deliberación final, reexaminó el caso de Hess y votó por una sentencia de por vida para que no se diera la oportunidad de que Hess se saliera con la suya con un menor grado de castigo.


Tiempo 

martes, 26 de marzo de 2019

361).-Jueces y abogados famosos de la historia.-a


Los abogados famosos

 Mark O'Mara 
Clarence Seward Darrow
Mariano Gómez González 
Eduardo Ortega y Gasset 
Blas Pérez González
Leopoldo Garrido Cavero
Hilde Benjamin
Baron Trevethin and Oaksey
Francis Beverley Biddle 
Henri Donnedieu de Vabres 
Iona Timofeevich Nikitchenko


 Mark O'Mara 


El abogado Mark O'Mara ha ganado fama
 con su defensa de Goerge Zimmerman.

Mark Matthew O'Mara (nacido el 8 de febrero de 1956) es un abogado criminalista estadounidense en Orlando, Florida.
Como abogado de George Zimmerman, Mark O'Mara es una figura muy familiar para los televidentes en Estados Unidos. Esta fama da qué pensar sobre estos a abogados famosos y su papel en el aparato legal estadounidense. Durante dos semanas, la audiencia siguió de cerca el juicio a George Zimmerman, un "vigilante" de un vecindario de Florida, acusado de homicidio de segundo grado tras disparar mortalmente al adolescente negro de 17 años, Trayvon Martin. O'Mara afirma que su cliente actuó en defensa propia durante su encuentro con el adolescente que, desarmado, caminada hacia la casa de su padre en esa comunidad cerrada de Sanford, Florida, en febrero de 2012.
Pero el fiscal alegó que Zimmerman en realidad "quería asegurarse de que Trayvon Martin no saliera del vecindario", que disparó a Martin al corazón y le mató.
 El jurado sin embargo, justificó el disparo como un acto en defensa propia y, tras el juicio, se absolvió a Zimmerman, catapultando al mismo tiempo la fama de O'Mara. O'Mara se graduó en la escuela de derecho de la Universidad Estatal de Florida y trabajó como analista legal para la televisión local WKMG Channel 6, donde fue ganando fama.
Esta notoriedad se incrementó todavía más tras el juicio. A muchos les sorprendió que después de que el jurado anunciara su veredicto, O'Mara realizara unas declaraciones incendiarias sobre racismo, diciendo que si Zimmerman hubiera sido negro "nunca hubiera sido acusado de un crimen".
"Pero decidieron que George Zimmerman sería la persona a la que culpar y de algún modo usarlo como un caso de violación de derechos civiles" y dijo que "los hechos de esa noche no fueron originados por un acto racial".

 Mucha gente encontró estos comentarios ofensivos.
"La defensa parecía insensible y cruel durante el juicio", opina Jeannine Bell, profesor de derecho de la Universidad de Indiana.
"Este comentario, de que si Zimmerman hubiera sido negro, no le habrían acusado, refuerza esta visión".
Otros se muestran más contundentes.
 "Uno de los comentarios más insultantes y enfurecedores del equipo legal de Zimmerman", expresó el periodista Jim Mitchell en un editorial del diario Dallas Morning News.
O'Mara puede parecer cruel, pero aún así sus comentarios impulsaron su fama. Aunque no está claro por cuánto tiempo durará en el candelero mediático. Durante el juicio, O'Mara parecía estar siguiendo el camino de otros abogados-celebridades que le precedieron.

De la ley a la fama

Los abogados Gloria Allred, Johnnie Cochran, Robert Shapiro, se hicieron famosos durante el juicio al exjugador de fútbol americano OJ Simpson en 1994, quien fue acusado del asesinato de su esposa Nicole Brown Simpson y Ronald Goldman.
Con su trabajo en el caso Simpson, estos letrados pavimentaron grandes carreras en derecho y en medios de comunicación, siendo la televisión su gran plataforma.
El destino de un individuo en un juicio estadounidense lo decide el jurado seleccionado. Aún así, los juicios tienen un papel educativo para el público, y por este motivo algunas veces se emiten por televisión. Esto genera celebridades. En países donde los juicios no se televisan, existen pocos abogados de alto perfil. Por el contrario, en Estados Unidos el abogado forma parte del paisaje legal. Representan a famosos y se convierten ellos mismos en celebridades por derecho propio.

Allred a menudo ofrece conferencias de prensa para sus clientes. Entre estos clientes se incluyen algunos como Natalie Khawam, implicada en el escándalo del exdirector de la CIA, David Petraeus, así como la actriz porno Joslyn James, quien tuvo una relación con el golfista Tiger Woods.
Otro abogado de famosos es Mark Geragos, quien representó a la actriz Winona Ryder y a Michael Jackson y quien "ama a los medios", según subrayó un reportero del diario The New York Times. Por su parte, la abogada Laura Wasser, quien representó a Angelina Jolie, apareció en la revista Elle en una fotografía retocada con photoshop.

Un fenómeno no tan nuevo

Se supone que los abogados deben ser discretos. No sorprende por tanto que mucha gente no esté de acuerdo con el papel que estos abogados tienen en los medios.
"Es una erosión de la identidad del profesional de la ley", afirma Richard Sherwin, autor del libro que trata precisamente este tema: 'When Law Goes Pop'.
"Las entrevistas sobre los procedimientos judiciales solían ser mal vistas", explica, "ahora es una herramienta que usan los abogados en interés de sus clientes".
Puede que se esté dando una erosión de valores, pero no se trata de un fenómeno nuevo. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, se sabe de la existencia de Clarence Darrow, un abogado muy famoso en la época.
Darrow usaba el círculo académico, en lugar de Twitter, para expresar sus puntos de vista, pero la intención de autopromoverse es la misma

"Los abogados de famosos tienen una agenda", asegura Laurie Levenson, profesora de la Escuela de Derecho Loyola en los Angeles, California.
 "Saben exactamente para qué quieren usar a los medios".
Los comentarios cargadamente raciales de O'Mara en la conferencia de prensa tras el juicio, puede que hayan sido una expresión honesta de su punto de vista, pero no "ayudaron" a su cliente, dice Levenson.
"Aparecer en cámara en una conferencia de prensa no es un momento para dar rienda suelta", dice, "no es una sesión de terapia".
Según la profesora O'Mara generó tensión con sus afirmaciones y, añade, hizo que la situación fuera más difícil para su cliente. Levenson considera que sus declaraciones dañaron sus posibilidades de hacer carrera como abogado de famosos.
 "Fueron los 15 minutos de fama de O'Mara", finaliza , "es una flor de un día".


Abogados estadounidenses 


Clarence Seward Darrow


ana karina gonzalez huenchuñir

(Kinsman, Ohio, 18 de abril de 1857 – Chicago, Illinois, 13 de marzo de 1938) fue un abogado estadounidense, directivo de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
Darrow comenzó su carrera en Youngstown (Ohio). Luego se estableció en Chicago, donde pronto llegó a ser abogado de la North Western Railroad. Renunció a su bien remunerado cargo para defender exitosamente a Eugene V. Debs, el líder del sindicato ferroviario American Railway Union en la huelga de los obreros de Pullman de 1894. La victoria de los trabajadores en este caso hizo famoso a Darrow, ya que no solo demostró la inocencia de Debs sino que puso en evidencia las maniobras ilegales de los empresarios y gerentes para tratar de incriminar a los huelguistas.
También en 1894 defiende a Patrick Eugene Prendergast, quien confesó haber asesinado al alcalde Carter Harrison. Darrow defendió luego a Bill Haywood, dirigente del sindicato radical Industrial Workers of the World IWW y de la Federación de Mineros, a quien acusaban de complicidad en el asesinato del ex gobernador de Idaho Frank Steunenberg en 1905.
La preferencia del movimiento obrero por Darrow terminó tras la defensa de los hermanos MacNamara, acusados de hacer explotar una bomba en el edificio del diario Los Angeles Times que causó la muerte de 20 personas. Al comprobarse la participación de los acusados en los hechos, estos y Darrow llegaron a un acuerdo con el Fiscal, que a cambio del reconocimiento de la culpabilidad que correspondía a cada uno, no solicitó la pena de muerte, sino 50 años de cárcel para quien colocó el artefacto explosivo. Los trabajadores pensaron que nunca Darrow ha debido reconocer la responsabilidad de los activistas acusados. Para completar Darrow fue acusado de sobornar a un jurado, al que uno de sus allegados estaba dando dinero. Darrow terminó juzgado, pero fue declarado inocente al demostrar que se le trataba de condenar por su lucha en defensa de los derechos de los trabajadores y los pobres.

Penalista

A partir de allí Darrow se dedicó al derecho penal. El caso más importante que asumió fue el de Leopold-Loeb autores en 1924 del secuestro y asesinato de un adolescente. Darrow demostró las perturbaciones mentales de estos asesinos, fueron condenados a cadena perpetua. 
En 1925, Darrow defendió a John Thomas Scopes en el todavía famoso Juicio del Mono. El maestro Scopes fue juzgado por enseñar la teoría de la evolución de las especies en una escuela estatal en Tennessee. 
El cargo era «enseñar una teoría que niega la historia de la Creación Divina del hombre tal y como la expone la Biblia, y enseña en cambio que el hombre desciende de un bajo orden de los animales».
El acusador y testigo principal fue el fundamentalista William Jennings Bryan. Cuando Darrow lo interrogó, Bryan tuvo que aceptar que no se podía interpretar el relato bíblico de la creación en seis días como si se tratara de días de 24 horas sino como seis períodos indeterminados de tiempo. Darrow demostró ante la opinión pública el desvarío de una interpretación literal de la Biblia y la necesidad de enseñar en las escuelas las teorías científicas. Aunque el juez condenó a Scopes a pagar 100 dólares de multa, el juicio desprestigió inmensamente a Bryan y al fundamentalismo y fue un triunfo para Scopes como maestro, pues lo que enseñaba a unos pocos alumnos, pudo enseñarlo a todo el país y al mundo. Bryan murió poco después.
En Detroit una multitud de blancos intentó echar a una familia negra de la vivienda recién comprada en un barrio blanco. En la lucha murió un blanco, y los once negros que estaban en la casa fueron arrestados y acusados de asesinato. Llevaron a juicio al Dr. Ossian Sweet y a tres miembros de su familia y después de un callejón sin salida inicial, Darrow dijo al jurado:
 «Insisto en que en este caso no hay sino prejuicios; si fuera a la inversa y once hombres blancos hubieran matado a un negro al proteger su hogar y sus vidas contra una multitud de negros, nadie habría ni siquiera soñado con procesarlos. En cambio les habrían dado medallas...»
Los Sweet fueron declarados inocentes. A los 68 años Darrow se retiró y solo ocasionalmente atendió casos, como el juicio Massie en Hawái en 1932.
Darrow y sus casos más relevantes han inspirado novelas, obras de teatro y películas. Actores como Henry Fonda, Kevin Spacey e incluso Leslie Nielsen, han interpretado a este famoso abogado en el cine y el teatro. También se han escrito varias biografías auténticas.

