Luis Alberto Bustamante Robin; José Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdés; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Álvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Verónica Barrientos Meléndez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andrés Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma; Nelson González Urra ; Paula Flores Vargas; Ana Karina Gonzalez Huenchuñir; Ricardo Matías Heredia Sánchez; Alamiro Fernández Acevedo; Soledad García Nannig;
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La iglesia parroquial de Santa Ana |
Liceo Nº1 Javiera Carrera |
Liceo Nº1 Javiera Carrera es un establecimiento educacional chileno con formación científico-humanista desde 7.º año de Educación General Básica a 4.º año de Enseñanza Media. Es una de las primeras instituciones educacionales de mujeres en Chile y el primer liceo fiscal femenino de la capital. Se encuentra ubicado en la comuna de Santiago. Esta institución admite a mujeres y disidencias de género, de séptimo a cuarto medio. El alumnado del liceo ha tenido participación en variadas movilizaciones sociales a nivel nacional. Historia El Liceo N.º 1 Javiera Carrera, inicialmente llamado Instituto de Señoritas de Santiago, fue fundado en 1894, y su primera directora fue la educadora alemana Juana Gremler Lorenz (1854-1919). Comenzó a funcionar en abril de 1895, con un total de 114 niñas, convirtiéndose así en uno de los primeros establecimientos femeninos educacionales del país, junto con el Liceo N°1 "María Franck de MacDougall" de Valparaíso. Su funcionamiento estuvo bajo la vigilancia de una Junta nombrada por el Gobierno compuesta únicamente por hombres, quienes instauraron como misión del establecimiento «formar futuras madres de familia». En su primer año, la institución abrió cinco cursos: dos de preparatoria y tres de humanidades (1°, 2° y 3° año respectivamente), desarrollándose estas actividades en una propiedad particular ubicada en la calle Compañía de Jesús. Se impartieron inicialmente las asignaturas de Religión, Castellano, Historia y Geografía, Francés, Ciencias Naturales, Inglés, Labores, Dibujo, Gimnasia y Matemáticas. Frente a las evidentes diferencias en los contenidos formativos en la enseñanza de hombres y mujeres, siendo la de estas últimas enfocada hacia labores que no entregaban una preparación adecuada para seguir estudios superiores, Juana Gremler diseñó en 1893 el primer plan de estudios para liceos femeninos. Este plan buscaba llamar la atención de las autoridades frente a una inquietud de las alumnas, cada vez más presente, de continuar estudios universitarios. Es en 1912 cuando se promulgó un decreto que aseguró la igualdad de los contenidos educacionales impartidos en los liceos de hombres y de mujeres. De este modo, en 1913 el plan de estudios aplicado en el establecimiento cambió permitiéndoseles a las alumnas rendir bachillerato y optar a la enseñanza universitaria con tres mallas curriculares (científica matemática, científica química y científica humanista), y una semimalla curricular de "Bellas Artes", subdividida en Música y Artes Visuales. Para 1945 existían 33 cursos, 11 de escuela primaria anexa y 22 de humanidades, contando el Liceo además con dos gimnasios, piscina temperada, teatro, biblioteca, así como con salas de dibujo, labores y canto y economía doméstica. En el año 1986 el liceo fue municipalizado, recibiendo el nombre de Liceo A-1 Javiera Carrera. En 1994 asume el cargo de directora del Liceo Julia Alvarado, Profesora de Estado en Química. Bajo su gestión, que se extendió hasta 2014, el colegio destacó por sus buenos resultados en pruebas de admisión a la universidad y pruebas estandarizadas para medir la calidad en la educación; y la creación de salas de computación, un preuniversitario gratuito (dependiente del Centro de Padres) para preparar alumnas para la Prueba de Selección Universitaria (PSU), un bachillerato para las alumnas que ingresan en séptimo básico, y talleres deportivos y artísticos. En 2006, alumnas del Liceo tuvieron una participación destacada en la llamada