Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara; Demetrio Protopsaltis Palma;Nelson Gonzalez Urra ; Paula Flores Vargas;Ana Karina Gonzalez Huenchuñir ; Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo; Soledad García Nannig;;
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rio Mapocho Francia Carolina Vera Valdes |
Introducción
El sábado 12 de febrero de 1541, Valdivia fundaría oficialmente la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura (Santiago del Nuevo Extremo) en honor al Apóstol Santiago, santo patrono de España, en las cercanías del Huelén, renombrado por el conquistador como "Santa Lucía". Siguiendo las normas coloniales, Valdivia encomendó el trazado de la nueva ciudad al alarife Pedro de Gamboa el cual diseñaría la ciudad en forma de damero. Al centro de la ciudad diseñó una Plaza Mayor, alrededor de la cual se destinaron solares para la Catedral, la cárcel y la casa del gobernador. En total se construyeron ocho cuadras de norte a sur y diez de oriente a poniente, y cada solar (un cuarto de cuadra) fue entregado a los colonizadores, que construyeron casas de barro y paja.
plano de la fundación de Santiago Francia Carolina Vera Valdes |
El Centro Histórico es el barrio donde se dio origen a la ciudad y, con el paso de los siglos, se ha transformado en el corazón administrativo, político, cultural y financiero de Santiago.
Actualmente, este sector destaca por concentrar la mayor cantidad del patrimonio de la ciudad; la excelente conectividad con el resto del área metropolitana; una atractiva oferta de comercio alojada en sus galerías, centros comerciales y paseos peatonales como Ahumada y Huérfanos; además de la intensa actividad que se produce en sus calles, por donde diariamente circula más de un millón de personas que trabaja, estudia, vive o visita Santiago.
El diseño de Santiago, así como su trazado tipo damero, definió en su centro la Plaza Mayor, hoy Plaza de Armas, y desde allí se proyectaron las cuadras que albergaron viviendas y los principales edificios, como las Casas de Cabildo, actual Municipalidad de Santiago; la Real Audiencia donde funciona el Museo Histórico Nacional; la Casa de los Gobernadores y Presidentes, actual Correo Central; y el edifico de la Real Aduana que hoy alberga al Museo Chileno de Arte Precolombino.
Desde entonces, fue creciendo y durante esa expansión se dio origen al Barrio Cívico de Santiago, reflejo de la creciente modernización que vivió Chile a principios del siglo XX. La creación de este barrio estuvo a cargo del urbanista vienés Karl Heinrich Brunner, durante el Gobierno del Presidente Carlos Ibáñez del Campo, y su diseño respondió a la necesidad de disminuir el creciente desempleo nacional mediante la realización de obras públicas.
Durante el siglo XX, el Centro Histórico sufrió el progresivo éxodo de familias hacia otros sectores de la capital, por lo que las viviendas se transformaron en oficinas y comercios. Ese proceso comenzó a ser revertido durante las últimas décadas del siglo pasado, mediante una política de renovación urbana que generó un auge en la construcción de edificios de departamentos que trajeron a las familias de vuelta al centro de Santiago.
Barrios de Santiago Francia Carolina Vera Valdes |
Comentario sobre el centro de Santiago, su decadencia y su futuro.
Vista de la comuna desde el Cerro Santa Lucía |
Aunque muchos dicen que el 18 de Octubre, y el coronavirus comenzó el principio del fin del centro de Santiago, lo cierto que la decadencia comenzó hace muchas décadas, desde que las sedes de las empresas, los establecimientos de comercio, las oficinas del sector privado se trasladaron a otras áreas de la ciudad, principalmente el Barrio Alto; pero desde 2019 hasta ahora la decadencia, y la desolación es total. El centro literalmente se ha marchitado sobre sus ruinas.
La Administración publica y los Tribunales de Justicia, son único sector importante que tiene sede en el centro en la actualidad.
Fin del centro financiero.