Juicio de Bill Haywood



El proceso Massie

ana karina gonzalez huenchuñir

El proceso Massie, dentro los sucesos conocidos como el caso Massie, fue un procedimiento penal desarrollado en el año 1932 en Honolulu (Hawái). La pieza principal del caso fue la acusación de asesinato formulada contra Grace Hubbard Fortescue y sus tres cómplices, por la muerte del conocido boxeador profesional local Joseph Kahahawai.
Previamente, la hija de Grace Fortescue, Thalia Massie (de cuyo apellido toma nombre el caso), había presentado cargos contra Kahahawai (muy probablemente de forma injustificada), acusándolo de formar parte del grupo de hombres que la habían violado. El asesinato fue el resultado de la venganza de Grace Fortescue, de su yerno el teniente Massie y de sus dos cómplices sobre Kahahawai, que había sido absuelto junto con sus compañeros en el juicio por violación, posteriormente conocido como el caso Ala Moana.
Durante el proceso, la acusación de asesinato se convirtió en homicidio, y la condena de 10 años de cárcel para Grace Forstecue, su yerno y los dos marinos cómplices del asesinato, bajo la presión de la Marina, fue conmutada por el Gobernador Territorial Lawrence M. Judd a "una hora de servicio en su despacho". Los cuatro abandonaron días después las islas en un barco.

Investigaciones posteriores han reforzado las sospechas de que el desenlace del caso de asesinato estuvo condicionado por circunstancias políticas y raciales.
Grace Hubbard Fortescue (Grace Hubbard Bell de soltera), era nieta de Gardiner Greene Hubbard, el primer presidente de la National Geographic Society. Su padre, el empresario Charles John Bell, era primo hermano del inventor Alexander Graham Bell.
Su matrimonio con el mayor Granville "Rolly" Fortescue, un hijo bastardo de Robert Roosevelt, no le reportó una situación financiera tan desahogada como hubiera deseado, pero sin embargo le permitió mantener las apariencias, y crio a su hija Thalia con el estilo de vida propio de la clase alta estadounidense.
Su hija, Thalia Fortescue, se casó con el teniente Thomas Massie, un oficial en ascenso de la Armada de los Estados Unidos. En 1930, Massie se encontraba destinado en Pearl Harbor, donde Thalia se consideraba "por encima" del resto de las esposas de los oficiales, y pronto se convirtió en una marginada. El matrimonio, que desde el principio no fue precisamente un éxito, degeneró en el consumo excesivo de alcohol y las peleas públicas.
El 12 de septiembre de 1931, la pareja asistió a una fiesta de la Armada en el Ala Wai Inn, un club nocturno de Waikiki. Thalia mantuvo una disputa que terminó cuando abofeteó a un oficial y luego salió corriendo del local. Su marido, el teniente Massie, no habiendo presenciado el incidente, asumió que estaba cansada y se había ido a casa.
Finalmente, Massie trató de llamar a su esposa para asegurarse de que había llegado bien a casa, y después de varias llamadas, Thalia finalmente respondió, pero en estado de shock. Massie regresó a su casa y su esposa le contó que, mientras caminaba hacia su casa, había sido asaltada por varios hombres. Ignorando las objeciones de Thalia,​ Massie llamó de inmediato a la policía, que llegó para tomar su declaración. Inicialmente, no podía proporcionar ningún detalle, afirmando que estaba demasiado oscuro para identificar a alguno de los hombres o para ver cualquier detalle del automóvil del que salieron.
Varias horas después la historia cambió. Ahora, Thalia no solo describió a los asaltantes como "locales", sino que le dio a la policía el número de una matrícula. En cuestión de horas la policía detuvo a Horace Ida. Ida no estaba del todo sorprendido al principio, ya que solo unas pocas horas antes había estado involucrado en una colisión mientras conducía el automóvil de su hermana. Aunque no hubo daños, se desató una discusión con el otro conductor y su pareja, y uno de sus amigos, el boxeador Joseph Kahahawai, abofeteó a la mujer. Cuando fueron llevados a la comisaría de policía, nunca se les presentaron cargos por el altercado, y en su lugar se mostraron consternados porque estaban siendo acusados de violación.

Los sospechosos en el asesinato de Joseph Kahahwai Jr., a bordo del USS Alton donde fueron confinados durante su juicio por asesinato: de izquierda a derecha, Edward Lord, Albert "Deacon" Jones, Grace Fortescue (la madre de Thalia Massie), Thalia Massie y su esposo , Teniente Tommie Massie

  A primera vista, la historia parecía estar bien fundada. La matrícula del automóvil facilitada por Thalia solo fallaba en un dígito y su descripción de los hombres, Ida y sus amigos, era bastante precisa. Sin embargo, más tarde se supo que la policía en realidad "le dio" ambas informaciones cuando se tomó la declaración de Thalia, aparentemente después de escuchar el nombre y la descripción de la queja inicial presentada por la mujer conductora. El escritor Charles A. Riccio Jr. ofrece el siguiente relato del incidente que involucraba a Horace Ida:

Horace Ida, un joven japonés, había tomado prestado el automóvil de dos años de antigüedad de su hermana y había asistido a un luau (fiesta tradicional hawaiana) acompañado por sus amigos Joe Kahahawai, Benny Ahakuelo, David Takai y Henry Chang. Alrededor de las 12:30 am, Horace había sugerido que dieran una vuelta esa noche, y acompañado de sus amigos, subieron al automóvil y dejaron el luau.
Cuando pasaron por una intersección en el centro de Honolulu, Horace casi chocó con un automóvil que venía en la dirección opuesta. No llegó a haber contacto entre los dos coches, pero ambos conductores se detuvieron y empezaron a discutir entre todos los detalles de la ley de vehículos motorizados de Hawai.
Los ocupantes del otro coche eran el señor y la señora Peeples. La señora Peeples estaba expresando su opinión sobre las habilidades como conductor de Horace Ida, cuando "Big Joe" Kahahawai (de más de 1,80 m de estatura) la detuvo y la golpeó en la cara. La señora Peeples no se acobardó, y le devolvió el golpe. ¡Apretó el puño, lo levantó, y para sorpresa de Big Joe, le golpeó en la boca! El incidente estaba a punto de convertirse en una riña de feria, aunque finalmente prevalecieron las cabezas más frías, y los Peeples se dirigieron a la comisaría de policía para denunciar el incidente.
Allí, la señora Peeples dio la placa del coche de Horace Ida, y la policía emitió un boletín con todos los detalles del automóvil y de sus ocupantes. Casi al mismo tiempo, la policía se enteró de la violación en el parque de Ala Moana, por lo que fue fácil que los agentes asumieran que los ocupantes del automóvil de Ida eran los responsables del asalto a Thalia Massie.
Horace Ida y sus amigos fueron finalmente localizados gracias a la placa del automóvil, siendo llevados a la comisaría de policía ante Thalia, quien no pudo identificar a Horace Ida, que llevaba una chaqueta de cuero marrón cuando lo vio. Cuando se le preguntó el número de matrícula del automóvil de los asaltantes, no lo recordó, pero luego escuchó en la comisaría que se hablaba de la placa número 58-895 en una de las emisiones.
Al día siguiente, en un interrogatorio adicional, la historia de Thalia comenzó a cambiar. Ahora "recordaba" que uno de sus asaltantes llevaba una chaqueta de cuero marrón y que la matrícula del automóvil de los asaltantes era 58-805 (solo un dígito era diferente del número de la placa del coche de Horace Ida). Para la policía, el caso contra Horace Ida y sus amigos comenzó a verse más reforzado. Los cinco hombres insistieron en que no formaban parte de ningún asalto a una sola mujer blanca que caminaba por la oscuridad de John Ena Road. Explicaron sus movimientos en la noche en detalle, pero la policía no fue persuadida. Los cinco jóvenes fueron acusados ​​de violación y agresión.

El Contralmirante Yates Stirling, Jr., Comandante del 14º Distrito Naval de la Marina de los EE. UU. (que incluía las islas), indicó que su primer impulso cuando se enteró de la noticia fue el de linchar a los agresores acusados, pero que se debía dar a "las autoridades la oportunidad de cumplir la ley y no interferir".
 En las noticias impresas a medida que se desarrollaba el caso, los periódicos locales se referían a los hombres como "matones", "degenerados" y "demonios", mientras que Thalia fue descrita como "una mujer blanca refinada y culta".
A medida que se desarrollaba el caso, aparecieron inmediatamente grietas en la historia. Para haber agredido a Thalia, un hecho que hasta el momento ni siquiera había sido probado que se hubiera producido, hubiera sido extremadamente difícil haber estado también involucrados en un accidente casi al mismo tiempo en la ciudad. Pronto se presentaron testigos que informaron haber visto a Thalia seguida por un hombre blanco solo unos minutos antes de que se produjera el presunto asalto. Esta información nunca se presentó en el juicio iniciado a continuación, ni tampoco el hecho de que la policía pudo pasar información a Thalía. La propia policía se dividió en el caso: muchos de los detectives eran locales que vieron que el caso era una farsa, y cuando se les negó el acceso a la sala del tribunal, comenzaron a hablar directamente con la prensa.

Riccio continúa con el relato:

Mientras los buenos ciudadanos de Honolulu esperaban a que se iniciara el juicio, comenzaron a surgir rumores que se extendían por la ciudad. Hubo quienes susurraron que Thalia no había sido violada en absoluto. Se dijo que estaba teniendo una relación ilícita con uno de los cinco sospechosos de los muchachos de la playa, y que se dirigía a una cita con él, cuando lo encontró en compañía de cuatro amigos borrachos. También se especuló que Thalia estaba teniendo una aventura con uno de los compañeros de su marido. Cuando este llegó a casa después de la fiesta, por lo que decían los rumores, encontró a su esposa y a su amigo en 'delito flagrante' y fue Thomas Massie quien golpeó a su esposa y le rompió la mandíbula.

Grace Fortescue, enfurecida por las historias y lo que le parecía un intento de mancillar el nombre de su hija y de su familia, inició una campaña pública para atacar a los acusados. Al almirante Stirling le preocupaba que si la historia llegaba al continente se interpretaría como si no tuviera el control de la situación. Mientras el juicio continuaba, se pudo mantener la historia fuera de la órbita de la prensa del continente, pero se presionó a los tribunales para que se produjera un rápido y concluyente desenlace del proceso para aplacar a una Armada enfurecida.
Sin embargo, en la corte el caso se vino abajo rápidamente. Después de un juicio de tres semanas y una larga deliberación del jurado, sus miembros se declararon sin argumentos, y se declaró un juicio nulo.

