Luis Alberto Bustamante Robin; José Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdés; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Álvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Verónica Barrientos Meléndez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andrés Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma; Nelson Gonzalez Urra ; Ana Karina Gonzalez Huenchuñir; Ricardo Matías Heredia Sánchez; Alamiro Fernández Acevedo; Soledad García Nannig; Paula Flores Vargas;
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jueces |
Introducción. El juicio a los líderes del proceso independentista catalán, legalmente Causa Especial número: 20907/2017 del Tribunal Supremo de España, y popularmente conocido como la Causa del procés, es un juicio oral que se celebrará durante los primeros meses de 2019 en el Tribunal Supremo de España. El tribunal será presidido por el juez Manuel Marchena. El juez Pablo Llarena coordinó una instrucción entre octubre de 2017 y julio de 2018, a raíz de la cual se juzgará a 18 personas, incluyendo la práctica totalidad del gobierno de Cataluña presidido en 2016-2017 por Carles Puigdemont, así como Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Carme Forcadell y varios miembros de Mesa del Parlamento de Cataluña. Varios procesados se encuentran en situación de prisión preventiva sin fianza. Durante la vista previa, y a petición de las defensas de los acusados, el tribunal decidió devolver la causa al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en los casos de acusados exclusivamente de desobediencia. Estos acusados son Lluís Corominas, Lluís Guinó, Anna Simó, Ramona Barrufet, Joan Josep Nuet y Mireia Boya. |
Procés catalán. |
Gobierno de Puigdemont (2015-2017) El 26 de octubre de 2015 se inició la XI legislatura del Parlamento de Cataluña y Carme Forcadell de Junts pel Sí fue elegida presidenta del Parlamento. Un día después, Junts pel Sí y la CUP registraron una propuesta de declaración en la que instaban a «declarar solemnemente el inicio del proceso de creación del estado catalán independiente en forma de república»,161 que fue aprobada el 9 de noviembre con 72 votos a favor, de Junts pel Sí y la CUP, y 63 votos en contra, de Ciudadanos, PSC, PP y Catalunya Sí que es Pot (CSQP). Tras un informe favorable del Consejo de Estado, la Abogacía del Estado presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, que en diciembre de 2015 declaró inconstitucional la declaración por unanimidad. Gobierno Puigdemont (enero de 2016)
El 9 de enero de 2016 Artur Mas dimitió para permitir un acuerdo de investidura entre Junts pel Sí y la CUP, cuando todos los partidos políticos daban por hecho que habría que repetir las elecciones autonómicas. Acordaron elegir al alcalde de Gerona Carles Puigdemont (CDC) como presidente de la Generalidad.166 A principios de febrero Junts pel Sí y la CUP iniciaron los trámites para redactar las tres leyes previstas en la declaración de ruptura del 9-N.167 Pese al informe negativo de los servicios jurídicos de la cámara, la Mesa del Parlament aprobó en marzo de 2016 seguir adelante con la creación formal de las ponencias. PPC y el PSC anunciaron su intención de recurrir al Tribunal Constitucional. En abril el pleno del Parlamento de Cataluña aprobó, por 71 votos a favor y 52 en contra, una moción reivindicando la vigencia de la declaración independentista del 9 de noviembre, anulada por el Tribunal Constitucional. En marzo de 2015, el Parlamento de Cataluña aprobó la Ley de medidas fiscales, financieras y administrativas,170 que fue anulada por unanimidad por el Tribunal Constitucional en julio de 2016. La ley pretendía la creación de "un plan director de la Administración Tributaria de Cataluña, la elaboración de un catálogo de infraestructuras estratégicas de Cataluña; el plan director relativo a los sectores de la energía, las telecomunicaciones y los sistemas de información y del transporte ferroviario; la creación de un Servicio Meteorológico de Cataluña; y la limitación para el establecimiento de grandes establecimientos comerciales en puertos públicos", estructuras de Estado para sustituir a las españolas. En enero de 2016, el Parlamento de Cataluña creó la Comisión de Estudio del Proceso Constituyente con el apoyo de JxSí, CUP y CSQEP. La comisión concluyó en julio con el reconocimiento del derecho a decidir del pueblo catalán y su legitimidad para iniciar un proceso constituyente.El Tribunal Constitucional exigió al Parlamento de Cataluña el cumplimiento de la Constitución al declarar que «la labor de la Comisión de Estudio es inviable» por la similitud entre las conclusiones de la comisión y la declaración de soberanía aprobada el 9 de noviembre de 2015, la cual fue suspendida el 2 de diciembre. El 27 de julio las conclusiones fueron avaladas en el pleno del Parlamento por 72 votos a favor (JxSí y la CUP) y once en contra (CSQEP). El PSC no participó en la votación pero se mantuvo en el pleno, mientras que el PP y Ciudadanos se ausentaron de la cámara. El Once de Septiembre de 2016, se realizaron movilizaciones independentistas bajo el lema «A punto», que fueron convocadas por la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural. A diferencia de otros años, no existió una manifestación unitaria: hubo cinco concentraciones en Barcelona, Tarragona, Lérida, Salt y Berga, cada una dedicada a un eje concreto de la «nueva república». Según Sociedad Civil Catalana acudieron a las manifestaciones 292 mil personas. Según la Delegación del Gobierno en Cataluña acudieron 350 mil personas. Según la Guardia Urbana de Barcelona y las policías locales acudieron 800 mil personas. En junio de 2016, la CUP no apoyó los presupuestos autonómicos al considerar que no cumplían el acuerdo de investidura, dejando en el aire el futuro de la legislatura. Por ello, el Presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont anunció que se sometería a una moción de confianza en septiembre y que en caso de perderla se disolvería el Parlamento y se convocarían nuevas elecciones. Finalmente, la CUP anunció que votaría a favor del Presidente en la moción, desvinculando la decisión de la negociación sobre el referéndum. Puigdemont recibió el apoyo de 72 diputados y el rechazo de los 63 restantes, por lo que pudo continuar en el cargo.En su discurso Puigdemont anunció la celebración de un referéndum independentista vinculante en septiembre de 2017. El Presidente ofreció al Gobierno central la posibilidad de una consulta acordada, aunque aseguró que la propuesta seguiría adelante sin tener un acuerdo con Madrid. Referéndum de independencia del 1-O El 6 de octubre de 2016 el Parlamento de Cataluña aprobó una resolución en la cual se instaba al Gobierno catalán a celebrar un referéndum vinculante sobre la independencia de Cataluña antes de septiembre de 2017, con una pregunta clara con dos opciones de respuesta.185 En ese mismo pleno, la cámara legislativa pidió que la Generalidad comenzara con la preparación de las «estructuras de estado» en materias como gestión tributaria y fiscal, educación o prestaciones sociales. El 14 de febrero de 2017, el Tribunal Constitucional anuló la resolución y denunció ante la Fiscal General del Estado a Carme Forcadell, presidente del Parlamento de Cataluña, y a los miembros de la mesa del Parlamento por la posible desobediencia a las sentencias emitidas por parte del Tribunal. El 9 de junio se anunció oficialmente la celebración del Referéndum sobre la independencia de Cataluña en un acto celebrado en el Pati dels Tarongers del Palacio de la Generalidad de Cataluña. El referéndum se celebraría el 1 de octubre con la pregunta «¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república? Sí o No» en catalán, castellano y aranés.
