Caricaturas de Barrister (Abogados) en revista inglesa Vanity Fair

martes, 11 de noviembre de 2014

218).-THE KING v. CASEMENT 1917 ( Séptima parte) 15.-a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma; Paula Flores Vargas ; Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; 

Roger Casement and Julian Bailey are tried for treason


The LORD CHIEF JUSTICE 


I have looked at a number of copies, repro- 
ductions of this Act, in the revised statutes and elsewhere, containing 
Luder'fi translation, and I have found that the commas vary in almost 
every case; and apparently, according to the interpretation that the 
author wished to give, he has inserted the commas. You can take up 
some authors and you will find the commas that make it so plain that 
you wonder that there can be any dispute about it; you can take up 
another which makes " aiding and comforting " run on to the " else- 
" where " without a comma. So I think we have to start with this, that 
commas have no place in the discussion before this Court. 

Mr. ARTEMUS JONES 

Might I supplement that by pointing out that 
Coke, who is treated with so much veneration, actually misspells the 
word. It is clear, if he had taken the trouble to go to the statute itself, 
he would not have made that mistake. Might I refer your lordships to 
what is known as the Record Office version of the statute. Your lord- 
ships will remember that a Commission was appointed somewhere in the 
reign of George III. to get the statutes together, and an official version was 
published in the year 1810, which sets out on one side the actual Norman- 
French words printed in the characters, with the contracted forms 
and abbreviations that were current at that time, and on the other side 
you have the translation. My submission to your lordships is that the 
construction which the learned Attorney-General seeks to put upon these 
words cannot be maintained, because that construction is repugnant to 
the express terms of the statute itself. That is my proposition. The 
recital begins in these words : " Whereas divers opinions have been before 
" this time in what case treason shall be said and in what not; The King 
" at the request of his Lords and of the Commons hath made a declara- 
" tion in the manner as hereinafter f olloweth : That is to say, when a 
" man doth compass or imagine the death of our Lord the King, or of 
" our Lady his Queen, " and so on, " or if a man do levy war against 
" our Lord the King in his realm " those are the words of limitation 
which must refer either to the enemy or to the person charged "or be 
" adherent to the King's enemies in his realm " exactly the same words 
of limitation which must apply either to the enemy or to the person 
charged, and which I suggest are words of limitation defining the limits 
within which the act of adherence must be committed. Then it goes on : 


" Giving to them aid and comfort in the realm or elsewhere." It is 
a little difficult to understand how the Attorney-General can say that 
those words ' ' or elsewhere ' ' should be in fact transferred from where 
they are put into another part, added to the preceding words. If 
the learned Attorney-General is right in his construction, Parliament 
could have meant nothing when it put in these words, " in his realm." 
Supposing you strike out the words " in his realm " in both offences, 
this is how the sentence would read: " If a man do levy war against our 
" Lord the King, or be adherent to the King's enemies, giving to them 
" aid and comfort in his realm or elsewhere." Then the construction 
which the learned Attorney-General puts upon it would no doubt be 
sound, but he cannot put that construction forward, because Parliament 
must not be presumed to have meant nothing when it used these words 
of limitation. If I may borrow the language of the advocate who 
argued the case of The King v. Lynch, such a construction as this gives 
the go-by altogether to these words of limitation. I submit that what 
the statute of Edward III. had in mind when it used these words, " giving 
" to them aid and comfort in the realm," was the particular form which 
adhering to the King's enemies might assume, and against which they 
were legislating. 

I submit to your lordships, with the greatest respect not only to the 
ancient writers but also to His Majesty's judges, that in the construction 
of an Act of Parliament the supreme authority is the language of the Act 
itself, and the function of your lordships is simply to give to them, to 
quote the words of Chief Justice Jarvis, the elementary rule of inter- 
pretation, giving to ordinary and plain words their plain and ordinary 
meaning. If the wording of the statute admitted of any other meaning, 
I agree that the interpretation put forward by the learned Attorney- 
General might be upheld. 

There is one point, and that is with reference to the Indictment 
Act of last year. The Lord Chief Justice yesterday went to the heart of 
the whole controversy when he said the question was whether the words 
" or elsewhere " governed the words immediately preceding them, or 
governed the rest. 

The LORD CHIEF JUSTICE

 Or governed both. 
EL JEFE DE JUSTICIA JEFE

 He examinado varias copias, repro-
ductions de esta ley, en los estatutos revisados ​​y en otros lugares, que contiene
Traducción de Luder'fi, y he encontrado que las comas varían en casi
todos los casos; y aparentemente, según la interpretación que el
El autor desea dar, ha insertado las comas.Puedes tomar
algunos autores y encontrarás las comas que lo hacen tan claro que
te preguntas que puede haber alguna disputa al respecto; puedes tomar
otro que hace que "ayudar y consolar" corra hacia el "otro-
"donde" sin una coma. Así que creo que tenemos que comenzar con esto, que
las comas no tienen cabida en la discusión ante este Tribunal.

Sr. ARTEMUS JONES 

¿Podría complementar eso señalando que
Coca-Cola, que es tratada con tanta veneración, en realidad escribe mal
palabra. Está claro, si se hubiera tomado la molestia de ir al estatuto mismo,
él no habría cometido ese error. ¿Podría referirme a sus señorías?
lo que se conoce como la versión de la Oficina de Registro de la ley. Tu señor
los barcos recordarán que se designó una Comisión en algún lugar del
reinado de Jorge III. para reunir los estatutos, y una versión oficial fue
publicado en el año 1810, que expone a un lado la norma real
Palabras francesas impresas en los caracteres, con las formas contratadas
y abreviaturas que eran actuales en ese momento, y del otro lado
Tienes la traducción. Mi sumisión a sus señorías es que el
construcción que el sabio Fiscal General busca poner sobre estos
las palabras no pueden mantenerse, porque esa construcción es repugnante para
los términos expresos del estatuto mismo. Esa es mi propuesta. los
El recital comienza con estas palabras: "Mientras que las opiniones diversas han sido antes
"esta vez en qué caso se dirá traición y en qué no; El Rey
"a pedido de sus Lores y de los Comunes ha hecho una declaración
"de la manera como se indica a continuación: Es decir, cuando un
"el hombre se mueve o imagina la muerte de nuestro Señor el Rey, o de
"Nuestra Señora su Reina", y así sucesivamente, "o si un hombre hace una guerra contra
"nuestro Señor el Rey en su reino" esas son las palabras de limitación
que debe referirse al enemigo o a la persona acusada "o ser
"adherente a los enemigos del Rey en su reino" exactamente las mismas palabras
de limitación que debe aplicarse tanto al enemigo como a la persona
cargado, y que sugiero son palabras de limitación que definen los límites
dentro del cual se debe cometer el acto de adhesión. Luego continúa:
"Dándoles ayuda y consuelo en el reino o en otro lugar". Es
un poco difícil de entender cómo el Fiscal General puede decir que
esas palabras "o en otro lugar" deberían de hecho transferirse de donde
se ponen en otra parte, agregada a las palabras anteriores. Si
el sabio Fiscal General tiene razón en su construcción, el Parlamento
podría no haber significado nada cuando se expresa con estas palabras, "en su reino".
Suponiendo que tacha las palabras "en su reino" en ambas ofensas,
así es como se leería la oración: "Si un hombre hace una guerra contra nuestra
"Señor el Rey, o adhiérete a los enemigos del Rey, dándoles
"Ayuda y consuelo en su reino o en otro lugar".Entonces la construcción
que el sabio Fiscal General le pone sin duda sería
sonido, pero no puede adelantar esa construcción, porque el Parlamento
no debe suponerse que no significó nada cuando usó estas palabras
de limitación. Si me prestas el lenguaje del defensor que
argumentó el caso de The King v. Lynch, una construcción como esta da
el paso por completo a estas palabras de limitación. Yo afirmo que lo
El estatuto de Eduardo III. tenía en mente cuando usaba estas palabras, "dando
"para ellos ayuda y consuelo en el reino", fue la forma particular que
adherirse a los enemigos del Rey podría asumir, y contra el cual ellos
estaban legislando.
Me someto a sus señorías, con el mayor respeto no solo a la
escritores antiguos pero también a los jueces de Su Majestad, que en la construcción
de una ley del Parlamento, la autoridad suprema es el lenguaje de la ley
en sí mismo, y la función de sus señorías es simplemente darles,
cita las palabras del Presidente del Tribunal Supremo Jarvis, la regla elemental de inter
pretation, dando a las palabras ordinarias y simples su simple y ordinario
sentido. Si la redacción del estatuto admite algún otro significado,
Estoy de acuerdo en que la interpretación presentada por el sabio abogado
General podría ser confirmado.

Hay un punto, y es con referencia a la acusación
Acto del año pasado. El Señor Presidente del Tribunal Supremo ayer fue al corazón de
toda la controversia cuando dijo que la pregunta era si las palabras
"o en otro lugar" regía las palabras que los precedían inmediatamente, o
gobernó el resto.

El SEÑOR JUSTICIA PRINCIPAL 

O gobernó a ambos.

Mr. ARTEMUS JONES Or governed both. On the other hand, they 
may be purely descriptive words. If they are words of description and 
not words of definition, then I submit the construction put forward by 
the learned Attorney-General cannot be upheld. The view which the 
learned counsel took who framed this indictment is exactly the same view 
as that which I am putting before this Court. May I refer your lord- 
ships to section 3 of the Indictment Act of last year. 

Mr. JUSTICE HORRIDGE Supposing it is, is he a greater authority 
than Hale or anybody else? How can it help us that somebody who 
framed the indictment before us took a particular view? 

Mr. ARTEMUS JONES I may be wrong, but I was under the impression 
that I was discussing the indictment in this case. 