Santiago centro fue el centro financiero de la urbe y país, pero se traslado hacia Sanhattan, el ultimo gran banco privado que queda es el Banco de Chile. El banco Santander, que tenia sede en el centro, en la calle Bandera se trasladara hacia Las Condes, siguiendo la misma tendencia que ha seguido en el último tiempo otros bancos e Grandes Empresas.
Con el auge de teletrabajo, por epidemia del coronavirus, las oficinas del sector privado del centro se están cerrando para siempre, dejando edificios vacíos, muchos se van convertir en departamentos habitacionales.
También hay señalar que el centro también a perdido gran cantidad de establecimiento gastronómicos y esparcimiento, provocado por los disturbios de las masas contestatarias. A las 6 de la tarde esta muerto y vacío.
ARTICULO DE PRENSA.
Varios artículos de la prensa, hablan sobre futuro del centro.
El centro histórico, su decadencia, y su trasformación en un centro administrativo del País y la Urbe. Aunque muchos dicen que el 18 de Octubre del año 2019, y el Coronavirus, comenzó el principio del fin del centro de Santiago, lo cierto que la decadencia comenzó hace mucho tiempo, en la década del 50 del siglo XX, cuando las clases altas santiaguinas abandonaron el centro y marcharon a al barrio alto o «sector oriente»; seguido a comienzo del siglo con nacimiento de Sanhattan, como centro financiero y empresarial de ciudad. Los motines y revueltas del 18 de octubre, puso fin a este proceso de traslado a nuevas regiones de la urbe. La decadencia, la desolación, el abandono y el descuido solo es comparable al derruido y maloliente viejo Valparaíso, Santiago literalmente se ha marchitado sobre sus ruinas. Al caer la tarde noche la desolación es total y emerge la prostitución controlada por “piquetes” de extranjeras, que desafiando todas las medidas sanitarias, se ofrecen en Plaza de Armas y todo el radio contiguo. Un poco más al norte -Mercado Central- el panorama no es muy distinto: comercio callejero especializado en ropa de marca falsa vendidas principalmente por decenas de extranjeros, que en el Puente Recoleta venden cachureos y desechos. Junto a este panorama remece ver las puertas y vitrinas tapiadas de comercio con latones para evitar saqueos, turbazos e incendios de hordas. El centro histórico de Santiago, su único futuro es ser el barrio administrativo de país, y la ciudad, lleno de oficinas publicas, ya que el sector privado se marcho para siempre de este lugar. |
Santiago Centro: crece migración de oficinas de empresas y precios de las propiedades caen 25%. Los locales comerciales y los edificios de trabajo se están viendo afectados con una mayor vacancia, afirman expertos. Si bien confían en que en algún momento el corazón capitalino repuntará, estiman que para ello deben terminar los desmanes. Bancos, retailers , estudios de abogados y notarías, entre otros, están dejando sus oficinas en el centro (Barrio central de comuna de Santiago.) de Santiago para migrar a otros sectores de la capital, principalmente a barrios del sector oriente. Este fenómeno, que partió tras el estallido de octubre de 2019, se ha intensificado en el último año, debido al impacto de las constantes protestas, a lo que se suma el desorden generado por el comercio ambulante, afirman compañías de asesoría inmobiliaria. Además, las firmas que operaban en el corazón de Santiago están aprovechando las ofertas de oficinas a precios atractivos en otras comunas, donde también se han despejado pisos producto de los ajustes derivados del teletrabajo. Estos cambios están aumentando la oferta de propiedades -oficinas y locales comerciales- a la venta o en arriendo en Santiago Centro, pero con precios que, en promedio, son entre 20% y 25% más bajos que los que había antes del estallido, afirman los analistas inmobiliarios. "El principal gatillante de esto fue el estallido, porque las empresas del centro se vieron imposibilitadas de poder operar, las personas no podían llegar a sus lugares de trabajo por los cierres de metro y los conflictos en las calles", recuerda Felipe Weil, socio director de Engel & Völkers Commercial. Añade que luego comenzó la pandemia, afectando con mayor fuerza a la