El operativo del referéndum fue dirigido desde la Consejería de Economía por el equipo del vicepresidente Oriol Junqueras encabezado por Josep Maria Jové.189 La compra de las urnas para el referéndum fue discutida en el seno del Govern por primera vez a principios de 2017, llegándose al acuerdo en mayo de que fuera la Consejería de Gobernación, encabezada por Meritxell Borràs del PDeCAT, la que llevara a cabo el proceso de licitación de la compra de las urnas. Pero el concurso quedó desierto porque ninguna empresa se presentó. Según los periodistas Laia Vicens y Xavi Tedó, autores del libro Operació Urnes, las 10.000 urnas del referéndum fueron compradas en junio por un particular que pagó por ellas 100.000 euros de su bolsillo. Las urnas fueron transportadas desde China hasta el puerto francés de Marsella y posteriormente fueron llevadas a una localidad de la Cataluña Norte, cercana a la frontera con España, a donde llegaron el 7 de agosto. El presidente Puigdemont fue informado inmediatamente y solo un grupo muy reducido de personas supieron del asunto. Poco después se trasladaron a ocho almacenes del interior de Cataluña, y posteriormente a 40 locales más pequeños desde donde se harían llegar a los colegios electorales. El 11 de septiembre de 2017, Diada de Cataluña, ya habían cruzado la frontera unas 6.500 urnas, las necesarias para abastecer todas las mesas electorales, y las 3.500 restantes permanecieron en Francia para cubrir cualquier incidencia. Finalmente las urnas fueron confiadas a voluntarios, la inmensa mayoría de ellos militantes de los partidos independentistas, que las guardaron en sus casas o en otros lugares, como bosques o capillas. Los servicios de inteligencia españoles no consiguieron encontrarlas. El modelo de urna fue presentado oficialmente el 29 de septiembre, solo dos días antes del 1-O, durante una rueda de prensa celebrada en el Centro Internacional de Prensa habilitado para el seguimiento de la jornada y en la que intervinieron el vicepresidente Junqueras y los consejeros Jordi Turull y Raül Romeva. El 6 de septiembre, los grupos independentistas presentaron la Ley del referéndum de autodeterminación de Cataluña para regular la celebración del referéndum de autodeterminación, sus consecuencias en función del resultado y la creación de la Sindicatura Electoral de Cataluña para sustituir a la Junta Electoral. La ley establecía que «el pueblo de Cataluña es un sujeto político soberano y como tal ejerce el derecho a decidir libre y democráticamente, su condición política» y que «el Parlamento de Cataluña actúa como representante de la soberanía del pueblo de Cataluña». La ley fue aprobada por el Parlamento catalán el mismo 6 de septiembre, tras una sesión de 12 horas que se destacó por un ambiente de crispación, tensiones y enfrentamientos entre los bandos secesionista y constitucionalista,209 con 72 votos a favor (de JxSí, CUP-CC y Germà Gordó) y 11 abstenciones. Los diputados del bloque unionista (C's, PSC y PP) abandonaron el hemiciclo en señal de protesta, los populares colocaron banderas catalanas y españolas en sus asientos. Las rojigualdas fueron retiradas por la diputada de Podemos, Àngels Martínez, que fue reprendida por algunos sectores del independentismo como la presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, y de su propia formación política, como Pablo Iglesias. El 8 de septiembre el Tribunal Constitucional suspendió la ley y apercibió a los 948 alcaldes catalanes y a 62 cargos públicos de la Generalidad recordando que no podían participar en el referéndum. El 7 de septiembre la mayoría independentista aprobó la segunda ley que rompía con la legalidad constitucional y estatutaria: la llamada Ley de Transitoriedad. Había sido presentada el 28 de agosto y su objetivo era establecer el marco legal desde la declaración de independencia hasta la aprobación de la constitución de la república catalana, garantizando la seguridad jurídica y la continuidad de los servicios públicos en el proceso de transición de Cataluña a un estado independiente. Fue aprobada por 72 votos a favor (de JxSí, CUP-CC y el diputado no adscrito Germà Gordó) y 11 abstenciones (de los adscritos al grupo de CSQEP). Los parlamentarios de Cs, PSC y PP abandonaron el hemiciclo para no participar en la votación por considerarla ilegal. La normativa entraría en vigor en caso de una victoria del «Sí» a la independencia en el referéndum del 1 de octubre, cuando se daría por iniciado el proceso de "transición nacional". El 12 de septiembre el Tribunal Constitucional suspendió cautelarmente la ley, como ya había hecho con la ley de referéndum. Manifiesto antiindependentista Parar el golpe (17 de septiembre) El 17 de septiembre de 2017, diez días después de que la mayoría independentista del Parlamento de Cataluña aprobara la Ley del referéndum de autodeterminación de Cataluña y la Ley de Transitoriedad que rompían con la legalidad constitucional y estatutaria y que fueron inmediatamente suspendidas (y más tarde anuladas) por el Tribunal Constitucional, se hizo público el manifiesto Parar el golpe. 500 profesores en defensa de la democracia constitucional suscrito por profesores de las universidades españolas y cuyos primeros firmantes eran el filósofo Fernando Savater y el historiador Ángel Viñas —y que solo firmaron ocho profesores de las universidades catalanas, entre ellos Felix Ovejero y Francesc de Carreras, fundadores de la asociación Ciutadans de Catalunya, y el politólogo e historiador Alberto Reig Tapia―. En el manifiesto se decía que el «Gobierno autonómico» y «los grupos secesionistas representados en el Parlamento catalán» no habían dudado «en traspasar todos los límites de la legalidad y de la decencia para apelando al fundamentalismo de un inexistente “derecho a decidir”, dividir a la sociedad catalana e impedir el ejercicio de los derechos de las minorías parlamentarias, poniendo en riesgo la convivencia y la paz civil». A continuación se hacía un «llamamiento a los catalanes sensatos y a todos los españoles de buena voluntad» para que en «una situación en que la que nos jugamos el ser o no ser de la democracia española» se movilizaran «para exigir al Gobierno de España, a todas sus instituciones y partidos democráticos, que actúen con la máxima celeridad, firmeza y determinación para proteger los derechos de todos». Así, se requería al Gobierno