Grace Fortescue con su hija y esposo

Grace Fortescue no estaba dispuesta a esperar otro juicio. En primer lugar, organizó el secuestro y la brutal paliza propinada a Horace Ida.
Luego, convenció a su yerno Thomas Massie para que secuestrara a Joseph Kahahawai, el que tenía la piel más oscura de los cinco acusados, con la ayuda de Albert O. Jones y Edward J. Lord, dos hombres alistados en la Marina. Kahahawai fue sometido a un "interrogatorio", ya que Fortescue, Thomas Massie y sus dos cómplices intentaron arrancarle una confesión, pero finalmente, uno de los cuatro disparó a Kahahawai.
Discutiendo qué hacer, finalmente decidieron dejar el cuerpo de Kahahawai en Koko Head, por entonces una zona desolada lejos del área urbana de Honolulu. Aunque se acabase encontrando el cuerpo, les parecía poco probable que le importara a alguien. Envolvieron a Kahahawai en una sábana y lo pusieron en el automóvil alquilado de Fortescue, bajando unos parasoles para ocultar el interior. Un motociclista policial, alertado del secuestro, vio los parasoles bajados y lo consideró sospechoso. Los detuvo, descubrió el cuerpo de Kahahawai e inmediatamente arrestó a los cuatro por sospecha de asesinato.
Esta vez la historia ya no podía mantenerse en secreto.
 La prensa del continente pronto comenzó a imprimir relatos, en los que se escribía que en Hawái "los caminos atraviesan junglas y en esos lugares remotos, bandas de nativos degenerados esperan a las mujeres blancas que conducen"
El hecho de que los hombres no hubieran sido condenados por la presunta violación, solo demostró a la prensa continental que Hawái era un semillero de odio racial contra los blancos, no que fueran inocentes. La propia Grace Fortescue había proclamado que el crimen era realmente insustancial. Mientras tanto, las tensiones en Hawái estaban a punto de estallar en una revuelta racial.
Clarence Darrow, quizás el abogado más famoso de su época, decidió asumir la defensa de los cuatro acusados de asesinato por una suma de de 30.000 dólares. Darrow, ya retirado, fue convencido para llevar el caso por Eva Stotesbury (esposa de Edward T. Stotesbury), una vieja amiga de la familia.
En el juicio, Thalia intentó presentarse como una víctima inocente. Esto se vino abajo cuando el fiscal, John Kelley, jugó con sus sentimientos de superioridad. Thalia se enfureció, arrancó un pedazó de una prueba y se bajó de la tribuna. Aunque este comportamiento pareció ser una victoria de la fiscalía, los asistentes a la sala del tribunal prorrumpieron en aplausos apoyando la actitud de la joven.
El jurado emitió un veredicto de homicidio en lugar de asesinato. Las tensiones raciales eran tan altas, que todos esperaban otro jurado sin resolución. La prensa continental se incendió con más historias y la situación en Hawái se hizo más tensa. El almirante Stirling consideró aplicar la ley marcial si comenzaban los disturbios, ya que había pensado en imponerla desde el principio.
Después de una serie de maniobras diplomáticas entre Washington D. C. y Honolulu, se evitó la ley marcial. En cambio, bajo la presión de la Armada, el Gobernador Territorial Lawrence M. Judd conmutó las condenas de 10 años de los asesinos convictos, reducidas a "pasar una hora en su despacho". Días más tarde, todo el grupo, incluidos Thomas y Thalia Massie, los otros dos hombres de la Armada, Grace Fortescue y su abogado Clarence Darrow, abordaron un barco y abandonaron la isla en un ambiente caótico.
Thalia y Thomas Massie se divorciarían en 1934; ella se suicidó en 1963; y él murió en 1987. Su suegra, Grace Hubbard Fortescue, murió en 1979. En cuanto a los dos marineros implicados, Albert Jones murió el 23 de septiembre de 1966, y Edward Lord murió en 1967. En 1966, mientras era entrevistado por el escritor Peter Van Slingerland, Albert Jones admitió que fue él quien disparó a Joseph Kahahawai

os acusados ​​en el prominente juicio por asesinato de Joseph Kahahawai en Hawai reciben sentencias conmutadas. De izquierda a derecha: Edward S. Jones, OA Lord, el teniente Thomas H. Massie y la señora Granville Fortescue. 10 de mayo de 1932.


Aunque el testigo principal de la fiscalía, Thalia Massie, había abandonado el Territorio y no pudo ser obligada a regresar a declarar, los cuatro acusados ​​supervivientes del caso Ala Moana no pudieron ser exonerados de inmediato.

 Como escribió Peter Van Slingland, "El Congreso, la Armada y la opinión pública del continente no permitirían que se retirasen los cargos sin una buena razón".

 Antes de la posterior desestimación de los cargos, el gobernador Judd contrató a la Agencia Nacional de Detectives Pinkerton para investigar el caso más a fondo y revisar las pruebas. La Agencia Pinkerton respondió con un informe de 279 páginas cuestionando las acusaciones, en el que la carta de presentación decía:
Un análisis de los informes de nuestros representantes, junto con los informes y las declaraciones de la oficina del Fiscal General, la oficina del Fiscal Público y el Departamento de Policía, y también el testimonio en el juicio de los acusados, hace imposible escapar a la convicción de que el secuestro y el asalto de Thalia Massie no fueron causados por los acusados, en las circunstancias concomitantes alegadas por la propia señora Massie.


Extractos del testimonio en los juicios de Massie.

Testimonio del Dr. John Porter, el médico que examinó a Thalia Massie luego de su presunta agresión. 

[Fiscal Wight] P: ¿Podrían cuatro o seis hombres haber tenido relaciones sexuales con ella sin mostrar ningún resultado?
 
R: Puede o no puede. Sería perfectamente posible hacerlo sin una exhibición física.
 
P: ¿ Ella nunca volverá a la normalidad?
 
R: No creo que [su mandíbula] sea absolutamente normal. Creo que probablemente siempre tendrá un pequeño bulto.
 
Contrainterrogatorio

[abogado defensor Heen]  P: Conoció a la Sra. Massie antes de ese tiempo, ¿verdad?
 
R: Sí, señor. Había atendido a su marido cuando estaba enfermo varias semanas antes, señor. ...

  Testimonio de George Clark, uno de los que recogió a Thalia Massie en Ala Moana Road
 
[Heen] P: ¿ Y dice que era alrededor de la una cuando conoció a la Sra. Massie?
 
R: Aproximadamente en ese momento. No diría cinco minutos de una forma u otra. Puede haber sido antes de la una o puede haber sido un poco después de la una.
 
Testimonio del oficial Claude Benton, quien investigó el lugar del presunto ataque

El abogado defensor Heen impugna el testimonio de Benton, basado en la evidencia de las llantas, de que el automóvil del acusado estaba en la escena del ataque y que el automóvil se había salido de Ala Moana Road hacia los terrenos de cuarentena a sesenta kilómetros por hora:
 
[Heen] P: Ahora, ¿podría dibujar en la pizarra la banda de rodadura de un neumático de Seiberling?
 
R: Haré mi mejor esfuerzo. No soy muy buen artista. [Sorteos.]
 
P: ¿Cómo describiría estas marcas en el costado?
 
R: Bueno, no tiene forma de diamante. No tiene forma redonda. Es más o menos como un trébol de cuatro hojas.
 
P: ¿Cuántos tipos de neumáticos Seiberling hay?
 
A: Eso no te lo puedo decir.
 
P: Ahora, sin borrar eso, ¿podría hacer un diagrama de un neumático Goodyear "Double-Eagle"? ¿Hay surcos en un "Double-Eagle"?
 
A: lo hay.
 
P: ¿Cuántos surcos?
 
Un dos.
 
P: ¿ Similar al Seiberling?
 
A: si.
 
P: ¿Qué tal el Goodyear "De Luxe"?
 
R: El Goodyear "De Luxe" es prácticamente el mismo, solo que un neumático de servicio más pesado.
 
P: ¿Cuál es la diferencia en la banda de rodadura entre "De Luxe" y "All-Weather"?
 
R: El "All-Weather" quizás no tenga las mismas marcas que tienen los neumáticos hoy en día, pero antes no tenían la franja central. Antes, tenían diamantes atravesando todo el camino.
 
P: ¿ Y dices que no tienen surcos?
 
R: Ninguno en mi experiencia con neumáticos.
 
P: ¿Hasta dónde llega su experiencia con referencia a Goodyear "para todo clima"?
 
R: Mi trato con los neumáticos estaba vigente hasta hace cuatro años.
 
P: ¿Ha habido algún cambio en la banda de rodamiento de la llanta "Pathfinder" durante los últimos cuatro años?
 
A: si. Yo diría que cada noventa días hacen un cambio en el tipo de neumático.
 
P: ¿Ha habido algún cambio en el tipo de neumático "Pathfinder" últimamente?
 
R: No lo juraría, pero durante mi experiencia con neumáticos hacen cambios.
 
P: ¿ Cuándo vio por última vez un "Pathfinder" como ese [indicando uno de los muchos bocetos que había tenido?Empeñado en dibujar en la pizarra]?
 
R: Hasta donde yo sé, la última vez que tuve algún trato con un neumático "Pathfinder" fue hace cuatro años.
 
P: ¿Todos los "Silvertowns" están construidos de la misma manera?
 
R: Yo no diría que lo fueran.
 
P: ¿No lo sabe?
 
A: No señor.
 
P: ¿ Ese [indicando la pizarra] es el único tipo de "Silvertown" con el que está familiarizado?
 
R: En la actualidad, sí.
 
P: Le muestro lo que parece ser un neumático "Silvertown", Goodrich, donde las marcas no son similares a esto. [Anuncio de periódico de la mano.] ¿Alguna vez has visto un neumático Goodrich "Silvertown" como ese antes?
 
R: Similar a eso. Este es el último neumático que salió.
 
P: Notará en esta imagen, en un lado de la línea central las marcas corren en una dirección y en el otro lado de la línea central corren en otra dirección. Al ver eso, ¿dice que es similar a su dibujo en la pizarra? ¿Ves que es diferente, no es así, de esta imagen?
 
R: En cierto modo, es similar.
 
P: ¿ Su juicio se basa simplemente en las marcas del neumático en el momento en que las examinó?
 
R: Mi juicio se basa simplemente en que he tenido experiencia con muchos automóviles, y viajar sobre esta tierra suelta lo mejoraría en ese sentido.
 
P: ¿ Basado en su experiencia?
 
A: si.
 
P: ¿Qué tipo de suciedad vio allí en ese momento?
 
A: Grava suelta y húmeda.
 
P: ¿Grava número cuatro o grava número tres?
 
R: No estoy familiarizado con los números de grava. Es solo grava suelta.
 