Mr. JUSTICE HORRIDGE How can it help us if the indictment covers 
the offence? We can draw the inference ae well as the man who 
drew it. 

Sr. ARTEMUS JONES O gobernó a ambos. Por otro lado, ellos
pueden ser palabras puramente descriptivas. Si son palabras de descripción y
no palabras de definición, luego presento la construcción presentada por
el sabio Fiscal General no puede ser confirmado. La vista que el
El abogado sabio que tomó el marco de esta acusación es exactamente la misma opinión
como lo que pongo ante este Tribunal. ¿Puedo referirme a su señor?
se envía a la sección 3 de la Ley de acusación del año pasado.

Sr. JUSTICE HORRIDGE Suponiendo que sea, ¿es él una autoridad mayor?
que Hale o alguien más? ¿Cómo puede ayudarnos que alguien que
enmarcado la acusación ante nosotros tuvo una opinión particular?

Sr. ARTEMUS JONES: Puedo estar equivocado, pero tenía la impresión.
que estaba discutiendo la acusación en este caso.

Sr. JUSTICE HORRIDGE ¿Cómo puede ayudarnos si la acusación cubre
la ofensa? Podemos sacar la inferencia ae bien como el hombre que
lo dibujó

Mr. ARTEMUS JONES Put in that form I agree, but I think your lord- 
ship will see the point of my argument when I have developed it. 
Section 3 of the Indictment Act says : " Every indictment shall contain 
" and shall be sufficient if it contains a statement of the specific offence 
<e or offences with which the accused person is charged, together with 
" such particulars as may be necessary for giving reasonable informa- 
" tion as to the nature of the charge." Under the rules, I think it is 
Rule 4, sub-section 3, " The statement of offence shall describe the 
"offence shortly in ordinary language, avoiding as far as possible the 
" use of technical terms, and without necessarily stating all the essential 
" elements of the offence, and if the offence charged is one created by 
" statute, shall contain a reference to the section of the statute creating 
" the offence." 

Now, if your lordships turn to the indictment here, the statement 
of the offence and the reference to the statute creating it is set out in a 
sentence: "High treason by adhering to the King's enemies elsewhere 
than in the King's realm, to wit, in the Empire of Germany, contrary 
to the Treason Act, 1351." Then particulars follow, and in the par- 
ticulars the Crown allege that " On the said several days traitorously con- 
triving and intending to aid and assist the said enemies of our Lord 
the King against our Lord the King and his subjects, did traitorously 
adhere to and aid and comfort the said enemies," showing clearly that 
the learned counsel who framed this indictment treated those words, 
" aiding and comforting," merely as words of description; and they appear 
in the particulars under the statute which says you must give particulars 
which may not give all the necessary ingredients of the offence, but shall 
at least give information as to the nature of the offence. The submission 
I make to the Court is that if the view of the Crown is that those words 
" aiding and comforting " are words of definition and not words of 
description, it was not the view of the learned counsel who framed 
the indictment, because he treats them as descriptive words and descrip- 
tive words alone. To go back to the statute once more, I have only put 
very shortly the point that I make, namely, that the construction which 
the Crown is putting upon these words is actually repugnant to the words 
of the statute itself. You must wipe out altogether those words " within 
" his realm," which appear in both offences, before you can put this con- 
struction upon the statute; and that being so I submit with deference 
to your lordships that the argument put forward on behalf of the 
defendant is a valid and substantial one. 

[Their lordships conferred.] 
Sr. ARTEMUS JONES. De esa forma, estoy de acuerdo, pero creo que su señor ...
El barco verá el punto de mi argumento cuando lo haya desarrollado.
La Sección 3 de la Ley de Acusación dice: "Toda acusación deberá contener
"y será suficiente si contiene una declaración del delito específico
<e o delitos con los que se acusa al acusado, junto con
"los detalles que sean necesarios para dar información razonable
"en cuanto a la naturaleza del cargo". Según las reglas, creo que es
Regla 4, subsección 3, "La declaración de delito describirá el
"infracción breve en lenguaje corriente, evitando en la medida de lo posible
"uso de términos técnicos, y sin indicar necesariamente todo lo esencial
"elementos del delito, y si el delito acusado es uno creado por
"estatuto, deberá contener una referencia a la sección del estatuto que crea
"el delito".

Ahora, si sus señorías recurren a la acusación aquí, la declaración
del delito y la referencia al estatuto que lo crea se establece en un
oración: "Alta traición al adherirse a los enemigos del Rey en otros lugares
que en el reino del Rey, a saber, en el Imperio de Alemania, al contrario
a la Ley de traición, 1351. "Luego siguen los detalles, y en el par-
Los titulares de la Corona alegan que "En los días mencionados, traidoramente
tratando de ayudar y ayudar a dichos enemigos de nuestro Señor
el rey contra nuestro señor el rey y sus súbditos, traicioneramente
adherirse y ayudar y consolar a dichos enemigos ", mostrando claramente que
el sabio abogado que enmarcó esta acusación trató esas palabras,
"ayudar y consolar", simplemente como palabras de descripción; y aparecen
en los detalles bajo el estatuto que dice que debe dar detalles
que puede no proporcionar todos los ingredientes necesarios del delito, pero deberá
al menos dar información sobre la naturaleza del delito. La sumisión
Hago ante la Corte que si la opinión de la Corona es que esas palabras
"ayudar y consolar" son palabras de definición y no palabras de
descripción, no fue el punto de vista del sabio abogado que enmarcó
la acusación, porque los trata como palabras descriptivas y descriptivas
Solo palabras. Para volver al estatuto una vez más, solo he puesto
muy brevemente el punto que hago, a saber, que la construcción que
la Corona está poniendo estas palabras es realmente repugnante a las palabras
del estatuto mismo. Debes borrar por completo esas palabras "dentro de
"su reino", que aparece en ambas ofensas, antes de que puedas poner este concepto
instrucción sobre el estatuto; y siendo así lo presento con deferencia
a sus señorías que el argumento presentado en nombre de la
el acusado es válido y sustancial.

[Sus señorías conferidas.]


The LORD CHIEF JUSTICE A submission has been made to the Court 

by the defence that this indictment should be quashed on the ground that 

it discloses no offence known to the English law. Another way of 

putting the eame proposition is that the Court should rule, according to 

Judgment on Motion to Quash Indictment.

the contention of the defence, that the Crown has failed to prove an
offence in law. The prisoner is charged with that species of treason
which is known as adhering to the King's enemies. The charge in the
indictment is the offence of " high treason by adhering to the King's
" enemies elsewhere than in the King's realm, to wit, in the Empire of
" Germany, contrary to the Treason Act, 1351." The argument advanced
and supported by careful, well-reasoned, and able arguments of Mr.
Sullivan and those who supported his contention is to the effect that
adherence to the King's enemies without the realm is not an offence
against the statute of Edward III., that is to say, the statute of 1351.
We have had the advantage of elaborate arguments, by no means too
elaborate on behalf of the defence, and also on behalf of the Crown by the
Attorney-General; and although this point has been discussed many times
in the books, and decided, according to our view, in the most recent
case of treason, Lynch' s case, yet it merits careful examination by this
Court. The argument is that this Court must construe the words of the
statute of 1351 and must pay no regard to any commentary that may
have been made by learned authors, however distinguished, when arriving*
at the meaning of the words. That we must interpret the words of the
statute is beyond question. That we should not be entitled to do violence
to the words of the statute may, I think, also be assumed.

But if the words of the statute are not clear, and if it be possible to
construe the statute in two different ways, then the comments of great
lawyers, masters of the common law, during the last three or four
centuries, cannot be allowed to pass by this Court without the greatest
regard and consideration. The words in question, in the statute
25 Edward III. are these paraphrasing them " It shall be treason if
" a man do levy war against our Lord the King in his realm or be
" adherent to the King's enemies in his realm, giving to them aid and
" comfort in the realm or elsewhere." The contention is that those
words " or elsewhere " govern only the words " aid and comfort in the
"realm," and have no application to the words " be adherent to the
11 King's enemies." As the offence is of adhering to the King's
enemies, if the words " or elsewhere " do not apply to the adhering,
then the contention of the defence would be right. If, on the other
hand, the Crown's contention is correct that those words " or elsewhere "
do govern the adhering to the King's enemies, then it is plain that it is
an offence to adhere to the King's enemies by an act committed without
the realm. In order to avoid ambiguity I would add also this, that to
constitute the offence for this purpose it is not sufficient to show that
the aid and comfort has been given to enemies without the realm. Th&
act of adherence which constitutes the charge also must have been com-
mitted without the realm for this purpose, because the whole of this
indictment is based upon the offence of adhering to the King's enemies
without the realm.

Now, I repeat what I said during the course of the argument, that
we must construe these words of this statute, now some 560 years old,
without reference to commas or brackets, but merely looking to the
language. The history of the law of treason of this country is certainly
of importance in considering the statute of 1351. It is unnecessary at

this time, and having regard to the authorities to which I shall call
attention in a moment, to refer in great detail to the early law; but I
have no hesitation myself in stating that if a man adhere to the King's
enemies without the realm he is committing the offence of treason ; that
he was committing the offence of treason at common law, notwithstand-
ing that the offence was committed without the realm. We have heard
considerable argument to establish that the common law of England never
knew a crime which was not committed within the territory of England,
that is to say, in ancient times, of course; and it is said the common
law of England still obtains except in so far as it has been altered by
statute. There is some authority for the proposition which I have stated
to which I mean to refer, which is in Sir Matthew Hale's Pleas of the
Crown, vol. 1, page 169, in which he says : " Touching the trial of foreign
treason, viz., adhering to the King's enemies without the kingdom at
this day the statute of 35 Henry VIII. hath sufficiently provided for
it " ; and this is the passage upon which I lay special stress: " But
at common law he might have been indicted in any county of England,
and especially where the offender's lands lie, if he have any."