revolución de los pingüinos, una de las grandes movilizaciones sociales en la historia de Chile. Javiera Carrera. Francisca Javiera de la Carrera y Verdugo, más conocida como Javiera Carrera Verdugo (Santiago, 1 de marzo de 1781 - ibídem, 20 de agosto de 1862)[2] fue una patriota chilena que se destacó por su apoyo a la lucha por la Independencia de Chile y por bordar la primera bandera patria de su país, llamada actualmente como la «bandera de la Patria Vieja». Fue la primogénita del matrimonio conformado por Ignacio de la Carrera y de las Cuevas y Francisca de Paula Verdugo Fernández de Valdivieso y Herrera, pertenecientes a la aristocracia colonial de esos años. Aunque recibió la educación tradicional que se les entregaba a las mujeres de su condición social, se destacó por su inteligencia. Casada con Manuel de la Lastra y Sotta en 1796, con quien tuvo 2 hijos; pero de quien quedó viuda a los 19 años. En 1800 se casó en segundas nupcias con Pedro Díaz de Valdés Arguelles y Galán, abogado español que llegó a Santiago como regidor y asesor de la Capitanía General. Tuvieron cinco hijos (incluye a Santos Díaz de Valdés Carrera). Frecuentaba todas las celebraciones patriotas y las que se realizaban a raíz de los triunfos militares. Además de esconder a soldados en su casa, era la encargada de recibir durante las noches y las madrugadas las carretas conducidas por los huasos, cargadas de armas para repartirlas en la ciudad, Fue tan significativa su actuación que entre los revolucionarios usaron la frase "viva la Panchita" como un santo y seña. También, levantaba los ánimos en los momentos de derrota, transformándose en la heroína de aquel período independentista. Se destacó por su belleza y por su fuerte carácter; Apasionada, dominante y astuta en sus movimientos. Apoyó a sus hermanos José Miguel, Juan José y Luis, hasta convertirlos en su ambición. Maria Graham describe a Javiera diciendo "la hermana de José Miguel aspiraba a hacer de él un Napoleón, arrancándolo a la aturdida y borrascosa vida de joven calavera y dirigiéndolo hacia las metas del poder y la gloria". Inteligente y ambiciosa, fue la ideóloga de los planes de lucha para libertar a Chile. Era una mujer de no perdonar, sagaz y hábil. Según cuenta la tradición, la bandera patria habría sido bordada por ella, siendo presentada e izada por primera vez el 4 de julio de 1812, en una cena con el cónsul estadounidense Joel Roberts Poinsett para celebrar el aniversario de la independencia de aquel país. Su personalidad y su conducta avivaron odios y amores, la apodaban la "jaiba", nombre vulgar que se da a varios cangrejos del mar. La relación política que mantuvo con Bernardo O'Higgins fue siempre crítica; lo apodó "el huacho Riquelme", aludiendo a su condición de hijo ilegítimo. No disimuló el rencor que sintió hacia José de San Martín, Toribio de Luzuriaga, Juan Martín de Pueyrredón, Tomás Godoy Cruz, a los Larraín, y a la Logia Lautaro pues consideraba que todos ellos fueron los causantes y promotores de la caída política, social y económica de su familia. En 1814 momento en que España reconquistó Chile, Javiera abandonó a su esposo e hijos para autoexiliarse y seguir los pasos de sus tres hermanos.[4] Junto a ellos, viajó rumbo a las Provincias Unidas del Río de la Plata, vivió en Mendoza y luego se trasladó a Buenos Aires donde fue recibida por el sacerdote Bartolomé Tollo, antiguo amigo de la familia. Su vida en Buenos Aires fue difícil: por causa de problemas de salud y un desastre financiero. Por entonces inició una relación sentimental con el capitán estadounidense nacionalizado argentino David Jewett. Dirigió la llamada “conspiración de 1817” contra O'Higgins, que a la postre significó el fusilamiento de sus hermanos Luis y Juan José en 1818, en Mendoza. Cuando José Miguel vuelve de Estados Unidos y se involucra en las disputas internas de los caudillos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Javiera Carrera es desterrada a Luján y luego a San José de Flores, localidades cercanas a Buenos Aires. Finalmente, fue recluida en un convento en aquella capital.