P: ¿Podría medir la distancia [la suciedad] esparcida [alejándose] del centro de la llanta?
 
R: No lo medí. No. Pero por un lado estaba amontonado y esparcido.
 
P: Si eso hubiera sido solo arena, ¿hasta dónde se habría extendido la arena a 30 millas por hora?
 
R: Según la profundidad.
 
P: ¿Qué tan profundo fue eso?
 
R: Se esparce casi igual que la grava ...
 
P: ¿No encontró dos paquetes de cigarrillos allí [en la supuesta escena del crimen]?
 
R: Solo encontré los Lucky Strikes.
 
P: ¿ Solo un paquete de Lucky Strikes?
 
A: si señor.
 
P: ¿No encontraste una bufanda allí?
 
R: No lo hice.
 
P: ¿Encontraste un pañuelo allí?
 
A: No señor.
 
P: ¿Cómo recuerdas que [de] esas dos cajas [de fósforos] una era una marca Parrot y la otra era una marca Lancer?
 
R: Solo lo recuerdo.
 
P: ¿Pensaste que valía la pena recordar eso?
 
R: Absolutamente.
 
P: ¿Encontraste un paquete vacío de Lucky Strikes?
 
A: No señor.
 
P: ¿Encontraste un paquete vacío de Camels?
 
A: No señor.
 
P: ¿Encontró un paquete vacío deChesterfields?
 
A: No señor.
 
P: ¿Estás seguro de eso? A: estoy seguro.
P: ¿ Esta es su letra al final de este informe?
 
A: lo es.
P: ¿ Esa es tu firma?
 
A: si.
 
P: El informe dice que recogió dos paquetes de Lucky Strikes, un paquete deChesterfields, unas cerillas y un pañuelo ...
 
R: No puedo recordar eso.
 
P: ¿Quiere decir que ha olvidado si los encontró allí o no?
 
R: Podría ser posible. Solo recuerdo un paquete completo de Lucky Strikes.
 
P: Señor Benton, ¿no es cierto que las bandas de rodadura de los neumáticos se cambian constantemente?
 
A: si. Cambiado con mucha frecuencia.
 
P: ¿Fueron estos neumáticos nuevos o viejos debido al desgaste?

R: Estaban casi gastados.
   
Testimonio del inspector John Mcintosh.

Contrainterrogatorio:
 
[Heen] P: En su interrogatorio directo, dijo que ella le dijo que era alrededor de la medianoche cuando salió de Ala Wai Inn para dar un paseo para tomar aire fresco.
 
R: Eso es lo que me dijo en su declaración. "Alrededor de la medianoche", creo que son las palabras que usó.
 
P: Ahora aparece en su declaración escrita que tomó en ese momento, en la página 44 de este [cuaderno], tiene esto: "Alrededor de las 12:30 o la 1 de la madrugada decidí dar un paseo y tomar un poco de aire".
 
R: Si eso está ahí, eso es lo que ella dijo.
 
P: ¿ Entre las 12:30 y la 1 a. M.?
 
R: No lo niego. Si eso está ahí, eso es lo que ella dijo ...
 
P: ¿Le mostró a [Thalia Massie] el auto de Ida, 58-895?

A: lo hice.
 
P: ¿No pudo señalar nada en ese auto?

R: No pudo identificar el auto.


Extractos del testimonio de Thalia Massie

[Griffin Wight, fiscal] P: Cuando llegó a casa, ¿qué hizo?
 
R: Me quité la ropa y me di una ducha.
 
P: ¿Tuviste éxito?
 
R: No.
 
P: ¿Qué pasó?
 
R: Un par de semanas después descubrí que estaba embarazada. ...
 
 
Contrainterrogatorio

[William Heen, abogado defensor]
 
P: ¿Aproximadamente a qué hora salió del Ala Wai Inn?
 
R: Eran alrededor de las 11:35.
 
P: ¿Cómo recuerda esa época?
 
R: Porque unos amigos míos dejaron el baile a las 11:30 y yo me fui de la fiesta unos minutos después de que ellos lo hicieran.
 
P: ¿Cómo supiste que eran las 11:30?
 
R: Mi amiga me dijo más tarde que había mirado su reloj y eran las 11:30.
 
P: ¿ Varios días después?
 
R: No lo recuerdo. ...
 
P: ¿Aproximadamente cuánto tiempo te tomó ir desde el Ala Wai Inn hasta el punto donde estos chicos te recogieron?
 
R: Caminaba bastante lento. Supongo que cinco o diez minutos.
 
P: Al pasar por estas tiendas [Heen señala un mapa] enJohn Ena Road, ¿te diste cuenta si estaban abiertos?
 
R: No, no presté mucha atención a lo que me rodeaba.
 
P: ¿Notó si había algún automóvil conduciendoJohn Ena Road ¿En ese tiempo?
 
R: No noté ninguno.
 
P: ¿Notó si había o no un baile en elWaikiki ¿Baile (salón?
 
R: En ese momento no sabía la ubicación exacta de Waikiki parque y no sabía que tenía una entrada en John Ena Road.

P: ¿Tiene algún recuerdo claro de haber pasado estas tiendas enJohn Ena Road?
 
R: Sí, seguí más allá de las tiendas.
 
P: ¿Tuvo que cruzar alguna calle al pasar por las tiendas?
 
R: No, no lo creo.

P: ¿ Y no recuerda si estas tiendas estaban abiertas en ese momento?
 
R: No. Creo que algunos de ellos estaban cerrados en ese momento. Recuerdo haber visto luces en uno de ellos al pasar, pero no me di cuenta de si estaban abiertos o no ...
 
P: ¿El automóvil [que transportaba a sus atacantes] se acercó a usted y se detuvo?
 
R: Sí, y me detuve de modo que el asiento trasero estuviera paralelo al lugar donde yo estaba parado.
 
P: Cuando se detuvo, ¿se detuvo usted?
 
R: Cuando se detuvo, dos hombres saltaron hacia mí y me detuve y Kahahawai vino detrás de mí y me golpeó en la mandíbula.
 
P: Después de que Kahahawai le golpeó en la mandíbula, ¿qué pasó?
 
R: Puso su mano sobre mi boca y él y Chang me arrastraron al auto.
 
P: ¿Estaba Kahahawai detrás de ti cuando puso su mano en tu boca?
 
A: si.  A la derecha, justo detrás de mí.
 
P: ¿Dónde estaba Chang?
 
R: Delante de mí, en el estribo del coche.
 
P: ¿Quién te empujó al auto?
 
R: Chang me estaba subiendo al auto y Kahahawai me estaba empujando al auto.
 
P: ¿Gritaste antes de que Kahahawai te golpeara?
 
R: Grité en el momento en que me golpeó.
 
P: ¿Cuántas veces gritaste?
 
R: Solo una vez, antes de que me tapara la boca con la mano ...
 
P: ¿Aproximadamente cuánto tiempo estuviste en este lugar en total?
 
A: no lo se.
 
P: ¿ No tienes ni idea?
 
R: Bueno, quizás fueron 20 minutos.
 
P: ¿No es un hecho, Sra. Massie, que uno o más de los policías que llegaron poco después de que su esposo llegara a casa le preguntaron qué le había sucedido esa noche?
 
R: Creo que mi esposo les dijo.
 
P: ¿Recuerda haberle dicho a los oficiales de policía que llegaron por primera vez a su casa esa noche que estos muchachos lo agarraron y lo metieron en el auto y que un niño le tomó la boca y lo golpeó mientras estaba en el auto?
 
R: No. Recuerdo haberle dicho eso al Sr. McIntosh.
 
P: ¿Recuerda haberle dicho a los oficiales de policía esa noche cuando regresó a su casa que pensaba que estos chicos que lo agredieron eran hawaianos?
 
R: Recuerdo haberle dicho eso a la gente que me trajo a casa. No recuerdo lo que le dije a la policía.
 
P: ¿Recuerda haber hecho una declaración en el sentido, en esa misma ocasión, a alguien, de que no pudo identificar a ninguno de estos niños porque estaba oscuro?
 
R: No, no recuerdo haber hecho tal declaración.
 
P: ¿Recuerda haber dicho, al ser interrogado, que no podía identificar el automóvil, que no estaba seguro de qué tipo de automóvil era?
 
R: No pensé en el auto. El Sr. McIntosh preguntó al respecto.
 
P: Ahora le pregunto si recuerda o no haber hecho una declaración en ese sentido la noche en que llegaron los policías que pensaba que era un Ford o un Dodge de gira. ¿Un carro viejo?
 
R: No recuerdo haber dicho nada sobre la antigüedad del automóvil.
 
P: ¿Recuerda que le preguntaron si sabía el número del coche y dijo que no?
 
R: Nadie me preguntó hasta que lo hizo el Sr. McIntosh. No pensé en el número hasta que el Sr. McIntosh me lo preguntó.

Testimonio en el juicio "Asesinato de honor" de 1932


Extractos del testimonio de Thomas Massie

[Abogado defensor Clarence Darrow] P: ¿Alguna vez se ha olvidado [de la violación de Thalía]?

A: No ...Después de que llegó la madre de la Sra. Massie, supimos que era necesaria una operación para evitar el embarazo. Esto tuvo un efecto extraño en mi mente.
 
P: ¿Se hizo la operación?
 
A: si. La llevé al hospital y el Dr. Withington realizó la operación.
 
P: ¿Sabía, o ella sabía, que ese embarazo se debía a usted o no?
 
R: No podía haber ninguna duda de que no lo fue. ...

[Dos días después, antes de que continúe el interrogatorio directo de Thomas Massie:]

Darrow: Parece que ha habido un pequeño malentendido entre los abogados del otro lado y nosotros y quiero corregirlo. Creemos que la declaración de "no culpable" pone en entredicho toda esta cuestión y no es necesario, ni entonces ni ahora, decir quién disparó; pero estamos perfectamente dispuestos a hacerlo para ahorrar más tiempo o controversias sobre el tema. La evidencia mostrará en este caso que el acusado, Massie, ahora en el estrado, sostenía el arma en su mano desde la cual se disparó el tiro fatal ... 
Su señoría que [un alegato de locura para Massie] es exactamente en lo que confiamos. Esperamos que la evidencia demuestre que este acusado estaba loco. No dije que testificaría que mató al difunto. Mostraremos que el arma estaba en su mano cuando se disparó el tiro, pero la pregunta de si sabía lo que estaba haciendo en ese momento es otra cuestión.
 
P: ¿Tenía algún propósito o intención de matar al difunto? "

R: Ciertamente que no.
 
P: ¿Sabe si Jones y Lord, dónde se quedaron esa noche?
 
R: Estaban en casa de la Sra. Fortescue. Sé que estaban ahí. Llegué a la mañana siguiente. Tuve que despertarlos.
 
P: ¿ Evidentemente había dormido allí esa noche?
 