para que «como poder ejecutivo» hiciera «uso de la fuerza legítima que al Estado le corresponde en exclusiva» y recurriera «a todos los medios constitucionales sin excepción para salvaguardar las instituciones democráticas y la unidad de la nación española consagrada en nuestra Constitución, impidiendo la celebración de un falso “referéndum” ilegítimo e ilegal, poniendo a disposición de la justicia a los responsables de este atropello a la democracia y haciendo que recaiga sobre ellos todo el peso de la ley». El 21 de septiembre, al día siguiente de que se produjeran los incidentes ante la Conselleria d’Economia y solo cuatro días después de la publicación del manifiesto Parar el golpe, el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans de la Universidad Rovira i Virgili (SEPC-URV), pedía la dimisión de Alberto Reig Tapia por haberlo firmado pues según el SEPC-URV el manifiesto atentaba contra «las libertades y los derechos del pueblo catalán» y animaba «a la censura y al uso de la violencia contra la voluntad popular». En referencia a los incidentes del 20 de septiembre ante la Conselleria de Economía en el «Comunicado de rechazo al profesor de la URV Alberto Reig» se decía: «Así como Reig pide, ya se ha hecho evidente la violencia empleada por las fuerzas de ocupación del Estado para intentar detener la actividad política favorable al referéndum. La intervención contra cargos electos, las identificaciones y los registros a imprentas y medios de comunicación, es, quizás, la democracia de la nación española que defiende Reig». El comunicado del SEPC-URV acababa con la frase: «El fascismo avanza sino se lo combate». Campaña (15 al 29 de septiembre) La campaña de la Generalidad de Cataluña a favor del referéndum tuvo lugar entre el 15 y el 29 de septiembre de 2017. D Celebración del referéndum (1 de octubre) El 1 de octubre de 2017 se celebró el referéndum de independencia a pesar de haber sido suspendido por el Tribunal Constitucional, aunque durante la celebración del referéndum se detectaron numerosas irregularidades. El Gobierno español denunció que se cambiaron las reglas del referéndum 45 minutos antes del inicio de la votación. Entre las nuevas normas, se incluyó un censo universal con el que cualquier ciudadano podía votar en cualquier centro y se aceptaron papeletas caseras no oficiales y votos sin sobre. La Policía Nacional y la Guardia Civil entraron en unos 400 colegios electorales para interrumpir la votación y se requisaron las urnas. Se produjeron casos de violencia por la resistencia de algunos ciudadanos, que acabaron detenidos. Uno de los objetivos policiales fueron los colegios electorales donde iban a votar los líderes independentistas. La policía intervino en la Escola Nostra Llar de Sabadell, donde tenía que votar la presidenta del Parlamento de Cataluña Carme Forcadell, que finalmente votó en la escuela Joanot Alisanda, y en el colegio de Sant Julià de Ramis, donde debía votar Carles Puigdemont, que finalmente votó en Cornellà del Terri, tras burlar el dispositivo de la policía española que lo seguía. También se produjeron algunas escenas de tensión entre Mossos d'Esquadra y agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil por la clausura de los colegios electorales. Se acusó a algunos mossos de manipular actas del 1-O para hacer creer a la fiscalía de que habían cumplido con la orden de retirar las urnas y la Guardia Civil acusó a los Mossos de haber vigilado a sus agentes. El 'major' de los Mossos Josep Lluís Trapero acabaría siendo procesado por sedición por la Audiencia Nacional por la inacción de los Mossos y sus actuaciones contra la policía y la guardia civil. Según el Departamento de Salud de la Generalidad las cargas policiales causaron 844 heridos atendidos en hospitales, aunque esta cifra fue puesta en duda por el Gobierno español. De acuerdo con el Ministerio del Interior, 431 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil resultaron heridos, 39 de los cuales requirieron tratamiento médico inmediato. Hubo acusaciones falsas de violencia policial, como una mujer, concejal de Esquerra Republicana de Catalunya e interventora en un instituto de Barcelona, que acusó a la policía de haberle roto todos los dedos de una mano «expresamente, uno por uno» aunque después dijo que solo tenía una inflamación en un dedo. Se difundieron a través de las redes sociales algunas imágenes de civiles lesionados en otros eventos diferentes y fotomontajes engañosos. La Generalidad de Cataluña presentó los resultados del referéndum que mostraron un 90% de votantes a favor de que Cataluña fuera un Estado independiente en forma de república, con una participación del 43%. La participación fue inferior a la consulta del 9N de 2014 cuando votaron 2,3 millones de personas. Huelga general catalana El 3 de octubre de 2017 se llevó a cabo una huelga general convocada por los sindicatos CGT, CNT, COS, I-CSC e IAC, así como por los Comités de Defensa de la Huelga, sucesores de los Comités de Defensa del Referéndum. El motivo de la convocatoria fue denunciar la vulneración de derechos y el empeoramiento de las condiciones laborales en diferentes centros de trabajo consecuencia de la intervención en ellos del cuerpos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, enmarcada dentro de la campaña represiva llamada Operación Anubis contra la celebración del referéndum sobre la independencia de Cataluña. Ante la urgencia de los acontecimientos, la petición de huelga fue tramitada el 21 de septiembre y de acuerdo con el preaviso legalmente establecido, esta no se pudo realizar antes del 3 de octubre. Paralelamente, el 1 de octubre, después de los violentos hechos represivos durante la jornada electoral del referéndum sobre la independencia de Cataluña, la Mesa por la Democracia decidió convocar una paralización social general, bajo el nombre de «parada de país», para el mismo 3 de octubre. La composición de esta plataforma fue heterogénea, agrupando a entidades sociales (Asamblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural), organizaciones sindicales (CCOO, UGT, USOC) y organizaciones patronales (PIMEC, CECOT), entre otras muchas. Reivindicaban la dignidad del pueblo catalán y denunciaban la represión del Estado español contra la ciudadanía de Cataluña. En el discurso retransmitido por televisión desde el Palacio de la Zarzuela el rey Felipe VI ―era la primera vez que hablaba fuera de los actos protocolarios y los mensajes de Nochebuena― dijo: Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía. (…) Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña. Han quebrantado los principios democráticos de todo estado de derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando, desgraciadamente, a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada.(…) Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del estado de derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía. El discurso de Felipe VI fue recibido de forma entusiasta por los partidos constitucionalistas y de forma muy crítica por los partidos independentistas. El presidente Carles Puigdemont declaró al día siguiente: «Así no, majestad». Declaración de independencia