Ya libre, en 1819, se refugia en un barco portugués que se hallaba en el puerto de Buenos Aires y parte a Montevideo. En esa ciudad –en 1821– recibe la noticia del fusilamiento de José Miguel, en Mendoza, debido a las montoneras que realizó en Argentina. Con este hecho, su salud quedó dañada "se enflaqueció su cuerpo hasta parecer un esqueleto, amoratósele el rostro, rompiéronsele los labios, perdió el cabello...". Se negó a volver a Chile mientras gobernara Bernardo O'Higgins, a quien consideraba el principal culpable, señalando que no regresaría mientras "ese asesino gobierne mi patria". Así, en 1824, tras el golpe de Estado que derrocó al Director Supremo, Javiera Carrera se embarcó a Valparaíso tras diez años de ausencia. Se mantuvo en retiro hasta sus últimos días en su hacienda de El Monte, concentrándose en la vida doméstica y en obras de caridad. Logró la repatriación de los cuerpos de sus hermanos en 1828 bajo la presidencia de Francisco Antonio Pinto. Falleció en su hacienda en Santiago el 20 de agosto de 1862. Desde 1952 su cuerpo yace junto a sus hermanos en la Catedral Metropolitana de Santiago. Y Javiera Carrera fue objeto de admiración durante el siglo XIX. Maria Graham, Miguel Luis Amunátegui, Vicente Grez y Benjamín Vicuña Mackenna escribieron obras donde resaltaron su patriotismo y la defensa de sus hermanos, retratándola como una mujer fuerte, decidida e instruida.
Don Ignacio de Carrera Yturgoyen, en euskera Juan Ignazio Karrera Iturgoien, nacido un 31 de julio de 1620 en Alegría de Oria, País Vasco, fallecido el 27 de marzo de 1682, Santiago) fue un político español. Genearca de la Familia Carrera, familia que tuvo una destacada participación pública durante el siglo XIX, principalmente durante la Independencia de Chile. Venido a Chile desembarcó en Ciudad de La Concepción del Nuevo Extremo el 4 de abril de 1639 . Fue Gobernador Real de Chiloé entre 1650 y 1653, Maestre de Campo General del Real Ejército 1656, 1668; Encomendero de Malloa y Peteroa 26 de marzo de 1656 (vacante por muerte de Luis Jufré); fundador de un fuerte en Repocura 1666; Caballero de la Orden de Alcántara 1663; Gobernador de las Armas del Reino 1663, 1669; Corregidor de Santiago en 1655 durante el Gran Alzamiento; Gobernador de Valdivia 1671-1673, alcalde de Santiago en 1676. Casado con Catalina de Elguea y Cáceres (tataranieta del judeoconverso Diego García de Cáceres) tuvo diez hijos, entre ellos, Miguel de la Carrera, ancestro de los hermanos Carrera y Mariana de la Carrera Elguea tronco común de la familia Montt. Además tuvo otros tres hijos naturales. La familia de Carrera es una familia aristocrática chilena originaria de la localidad de Alegría de Oria en el País Vasco, España, radicada en Chile desde el siglo XVII, que tuvo una destacada participación pública durante el siglo XIX, principalmente durante la independencia de su país. Es considerada una de las estirpes más influyentes de Chile. Su fundador y genearca fue Juan Ignacio de la Carrera Yturgoyen (1620-1682), quien se radicó en Chile en 1639; se casó en 1655 con Catalina de Elguea y Cáceres, tataranieta de Diego García de Cáceres, con quien tuvo diez hijos. Además, tuvo otros tres hijos naturales antes de casarse. Según Juan Luis Espejo, otras familias consanguíneas con los Carrera son los Araníbar, los Barrenechea, los Lecuna, los Prado, los Rodríguez, los Guerrero, los Ureta, los Valdés, los Mujica, los Elzo, los Errázuriz, los Zañartu y los Cortés. Alegría de Oria (oficialmente en euskera: Alegia) es un municipio y localidad española de la provincia de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco. El término municipal tiene una población de 1812 habitantes (INE 2024). |
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