R: Sí, señor.
 
P: ¿ Todavía dormías cuando llegaste?
 
R: Sí, señor.
 
P: ¿A qué hora llegaste?
 
R: Creo que alrededor de las siete.
 
P: ¿En qué cama durmieron Jones y Lord, o dormitorio, o no lo sabe?
 
R: Dormían en lo que el Sr. Kelley llama el dormitorio número uno.
 
P: ¿ Ese es el que tiene la cama doble?
 
R: Sí, señor.
 
P: ¿ Tienes algo de comer allí, alguien?
 
R: Desayuné antes de ir allí. Tomé una taza de café y la señora Fortescue estaba preparando un desayuno para los dos hombres y creo que salieron a la cocina y tomaron unas tostadas y un café. Salí y hablé con ellos. Repasamos todos nuestros planes en la cocina. Después del desayuno, nos dirigíamos a la sala de estar y Jones comenzó a hablar sobre cómo íbamos a hacer que entrara y le dije que teníamos esta idea de la convocatoria y que estaba un poco incómodo. Sabía que este tipo era bastante grande. Él dijo: "Tengo mi arma aquí", y yo dije: "No puedes quitarla". Me preguntó por qué y le dije que el Sr. Beebe [quien le había dicho a Massie que una confesión extraída podía presentarse como prueba si no se usaba la fuerza] había dicho que no se debía usar la fuerza y ​​que no se debían mostrar marcas.
 
P: ¿Cuál era el arma de Jones?
 
A: .32 automático.
 
P: ¿Colt?
 
R: Sí, señor.
 
P: ¿Dónde estaba?
 
R: En el aparador de la cocina.
 
P: ¿Tenías un arma?
 
A: No señor.
 
P: ¿Ves otros allí excepto el que Jones cargó?
 
R: Traje mi propia pistola allí esa mañana.
 
P: ¿ De tu casa?
 
R: Lo dejé allí en casa de la Sra. Fortescue.
 
P: ¿Qué hiciste con él?
 
R: Creo que lo puse en el sofá.
 
P: ¿Sabes exactamente dónde lo pones?
 
R: No puedo decirlo con certeza.
 
P: ¿Y qué era esa pistola?
 
R: Ese fue un servicio automático del 45.
 
P: ¿A qué hora salió de la casa de la Sra. Fortescue?
 
R: Creo que fueron 25 de ocho. ..
 
P: ¿Entonces qué hiciste?
 
R: Conduje directamente a la casa de la Sra. Fortescue y subí al garaje, salí primero y comencé a entrar en la casa. Cuando llegué a la cocina recordé que había puesto la automática [de Jones] en la mesa auxiliar, así que la tomé. Estaba en una funda.
 
P: ¿ Eso fue un .32?
 
A: A .32. Sí señor. Y llamé y dije: "Está bien, entra.
El comandante Ross está aquí ", y ellos entraron, y mientras entraban mientras entraban, me acerqué a un rincón de la sala de estar, me quité las gafas oscuras y los guantes y escuché a Kahahawai sentarse en la silla y me di la vuelta y él estaba sentado, y justo en ese momento entraron la señora Fortescue y Lord. Cogí el arma y me enfrenté a Kahahawai.
 
P: Un momento. Antes de continuar con eso, ¿sabes adónde fue el Señor?
 
R: Se acercó a la mesa del comedor y se apoyó en ella.
 
P: ¿ Eso es, Señor?
 
R: Sí, señor.
 
P: Está bien.
 
R: Así que tomé el arma y me acerqué a Kahahawai, retiré el pestillo y lo dejé girar en su lugar. Quería asustarlo tanto como fuera posible. Le dije: "¿Sabes quién soy?" Pareció sorprendido y se inclinó un poco hacia atrás, y dijo "Creo que sí". Le dije: "Bueno, te traje aquí para contar la historia completa de lo que sucedió en septiembre", y en ese momento él estaba sentado en una silla junto a la puerta y la Sra. Fortescue quería cerrar la puerta, así que le dijo a Jones salir a esperar en el coche y ver que no nos molestaran. Cerró la puerta y le dijo a [Kahahawai] que se levantara y se sentara en la silla larga de la sala de estar, y yo me acerqué y me senté en la silla del comedor a su izquierda; era prácticamente en el comedor, cerca de la mesa, y luego le puse el arma y le dije: "
 
Se veía nervioso y temblaba y dijo: "No sé nada". Le dije: "Sabes, sabes lo que pasó y lo vas a contar, y es mejor que hables ahora". Se veía más confundido y le dije: "¿Dónde estabas la noche del doce de septiembre?" Dijo: "Estaba en elWaikiki baile ". Le dije:" ¿A qué hora te fuiste? ". Él dijo:" No sé. Estaba borracho ". Le dije:" ¿Cómo te fuiste a casa? ". Él dijo:" Fui al lugar de Kalakaua A a Beretania ". Le dije:" ¿Dónde recogiste a la mujer? ". No tengo mujer ". Le dije:" Sabes que no estás diciendo la verdad ". Le dije:" Te advierto que es mejor que lo digas ahora ".
Dijo: "No sé nada". Le dije: "Adelante, dígame dónde condujo a casa". Dijo: "Bajamos por Beretania", y empezó a nombrar un montón de calles y no sé sus nombres, y lo dejé seguir un rato. Estaba hablando de la ruta por la que se fue a casa, y de repente dije: "¿Quién pateó a la mujer?" y él dijo: "Nadie pateó a la mujer", y yo dije: "Ahora estás mintiendo. Sabes que estás mintiendo y ves que lo sé, pero vas a decir la verdad ahora mismo. Dijiste que nadie la pateó y si no estabas allí en ese momento, ¿cómo sabes que nadie pateó a la mujer? Debes haber estado allí ". Y él dijo: "No sé nada".
 
La señora Fortescue se levantó del sofá y dijo: "Ya no sirve de nada seguir jugando con él. Se sentará allí y se acostará todo el día". Ella dijo: "Llevemos a cabo nuestro otro plan". Y dije: "Está bien, lo haremos, pero quiero hacer otra pregunta".

P: ¿Dónde estaba Jones?
 
A: Salió afuera.
 
P: ¿Dónde estaba?
 
R: Estaba afuera en el auto. Jones salió al auto.
 
P: ¿Dónde estaba Lord?
 
R: Estaba a mi lado, a mi izquierda, apoyado en la mesa del comedor.
 
P: ¿ Eso fue hacia la cocina?
 
R: Sí, señor, hacia la cocina. Y le dije a la Sra. Fortescue que tenía otra pregunta que hacerle. Le dije: "Alguna vez fuiste un boxeador, ¿no es así?" y asintió con la cabeza. Le dije: "Bueno, eso me explica exactamente cómo sabes dónde golpear a una mujer de un solo golpe para romperle la mandíbula". Se veía nervioso y creo que se humedeció los labios y se retorcía. Le dije: "Está bien, no vas a hablar, ¿verdad? Te haremos hablar". Le dije: "¿Sabes lo que le pasó a Ida?" Parecía nervioso y seguía temblando y no dijo nada. Le dije: "Bueno, ya sabes lo que consiguió, pero eso no fue nada comparado con lo que vas a conseguir si no cuentas toda la historia ahora".
 
Él dijo: "No sé nada". Yo dije: "Está bien, Señor, sal y trae a los niños. Él hablará entonces", y luego comenzó a moverse hacia adelante en su asiento de esa manera, y tan pronto como Lord había salido de la habitación y le dije: "Está bien, te digo lo que te va a pasar. Sé que estás mintiendo y sabes que lo sé, y es mejor que hables ahora". Le dije: "Ida habló y él contó muchas cosas sobre ti" y él se estremeció, y le dije: "Ahora vas a hablar. Si no hablas antes de que esos hombres regresen aquí, te golpearán hasta hacer trizas. . "
 
Hasta ese momento, Massie se había sentado como una estatua, aparentemente con la intención de transmitir al jurado la precisión de sus recuerdos. Pero, a medida que se acercaba al final de su historia, su voz comenzó a temblar de emoción. Dijo: [Kahahawai] se sentó allí temblando y le dije: "Ahora adelante, cuenta toda la historia. Sabes que tu pandilla estaba allí". Y de repente dijo: "Sí, lo hicimos". Lo último que recuerdo es esa imagen que me vino a la mente, de mi esposa cuando él la agredió y ella rezó pidiendo misericordia y él respondió con un golpe que le rompió la mandíbula.

P: ¿Tenías un arma en la mano cuando hablabas con él?
 
R: Sí, señor.
 
P: ¿Recuerdas lo que hiciste?
 
A: No señor.
 
P: ¿Sabes qué pasó con el arma?
 
R: No, no lo sé, Sr. Darrow.
 
P: ¿Sabes qué fue de ti?
 
R: No, señor ...


Contrainterrogatorio:
 
[Fiscal Kelley] P: ¿Sabe quién desnudó el cuerpo de Kahahawai?
 
R: Sé lo que he escuchado.
 
P: ¿Quién lo hizo?
 
A: Jones me lo dijo.
 
P: ¿Qué te dijo?
 
R: Dijo: "Las manchas no salían, así que nos quitamos la ropa".
 
P: ¿Alguien le dijo dónde murió?
 
A: si.
 
P: ¿Quién te lo dijo?
 
R: Sra. Fortescue.
 
P: ¿Dónde estaba?
 
A: En la chaise longue.
 
P: ¿Alguno de los otros acusados ​​le dijo alguna vez lo que le sucedió al arma que tenía en la mano cuando le dispararon a Kahahawai?
 
R: Sí, señor.
 
P: ¿Quién te lo dijo?
 
A: Jones.
 
P: ¿Qué te dijo?
 
R: Dijo que se lo llevó a mi casa después.
 
P: ¿Sabes qué le pasó allí?
 
A: Lo dejó ahí.
 
P: ¿Alguien le dijo alguna vez quién lo sacó de su casa?
 
R: No. No me dijeron quién lo sacó. Creo que solo había dos personas que podrían haberlo hecho.
 
P: ¿Sin embargo, le dijeron que lo sacaron de su casa?
 
R: Sí, señor.
 
P: ¿Alguno de los tres acusados ​​le dijo alguna vez lo que hizo después de que se disparó este tiro?
 
A: si.
 
P: ¿Quién?
 
R: Los tres.
 
P: ¿Qué le dijo la Sra. Fortescue al respecto?
 
R: Dijo que me quedé ahí parado como un bulto en un tronco y me habló y no le respondí, y finalmente me llevó a la cocina y trató de hacerme beber un poco de oke y yo no haría eso y ella me senté en una silla y creo que dijo que me quedé allí.
 
P: ¿Jones le dijo cuáles fueron sus acciones después de que se disparó el tiro?
 
R: Jones no fue muy elogioso.
 
P: ¿Qué dijo?
 