El 10 de octubre de 2017 el presidente de la Generalidad Carles Puigdemont declaró la independencia de Cataluña en el Parlamento catalán. Instantes después Puigdemont propuso suspender los efectos de la misma para entablar negociaciones con el Gobierno de España. Tras el pleno, diputados de Junts pel Sí y la CUP firmaron la Declaración de independencia de Cataluña. Al día siguiente, el Gobierno de España requirió al presidente de la Generalidad que confirmara si había declarado la independencia, paso previo a la activación del artículo 155 de la Constitución española. Una semana después, Puigdemont no aclaró si había declarado la independencia. Entretanto, el 15 de octubre de 2017, Jordi Sànchez Picanyol, presidente de la ANC, y Jordi Cuixart, líder de Òmnium Cultural, ingresaron en la prisión de Soto del Real (Comunidad de Madrid), siendo acusados de delito de sedición por haber encabezado los altercados en contra del operativo policial del 20 de septiembre. Por los mismos actos, Josep Lluís Trapero, mayor de los Mozos de Escuadra y la intendente del cuerpo Teresa Laplana fueron requeridos para declarar ante la Audiencia Nacional, quedando en libertad con medidas cautelares. El día 27 de octubre de 2017 el Parlamento de Cataluña declaró unilateralmente la independencia después de una votación anónima por 70 votos a favor, 2 en blanco, 10 en contra y la ausencia de PSC, PP y Cs. Intervención de la autonomía catalana (octubre de 2017-junio de 2018) El 27 de octubre de 2017 el Senado aprobó dar la autorización para aplicar el artículo 155 de la Constitución española a Cataluña. A continuación, Mariano Rajoy convocó un consejo de ministros extraordinario en el que se aprobó el cese del presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont y del resto de miembros del Gobierno de la Generalidad, la disolución del Parlamento de Cataluña y la convocatoria de elecciones autonómicas catalanas para el 21 de diciembre de 2017. Tras la huida de Carles Puigdemont a Bruselas y la querella de la Fiscalía por rebelión, Puigdemont y sus ex-consejeros fueron citados por la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela el día 2 de noviembre. La juez ordenó el ingreso en prisión provisional del ex-vicepresidente Oriol Junqueras y ocho ex-consejeros de la Generalidad. Por su parte Puigdemont permaneció en Bruselas, siendo citado a declarar ante la justicia belga tras la orden europea de detención y entrega emitida por la justicia española. Paralelamente, se seguía una instrucción contra los miembros aforados del Parlamento de Cataluña, llevada por el juez Pablo Llarena Conde en el Tribunal Supremo. El 24 de noviembre, Llarena dictó un auto por el cual —tras solicitar informe a Lamela— acumulaba a la causa contra los miembros aforados de la Mesa del Parlamento de Cataluña, la de los no aforados del destituido Gobierno catalán y la de los miembros de Òmnium Cultural Jordi Cuixart y ANC Jordi Sánchez que instruía Lamela. Así, quedó para Lamela únicamente la causa por sedición contra Josep Lluís Trapero —ya destituido como major de los Mossos— y Teresa Laplana. El 22 de diciembre, Llarena amplió la acusación a Artur Mas (expresidente de la Generalidad), Marta Rovira (número dos de ERC), Anna Gabriel (exportavoz de la CUP en el Parlament), Marta Pascal (coordinadora general del PDeCAT), Mireia Boya (expresidente del grupo parlamentario de la CUP) y a Neus Lloveras (presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia) por pertenecer al Comité Estratégico del procés, con una participación destacada en su desarrollo y "aportando el apoyo político". |
Antecedente Histórico. |
09/06/2019 José Enrique Ruiz-Domènec termina su libro Informe sobre Catalunya (Taurus, 2018) con la siguiente frase: “La historia de Catalunya no es sino una eterna repetición”. Este debate es para otros foros, pero la verdad es que el juicio al procés y el de Companys por el 6 de octubre presentan notables coincidencias, como el hecho de que en ambas ocasiones la Fiscalía hable de golpe de Estado. Hay características que se repiten, pero también apreciables diferencias entre los episodios. El banquillo Por el procés están siendo juzgados en el Tribunal Supremo nueve exmiembros del Consell Executiu (Junqueras, Romeva, Rull, Turull, Bassa, Forn, Vila, Borràs y Mundó), la expresidenta del Parlament (Forcadell) y dos líderes de organizaciones sociales (Sánchez y Cuixart). Por el 6 de octubre se sentaron en 1935 en el banquillo del Tribunal de Garantías Constitucionales siete integrantes del Govern: Companys, Esteve, Lluhí, Barrera, Mestres, Gassol y Comorera. En 1934 se fue al extranjero un conseller, Dencàs. En el 2017, el expresident y cuatro consellers: Puigdemont, Comín, Ponsatí, Puig y Serret. La DUI y la República El 6 de octubre de 1934, Lluís Companys, president de la Generalitat, proclamó “el estado catalán dentro de la República federal española”. El 10 de octubre del 2017, Carles Puigdemont, president de la Generalitat, anunció esta resolución del Parlament: “Constituimos la República catalana como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social”. La realidad de Companys duró diez horas, tras la intervención del ejército. La de Puigdemont, segundos, después de que este mismo la dejara en suspenso. Las palabras de Companys no ignoraban a España, sino que la transformaban en un Estado federal. En su declaración en el juicio, Companys aseguró que “iba a defender la República que estaba en peligro”, si bien admitió que el citado estado federal “no estaba constituido más que en mi