The reference is given for that to a case in the fifth year of the reign
of Kichard II., which ie to be found in Fitzherbert's Abridgment, under
the heading of " Trial," section 54. The substance of it I am not
quoting the exact words is that the then King's Attorney stated to the
Court, and apparently, so far as one can judge from the report, without
any contradiction by the Court, and, so far as I know, without any con-
tradiction to be found in any book up to this very day, that that was
the law, and it was adopted as the law by Sir Matthew Hale in the
passage which I have read. I will make this observation with reference
to the common law, that it is quite right to say it might be said that
whatever may have been the common law ought not to affect our decision
in determining the interpretation of the statute. I will accept that and
say we must construe the language of the statute even though that statute
is declaratory of the common law; but it is a matter not lightly to be
passed by that the common law before the statute was, in my opinion, as
I have stated it. It has been said more than once, certainly by Lord
Blackburn and others, that this statute of 1351 was declaratory of the
common law. There is no doubt that at that time there was great agita-
tion amongst the subjects of the King because of the fear of the conse-
quence of being charged with treason, which was a crime at that time so
vague, or thought to be so vague, that those who might be charged with
it were apprehensive of the consequences; and the result was that on
petition to Parliament the statute then became law and received the
assent of the King in the words to which I have referred.

Now from the year 1351 until the thirty -fifth year of the reign of
Henry VIII., there is little to assist us; but in the reign of Henry VIII.
a statute was passed which in my view is of importance in this connection.
The statute is entitled " An Acte concerninge the triall of Treasons
" comytted out of the King's Majesties domynions." It recites again
I am paraphrasing the language that doubts and questions had arisen
as to the trial of treasons and misprisions of treasons committed abroad. 
EL JEFE DE JUSTICIA JEFE Se ha presentado una petición a la Corte

por la defensa de que esta acusación debe ser anulada sobre la base de que

no revela ningún delito conocido por la ley inglesa. Otra forma de

Poner la propuesta de eame es que el Tribunal debe decidir, de acuerdo con

Sentencia sobre la moción para anular la acusación.

El argumento de la defensa, que la Corona no ha podido demostrar una
delito en la ley. El prisionero es acusado de esa especie de traición.
que se conoce como adherirse a los enemigos del rey. El cargo en el
la acusación es el delito de "alta traición al adherirse al Rey
"enemigos en otros lugares que no sean en el reino del Rey, a saber, en el Imperio de
"Alemania, contrario a la Ley de Traición, 1351". El argumento avanzó
y respaldado por argumentos cuidadosos, bien razonados y capaces del Sr.
Sullivan y aquellos que apoyaron su argumento es en el sentido de que
La adhesión a los enemigos del Rey sin el reino no es una ofensa
contra el estatuto de Eduardo III., es decir, el estatuto de 1351.
Hemos tenido la ventaja de argumentos elaborados, de ninguna manera también
elaborar en nombre de la defensa, y también en nombre de la Corona por el
Fiscal General; y aunque este punto ha sido discutido muchas veces
en los libros, y decidimos, según nuestra opinión, en el más reciente
caso de traición, el caso de Lynch, pero merece un examen cuidadoso por parte de este
Corte. El argumento es que este Tribunal debe interpretar las palabras del
estatuto de 1351 y no debe tener en cuenta ningún comentario que pueda
han sido realizados por autores eruditos, por distinguidos que sean, al llegar *
en el significado de las palabras. Que debemos interpretar las palabras del
El estatuto está fuera de toda duda. Que no debemos tener derecho a hacer violencia
a las palabras del estatuto puede, creo, también ser asumido.

Pero si las palabras del estatuto no son claras, y si es posible
interpretar el estatuto de dos maneras diferentes, luego los comentarios de gran
abogados, maestros del derecho consuetudinario, durante los últimos tres o cuatro
siglos, no se puede permitir pasar por este tribunal sin el mayor
respeto y consideración. Las palabras en cuestión, en el estatuto
25 Edward III. son estos parafraseándolos "Será traición si
"un hombre hace la guerra contra nuestro Señor el Rey en su reino o se
"adherente a los enemigos del Rey en su reino, dándoles ayuda y
"comodidad en el reino o en otro lugar". El argumento es que esos
las palabras "o en otra parte" rigen solo las palabras "ayuda y consuelo en el
"reino", y no tiene aplicación en las palabras "adherirse a la
11 enemigos del Rey ". Como la ofensa es adherirse a la del Rey
enemigos, si las palabras "u otro lugar" no se aplican a la adhesión,
entonces el argumento de la defensa sería correcto. Si, por el otro
mano, la afirmación de la Corona es correcta de que esas palabras "o en otro lugar"
rigen la adhesión a los enemigos del Rey, entonces es claro que es
un delito de adherirse a los enemigos del Rey por un acto cometido sin
el Reino. Para evitar ambigüedades, agregaría también esto, eso a
constituir el delito para este propósito, no es suficiente demostrar que
La ayuda y la comodidad se han dado a los enemigos sin el reino. Th &
El acto de adhesión que constituye el cargo también debe haber sido
mitigado sin el reino para este propósito, porque todo esto
la acusación se basa en el delito de adherirse a los enemigos del Rey
sin el reino

Ahora, repito lo que dije durante el curso de la discusión, que
debemos interpretar estas palabras de este estatuto, que ahora tiene unos 560 años,
sin referencia a comas o corchetes, sino simplemente mirando a la
idioma. La historia de la ley de traición de este país es ciertamente
de importancia al considerar el estatuto de 1351. Es innecesario en

esta vez, y teniendo en cuenta las autoridades a las que llamaré
atención en un momento, para referirnos en gran detalle a la ley temprana; pero yo
no dudo en decir que si un hombre se adhiere al Rey
enemigos sin el reino está cometiendo el delito de traición; ese
cometía el delito de traición a la ley común, a pesar de
ing que el delito se cometió sin el reino. Hemos oído
argumento considerable para establecer que la ley común de Inglaterra nunca
conocía un crimen que no se cometió en el territorio de Inglaterra,
es decir, en la antigüedad, por supuesto; y se dice lo común
la ley de Inglaterra todavía se obtiene, excepto en la medida en que ha sido alterada por
estatuto. Hay alguna autoridad para la proposición que he declarado
a lo que me refiero, que está en Sir Matthew Hale's Pleas of the
Corona, vol. 1, página 169, en la que dice: "Tocando el juicio de extranjeros
traición, a saber, adherirse a los enemigos del Rey sin el reino en
este día el estatuto de 35 Enrique VIII. ha provisto suficientemente
"; y este es el pasaje sobre el que pongo especial énfasis:" Pero
según el derecho consuetudinario, podría haber sido acusado en cualquier condado de Inglaterra,
y especialmente donde se encuentran las tierras del delincuente, si tiene alguna ".

Se da la referencia para eso a un caso en el quinto año del reinado.
de Kichard II., es decir, que se encuentra en Fitzherbert's Abridgment, bajo
el título de "Ensayo", sección 54. La sustancia del mismo no soy
citando las palabras exactas es que el entonces Abogado del Rey declaró a la
Corte, y aparentemente, hasta donde se puede juzgar por el informe, sin
cualquier contradicción por parte de la Corte y, hasta donde yo sé, sin ningún tipo de
tradición que se puede encontrar en cualquier libro hasta el día de hoy, que eso era
la ley, y fue adoptada como la ley por Sir Matthew Hale en el
pasaje que he leído. Haré esta observación con referencia
a la ley común, que es bastante correcto decir que podría decirse que
cualquiera que haya sido la ley común no debería afectar nuestra decisión
para determinar la interpretación del estatuto.Aceptaré eso y
decir que debemos interpretar el lenguaje del estatuto a pesar de que ese estatuto
es declaratoria del derecho consuetudinario;pero no es un asunto a la ligera
pasó por que la ley común antes del estatuto era, en mi opinión, como
Lo he dicho. Se ha dicho más de una vez, ciertamente por Lord
Blackburn y otros, que este estatuto de 1351 fue declaratorio de la
ley común. No hay duda de que en ese momento había una gran agitación
entre los súbditos del Rey debido al temor de la consecuencia
de ser acusado de traición, que en ese momento era un crimen tan
vago o que se pensaba que era tan vago, que los que pudieran ser acusados ​​de
él temieran las consecuencias; y el resultado fue que, a
petición del Parlamento, el estatuto se convirtió en ley y recibió el
consentimiento del Rey en las palabras a las que me he referido. Desde el año 1351 hasta el trigésimo quinto año del reinado de Enrique VIII, hay poco para ayudarnos; pero en el reinado de Enrique VIII. se aprobó un estatuto que, en mi opinión, es importante a este respecto.
El estatuto se titula "Un acto relacionado con la prueba de las traiciones 
", extraído de los dominios de las Majestades del Rey. "Recita de nuevo
, estoy parafraseando el lenguaje que surgieron dudas y preguntas
sobre el juicio de traiciones y misiones de traiciones cometidas en el extranjero.