R: Dijo que actué como un tonto.
 
P: Jones, por cierto, es un hombre alistado en la Marina, ¿no es así?
 
R: Me resintió tanto como dirás que lo hice.
 
P: Sr. Massie, ¿alguna vez estuvo implicado en un complot de secuestro antes de esa fecha?
 
A: No señor.
 
P: ¿Seguro?
 
R: Seguro.
 
[Kelley finalmente consigue que Massie admita que él y Thalia habían sido arrestados una vez por secuestro en 1927, pero que los cargos fueron retirados más tarde. Una madre había presentado una denuncia al ver a los Massies llevando a su bebé, que había quedado llorando en un carruaje, a cierta distancia de donde lo había dejado. Thalía insistió en que empujaran el carruaje en un esfuerzo por calmar al bebé que lloraba.]
 

Extractos del testimonio de Thalia Massie (en el "Juicio por asesinato por honor")

 
[Clarence Darrow]: P: ¿Recuerda la noche de la fiesta en el Ala Wai Inn?

R .: Sí. Fuimos a un baile. ...
 
P: ¿Bebiste algo?
 
R: Sí, me tomé la mitad de un highball.
 
P: ¿No te gusta el licor?
 
R: No.
 
P: ¿ Cuándo dejaste el baile?
 
R: Alrededor de las 11:35 de la noche.
 
P: ¿A dónde ibas?
 
R: Planeaba dar la vuelta a la esquina y volver.
 
P: ¿Sabes dónde estaba Tommie cuando te fuiste?
 
R: No. Cuando lo vi, estaba bailando.
 
P: ¿Por qué te fuiste?
 
R: No estaba disfrutando de la fiesta y estaba cansado y aburrido.
 
P: ¿A dónde fuiste?
 
A: comencé a caminar hacia Waikiki playa.
 
P: ¿Dónde estaba usted cuando sucedió algo inusual?
 
Kelley: Objeción. No volveremos a intentar el caso de Ala Moana ...
 
Darrow: ¿Cuándo fue la próxima vez que vio a Tommie?

R: Aproximadamente a la una de la mañana. Salí de laPosadaaproximadamente media hora antes de la medianoche, cuando sucedió esto terrible, y finalmente llegué a mi propia casa. El teniente Massie me llamó por teléfono y le pregunté: "Por favor, vuelva a casa de inmediato, porque sucedió algo terrible".
 
[Massie se siente abrumado por el llanto. Unos minutos más tarde, continúa el testimonio.]
 
P: ¿Qué le dijiste a Tommie cuando llegó a casa?
 
R: Cuando llegó a casa, no quería contarle lo que había ocurrido porque era demasiado terrible. Me preguntó: "Por favor, ¿qué pasó?" Y lloré y dije que me habían golpeado y agredido.
 
P: ¿Le dijiste a Tommie quién te atacó?
 
R: Sí, algunos chicos hawaianos.
 
P: ¿ Y le dijiste lo que hiciste?
 
A: si. Le dije que Kahahawai ni siquiera me dejaría rezar, pero me golpeó tan fuerte como pudo en la mandíbula, y el dolor me dolió mucho. Pude apartar una mano de él y le dije: "Cuidado, te has roto, me has arrancado algunos dientes".
 
P: Sigue.
 
R: Kahahawai dijo que no le importaba y que me callara. Le pregunté: "Por favor, no me pegues más", y él respondió: "Bueno, cállate entonces", y me maldijo.
 
P: ¿Los otros hombres también te atacaron?
 
R: Sí, todos. ...
 
P: ¿Cómo tomó Tommie todo esto [sobre el aborto]?
 
R: No podía dormir ni comer y estaba tan delgado ...  




Extracto de la declaración de Thalia Massie a la policía de Honolulu (3:30 am, 13 de septiembre de 1931)
(de las notas de John McIntosh)

Thalia Massie

Capitán John McIntosh:   ¿Nos contará lo que le sucedió esta noche?

Thalía Massie: Salí de casa alrededor de las nueve de la noche con mi esposo para ir al Ala Wai Inn. En nuestro grupo estaban el teniente Branson, el teniente Brown y sus esposas. Habían estado en nuestra casa y nos siguieron al Sr. Massie ya mí hasta el Ala Wai Inn en sus propios autos. Cuando llegamos alPosada, los seis tomamos una mesa juntos. Alrededor de las 12 de la noche decidí dar un paseo y tomar un poco de aire. Caminé a lo largoAvenida Kalakaua y cruzó el canal y bajó John Ena Road y caminé una cuadra más o menos John Ena Road. Un coche pasó detrás de mí y se detuvo. Dos hombres se bajaron del auto, me agarraron y me arrastraron a su auto. Uno de ellos puso su mano sobre mi boca. Cuando me metieron en el asiento trasero del coche , me sujetaron entre ellos. Eran hawaianos. Les rogué y les supliqué que me dejaran ir. Luché por bajarme del auto y alejarme de ellos y seguían dándome puñetazos en la cara. Les ofrecí dinero si me llevaban de regreso al Ala Wai Inn. Me preguntaron dónde estaba el dinero. Les dije que estaba en mi bolsillo. Cogieron mi cartera y descubrieron que no tenía dinero. Estaban conduciendo por elAla Moana Road todo este tiempo, rumbo al pueblo. Realmente no sé qué tan lejos me llevaron, tal vez dos o tres cuadras. Condujeron el automóvil hacia la maleza en el lado derecho de la carretera, me sacaron a rastras y me alejaron del automóvil hacia los arbustos y me agredieron. Me asaltaron seis o siete veces.

Capitán John McIntosh: ¿ Quiere decir que lo violaron?

Thalía Massie: Si.

Capitán John McIntosh: ¿Cuántos hombres había en el automóvil cuando se detuvieron y lo recogieron? John Ena Road?

Thalía Massie:Al menos cuatro; dos al frente y dos en el asiento trasero.
 

Capitán John McIntosh: ¿De qué nacionalidad eran?
Thalia Massie: Hawaianos, diría yo.

Capitán John McIntosh: ¿De qué marca era el coche que tenían? 

Thalia Massie: Era un auto de turismo. No puedo decir qué marca era, pero creo que era un Ford.

El capitán John McIntosh: : ¿De qué color era?

Thalia Massie: No lo sé.

Capitán John McIntosh: ¿Cuál era el número de placa, lo sabe?

Thalia Massie: Creo que fue 58-805. No juraría que eso sea correcto. Lo vi fugazmente mientras se alejaban.

Capitán John McIntosh:: ¿Dónde estaban los demás de tu grupo cuando empezaste este paseo?

Thalia Massie: Estaban todos en el Ala Wai Inn.

Capitán John McIntosh: Después de que estos hombres lo agredieron, ¿qué sucedió? ¿Se fueron y te dejaron allí?  

Thalia Massie: Uno de ellos me dijo qué camino tomar para volver a la carretera.   Luego corrieron hacia su coche, se subieron a él y se marcharon. Conseguí volver a la carretera y detuve un coche que venía de Waikikiy rumbo al pueblo. Les conté a los ocupantes del coche lo que me había sucedido, que me habían agredido unos hawaianos, y les pedí que me llevaran a casa. Querían llevarme a la comisaría, pero les pedí que me llevaran a casa, lo cual hicieron.

Capitán John McIntosh: ¿Quiénes eran esas personas?

Thalia Massie: No lo sé. Eran gente blanca. Había dos hombres en el asiento delantero y dos mujeres y un hombre en el asiento trasero. Me senté en el asiento delantero y me llevaron a casa en Manoa. Cuando llegué a casa, el teniente Massie me llamó por teléfono desde la casa de un amigo. Le dije que volviera a casa de inmediato, lo que hizo, y le conté lo que me había pasado. Inmediatamente llamó a la policía.

Capitán John McIntosh: ¿Sabría en qué coche estaban si lo volviera a ver? Me refiero al coche en el que viajaban sus agresores.  

Thalia Massie: Creo que lo haría si viera una vista trasera y viera el asiento trasero.

Capitán John McIntosh: Cuando lo sacaron del auto, ¿qué tan lejos lo alejaron de él?

Thalia Massie: No muy lejos.

Capitán John McIntosh: ¿Escuchó mencionar algunos nombres?

Thalia Massie: Escuché el nombre "Bull" usado varias veces y algún nombre común como Joe o comparado con eso.

Capitán John McIntosh: ¿Cree que podría identificar a estos hombres, Sra. Massie?

Thalia Massie: No lo sé.

Capitán John McIntosh: Lo llevaron a Emergencia Hospital antes de venir aquí, ¿lo estabas?

Thalia Massie: Sí. Me llevaron allí y me examinaron.

Capitán John McIntosh: ¿Qué vestido o vestido de color usaste esta noche en el Ala Wai? Posada?

Thalía Massie:: Un vestido verde.
 
Capitán John McIntosh: ¿Dónde está ese vestido ahora?

Thalia Massie: En casa.

Capitán John McIntosh: ¿Fue algo tom?

Thalia Massie: No creo que lo fuera.


La decisión de tomar el caso

[L] oafing no es tan ideal como le parecía a alguien que estaba ansioso por darle la bienvenida como un querido sueño hecho realidad. Cuatro años de libertad del trabajo, aparentemente haciendo lo que quería, gradualmente se volvieron monótonos y lúgubres. Estaba cansado de descansar.

Entonces, cuando me despertaron de mi reclusión y me instaron a ir a Honolulu para defender a la Sra. Fortescue y al teniente Massie, me pregunté si podría soportar el viaje, y no estaba seguro de poder soportar la rutina diaria, comenzando temprano en la corte. cada día, y mirando y atrapando, todo lo que ocurre en un juicio; Ni siquiera estaba seguro de que mi mente hiciera clic con su vigor de antaño.

Comuniqué mis dudas, miedos y recelos a los amigos y familiares de mis posibles clientes. Decidieron arriesgarse; una aventura más o menos para un hombre o una mujer profundamente perplejos en las intrincadas redes de la ley no significa tanto como para alguien que está libre de problemas.

Muchas veces me han preguntado por qué fui a Honolulu. No estaba seguro entonces, y no estoy seguro ahora. Nunca había estado en esa parte del Pacífico; Había oído hablar de su encanto inusual y había leído sobre él, y deseaba verlo alguna vez, pero cada vez que podía irme tan lejos, durante tanto tiempo, me encontraba embarcándome para Europa, sintiendo que obtendría más y vería más. allí por el tiempo y el dinero que serían necesarios. Nunca había dudado de la belleza y el valor de las islas hawaianas, sino que las consideraba una ilustración justa de una historia que había escuchado, atribuida a Samuel Johnson, a quien se le preguntó si valía la pena ver cierta maravilla natural, a la que él respondió que "valía la pena verlo, pero no valía la pena ir a verlo".