mente”. La DUI separaba Catalunya y España. En sus testimonios ante el tribunal ahora, los acusados han sostenido que la DUI no era más que una declaración simbólica para seguir negociando. Los fiscales de hace 84 años y los de ahora coinciden en que había cauces legales para las reclamaciones Mandato popular y legitimidad El Govern de 1934 actuó mientras había una revuelta en España promovida desde los partidos de la izquierda porque llegaron al Gobierno formaciones de derecha, a los que tildaban de enemigos de la República y a los que acusaban de fraguar un golpe fascista. El Govern de 2017 decía actuar por un mandato popular que situaba por encima de la ley. El fiscal de 1935 expuso que el relevo gubernamental se hizo por los cauces legales y reglamentarios. Los fiscales del 2019 insistieron que sin ley, no hay democracia. Ambos representantes de la acusación han coincidido en una cosa. La frase de 1935: “Se trata de uno de los alzamientos denominado golpe de Estado”. La del pasado martes: “El procés fue un golpe de Estado”. La violencia El 6 de octubre de 1934 ocurrió en un periodo revolucionario en España, en el cual murieron más de 1.700 personas entre soldados y civiles, principalmente en Asturias. En Catalunya, depende de las fuentes, hubo entre 50 y 78 muertos. Por el 1 de octubre de 2017, según los datos aportados por las defensas, resultaron lesionadas 1.066 personas, cinco graves. Tres por traumatismo craneal, uno por infarto y otro por pérdida de globo ocular (que además está siendo investigado por agredir a un policía). Ningún muerto. La diferencia entre ambos episodios es abismal, pero los tiempos han cambiado. La Fiscalía actual insiste en que existió violencia. Fue la necesaria, aseguraron, y además los miembros del Govern sabían que podía producirse y se sirvieron de ella. Esta semana, el Ministerio Público incidió en que no sólo cuenta el ataque físico, sino también la coacción. La violencia ambiental ya ha sido recogida en sentencias del Supremo, como la del cerco al Parlament, entonces aplaudida por el Govern de la Generalitat de Artur Mas, donde estaba Francesc Homs, ahora abogado de la defensa. La Constitución En el juicio de 1935, el Fiscal de la República sostuvo que se buscaba “sustituir un gobierno constitucional por uno anticonstitucional” y que en Catalunya “el estado espiritual de rebeldía estaba latente”. Solicitó una condena por rebelión militar. El Tribunal de Garantías Constitucionales impuso 30 años por este delito. En el juicio al procés, los fiscales del Estado expusieron que no se trató de un asalto al poder porque ya lo tenían, sino de liquidar la Constitución en una parte del territorio, en el cual se declararía la independencia. Esto para ellos es una rebelión, sin apellido. Tanto en 1935 como en 2019, los fiscales han coincidido en algo: los acusados tenían cauces legales para canalizar sus aspiraciones y no lo hicieron. La historia será un círculo, o tal vez no, pero presenta notorias coincidencias. La declaración de 1934 convertía España en un estado federal; la DUI separaba Catalunya del resto |
Juicios |
Juicio del procés El 12 de febrero de 2019 comenzó el juicio a los 18 detenidos por este proceso en el Tribunal Supremo, acusados de delitos de rebelión, desobediencia, sedición y malversación de caudales públicos. El partido político VOX ejerció como acusación popular en el juicio. Tras cinco meses de juicio, el 12 de junio fue declarado visto para sentencia. El 14 de octubre de 2019 se dio a conocer la sentencia firme, en la que se condenó a penas de 9 hasta a 13 años de prisión a los enjuiciados por delitos de sedición, malversación de caudales públicos y desobediencia. Acusados ORIOL JUNQUERAS Fiscalía: 25 años de cárcel por rebelión agravada con malversación. Abogacía del Estado: 12 años de cárcel por sedición y malversación. Ex-vicepresidente del Govern y 'exconseller' de Economia i Hisenda, lleva en prisión preventiva desde el 2 de noviembre del 2017. En ausencia de Carles Puigdemont, las acusaciones le señalan como la cabeza visible del Govern que impulsó el referéndum del 1-O y la declaración unilateral de independencia (DUI) del 27-O. Fue el responsable último de la preparación y ejecución del 1-O (tarea que coordinó su número dos, Josep Maria Jové) y, según la fiscalía, decidió ir hasta las últimas consecuencias pese a los riesgos en la seguridad evidenciados por los Mossos. A propuesta de su departamento se aprobaron las normas y las previsiones necesarias para el 1-O. Junto con Puigdemont, envió una carta a todos los alcaldes de Catalunya para que cediesen los centros de votación y dejó de remitir información contable al Ministerio de Hacienda. CARME FORCADELL Fiscalía: 17 años por rebelión. Abogacía del Estado: 10 años por sedición. Ex-presidenta del Parlament, lleva en prisión desde marzo del 2018, cuando fue procesada por rebelión. Meses antes, el 9 de noviembre del 2017, pasó una noche en la cárcel y salió tras pagar 150.000 euros de fianza. Como principal representante del poder legislativo en Catalunya, las acusaciones también le consideran "promotora" del 1-O y la DUI. Bajo su presidencia, la Mesa del Parlament tramitó las iniciativas que, durante el turbulento pleno del 6 y 7 de septiembre, acabarían convirtiéndose en las denominadas leyes de desconexión. También permitió la votación, con el rechazo frontal de la oposición, de la DUI y del inicio de un proceso constituyente para la república catalana. JORDI SÀNCHEZ Fiscalía: 17 años por rebelión. Abogacía del Estado: 8 años por sedición. Expresidente de la ANC, él y Jordi Cuixart son los acusados que más tiempo llevan en prisión, desde el 16 de octubre del 2017. También se le considera "promotor", en su caso como responsable de la vertiente social del 'procés' en su condición de líder de una entidad que jugó un "papel crucial" como instrumento de presión al Estado. Se encargó, según las acusaciones, de mantener viva "la estrategia de movilización creciente y permanente" y dirigió y consintió el asedio a la Conselleria d'Economia el 20 de septiembre del 2017. También se le acusa de alentar a los ciudadanos a ocupar los centros de votación el 1-O para impedir la actuación policial. Es actualmente diputado de JxCat y fue candidato a la presidencia de la Generalitat, pero no pudo someterse a la investidura en el Parlament por estar encarcelado. JORDI CUIXART Fiscalía: 17 años por rebelión. Abogacía del Estado: 8 años por sedición. Presidente de Òmnium Cultural, está encarcelado desde el 16 de octubre del 2017. También se le considera "promotor", en su caso como responsables de la vertiente social del 'procés' en su condición de líder de una entidad que jugó un "papel crucial" como instrumento de presión al Estado. Se encargó, según las acusaciones, de mantener viva "la estrategia de movilización creciente y permanente" y dirigió y consintió el asedio a la Conselleria d'Economia el 20 de septiembre del 2017. También se le acusa de alentar a los ciudadanos a ocupar los centros de votación el 1-O para impedir la actuación policial. JOAQUIM FORN Fiscalía: 16 años por rebelión agravada con malversación. Abogacía del Estado: 11 años y medio por sedición y malversación. 