It is worth noting that the doubts had not arisen as to whether the 
act, if committed abroad, would amount to treason, but only as to the
trial. Then the statute proceeds : " Be it enacted by authority of this
" present Parliament that all manner of offences being already made or
f( declared or hereafter to be made or declared by any of the laws and
" statutes of this realm to be treasons," then " shall be tried by the
" King's Justices 57 that is the King's Bench, and also as an alterna-
tive by Commissioners where a Commission is appointed. Now, that
statute assumes that the offence of treason can be -committed without
the realm; and it prescribes in respect of all such offences as have
already been declared the niode of procedure, or, rather, the venue of
the trial. The statute shows plainly that the offence existed. From
that time the statute has regulated the trial of offences committed with-
out the realm-
It is by virtue of that statute and subsequent statutes, which have
really done nothing more than provide that the counties of London and
Middlesex shall be one county for this purpose, that the jurisdiction of
this Court is derived. It is because we are sitting as judges of the
King's Bench that we become the judges to try this case, for the reason
that if it is a treason committed without the realm, the venue is pre-
scribed by this statute of Henry VIII. as of the King's justices where
they isit and be kept. That statute of Henry VIII. is, to my mind,
authority for this proposition, at least it ehows clearly what the law
was at the time it was passed. That there was the offence of treason
without the realm; and further, quite consistent with the reading which
the Crown wishes to give to the statute of 1351, it would apply to the
offence of adhering to the King's enemies without the realm. The
doubts that have arisen from beginning to end, so far as we have been
able to trace in looking through the various books to which we have had
access, and to which our attention has been called, are never as to the
offence, but only as to the venue; and the whole difficulty which arose
was, as was pointed out by learned authors, and more especially in Hawkins'
Pleas of the Crown, book 2, chapter 25, section 48, where this matter
is dealt with in passages that have been read, and of which I will only
read one short passage now, as to the venue. There the learned author
says: " It seems to have been a great doubt before the making of the
" statute of 35 Henry VIII. in what manner and in what place high treason
' ( done out of the realm was to be tried ' ' there is not the faintest sugges-
tion that the offence did not exist, but only a doubt as to the manner
and place of trial " for some seem to have holden that it was triable
11 only by an appeal before the constable and marshal; others, that it
" might be tried upon an indictment, laying the offence in any county
" where the King pleased; and others, that it was triable by way of
(e indictment in that county only wherein the offender had lands ; but
" surely it cannot reasonably be doubted but that it was triable some
" way or other; for it cannot be imagined that an offence of such
' ' dangerous consequence, and expressly within the purview of 25
'' Edward III., should be wholly dispunishable, as it must have been
"if it were no way triable." I am content to adopt every word of that

language of that great master of the law, and also of Sir Matthew Hale,
whom I have just quoted. The only observation I wish to make upon
it is that the defence would say, as Mr. Sullivan pointed out, and I
think rightly, that upon this section 48 it does not follow that the mean-
ing must be given to the words now under discussion, because it is isaid
there were other offences of treason without the realm. But equally it
must be observed that there is no exception drawn for this statement,
and there is nothing which would support the exception being made
save the interpretation of the statute contended for by the defence. I can
find no justification for doubting that these learned authors meant their
language to apply equally to a case of adhering to the King's enemies
without the realm as to any other kind of offence of treason without
the realm.

I will not read again the passage in Coke's Institutes, but in volume 3
there is a statement of the law which is plain in its terms, and which
Mr. Sullivan quite frankly stated was an authority against him if the
Court accepted it as an authority. The passages have been read so
often that I do not propose to read them again. They are to be found
in chapter 1 of the Third Institute of Coke, on pages 10 and 11.

Then, coming to the later days, there are passages in a case in
1868, MulcaTvy v. The Queen., reported in Law Reports, 3 English and
Irish Appeal Cases, at page 306, in which Mr. Justice Willes, in
giving his opinion of the law relating to treason to the House of Lords
not only his opinion but the opinion of all the judges adopted the
construction of the words of the statute of 1351, that the offence was
committed if a person be adherent to the King's enemies in his realm
or elsewhere. He leaves out the words which have given rise to this
discussion, that is, " giving them aid and comfort." The views were
adopted by the House of Lords. It is right here again to say that Mr.
Sullivan pointed out, and again I say in my judgment accurately, that
these observations of Mr. Justice Willes were by the way; they were
obiter] but nevertheless they were the considered opinion of the judges
to the House of Lords, and the House of Lords did not dissent from any
one of the views expressed.

Then at last we come to the decision of The King v. Lynch, decided
in 1903. There the same argument was advanced by the defence that
has been put forward before us, and it was persisted in and elaborately
argued. The Court there came to the conclusion that the defendant's
contention was wrong, and, although it gave no judgment, the then
Lord Chief Justice proceeded to sum up and directed the jury as if it
was an offence. Lynch was convicted by the jury, and if the argument
of the defence is right in this case, Lynch never should have been con-
victed, and the Court ought to have ruled that no offence had been dis-
closed either by the evidence or in the indictment. The Court did not
so rule, but on the contrary directed the jury upon the assumption that
the offence was disclosed if the jury took a particular view of the facts.

Now, that is a current of authority which is strong. I will not
pass over the case in Dyer to which our attention was called, and upon
which much reliance was placed by Mr. Sullivan. His argument was

that when you look at that case you will find that there it was asserted
that there was no such offence known to the common law as treason
committed out of the realm; and, indeed, he went further, that no such
offence was known to the law at all, because no means had been found of
trying the offence until the statute of 35 Henry VIII. But on examina-
tion of the case in Dyer 2 Dyer, page 131 (6) it is clear it is not a judg-
ment at all; it is a memorandum of the judge and the King's Serjeants,
some doubt having arisen as to whether a statute of 1 & 2 Philip and Mary
had overruled the statute 35 Henry VIII. in so far as that statute declared
that treasons without the realm should be tried by the judges of the King's
Bench. The result was that they came to the conclusion that the statute of
Henry VIII. was not overruled, and reliance was placed before us upon
these words, " because no offence of treason committed out of the realm
" was triable here by the course of the common law." The first com-
ment upon that is this. It assumes that there was an offence of treason
committed out of the realm, but the difficulty was that it was not known
how it was triable by the course of the common law, and all that the
learned judges did the judges and the Master of the Rolls there
assembled was to declare what they thought was the effect of this
statute 1 & 2 Philip and Mary. It does not touch the question which
is now being argued before us. It does not assume that at common
law there was no offence of treason without the realm. It is the opposite.
The only difficulty again, such as one finds running through centuries
of our law, is as to the procedure when there was treason without the
realm; that is, as to the venue of the trial.

Now, our attention was called by the learned Attorney-General to a
series of cases of which I only propose to refer to three, and in truth
to rely only upon one. First of all there was the case of Lord Wentworth,
Grimston, and Chamberlain. The indictment there, we were told by the
learned Attorney-General, was for an offence committed in Calais. Lord
Wentworth apparently was sent to the House of Lords to be tried, Grim-
ston was acquitted, and Chamberlain was convicted. I find it difficult
to take that case as an authority; indeed I do not think we can regard
it as one, because it was tried in the year 1558, and according to the
indictment it seems clear that the offence was laid treating Calais as
within the King's dominions. Consequently, in my judgment, that case
cited to us by the Attorney-General does not help us. The next case
he cited was the Duke of Wharton case, which was tried in the year
1729. There, according to the statement made from investigation of
the indictment and the records, the offence was of adhering to the King's
enemies in Spain. There, according to the overt acts to which our
attention was directed, the offence of adhering was committed in Spain,
and the aid and comfort were given in Spain. So that the complete
offence of treason without the realm was there charged. As a result the
Duke of Wharton did not appear, and he was outlawed; but it assumes
again that according to the law of England he had committed the offence.
The observation to be made upon it is that the defence did not appear
to put forward its view, and therefore it might not have the full authority
which would be given to a case in which the argument was put before
the Court on behalf of the defence.

The third case was that of William Cundell, tried in the year
1812, of which the records are extant, and of which there is no report
except in the 4th volume of the Newgate Calendar, page 62. That was
a case of adhering without the realm to the King's enemies, and giving
them aid and comfort there. The case was tried. The persons were
within the jurisdiction of this Court, and sentence was pronounced.
According to that it seems clear that in 1812 there is distinct authority
for the proposition that it is an offence to adhere without the realm to
the King's enemies. It was the case of persons who were confined in
the Isle of France, and who had then forsaken their allegiance to the
King and taken it to the French. I think, in view of that judgment to
which our attention has been called, it cannot be said that there is no
authority to be found in our books for the proposition advanced by the
Crown until the authority of The King v. Lynch.

I do not propose to go further through the various authorities. I
have called attention to the most important of them. I come to the
conclusion that the offence, if proved in fact, has been committed in
law. We are merely considering now the case upon the assumption
that the facts prove it. The argument of the defence is put forward on
that basis, that no offence is made out in law. Of course, it must not
for one moment be thought, and is not thought by those who under-
stand our procedure, that that in any way admits the offence. It is
merely a legal argument. The result of it is that in my judgment
the words " giving to them aid and comfort " may be read as in a
parenthesis; but I do not exclude the application of the words " or
" elsewhere " to that parenthesis; I think it applies just as much to
the parenthesis as it does to the preceding words. I am of opinion,
although it is not necessary to state it for the purposes of this case, that
the words " or elsewhere " govern both limbs of the sentence both
the adhering to the King's enemies and the aid and comfort to the King's
enemies, and that it is an offence to adhere within the realm or with-
out the realm to the King's enemies, and it is equally an offence to
adhere within the realm to the King's enemies by giving them aid and
comfort without the realm.

For these reasons I am of opinion, notwithstanding the learned and
able arguments that have been addressed to us, that the point fails and
that the motion to quash the indictment must be refused.