Pero cuanto más pensaba en esas islas del Pacífico que tanto tiempo había querido ver, y cuanto más investigaba el extraño y desconcertante caso, más sentía que era mejor que me fuera. Había leído los informes de prensa y sabía que los elementos relacionados con ellos estaban ausentes en la mayoría de los casos penales. Para cualquiera que tenga en mente una imagen compuesta de un criminal, como la mayoría de los hombres lo ven, tal imagen estaría tan lejos de parecerse a mis clientes como podría serlo. Todos ellos fueron lo más elevados, honestos, amables y comprensivos que es posible encontrar. Era obvio que no había un motivo sórdido o común detrás de la extraña tragedia que el tiempo y el destino habían tejido alrededor de sus vidas. Fue un estudio de psicología más allá de toda duda, y estos casos siempre me han interesado.

Desde el principio, como la mayoría de las personas con imaginación, mientras leía los relatos de la tragedia quería que ganaran estas personas. Entonces, también, la llamada “depresión” había barrido prácticamente todos los ahorros que pensé que tenía para mantenerme cómodo hasta el final, y necesitaba la tarifa. Esto no fue en absoluto grande, pero fue suficiente. No conozco la importancia relativa de estos motivos, pero sé que estos y otros motivos me llevaron aHonolulu.

Después de dos días y medio de viaje por tierra y cinco a través del océano, la Sra. Darrow y yo aterrizamos en Honolulu.... 

Antes de entrar en el caso había dejado claro que esto no sería una cuestión de raza, sino de causas y motivos ...

Motivo del asesinato

La señora Fortescue es una mujer atractiva, inteligente y con fuerza de carácter, y a su llegada aHonolulude inmediato emprendió la causa de su hija. Al igual que los demás allegados a la señora Massie, se sorprendió por el desacuerdo del jurado, a pesar de la amplia evidencia, en el juicio de los agresores, y este desacuerdo aumentó el número de historias ociosas y tontas que pasaron de lengua en lengua. De vez en cuando, algunos de estos se publicaban en periódicos y revistas. ¿No había forma de reivindicar el buen nombre de la señora Massie? Los abogados saben que rara vez se condena a alguien en un caso penal después de un desacuerdo con un jurado. Los abogados de los Massies les advirtieron que sería casi inútil obtener una condena a menos que uno o más de los acusados ​​confesaran. Entonces, una noche, varias personas, que evidentemente simpatizaban con los Massies, secuestró a uno de los imputados y, según se informó, obtuvo una confesión. Una fotografía de la espalda desnuda del hombre mostró moretones, lo que indica claramente que había pasado por el tercer grado. Los abogados de los Massie advirtieron que la fotografía prohibiría el uso de cualquier confesión así obtenida. La situación se agravaba y había que hacer algo.

No es fácil para hombres y mujeres bien dispuestos matar deliberadamente a seres humanos. Además, el teniente Massie es un hombre amable y bondadoso al que le resultaría difícil matar fuera de su profesión, y probablemente no sea fácil entonces. También la disciplina de soldados y marineros es muy estricta. Se les enseña minuciosamente a no quitar vidas humanas excepto bajo las reglas de la guerra, y a no violar la ley. Todo esto puede parecer ilógico y absurdo, pero también lo es la vida. Sra. Fortescuey el teniente Massie interpretó la declaración de sus abogados sobre la condición del acusado mutilado que había confesado como al menos un indicio de cómo debería haberse obtenido o podría haberse obtenido una confesión. De todos modos, de inmediato comenzaron a considerar cómo obtener una confesión de uno de los otros acusados ​​sin dejar ningún rastro de fuerza que la convirtiera en evidencia incompetente.

El líder de los asaltantes de la Sra. Massie, Joseph Kahahawai , era hawaiano. Era naturalmente fuerte y un atleta entrenado. Había destacado en el fútbol, ​​el béisbol, el boxeo y todo tipo de deportes. Kahahawai había sido puesto en libertad bajo fianza, a la espera de otro juicio según la ley que se administrabaHawai; mientras estaba en libertad bajo fianza, el acusado debía presentarse ante el tribunal todas las mañanas alrededor de las nueve de la mañana; de modo que el teniente Massie y la señora Fortescue planeaban recoger a Joseph Kahahawai en el juzgado y llevarlo a la cabaña de la señora Fortescue , a unas dos millas de distancia, una mañana determinada después de que él hubiera informado. Su tamaño, fuerza y ​​destreza eran tan grandes que se decidió tener a alguien más para ayudarlo en caso de que fuera necesario. Entonces, dos marineros no comisionados, Jones y Lord, fueron incluidos en el plan. Ambos hombres eran fuertes, intrépidos y leales y, como todos los marineros, devotos de Thomas H. Massie.

La señora Fortescue preparó un documento en forma de citación, dirigido a Kahahawai , ordenándole que compareciera de inmediato ante el sheriff superiorisla de Oahu. Llegaron al juzgado en dos motores, uno conducido por la señora Fortescue y el otro por el teniente Massie, que estaba ligeramente disfrazado. Uno de los marineros entregó a Kahahawai la citación, indicando que el sheriff Ross deseaba verlo de inmediato, lo metieron apresuradamente en la máquina y se marcharon.

La Sra. Fortescue había alquilado una cabaña a su llegada aHonolulu; estaba ubicado en un lugar atractivo en una calle bien asentada. Otras dos casas estaban a veinticinco o treinta pies de su casa. Les tomó poco tiempo llegar al lugar, y se dirigieron directamente al garaje de la parte trasera de la casa, desde donde rápidamente llamaron a Kahahawai para que entrara por la puerta trasera y le dijeran que se sentara en la habitación del frente. Massie tomó una silla frente a Kahahawai . El teniente Massie declaró en pocas palabras por qué estaban allí, que querían que él diera una confesión firmada, diciendo la verdad, y que lo hiciera de inmediato. Durante este tiempo Massie sostuvo su revólver directamente frente a Kahahawai .

En el juicio, nadie que estaba en la cabaña testificó sino Massie. Le contó al jurado sus emociones cuando el hombre había violado a su esposa sentada allí frente a él, cómo llamó a toda la ansiedad y los problemas que él y su esposa habían pasado durante dos o tres meses, y que propuso que el asunto se resolviera. ahora. Al principio, Kahahawai negó tener nada que ver con el asunto; pero Massie insistió. y amenazando, y luego Kahahawai dijo: "Sí, lo hicimos—"

Massie testificó que ni él ni los demás tenían ninguna intención de matar a Kahahawai cuando lo llevaron a la casa, pero, cuando escuchó al hombre frente a él admitir que había violado a su esposa, se sintió abrumado por la emoción y debió hacerlo. Han disparado involuntariamente, ya que no recordaba más. Los vecinos de las dos casas contiguas escucharon el disparo; sólo se disparó una bala. Por supuesto, en lo que respecta a la culpabilidad legal de todos y cada uno de los relacionados con la transacción, no importaba quién disparó, o si Massie o cualquier otra persona pretendía matar. Los cuatro estaban de acuerdo para cometer un delito grave; tal vez el llevar a Kahahawai a la casa de la Sra. Fortescue, y ciertamente el uso de armas de fuego para intimidar y amenazar fue un acto delictivo, y cada uno fue responsable de la conducta de todos. Por grande que fuera la provocación y por la responsabilidad moral que fuera, no cabía duda de la ley. A pesar de que Thomas Massie disparó accidentalmente, o mientras su mente estaba en blanco, cada uno fue responsable porque el asesinato ocurrió después de que se formó la combinación ilegal .

Estoy convencido de que no había ninguna intención de matar en la parte de cualquiera de los acusados, y yo creo que la mayoría de las personas que escucharon o siguieron el caso estaban convencidos de lo mismo. Evidentemente, no hubo preparación para un resultado tan espantoso ...

Darrow sobre la cuestión racial

Llegué a conocer más a los hawaianos que a otras personas morenas, aunque conocí a varios japoneses y chinos, y no parecían muy diferentes de otras personas; pero estoy seguro de que ningún otro residente de las islas es más querido que los hawaianos. Son amablemente, alegre, acompa- modating , y digno de confianza, como una clase ....

Fue una pena que todos los hombres que agredieron a la Sra. Massie fueran morenos. Esto solo significa que todos los hombres son más propensos a asociarse con los de su propia especie que con los demás. Sin duda, había que admitir que la cuestión racial era un factor perturbador en el caso. Nunca he sentido ningún prejuicio contra ninguna persona por motivos de color o raza, y no lo tenía entonces, y ahora no tengo ningún sentimiento racial que surja del caso Fortescue- Massie.

Ningún abogado de ninguno de los dos bandos planteó la cuestión del color o la raza, y yo sabía que habría sido fatal para nuestro bando dejar que algo de ese tipo se infiltrara. Estaba moralmente seguro de que la mayoría del jurado serían hombres morenos. Sabía que los hombres blancos no tenían prejuicios contra los morenos , sin embargo los morenos tenían prejuicios contra los blancos. Estaba bastante seguro de que si hubiera sido un hombre moreno y un nativo viviendo en las circunstancias que se conocieron enHawaiDebería haberme sentido como nuestros indios por los "rostros pálidos" que ahora son dueños de la tierra sobre la que sus antepasados ​​reinaron durante tanto tiempo.

Nada era más importante para el caso que elegir un jurado, y en esta tarea utilizamos todo el cuidado posible. A pesar de que se llamó a muchos más hombres morenos que blancos, cuando finalmente aceptamos el panel estaba formado por seis jurados blancos y seis marrones, aunque más tarde supimos que dos de los hombres blancos tenían esposas hawaianas. . Casi todas las nacionalidades que se encuentran en la isla estuvieron representadas. La mayoría de los hombres en la tribuna del jurado eran inteligentes; en cuanto a erudición y habilidad nativa, se compararían muy favorablemente con un jurado reunido en elEstados Unidos....

En todas las islas, el sentimiento entre la gente morena contra los acusados ​​era fuerte. El hombre asesinado era un hawaiano y, aunque no demasiado popular en la vida, una gran cantidad de sus amigos se unieron a su funeral, el más grande jamás reunido enHonolulu, excepto el de un príncipe o una princesa alguna vez. Que Kahahawai había estado en prisión y era conocido generalmente como un matón parecía haber sido olvidado por sus seguidores, y sus sentimientos se vieron fortalecidos por las circunstancias de la extraña tragedia que rodeó su muerte. Con la complexión del jurado y el intenso sentimiento por el fallecido, la situación no parecía demasiado buena. El cruel asalto contra la Sra. Massie pareció perderse de vista en el centro de atención, lo que creó una especie de halo alrededor de la cabeza de Kahahawai ...