'Exconseller' de Interior y responsable de la política de seguridad desplegada por los Mossos d'Esquadra. Junto con Junqueras, lleva en prisión desde el 2 de noviembre del 2017. Como el exvicepresidente, dio orden a los Mossos de seguir adelante con el 1-O pese, según la acusación, a los potenciales riesgos en la seguridad, y alentó a los ciudadanos a acudir en masa a votar. JORDI TURULL Fiscalía: 16 años por rebelión agravada con malversación. Abogacía del Estado: 11 años y medio por sedición y malversación. 'Exconseller' de Presidència, fue encarcelado también el 2 de noviembre del 2017, quedó en libertad el 4 de diciembre tras pagar una fianza y volvió a prisión en marzo del 2018. Desde su departamento se desplegó toda la estrategia de publicidad institucional el 1-O pagada con fondos públicos. Autorizó, junto con otros 'exconsellers', contrataciones para el referéndum unilateral y controlaba el Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació (CTTI), esencial en la logística del 1-O y desde el que se crearon páginas web (algunas duplicadas para dificultar la acción policial) y programas informáticos para llevar a cabo el referéndum. Tras las renuncias de Puigdemont y Sànchez a la presidencia de la Generalitat, llegó a someterse a una votación de investidura que no prosperó. Un día después, el 23 de marzo, volvió a prisión al ser procesado y ya no pudo someterse a la segunda votación. JOSEP RULL Fiscalía: 16 años por rebelión agravada con malversación. Abogacía del Estado: 11 años y medio por sedición y malversación. 'Exconseller' de Territori, pasó en prisión un mes a finales del 2017 y en marzo del 2018 regresó a la cárcel, junto con Turull. Según las acusaciones, además de alentar a los ciudadanos a votar el 1-O, prohibió "arbitrariamente" que un barco en el que viajaba la Policía atracase en Palamós (Girona). RAÜL ROMEVA Fiscalía: 16 años por rebelión agravada con malversación. Abogacía del Estado: 11 y medio por sedición y malversación. 'Exconseller' de Relacions Institucionals i Exteriors, se encuentra en la misma situación procesal que Rull y Turull. Era el encargado de la estrategia exterior del Govern para legitimar internacionalmente el 'procés'. Dirigía el Consell de Diplomàcia Pública de Catalunya (Diplocat), una "suerte de cuerpo diplomático paralelo al estatal" que, según la fiscalía, actuaba como 'lobby' para difundir el 'procés' en el exterior. Bajo su dirección se crearon delegaciones catalanas en el extranjero, webs internacionales para informar sobre el referéndum, se desplegó una campaña internacional sobre la imagen de la Generalitat y se contrataron observadores internacionales para el 1-O. En 2017, la dotación presupuestaria de su departamento se incrementó un 107%. DOLORS BASSA Fiscalía: 16 años por rebelión agravada con malversación. Abogacía del Estado: 11 años y medio por sedición y malversación. 'Exconsellera' de Treball i Afers Socials, también está encarcelada desde marzo. Según las acusaciones, el departamento que dirigía ocultó gastos del 1-O, retiró a los funcionarios la competencia sobre los centros de votación para asegurarse su disponibilidad el 1-O, desarrolló una base de voluntarios y animó a la participación. SANTI VILA Fiscalía y Abogacía del Estado: 7 años por desobediencia y malversación. 'Exconseller' de Cultura, pasó una noche en la cárcel en noviembre del 2017 hasta que pagó su fianza y quedó en libertad provisional. Como el resto de miembros del Govern, la fiscalía sostiene que adoptó acuerdos para ejecutar y desarrollar el 1-O, "desobedeciendo el mandato judicial" y disponiendo para ello de forma "ilegítima" de fondos públicos. CARLES MUNDÓ Fiscalía y Abogacía del Estado: 7 años por desobediencia y malversación. 'Exconseller' de Justícia, estuvo en la cárcel cerca de un mes, entre noviembre y diciembre del 2017, antes de quedar en libertad provisional. Como el resto de miembros del Govern, la fiscalía sostiene que adoptó acuerdos para ejecutar y desarrollar el 1-O, "desobedeciendo el mandato judicial" y disponiendo para ello de forma "ilegítima" de fondos públicos. MERITXELL BORRÀS Fiscalía y Abogacía del Estado: 7 años por desobediencia y malversación. 'Exconsellera' de Governació, estuvo en la cárcel cerca de un mes, entre noviembre y diciembre del 2017, antes de quedar en libertad provisional. Como el resto de miembros del Govern, la fiscalía sostiene que adoptó acuerdos para ejecutar y desarrollar el 1-O, "desobedeciendo el mandato judicial" y disponiendo para ello de forma "ilegítima" de fondos públicos. Aunque Governació es el departamento que regula todos los procesos electorales, estas competencias fueron traspasadas a la Conselleria d'Economia, con Junqueras al frente, meses antes del 1-O. |
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Los acusados — Son doce en total, nueve de los cuales se encuentran en prisión preventiva. — En ausencia del expresidente catalán Carles Puigdemont, el ex vicepresidente y ministro regional de Economía, Oriol Junqueras, es el principal acusado. — La expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell que leyó el 27 de octubre de 2017 la proclamación de independencia. — Al igual que Jordi Sánchez, y Jordi Cuixart, expresidente y presidente de las influyentes asociaciones independentistas ANC y Òmnium Cultural, respectivamente. — Cinco ex ministros regionales catalanes: Joaquim Forn, Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa. — Y otros tres ex ministros catalanes actualmente en libertad condicional, Santi Vila, Carles Mundó y Meritxell Borràs.