Mr. JUSTICE AVORY I agree that this objection fails whether it be
regarded as an objection to the indictment that it discloses no offence
upon the face of it or whether it be regarded as an objection that there
is no evidence to go to the jury of an offence committed within the
meaning of the statute of Edward III. It would, in my opinion, be
sufficient in this Court to say that the point which has. been argued so
strenuously and with so much learning before us has been already decided
by this Court in the case of The King v. Lynch ; but, having regard to the
criticisms which have been passed upon that case, I think it right to
add my own reasons for coming to the same conclusion as that which
has been expressed by my lord the Chief Justice.
First of all, it is not right to say that the point was not in fact
decided in The King v. Lynch. While it is true that no formal judg-
ment was pronounced on the objection, it will be found by reference to
the report of the case in 19 Times Law Reports that the Lord Chief
Justice stopped the Attorney-General in his reply to the argument and
said that they were satisfied on the point, and unless he wanted to cite
any further authorities, they did not wish to hear him further. That
was in fact a decision that the point taken was a bad one. But further,
and beyond the fact to which allusion hae been made, that the prisoner
in that case could not have been convicted unless the point was decided
against him, it will also be found in the same report of the summing
up of the learned Lord Chief Justice that he, towards the close of his
summing up, used these words. He reminded the jury " that the
" charge against the prisoner was that of aiding the King's enemies;
' ' and he had already told them that the facts which had been laid before
" them amounted to aiding the King's enemies, and that wherever it
" was done this was an offence in respect of which, if proved, the
" prisoner ought to be found guilty upon this indictment." So that
there was an express direction in terms in that case to the jury that
wherever the acts were done of adherence to the King's enemies that was
an offence within the meaning of the statute.

Now, it is, I think, also clear that in interpreting this statute of
Edward III. the Court must do it in the light of the fact that it has been
decided to be an Act of Parliament declaratory of the common law. I
cannot doubt that before this istatute of Edward III. it was treason in a
British subject to join the forces of an enemy abroad, and that if a
British subject had joined the forces of an enemy abroad at war with
this country, and he afterwards returned or was brought back to thisi
country, he could be tried here for that offence. When one has regard
to the nature of this offence of high treason, I think it is obvious that it
must have been so. Foster in his Crown Law thus describes the offence
of high treason: " High treason being an offence committed against the
" duty of allegiance, it may be proper to consider from whom and to
" whom allegiance is due. With regard to natural-born subjects there
" can be no doubt. They owe allegiance to the Crown at all times and
" in all places. This is what we call natural allegiance in contradistinc-
11 tion to that which is local. Natural allegiance is founded in the
" relation every man standeth in to the Crown, considered as the head
" of that (society whereof he is born a member; and on the peculiar
f( privileges he deriveth from that relation which are, with great
" propriety, called his birthright. This birthright nothing but his
" own demerit can deprive him of. It is indefeasible and perpetual;
" and consequently the duty of allegiance which ariseth out of it, and is
" inseparably connected with it, is, in consideration of law, likewise
" unalienable and perpetual."

In view of that definition of the offence of high treason, I think it
cannot be doubted, as I have said, that such an offence committed by a
British subject abroad was triable, justiciable, in this country and the
only doubts which had arisen before the statute of Henry VIII. were as
expressed by Hawkins in hi Pleas of the Crown in the passage which

my lord the Chief Justice lias already read; not a doubt whether it was
triable here; not a doubt whether it was an offence committed by a
British subject; but a doubt only as to the proper place and the proper
manner in which it should be tried. He points out that some have held
that it ehould be tried in one county; others have held that it should be
tried in another county ; others have held that it should be tried upon an
indictment laying the offence in any county where the King pleased.
That, no doubt, had reference to a special Commission issued by the King
for the trial of a particular treason, and which special Commission would,
in my opinion, get rid of all difficulty about local venue.

Now, that being so, if this was an offence triable in this country
before the statute of Edward III., that is to say, if the offence of treason
committed abroad was triable in this country before the statute of Edward
III., and the statute of Edward III. is declaratory only of the common law,
it would be a strange conclusion that the statute has limited the offence
to treasons committed or to overt acts which have been committed within
the realm. As the Attorney-General has pointed out, the offence of
adhering to the King's enemies, giving aid and comfort to them, is an
offence which is more likely, prima facie at all events, to be committed
out of the realm than within it, and it would be a strange enactment to
provide if the common law was, as I have said, that after this date the
offence could only be committed by a person who was within the realm
at the time when he committed it.

With reference to the construction of the actual words, again it would
be sufficient, as my lord has pointed out, to say that the great authorities
have uniformly put upon these words the construction which the Crown
invite us to put, namely, that the statute does not limit this kind of
treason to treason committed by a subject within the realm. But there
appear to be two constructions of it which have been adopted, either of
which will satisfy and answer this objection. It may be that the words
"or elsewhere" are to be read as applying to the words "be adherent
" to the King's enemies," that is to say, if he be adherent to the King's
enemies in his realm or elsewhere; or it may be, as Serjeant Hawkins
seemed to think. In book 1, chapter 17, of his Treatise, he says, " As to the
" second point, namely, what shall be said to be an adherence to the King's
" enemies, this is explained by the words subsequent ' giving aid and
" ' comfort to them ' " ; and it may be therefore that the proper con-
struction of this section is that the words " giving aid and comfort in the
"realm or elsewhere" are an explanation or an exposition of the kind
of adherence to the King's enemies which is aimed at by the statute.
Nobody questions that the words "or elsewhere" apply to the giving
of aid and comfort to the enemy, and it may be therefore that the proper
construction is that if a person gives aid and comfort to the King's
enemies either in the realm or elsewhere he is committing the offence of
adhering to the King's enemies within the meaning of this statute. Which-
ever view be taken, as I have said, it is sufficient to say that all the
authorities agree that it is not limited in the manner in which the learned
counsel for the prisoner have invited us to confine it.

It only remains to consider in one word the statute of Henry VIII.,
which provides for the trial in this country of treasons committed abroad.

In my view there is nothing in this statute which assist the argument
for the prisoner. The recital of it is, " Forasmuch as some doubts and
" questions have been moved that certain kinds of treasons, misprisions,
" and concealment of treasons done or committed out of the King's realm
"cannot by the common law be inquired of." In my opinion that
recital or preamble of the statute rather assumes that there are already
certain kinds of treason committed out of the realm which may be tried
within the realm, and the probability is that it was only for removing
doubts as to the other kinds of treason, many of which had been enacted
either in the reign of Henry VIII., or shortly before. At all events,
it makes it clear that after that date any treason committed out of the
realm may be tried, as this one is being tried, by His Majesty's judges in
the King's Bench.

For these reasons I agree that this objection must be overruled.





Vale la pena señalar que no habían surgido dudas sobre si el
actuar, si se comete en el extranjero, equivaldría a traición, pero solo en cuanto a 
juicio. Luego procede el estatuto: "Sea promulgado por la autoridad de este 
"presentar al Parlamento que toda clase de delitos ya se han cometido o 
f (declarada o en adelante hecha o declarada por cualquiera de las leyes y 
"los estatutos de este reino serán traiciones", entonces "serán juzgados por el 
"King's Justices 57 que es el King's Bench, y también como una alternativa- 
tive por Comisionados donde se nombra una Comisión. Ahora eso 
el estatuto asume que el delito de traición puede ser cometido sin 
el Reino; y prescribe con respecto a todos los delitos que han 
ya ha sido declarado el niodo del procedimiento, o, más bien, el lugar de celebración de 
la prueba. El estatuto muestra claramente que el delito existió. Desde 
en ese momento el estatuto ha regulado el juicio de los delitos cometidos con: 
fuera del reino 
Es en virtud de ese estatuto y estatutos posteriores, que tienen 
Realmente no hice nada más que proporcionar que los condados de Londres y 
Middlesex será un condado para este propósito, que la jurisdicción de 
este tribunal se deriva. Es porque estamos sentados como jueces de la 
King's Bench que nos convertimos en jueces para juzgar este caso, por la razón 
que si es una traición cometida sin el reino, el lugar es pre 
escrito por este estatuto de Enrique VIII. a partir de los jueces del rey donde 
ellos son y se guardan. Ese estatuto de Enrique VIII. es, en mi opinión, 
autoridad para esta proposición, al menos muestra claramente lo que la ley 
fue en el momento en que se aprobó. Que hubo un delito de traición 
sin el reino; y además, bastante consistente con la lectura que 
la Corona desea dar al estatuto de 1351, se aplicaría a la 
delito de adherirse a los enemigos del Rey sin el reino. los 
dudas que han surgido de principio a fin, hasta donde hemos estado 
capaz de rastrear mirando a través de los diversos libros a los que hemos tenido 
El acceso, y al que se ha llamado nuestra atención, nunca se refieren a 
ofensa, pero solo en cuanto al lugar; y toda la dificultad que surgió 
fue, como lo señalaron autores eruditos, y más especialmente en Hawkins ' 
Pleas of the Crown, libro 2, capítulo 25, sección 48, donde esto es importante 
se trata en pasajes que han sido leídos, y de los cuales solo haré 
lea un breve pasaje ahora, en cuanto al lugar.Ahí el autor erudito 
dice: "Parece haber sido una gran duda antes de la realización del 
"estatuto de 35 Enrique VIII. de qué manera y en qué lugar alta traición 
'(hecho fuera del reino debía ser probado' 'no hay la menor sugerencia- 
La idea de que el delito no existía, sino solo una duda sobre la forma 
y lugar de juicio "para algunos parece haber mantenido que era confiable 
11 solo mediante una apelación ante el alguacil y el mariscal; otros, que 
"podría ser juzgado por una acusación formal, imponiendo el delito en cualquier condado 
"donde el Rey quisiera; y otros, que era confiable por medio de 
(e acusación en ese condado solo donde el delincuente tenía tierras; pero 
"seguramente no se puede dudar razonablemente, pero que era confiable 
"de una manera u otra; porque no se puede imaginar que un delito de tal 
'' consecuencia peligrosa, y expresamente dentro del alcance de 25 
'' Edward III., Debería ser totalmente despreciable, como debe haber sido 
"Si no fuera de ninguna manera confiable".Estoy contento de adoptar cada palabra de eso 

lenguaje de ese gran maestro de la ley, y también de Sir Matthew Hale, 
a quien acabo de citar. La única observación que deseo hacer sobre 
es que la defensa diría, como señaló el Sr. Sullivan, y yo 
piense correctamente, que sobre esta sección 48 no se sigue que la media 
Se debe dar ing a las palabras ahora en discusión, porque se dice 
hubo otros delitos de traición sin el reino. Pero igualmente 
debe observarse que no hay ninguna excepción dibujada para esta declaración, 
y no hay nada que respalde la excepción que se está haciendo 
guardar la interpretación del estatuto solicitado por la defensa. puedo 
no encontramos ninguna justificación para dudar de que estos autores eruditos quisieran 
lenguaje para aplicar igualmente a un caso de adhesión a los enemigos del Rey 
sin el reino de cualquier otro tipo de delito de traición sin 
el Reino. 