Estrategia de prueba

Todo el caso fue dramático e intensamente interesante, si no inquietante. La sala del tribunal estaba atestada de oyentes ansiosos, día tras día, muchos esperando afuera toda la noche para estar seguros de entrar cuando se abriera el caso por la mañana. ElHonolulu Los periódicos llevaban un informe taquigráfico completo del
caso, y la prensa diaria del continente ofrecía un relato casi igual de completo.

El juez sostuvo, sin duda correctamente, que la defensa no tenía derecho a presentar pruebas para probar el asalto a la Sra. Massie. Esto, sobre la base de la teoría de que, sin importar cuál sea la provocación , nadie tiene derecho a tomar la justicia por su mano. Pero se nos permitió probar todo lo que el teniente Massie sabía al respecto, y todo lo que le había dicho su esposa o cualquier otra persona con respecto al asalto; esto permitió a la esposa contar en el tribunal todos los detalles que ella le había contado a su esposo, y también permitió que los médicos repitieran al jurado todos los informes hechos a Massie sobre la condición de su esposa. De esta manera, el jurado escuchó toda la historia del asalto a la Sra. Massie.

El principal interés del juicio fue el testimonio del teniente Massie y el de su esposa. Según lo recuerdo ahora, cada uno de estos testigos estuvo en el estrado durante dos días. Las historias fueron tan intensas y trágicas que las personas abandonaron la sala del tribunal completamente abrumadas y muchas de ellas llorando.

En un momento del interrogatorio, se le entregó un papel a la Sra. Massie para su identificación. Se le preguntó si el papel llevaba su firma. Todos los abogados de la Sra. Massie sabían cuál era el documento. Varios meses antes de la agresión, o del juicio de los agresores, había realizado un curso en la Universidad de 'Honolulu; en este curso se pidió a los estudiantes que se psicoanalizaran por escrito. La Sra. Massie preparó su historia y se la dio al profesor. Respondió las preguntas con honestidad y claridad. Se les había dicho a los estudiantes que las comunicaciones debían tratarse con absoluta confidencialidad. Nunca supe, ni pregunté, qué había en ese papel. Nunca esperábamos encontrarnos con él en la corte.

La Sra. Massie leyó el papel que tenía en la mano, y en respuesta a la pregunta le dijo al fiscal general que se trataba de una comunicación privilegiada, al mismo tiempo procedió a desgarrarlo en cintas y luego en pedacitos para que no pudiera ser puesto. juntos. La acción causó una profunda sensación en la sala del tribunal. Ni los abogados ni el juez dijeron nada en absoluto; parecían demasiado aturdidos para pronunciar un sonido. La Sra. Massie se alejó de la silla de los testigos hacia donde su esposo estaba sentado al lado de los otros acusados, le pasó el brazo por el cuello y lloró en voz alta sobre su hombro de la manera más lastimosa. Muchos otros en la sala del tribunal tuvieron que recurrir a sus pañuelos. Todos parecían estar de su lado; sintieron que era un ultraje que un asunto de esta naturaleza debiera ser llevado ante los tribunales, y todos admiraron y aprobaron su valentía al romper el papel más allá de su uso. Personalmente, no lo consideré de especial importancia de una forma u otra; Ciertamente, no sentí que perjudicara nuestro caso.

He escuchado a muchos testigos en los tribunales. No recuerdo a nadie cuyo testimonio fuera más impresionante que el del teniente Thomas H. Massie y su esposa, Thalia . La comprensión de la tortura que se habían visto obligados a soportar, sin tener la culpa, no pudo sino dejar una profunda impresión entre los isleños y el público continental también. Estoy seguro de que su liberación se debió a esto más que a cualquier otra cosa. Por la naturaleza del caso, no había nada que pudiéramos hacer más que llevar a la gente, en la medida de lo posible, la rectitud inherente de nuestros clientes y el elemento humano y la acción en todo ello.

La Sra. Massie no participó en el juicio. Se trataba simplemente de saber qué podían hacer un marido y una madre dadas las circunstancias del caso. Fue una disputa sobre la cuestión de si era un deber de uno obedecer la letra muerta de la ley, o las emociones vivientes sobre las que descansa toda la vida ...  

Pocas veces he conocido un caso en el que haya menos conflicto en las pruebas. Realmente no había nada que negar. La ley estaba del lado del Estado; la vida, y todas las cualidades humanas que la preservan, estaba con nosotros. Todo lo que pudimos hacer fue dramatizarlo lo mejor que pudimos. En esto teníamos una gran ventaja: era una historia apasionante, no solo enHonolulu, pero en el Estados Unidos, cuya prensa envió numerosos representantes. La historia se prestó a la publicidad, tocando, como lo hizo, las emociones y preguntas más profundas; y por todos lados se escuchó cómo se sentían los individuos y los grupos, y lo que habrían hecho. Realmente, las personas se parecen mucho cuando uno se mete debajo de la corteza ...

Las expectativas de Darrow

Es seguro decir que cuando el caso llegó al jurado, todos esperaban una absolución y la buscaron pronto ...

Pero el juez Davis le había dicho al jurado de una docena de formas diferentes que no debían ser humanos; la ley les permitió pensar, pero no les permitió sentir, a pesar de que nacieron para sentir ... 

Por fin fuimos al juzgado para recibir el veredicto; pero no fue una absolución. El jurado emitió un veredicto de homicidio involuntario, con una recomendación de indulgencia. ¡Apenas podíamos creer que habíamos oído bien! La Sra. Massie se estremeció con sollozos. El teniente Massie intentó consolarla. La señora Fortescue se sentó muy erguida, su rostro tan impasible como el mismo Fate ...

Me levanté y pedí que se hiciera una encuesta al jurado. He hecho esto y lo he escuchado durante más de cincuenta años. Todavía no he encontrado a un miembro del jurado que no haya respondido que era y ahora es su veredicto. De todos los actos insensatos de los hombres, ninguno es tan inútil como sondear a un jurado. Posteriormente, los diferentes integrantes empezaron a asegurarnos que lamentaban el veredicto, pero no podían evitarlo; tenían que seguir las instrucciones del tribunal ... 

Siento que sé por qué y cómo el jurado encontró el veredicto. Un jurado de hombres blancos lo habría absuelto. Esto de ninguna manera me prejuzga contra la sección marrón deHawai; sienten que los hombres blancos obtienen de todo menos unos pocos cargos ... En eso, creo que los miembros marrones querían ser justos; había chinos en el estrado del jurado, japoneses, hawaianos y mestizos; no era fácil adivinar en qué estaban pensando, si es que pensaban en algo. Evidentemente, no piensan como nosotros, sobre nuestro lado de la situación. Y hay que recordar que el juez les instruyó de forma tan positiva que dejó poco margen de maniobra. Se les dio tres veredictos para elegir: asesinato en segundo grado, homicidio involuntario o inocencia. Devolvieron un veredicto de homicidio involuntario y, por su propia voluntad, acordaron agregar una cláusula pidiendo al tribunal que sea indulgente ...

Secuelas

Mientras nos íbamos, sentí que nos íbamos de la isla más tranquilos y felices de lo que la había encontrado, por lo que me alegré mucho. Me fui sin ningún sentimiento de enemistad hacia ninguna persona allí, y espero que aquellos a quienes conocí, al menos, no me tuvieran nada.

Es muy posible que los lectores más exigentes adivinen que me gusta Hawaiparticularmente Honolulu, y Oahu, sobre la que se construye esa hermosa ciudad. Lo admito. He perdido pocas oportunidades de ver mundo. Los lugares hermosos de Europa me son casi tan familiares como los de mi propia tierra; pero desde la mañana cuando abrí los ojos para ver Diamond Head elevándose desde los suaves mares del Sur, haciendo guardia, con su enorme luz en su pináculo, sobre este pintoresco lugar, hasta la tarde en que me alejé flotando lentamente, viendo a Diamond Head desvanecerse mi vista, perdida en la niebla, amaba Honolulu y la isla que adorna. Me doy cuenta de que muchas cosas entran en los gustos y disgustos de las personas y los lugares, y soy consciente de que todo de alguna manera parecía conspirar para impresionarme con la belleza y el encanto de esta tierra; de alguna manera, nunca había visto una joya como Oahu, surgiendo del poderoso océano que se desliza sobre los arrecifes de coral, para lavar las orillas de ese país de las hadas. Sus suaves montañas, su silvicultura tropical, su gente cálida y hospitalaria, y el perfume de flores en variedades diferentes a las que he encontrado en ningún otro lugar estarán entre mis recuerdos más duraderos y agradables.

¡Qué amable y simpática era la gente! No me atrevo a intentar hablar de ellos individualmente, porque no es fácil decir que uno me impresionó más que otro; pero algunos retratos están grabados de manera indeleble en mi cerebro, y algunas imágenes reaparecerán y me deleitarán hasta el último de mis días. Me gustaría mucho volver, verlo y disfrutarlo todo una vez más, tal como está. Y me gustaría encontrarlo aún más encantador en el hecho de que la naturaleza acondicionó especialmente este lugar mágico para ayudar a resolver el viejo problema de la raza con sus amores, sus odios, sus esperanzas y sus temores. Parece apropiado que elIslas hawaianas, tomando el sol en el gran mar entre las civilizaciones más antiguas y más nuevas del mundo, podría algún día liderar la unión de las diversas razas del hombre. Me gustaría creer que esta tierra favorecida podría resultar ser el lugar donde el único reclamo de la aristocracia sería la devoción a la justicia y la verdad y una verdadera comunión en la tierra ...

Nota sobre el papel de Darrow en el caso Massie

La decisión de Darrow de representar a los asesinos acusados ​​en el caso Massie ha sido criticada por muchas personas que generalmente admiran su trabajo en nombre de los desamparados de la sociedad. ¿Cómo podría Darrow, preguntan, representar a blancos privilegiados acusados ​​de linchar a un no blanco que había sido acusado falsamente de violación? ¿Cómo podría Darrow ponerse del lado de la Marina, la prensa y la oligarquía corporativa de Hawai contra su población nativa asolada por la pobreza? Kevin Tierney, un biógrafo de Darrow, proporcionó una respuesta parcial:

Darrow había entrado en el caso con la intención declarada de reducir el conflicto y promover la armonía racial en el Territorio. Parece que lo logró. Impidió que sus clientes y sus parientes hicieran comentarios más imprudentes sobre razas menores, bárbaros, mestizos y nativos. Dejó de hablar tontamente sobre la protección de las mujeres blancas. Aceptó un jurado con una mayoría de miembros de color. Logró evitar referencias a los matices raciales del caso durante la mayor parte del testimonio, y cuando se refirió a la raza en su discurso ante el jurado, lo hizo en términos moderados, fomentando la cooperación y la confianza mutua. Su carrera en la sala de audiencias, que se había distinguido principalmente por su infierno, terminó por lo tanto con una súplica conciliadora de enterrar el hacha.  ( Darrow: una biografía (1979), página 424)