Delitos — De los doce, nueve (Junqueras, Forcadell, Sánchez, Cuixart, Forn, Turull, Romeva, Rull y Bassa) están acusados por la fiscalía de rebelión, agravada para seis de ellos por malversación (Junqueras, Forn, Turull, Romeva, Rull y Bassa). — El grave delito de rebelión, según el Código Penal español aplicable a aquellos "que se alzaren violenta y públicamente" para "declarar la independencia de una parte del territorio nacional", conlleva una pena de 15 a 25 años de cárcel. — Esta acusación es cuestionada por los independentistas y varios juristas. De hecho, la cuestión central del proceso será probar el uso de la violencia, algo negado por los separatistas. — La fiscalía afirma que hubo "incidentes violentos", como durante la manifestación del 20 de septiembre, así como "actos de violencia y agresión contra las fuerzas de seguridad" en el referéndum del 1 de octubre. Esta última jornada, de todas maneras, quedó marcada por escenas de violencia policial que dieron la vuelta al mundo. — Los tres exministros catalanes Vila, Mundó y Borràs son acusados de desobediencia y malversación. Acusadores — Particularidad del sistema judicial español, en este proceso intervienen tres acusadores diferentes: 1. La fiscalía, compuesta de magistrados nombrados tras ser propuestos por el gobierno, pero independientes del poder político. 2. Los abogados del Estado, altos funcionarios que defienden los intereses del Estado, que se muestran más clementes y han reemplazado el cargo de rebelión por el de sedición, reclamando penas de doce años como máximo. 3. Y la acusación popular, una controvertida figura que permite a cualquier ciudadano u organización ser parte acusadora en simple defensa de la legalidad, será ejercida por el partido ultraderechista Vox. Esta formación, que gana terreno gracias a su discurso hostil al independentismo, se enorgullece de solicitar penas duras para "más de 700 años de prisión" en total para el conjunto de acusados. |
Magistrados del Tribunal Supremo. Siete Magistrados -seis varones y una mujer- forman el tribunal que juzgará a los 12 líderes del 'procés'. Ninguno de los magistrados tiene menos de 30 años de carrera judicial, como magistrados o como fiscales.
Manuel Marchena Es el presidente del tribunal y será el encargado de redactar la sentencia. Es fiscal por oposición. Se considera de talante conservador, aunque sus primeros ascensos en la carrera fiscal llegaron de la mano del PSOE. Ha estado a punto de presidir el Tribunal Supremo a propuesta del PP, pero un whatsaap del portavoz de este partido, Ignacio Cosidó, jactándose de su designación le llevó a renunciar. Marchena llegó a la Sala de lo Penal del Supremo en 2007 y la preside desde 2014. Fue el instructor de la causa por los supuestos cobros del Banco Santander por parte del exjuez Baltasar Garzón que acabó archivada y participó en el juicio en el que se le condenó a 11 de inhabilitación por las escuchas de la trama 'Gürtel'. Ha sido ponente de numerosas resoluciones, como la que condenó al rapero César Strawberry que fijó los límites de la libertad de expresión ante enaltecimientos del terroismo. También presió el tribunal que condenó al ‘exconseller’ Francesc Homs por el 9-N. Andrés Martínez Arrieta Fue por unos días el presidente del tribunal que iba a juzgar el 'procés' por ser el magistrado más antiguo de los que forman parte de la Sala Segunda, a la que llegó en 1998, después de haber sido el vocal más joven del Consejo General del Poder Judicial. Es uno de los fundadores de la moderada Francisco de Vitoria y fue ponente de la sentencia que absolvió a Baltasar Garzón en el caso de los crímenes del franquismo. Antonio del Moral Fiscal por oposición, ejerció en el Supremo entre 1999 y 2012, cuando fue nombrado uno de sus magistrados. Entre otras resoluciones ha sido ponente de la que condenó a Iñaki Urdangarin por el ‘caso Nóos’ y de la que rebajó la inhabilitación al expresident Artur Mas por el 9-N. Su incorporación al tribunal del 'procés' se produjo para reemplazar al exfiscal general del Estado Julián Sánchez Melgar, que a su vuelta al Supremo se apartó del caso. Juan Ramón Berdugo Magistrado del Supremo desde 2004 ha sido ponente de la sentencia que revisó la condena del caso Rocío Wanninkhof y de la que confirmó la absolución del expresidente de la Generalitat valencia Francisco Camps en el caso de los trajes. También formó parte de la Sala que estableció la 'doctrina Botín' y la 'doctrina Parot', que luego fue anulada por el TEDH. Recientemente ha sido uno de los cuatro magistrados que emitieron un voto particular a la sentencia que establecía que toda agresión de un hombre a su pareja o expareja debe ser considerada violencia machista. Luciano Varela Fundador de la progresista Jueces para la Democracia, participó en la redacción de la Ley del Jurado de 1994. Llegó al Supremo en 2007 y se encargó de la instrucción de la causa seguida contra Garzón por los crímenes del franquismo. Entre las sentencias de las que ha sido ponente destaca la que confirmó los cuatro años de prisión al expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra. Ana Ferrer Instructora del ‘caso Roldán’ que acabó con la condena del exdirector general de la Guardia Civil, ha sido la primera mujer en presidir la Audiencia Provincial de Madrid y, en 2014, fue la primera en acceder a la Sala de lo Penal del Supremo. Tanto ella como Andrés Palomo han sido los últimos magistrados en incorporarse al tribunal del 'procés'. Lo hicieron cuando se decidió que la Sala juzgadora estaría compuesta por siete jueces y no por cinco dada la relevancia del asunto a tratar. Andrés Palomo Nombrado para el Supremo a la vez que Ferrer, había sido presidente de la Audiencia de Segovia. No está integrado en ninguna asociación judicial. Fue el instructor de la causa que se siguió contra el ‘exconseller’ Francesc Homs, por la que fue condenado a 13 meses de inhabilitación. Entre las sentencias que ha redactado destacan la que anuló por falta de pruebas la condena a 119 años de cárcel a la etarra Itziar Alberdi Uranga, huida durante 22 años y la que revocó por primera vez una condena a prisión permanente revisable. |
Abogados defensores.