No volveré a leer el pasaje en los Institutos de koke, sino en el volumen 3 
hay una declaración de la ley que es clara en sus términos y que 
El Sr. Sullivan declaró francamente que era una autoridad contra él si el 
El tribunal lo aceptó como una autoridad. Los pasajes han sido leídos así 
a menudo que no me propongo volver a leerlos.Se encuentran 
en el capítulo 1 del Tercer Instituto de Coca-Cola, en las páginas 10 y 11. 

Luego, llegando a los días posteriores, hay pasajes en un caso en 
1868, MulcaTvy v. The Queen., Publicado en Law Reports, 3 en inglés y 
Irish Appeal Cases, en la página 306, en la que el Sr. Justice Willes, en 
dando su opinión sobre la ley de traición a la Cámara de los Lores 
no solo su opinión sino la opinión de todos los jueces adoptaron el 
construcción de las palabras del estatuto de 1351, que el delito fue 
cometido si una persona se adhiere a los enemigos del Rey en su reino 
o en otro lado Él deja de lado las palabras que han dado lugar a esto 
discusión, es decir, "darles ayuda y consuelo".Las vistas fueron 
adoptado por la Cámara de los Lores. Está aquí nuevamente para decir que el Sr. 
Sullivan señaló, y nuevamente digo a mi juicio con precisión, que 
estas observaciones del Sr. Justice Willes fueron por cierto; Ellos eran 
obiter] pero sin embargo fueron la opinión considerada de los jueces 
a la Cámara de los Lores, y la Cámara de los Lores no disintió de ninguna 
Una de las opiniones expresadas. 

Luego, por fin llegamos a la decisión de The King v. Lynch, decidió 
en 1903. Allí el mismo argumento fue presentado por la defensa que 
ha sido presentado ante nosotros, y fue persistido y elaborado 
argumentó. El tribunal llegó a la conclusión de que el acusado 
la disputa estaba mal, y, aunque no dio juicio, el entonces 
Lord Chief Justice procedió a resumir y dirigió al jurado como si 
Fue un delito. Lynch fue condenado por el jurado, y si el argumento 
de la defensa tiene razón en este caso, Lynch nunca debería haber sido 
condenado, y el Tribunal debería haber dictaminado que no se había cometido ningún delito 
cerrado ya sea por la evidencia o en la acusación. El tribunal no 
así regla, pero por el contrario dirigió al jurado bajo el supuesto de que 
el delito se reveló si el jurado tuvo una opinión particular de los hechos. 

Ahora, esa es una corriente de autoridad que es fuerte. no lo haré 
pasar por alto el caso en Dyer al que llamaron nuestra atención, y al 
mucha confianza fue puesta por el Sr. Sullivan.Su argumento fue 

que cuando miras ese caso, encontrarás que allí se afirmó 
que el derecho común no conocía tal delito como traición 
comprometido fuera del reino; y, de hecho, fue más allá, que tal no 
el delito era conocido por la ley, porque no se había encontrado ningún medio de 
juzgando el delito hasta el estatuto de 35 Enrique VIII. Pero en el examen 
ción del caso en Dyer 2 Dyer, página 131 (6) está claro que no es un juicio 
ment en absoluto; es un memorándum del juez y los sargentos del rey, 
surgieron algunas dudas sobre si un estatuto de 1 y 2 Felipe y María 
había anulado el estatuto 35 Enrique VIII. en la medida en que ese estatuto declaró 
que las traiciones sin el reino deberían ser juzgadas por los jueces del Rey 
Banco. El resultado fue que llegaron a la conclusión de que el estatuto de 
Enrique VIII. no fue anulado, y la confianza fue puesta ante nosotros sobre 
estas palabras, "porque no se comete delito de traición fuera del reino 
"Era confiable aquí por el curso del derecho consuetudinario". El primer com 
Sobre eso es esto. Se supone que hubo un delito de traición 
comprometido fuera del reino, pero la dificultad era que no se conocía 
cómo era confiable por el curso del derecho consuetudinario, y todo lo que el 
jueces aprendidos hicieron los jueces y el Maestro de los Rollos allí 
reunido fue declarar lo que pensaban que era el efecto de este 
estatuto 1 y 2 Felipe y María. No toca la pregunta que 
ahora se discute ante nosotros. No supone que en común 
ley no había delito de traición sin el reino. Es todo lo contrario. 
La única dificultad nuevamente, como la que se encuentra corriendo a través de los siglos. 
de nuestra ley, es en cuanto al procedimiento cuando hubo traición sin el 
reino; es decir, en cuanto al lugar del juicio. 

Ahora, el sabio Fiscal General llamó nuestra atención a un 
serie de casos de los cuales solo propongo referirme a tres, y en verdad 
confiar solo en uno. Primero que nada estaba el caso de Lord Wentworth, 
Grimston y Chamberlain. La acusación allí, nos dijeron los 
Sabía que el Fiscal General, por un delito cometido en Calais. Señor 
Wentworth aparentemente fue enviado a la Cámara de los Lores para ser juzgado, Grim ... 
Ston fue absuelto y Chamberlain fue condenado.Me parece difícil 
tomar ese caso como una autoridad; de hecho no creo que podamos considerar 
como uno, porque se intentó en el año 1558, y de acuerdo con el 
acusación parece claro que el delito se estableció tratando a Calais como 
dentro de los dominios del rey. En consecuencia, a mi juicio, ese caso 
que nos cita el Fiscal General no nos ayuda. El siguiente caso 
Citó el caso del duque de Wharton, que fue juzgado en el año 
1729. Allí, según la declaración hecha de la investigación de 
la acusación y los registros, el delito fue adherirse a la del Rey 
enemigos en españa. Allí, de acuerdo con los actos abiertos a los que nuestro 
se dirigió la atención, se cometió el delito de adhesión en España, 
y la ayuda y el consuelo se dieron en España.Para que el completo 
delito de traición sin el reino fue acusado allí.Como resultado el 
El duque de Wharton no apareció, y fue ilegalizado; pero asume 
nuevamente que de acuerdo con la ley de Inglaterra había cometido el delito. 
La observación que se debe hacer es que la defensa no apareció 
presentar su punto de vista y, por lo tanto, es posible que no tenga toda la autoridad 
que se daría a un caso en el que el argumento fue presentado antes 
El Tribunal en nombre de la defensa. 

El tercer caso fue el de William Cundell, juzgado en el año. 
1812, de los cuales existen registros, y de los cuales no hay informe 
excepto en el cuarto volumen del Calendario Newgate, página 62. Eso fue 
un caso de adhesión sin el reino a los enemigos del Rey, y dar 
ellos ayuda y consuelo allí. El caso fue juzgado.Las personas eran 
dentro de la jurisdicción de este Tribunal, y la sentencia fue pronunciada. 
Según eso, parece claro que en 1812 hay una autoridad distinta 
por la proposición de que es un delito adherirse sin el dominio de 
Los enemigos del rey. Fue el caso de personas que fueron confinadas en 
la isla de Francia, y que habían abandonado su lealtad a la 
King y lo llevó a los franceses. Creo que, en vista de ese juicio a 
que ha llamado nuestra atención, no se puede decir que no hay 
autoridad que se encuentra en nuestros libros para la propuesta presentada por el 
Corona hasta la autoridad de The King v. Lynch.

No propongo ir más allá a través de las diversas autoridades. yo 
He llamado la atención sobre los más importantes. Vengo al 
conclusión de que el delito, si se demuestra de hecho, se ha cometido en 
ley. Simplemente estamos considerando ahora el caso sobre la suposición 
que los hechos lo prueben. El argumento de la defensa se presenta en 
sobre esa base, que ningún delito se establece en la ley. Por supuesto, no debe 
por un momento sea pensado, y no es pensado por aquellos que 
soportar nuestro procedimiento, que de cualquier manera admite el delito. Es 
simplemente un argumento legal. El resultado es que a mi juicio 
las palabras "darles ayuda y consuelo" pueden leerse como en un 
paréntesis; pero no excluyo la aplicación de las palabras "o 
"en otra parte" a ese paréntesis; Creo que se aplica tanto a 
el paréntesis como lo hace con las palabras anteriores. Soy de opinion 
aunque no es necesario declararlo a los efectos de este caso, que 
las palabras "u otro lugar" gobiernan ambas extremidades de la oración 
la adhesión a los enemigos del Rey y la ayuda y consuelo a los del Rey 
enemigos, y que es un delito adherirse dentro del reino o con- 
fuera del reino a los enemigos del Rey, y es igualmente una ofensa 
adherirse dentro del reino a los enemigos del Rey dándoles ayuda y 
comodidad sin el reino. 

Por estas razones, soy de opinión, a pesar de lo aprendido y 
argumentos capaces que nos han sido dirigidos, que el punto falla y 
que la moción para anular la acusación debe ser rechazada. 

Sr. JUSTICE AVORY Estoy de acuerdo en que esta objeción falla ya sea 
considerado como una objeción a la acusación de que no revela ningún delito 
a primera vista o si se considera como una objeción que hay 
no hay evidencia para ir al jurado de un delito cometido dentro del 
significado del estatuto de Eduardo III. En mi opinión, sería 
suficiente en este tribunal para decir que el punto que tiene. sido discutido así 
Enérgicamente y con tanto aprendizaje ante nosotros ya se ha decidido 
por este Tribunal en el caso de The King v. Lynch; pero, teniendo en cuenta el 
críticas que se han transmitido sobre ese caso, creo que es correcto 
agrego mis propias razones para llegar a la misma conclusión que la que 
ha sido expresado por mi señor el presidente del Tribunal Supremo. 

En primer lugar, no es correcto decir que el punto no era 

decidido en The King v. Lynch. Si bien es cierto que no hay juicio formal 
se pronunció sobre la objeción, se encontrará haciendo referencia a 
El informe del caso en 19 Times Law informa que el Lord Chief 
Justice detuvo al Fiscal General en su respuesta al argumento y 
dijo que estaban satisfechos en el punto, y a menos que él quisiera citar 
cualesquiera otras autoridades, no deseaban escucharlo más. Ese 
De hecho, fue una decisión que el punto tomado era malo. Pero más allá 
y más allá del hecho al que se hizo alusión, que el prisionero 
en ese caso no podría haber sido condenado a menos que se decidiera el punto 
contra él, también se encontrará en el mismo informe de la suma 
del sabio Lord Chief Justice que él, hacia el final de su 
en resumen, usé estas palabras. Le recordó al jurado "que el 
"acusar al prisionero era ayudar a los enemigos del rey; 
'' y ya les había dicho que los hechos que se habían expuesto antes 
"ellos equivalían a ayudar a los enemigos del Rey, y eso donde sea que 
"se hizo esto fue un delito respecto del cual, si se demuestra, el 
"El prisionero debería ser declarado culpable de esta acusación". Así que eso 
hubo una dirección expresa en términos en ese caso para el jurado que 
dondequiera que se hicieran los actos de adhesión a los enemigos del Rey que era 
un delito en el sentido del estatuto. 

Ahora, creo, también está claro que al interpretar este estatuto de 
Edward III la Corte debe hacerlo a la luz del hecho de que ha sido 
decidió ser una ley del Parlamento declaratoria del derecho consuetudinario. yo 
No puedo dudar que antes de este istatute de Edward III. fue traición en un 
Británico sujeto a unirse a las fuerzas de un enemigo en el extranjero, y eso si un 
El sujeto británico se había unido a las fuerzas de un enemigo en el extranjero en guerra con 
este país, y luego regresó o fue devuelto a thisi 
país, podría ser juzgado aquí por ese delito.Cuando uno tiene respeto 
Dada la naturaleza de este delito de alta traición, creo que es obvio que 
debe haber sido así. Foster en su Ley de la Corona describe así el delito 
de alta traición: "La alta traición es un delito cometido contra el 
"deber de lealtad, puede ser apropiado considerar de quién y para 
"a quien se debe lealtad. Con respecto a los sujetos nacidos allí 
"No hay duda. Deben lealtad a la Corona en todo momento y 
"en todos los lugares. Esto es lo que llamamos lealtad natural en contraste 
11 a lo que es local. La lealtad natural se funda en el 
"relación que cada hombre representa con la Corona, considerada como la cabeza 
"de eso (sociedad de la que nace miembro; y sobre el peculiar 
f (privilegios que deriva de esa relación que son, con gran 
"propiedad, llamado su derecho de nacimiento. Este derecho de nacimiento nada más que su 
"El propio demérito puede privarlo de él. Es inviable y perpetuo; 
"y, en consecuencia, el deber de lealtad que surge de él, y es 
"inseparablemente conectado con él, es, en consideración de la ley, igualmente 
"inalienable y perpetuo". 

En vista de esa definición del delito de alta traición, creo que 
No puedo dudar, como he dicho, de que tal delito cometido por un 
El sujeto británico en el extranjero era confiable, justiciable, en este país y el 
solo dudas que habían surgido antes del estatuto de Enrique VIII. eran como 
expresado por Hawkins en hola súplicas de la corona en el pasaje que  

mi señor el jefe de justicia ya leía; sin duda si fue 
confiable aquí; sin duda si fue un delito cometido por un 
Sujeto británico; pero una duda solo en cuanto al lugar apropiado y el adecuado 
manera en que debe ser probado. Señala que algunos han sostenido 
que debería probarse en un condado; otros han sostenido que debería ser 
juzgado en otro condado; otros han sostenido que debería probarse con un 
acusación por el delito en cualquier condado donde el Rey quisiera. 
Eso, sin duda, tenía referencia a una Comisión especial emitida por el Rey 
para el juicio de una traición particular, y qué Comisión especial haría, 
En mi opinión, deshacerse de todas las dificultades sobre el lugar local. 

Ahora bien, si esto fuera un delito confiable en este país 
antes del estatuto de Eduardo III., es decir, si el delito de traición 
cometido en el extranjero era confiable en este país antes del estatuto de Edward 
III., Y el estatuto de Eduardo III. es declaratoria solo del derecho consuetudinario, 
Sería una conclusión extraña que el estatuto ha limitado el delito 
a traiciones cometidas o a actos abiertos que se han cometido dentro de 
el Reino. Como ha señalado el Fiscal General, el delito de 
adherirse a los enemigos del Rey, brindarles ayuda y consuelo, es un 
delito que es más probable, prima facie en todo caso, ser cometido 
fuera del reino que dentro de él, y sería una actuación extraña 
proporcionar si la ley común era, como he dicho, que después de esta fecha el 
La ofensa solo podía ser cometida por una persona que estaba dentro del reino 
en el momento en que lo cometió. 

Con referencia a la construcción de las palabras reales, nuevamente sería 
baste, como ha señalado mi señor, decir que las grandes autoridades 
han puesto uniformemente sobre estas palabras la construcción que la Corona 
invitarnos a poner, a saber, que el estatuto no limita este tipo de 
traición a traición cometida por un sujeto dentro del reino. Pero hay 
parecen ser dos construcciones de la misma que se han adoptado, cualquiera de 
que satisfará y responderá a esta objeción.Puede ser que las palabras 
"o en otro lugar" deben leerse como aplicando a las palabras "ser adherente 
"a los enemigos del Rey", es decir, si se adhiere a los del Rey 
enemigos en su reino o en otro lugar; o puede ser, como el sargento Hawkins 
parecía pensar En el libro 1, capítulo 17, de su Tratado, dice: "En cuanto a la 
"segundo punto, a saber, lo que se dirá que es una adhesión al Rey 
"enemigos, esto se explica por las siguientes palabras" dar ayuda y 
"'consuelo para ellos'"; y puede ser, por lo tanto, que el 
La estructura de esta sección es que las palabras "dar ayuda y consuelo en el 
"reino u otro lugar" son una explicación o una exposición del tipo 
de adhesión a los enemigos del Rey a lo que apunta el estatuto. 
Nadie cuestiona que las palabras "u otro lugar" se apliquen a la entrega 
de ayuda y consuelo al enemigo, y puede ser por lo tanto que 
la construcción es que si una persona brinda ayuda y consuelo al Rey 
enemigos ya sea en el reino o en cualquier otro lugar donde esté cometiendo el delito de 
adherirse a los enemigos del Rey en el sentido de este estatuto. Cual- 
alguna vez se tenga en cuenta, como he dicho, es suficiente decir que todos los 
Las autoridades acuerdan que no está limitado en la forma en que 
El abogado del prisionero nos ha invitado a confinarlo. 

Solo queda considerar en una palabra el estatuto de Enrique VIII. 
que prevé el juicio en este país de traiciones cometidas en el extranjero. 

En mi opinión, no hay nada en este estatuto que ayude al argumento 
para el prisionero El recital es: "Por cuanto algunas dudas y 
"Se han movido las preguntas sobre ciertos tipos de traiciones, errores, 
"y ocultamiento de traiciones hechas o cometidas fuera del reino del Rey 
"no puede ser investigado por la ley común". En mi opinion que 
recital o preámbulo del estatuto más bien supone que ya hay 
ciertos tipos de traición cometidos fuera del reino que pueden ser juzgados 
dentro del reino, y la probabilidad es que fue solo para eliminar 
dudas sobre los otros tipos de traición, muchos de los cuales habían sido promulgados 
ya sea en el reinado de Enrique VIII o poco antes. En todo caso, 
deja en claro que después de esa fecha cualquier traición cometida fuera del 
el reino puede ser juzgado, como este está siendo juzgado, por los jueces de Su Majestad en 
El banco del rey. 

Por estas razones, estoy de acuerdo en que esta objeción debe ser anulada. 




Mr. JUSTICE HORBIDGE After the very careful consideration by the
Lord Chief Justice of the law before the statute, of the statute, of the 
cases in which the decision involved construction of the statute, and of the 
writings of learned authors, I do not think I should usefully occupy the 
time of the Court by again reviewing those matters. All I wish to say is 
this. My view is that the true construction of the statute is the one 
which is to be found in the opinion of the judges in the case of Mulcahy v. 
The Queen. In the words of Mr. Justice Willes, " If a man be adherent 
" to the King' si enemies in this realm or elsewhere," and that there ought 
only to be added to those words the direction as to the use of the words 
"or elsewhere " contained in the judgment of the Lord Chief Justice. I 
agree with every word of the judgment, and I also agree that this 
objection fails. 

The LORD CHIEF JUSTICE Mr. Sullivan, are you in a position to tell 
us now as to the course you propose to take? Do not do so if it is 
inconvenient. 

Mr. SULLIVAN The prisoner desires to make a statement, and then
I shall address the jury. 