Jordi Pina Abogado de Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull. 33 años de ejercicio profesional. Defendió a la 'exconsellera' Irene Rigau en el juicio del 9-N. Vicedecano del Col·legi de l'Advocacia de Barcelona, fue el abogado de Jordi Montull en el proceso por el saqueo del Palau de la Música y está personado en el 'caso 3%''. Le gusta organizar excursiones a países exóticos y coger 'bolets'. Es un 'culé' empedernido. Andreu van den Eynde Abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva. Ha representado a entidades de derechos humanos, como SOS Racisme. Llevó la defensa de las víctimas del atropello mortal de un tren en Castelldefels durante la verbena de San Juan de 2010. Vinculado a ERC desde que les hizo la 'compilance' para evitar que el partido pueda cometer algún delito. Es guitarrista de la banda de 'thrash metal' Vientos de Poder. Olga Arderiu Abogada de Carme Forcadell. Especialista en derecho penal y penitenciario. Diputada de la Junta del Col·legi de l'Advocacia de Barcelona. Ha participado en el Grupo de la Mujer del Consell Municipal de Benestar Social del Ayuntamiento de Barcelona y es vocal de la Associació de Dones Emprenedores. Lleva a uno de los principales implicados en el 'caso 3%'. Entre sus aficiones están los deportes y la fotografía. Javier Melero Abogado de Joaquim Forn. Fue el letrado de Artur Mas en el juicio por el 9-N. Ha estado en los principales casos judiciales de los últimos años ya que es el letrado habitual de Convergència. Defendió a Oriol Pujol en el 'caso ITV' y al ex tesorero del partido en el 'caso Palau', así como en el 'caso 3%'. Gran aficionado al boxeo estuvo en las reuniones que acabaron en el nacimiento de Ciudadanos, aunque no se considera fundador. Marina Roig Abogada de Jordi Cuixart. Presidenta de la Sección de Derecho Penal del Col·legi de l’Advocacia de Barcelona. Diplomada en Criminología. Ha cursado especializaciones en derecho penal de menores, penitenciario y violencia machista. Entre sus aficiones está la lectura y el baile. Mariano Bergés Abogada de Dolors Bassa. Compañero de despacho de Marina Roig. A lo largo de su andadura profesional ha asumido la defensa de intereses particulares y de grandes empresas y multinacionales. Profesor asociado de la Facultad de Derecho de la Universitat de Barcelona. Pau Molins Abogado de Santi Vila. Uno de los penalistas más reputados de Barcelona, defensor de Félix Millet y de la Infanta Cristina en el 'caso Nóos'. Su familia tiene una de las empresas con más vinculaciones con la burguesía catalana, Cementos Molins. Es el abogado del expresidente del Barça Sandro Rosell. Vocalista del grupo musical Porfinviernes. Le acompañará en el juicio del Supremo el abogado Joan Segarra. Josep Riba Abogado de Carles Mundó. Miembro del despacho de Fermín Morales, ha estado presente en numerosos casos mediáticos, como la defensa de excargos socialistas del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet en el 'caso Pretoria' y la representación del futbolista Samuel Etoo. Ejerció la acusación por la muerte de un asaltante en la vivienda de los joyeros Tous. Toca el piano clásico. Judit Gené Abogada de Meritxell Borras. Socia de Javier Melero. Más de 20 años de ejercicio como abogada, siempre en la especialidad de penal. Natural de Torà (Segarra). Forofa del Barça. Sus dos hijas y su profesión le ocupan casi todo el tiempo. |
FISCALES
Los fiscales del tribunal Supremo. Los cuatro fiscales del Tribunal Supremo que representarán al ministerio público en el juicio cuentan con una amplia experiencia. Los cuatro pertenecen a la máxima categoría de la carrera. Son Fidel Cadena, Jaime Moreno, que fue también el fiscal del juicio contra Francesc Homs; Javier Zaragoza, exfiscal jefe de la Audiencia Nacional, y Consuelo Madrigal, exfiscal general del Estado. Los Abogados del Estado. Edmundo Bal fue sustituido como abogado del Estado jefe de Penal por Rosa María Seoane, después de que el primero fuera apartado de la causa del procés por ser partidario de acusar por rebelión en vez de la sedición por la que finalmente se decantaron los Servicios Jurídicos del Estado.Los Servicios Jurídicos del Estado serán representados en el juicio por ella y Elena Sáenz. La acusación popular: Vox El partido de Santiago Abascal ejerce la acción popular desde que comenzó la instrucción en el Tribunal Supremo. Los abogados personados en el procedimiento tienen también altos puestos de responsabilidad en el patido: Javier Ortega Smith es el secretario general de Vox y Pedro Fernández, vicesecretario jurídico nacional de esa formación. |
Sentencias El lunes 14 de octubre de 2019 se dio a conocer la sentencia firme, en la que se condenó a penas de entre 9 y 13 años de prisión a los enjuiciados por delitos de sedición, malversación de caudales públicos y desobediencia, descartando la rebelión propugnada por la fiscalía y la acusación particular. |
Meritxell Borràs | Desobediencia |
Jordi Cuixart | Sedición | 9 años de prisión |
Carme Forcadell | Sedición | 11 años y 6 meses de prisión |
Joaquim Forn | Sedición | 10 años y 6 meses de prisión |
Oriol Junqueras | Sedición y malversación | 13 años de prisión |
Carles Mundó | Desobediencia |
Raül Romeva | Sedición y malversación |
Josep Rull | Sedición |
Jordi Turull | Sedición y malversación |
Santi Vila | Desobediencia |
Jordi Sànchez Picanyol | Sedición | 9 años de prisión |
Dolors Bassa |
Sedición y malversación | 12 años de prisión |