The LORD CHIEF JUSTICE Very well. (To the jury) You must 
understand, gentlemen, that the statement which the prisoner wishes to 
make to you is not made upon oath, and he cannot be cross-examined 
upon it. 

The PRISONER May I have permission to read the statement which I 
desire to make? 

The LORD CHIEF JUSTICE Yes
Sr. JUSTICE HORBIDGE Después de la cuidadosa consideración por parte del 
Señor Presidente del Tribunal Supremo de la ley ante el estatuto, del estatuto, del 
casos en los que la decisión implicó la construcción del estatuto, y de la 
escritos de autores eruditos, no creo que deba ocupar útilmente el 
tiempo de la Corte revisando nuevamente esos asuntos. Todo lo que quiero decir es 
esta. Mi opinión es que la verdadera construcción del estatuto es la 
que se encuentra en la opinión de los jueces en el caso de Mulcahy v. 
La reina. En palabras del Sr. Justice Willes, "Si un hombre se adhiere 
"a los enemigos del Rey si en este reino o en otro lugar", y que debería haber 
solo para agregar a esas palabras la dirección en cuanto al uso de las palabras 
"u otro" contenido en el juicio del
Lord Chief Justice.
 yo 
de acuerdo con cada palabra del juicio, y también estoy de acuerdo en que esto 
La objeción falla. 

JEFE DE JUSTICIA DEL SEÑOR Sr. Sullivan, ¿está en condiciones de decir 
nosotros ahora en cuanto al curso que propone tomar? No lo hagas si es 
inconveniente. 

Sr. SULLIVAN El prisionero desea hacer una declaración, y luego 
Me dirigiré al jurado. 

El SEÑOR JUSTICIA PRINCIPAL Muy bien.(Al jurado) Debes 
comprendan, caballeros, que la declaración que el prisionero desea 
hacer a usted no se hace bajo juramento, y no puede ser interrogado 
sobre eso 

El PRISIONERO ¿Puedo tener permiso para leer la declaración que 
deseo de hacer? 

EL SEÑOR JUSTICIA PRINCIPAL Sí. 







The PRISONER My lords and gentlemen of the jury, I desire to say a 
few words only with reference to some of the statements made by the 
prosecution. As to my pension and the honour of knighthood conferred 
upon me I will say one word only. The pension I had earned by services 
rendered, and it was assigned by law. The knighthood it was not in my 
power to refuse. 

But, gentlemen, there are especially four mis statements given in the 
evidence against me which I wish to refute. First, I never at any time 

advised Irishmen to fight with Turks against Russians, nor to fight with 
Germans on the Western Front. Secondly, I never asked an Irishman to 
fight for Germany. I have always claimed that he has no right to fight 
for any land but Ireland. Thirdly, the horrible insinuation that I got 
my own people's rations' reduced to starvation point because they did not 
join the Irish Brigade is an abominable falsehood. The rations were 
necessarily reduced throughout Germany owing to the blockade, and they 
were reduced for Irish prisoners at exactly the same time and to the same 
extent as for the German soldiers and the entire population of Germany. 
The other suggestion that men were sent to punishment camps at my 
instance for not joining the Irish Brigade is one that I need hardly pause 
to refute. It is devoid of all foundation. Fourthly, there is a widespread 
imputation of German gold. I owe it to those in Ireland who are assailed 
with me on this very ground to nail the lie once and for all. It was 
published by newspapers in America, and originally, I think, in this 
country; and I cabled to America and instructed my American lawyer, 
Mr. Councillor Doyle, to proceed against those newspapers for libel. Those 
who know me know the incredibility of this malicious invention, for they 
know from all my past record that I have never sold myself to any man 
or to any Government, and have never allowed any Government to use me. 
From the first moment I landed on the Continent until I came home again 
to Ireland I never asked for nor accepted a single penny of foreign money, 
neither for myself nor for any Irish cause nor for any purpose whatsoever, 
but only the money of Irishmen. I refute so obvious a slander, because 
it was so often made until I came back. Money was offered to me in 
Germany more than once, and offered liberally and unconditionally, but 
I rejected every suggestion of the kind, and I left Germany a poorer man 
than I entered it. Money I could always obtain from my own countrymen, 
and I am not ashamed here to acknowledge the debt of gratitude I owe to 
many Irish friends and sympathisers who did freely and gladly help me 
when I was on the Continent; and I take the opportunity here of stating 
how deeply I have been touched by the generosity and loyalty of those 
English friends of mine who have given me proof of their abiding friendship 
during these last dark weeks- of strain and trial. 

I trust, gentlemen of the jury, I have made that statement clearly 
and emphatically enough for all men, even my most bitter enemies, to 
comprehend that a man who, in the newspapers is said to be just another 
Irish traitor, may be a gentleman. 

There is another matter I wish to touch upon. The Attorney- General 
of England thought it consistent with tradition of which he is the public 
representative to make a veiled allusion in his opening address to the 
rising in Ireland, of which he has brought forward no evidence in this case 
from first to last, and to which, therefore, you and I, gentlemen, as laymen, 
would have supposed that he would have scrupulously refrained from 
referring to. Since the rising has been mentioned, however, I must state 
categorically that the rebellion was not made in Germany, and that not one 
penny of German gold went to finance it. 

Gentlemen of the jury, I have touched on these personal matters alone 
because, intended as they were to reflect on my honour, they were 
calculated to tarnish the cause that I hold dear. That is all, my lords. 
El PRISIONERO Mis señores y señores del jurado, deseo decir un 
pocas palabras solo con referencia a algunas de las declaraciones hechas por el 
enjuiciamiento. En cuanto a mi pensión y el honor de la caballería conferida 
sobre mí solo diré una palabra. La pensión que gané por servicios 
prestados, y fue asignado por ley. La caballería no estaba en mi 
poder de rechazar. 

Pero, caballeros, hay especialmente cuatro declaraciones erróneas dadas en el 
evidencia en mi contra que deseo refutar.Primero, nunca en ningún momento 

aconsejó a los irlandeses que luchen con los turcos contra los rusos, ni que luchen con 
Alemanes en el frente occidental. En segundo lugar, nunca le pedí a un irlandés que 
luchar por Alemania Siempre he afirmado que no tiene derecho a pelear 
para cualquier tierra que no sea Irlanda. En tercer lugar, la horrible insinuación que obtuve 
las raciones de mi propio pueblo se redujeron al punto de hambre porque no lo hicieron 
unirse a la brigada irlandesa es una falsedad abominable. Las raciones eran 
necesariamente reducido en toda Alemania debido al bloqueo, y ellos 
se redujeron para los prisioneros irlandeses exactamente al mismo tiempo y al mismo 
medida en cuanto a los soldados alemanes y toda la población de Alemania. 
La otra sugerencia de que los hombres fueron enviados a campos de castigo en mi 
ejemplo por no unirme a la Brigada irlandesa es algo que apenas necesito detener 
para refutar. Está desprovisto de todo fundamento. En cuarto lugar, hay un generalizado 
imputación de oro alemán. Se lo debo a aquellos en Irlanda que son asaltados. 
conmigo en este mismo terreno para clavar la mentira de una vez por todas. Era 
publicado por periódicos en América, y originalmente, creo, en este 
país; y me telegrafié a América e instruí a mi abogado estadounidense, 
Sr. Consejero Doyle, para proceder contra esos periódicos por difamación. Aquellos 
Quien me conoce sabe la incredulidad de esta invención maliciosa, porque ellos 
sé por todo mi historial pasado que nunca me he vendido a ningún hombre 
o a cualquier gobierno, y nunca he permitido que ningún gobierno me use. 
Desde el primer momento que aterricé en el continente hasta que volví a casa 
a Irlanda nunca pedí ni acepté un solo centavo de dinero extranjero, 
ni para mí ni para ninguna causa irlandesa ni para ningún fin, 
pero solo el dinero de los irlandeses. Refuto una calumnia tan obvia, porque 
se hizo tan a menudo hasta que volví. Me ofrecieron dinero en 
Alemania más de una vez, y ofreció liberal e incondicionalmente, pero 
Rechacé todas las sugerencias de este tipo, y dejé a Alemania como un hombre más pobre 
de lo que entré Dinero que siempre podría obtener de mis propios compatriotas, 
y no me da vergüenza reconocer la deuda de gratitud que le debo 
muchos amigos y simpatizantes irlandeses que me ayudaron libremente y con gusto 
cuando estaba en el continente; y aprovecho la oportunidad aquí para decir 
cuán profundamente me conmovió la generosidad y lealtad de aquellos 
Amigos ingleses míos que me han dado prueba de su amistad permanente 
durante estas últimas semanas oscuras de tensión y prueba. 

Confío, señores del jurado, he hecho esa declaración claramente 
y enfáticamente suficiente para que todos los hombres, incluso mis enemigos más amargos, puedan 
comprender que un hombre que, en los periódicos, se dice que es solo otro 
Traidor irlandés, puede ser un caballero. 

Hay otro asunto que deseo abordar. El fiscal general 
de Inglaterra pensó que era consistente con la tradición de la cual él es el público 
representante para hacer una alusión velada en su discurso de apertura a la 
surgiendo en Irlanda, de los cuales no ha presentado ninguna evidencia en este caso 
de principio a fin, y a lo que, por lo tanto, ustedes y yo, señores, como laicos, 
habría supuesto que se habría abstenido escrupulosamente de 
refiriéndose a. Sin embargo, dado que se ha mencionado el aumento, debo decir 
categóricamente que la rebelión no se hizo en Alemania, y que ninguno 
centavo de oro alemán fue a financiarlo. 

Señores del jurado, me he referido solo a estos asuntos personales. 
porque, con la intención de que reflexionaran sobre mi honor, eran 
calculado para empañar la causa que aprecio.Eso es todo, mis señores. 


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