comuna de Santiago, por las extensas cuarentenas que sufrió, situación que terminó por convencer a empresas de que debían migrar. Antonio Sivori, gerente de Oficinas y Retail de Colliers, admite que "hemos visto un aumento significativo" de partidas de compañías a otras zonas desde el estallido. "La principal razón es que las constantes protestas en el sector y desmanes afectaron la operación diaria de las empresas", añade. Sobre el impacto en los precios de las propiedades, Weil indica que en el caso de las oficinas los valores de venta en promedio están bajo las 30 UF por metro cuadrados y para arriendo se observan en menos de 0,4 UF por m {+2} , lo que sería 20% menor a los precios previos a octubre de 2019. Sivori señala que ante una mayor disponibilidad de superficie de propiedades, los precios han caído ya que los dueños de los inmuebles quieren encontrar inquilinos o compradores. Pero los interesados escasean. "Hemos visto una baja en los precios de arriendos de hasta un 25%, dependiendo del tamaño de la propiedad, nivel de habilitación y emplazamiento", afirma Sivori. Marcos Kaplún, director de Kayco International Group y experto en el mercado inmobiliario del centro capitalino, estima que, incluso, los valores de las propiedades se han deteriorado 30%. Según un reciente informe de la firma de servicios inmobiliarios CBRE, los edificios de oficinas Clase A -con 381.158 m {+2} - de Santiago Centro, tienen hoy una vacancia de 10,42%, superior al 9,36% de fines de 2021 y al 4,65% del primer trimestre del año pasado. En Portal Inmobiliario señalan que el centro capitalino representaba 39% del total de visitas -para arriendo o venta- a inicios de 2019 y hoy solo explica el 16%. Quienes se han ido y proyecciones. Según información proporcionada por Engel & Völkers y Colliers, algunas de las empresas o entidades que trasladaron sus oficinas desde el centro a otras zonas, especialmente al sector oriente, son: Banco Bice, Falabella Corporativo, Corona, MBA UC, Bci Seguros, Notaría Humberto Quezada, UH&C Abogados, Notaría Francisco Leiva y Orsan, entre otros. En este escenario, en el centro también se están reconvirtiendo algunas propiedades. Un ejemplo es el caso del hotel Andes Hostel, ubicado en Monjitas con Mosqueto, que estuvo vacío tres años y fue comprado recientemente por la familia Duch para que opere en renta residencial, en formatos pequeños, indican en Engel & Völkers. Weil precisa que "no hay una oleada" de reconversiones, sino que estas operaciones están ligadas a inversionistas "con buen ojo y que confían en Chile". Los expertos coinciden en señalar que si no hay paz y orden en Santiago Centro, la migración de empresas y la vacancia de inmuebles seguirán aumentando. Pero también concuerdan en que los centros de las ciudades repuntan. Antonio Sivori cree que la mayor demanda por oficinas estará ligada a entidades públicas. "Vemos bajo interés de empresas privadas en seguir creciendo en este sector. En cuanto a los locales comerciales, el flujo peatonal siempre será un atractivo para los distintos retailers , pero en la medida que sigan existiendo desmanes y comercio ambulante, vemos poco interés". Felipe Weil advierte también el efecto de los inmigrantes sin vivienda que circulan en Santiago. Sin embargo, sostiene que "el centro siempre es atractivo para vivir, quizás no para trabajar. Los centros urbanos siempre vuelven a ser codiciados". Marcos Kaplún asegura que "en todas partes del mundo, el centro se recupera". Recuerda que hace años, en una crisis de esta zona, le tocó vender varios pisos de oficinas en cerca de 14 UF el m {+2} , las que luego se recuperaron a 60 UF, pero ahora bajaron nuevamente, indica. El Mercurio de Santiago de Chile. 17 de mayo de 2022 |
Columna de Óscar Contardo: El centro en estado de abandono. Cuando la conocí, en 2007, Rosa tenía 80 años, era viuda y vivía en el noveno piso de un edificio en el Paseo Huérfanos. Llegué hasta ella reporteando los reclamos de los vecinos del centro que vivían sitiados por la proliferación de departamentos ocupados como lugares de encuentro para el comercio sexual. Había muchos y desde las veredas pasaban inadvertidos. En McIver, por ejemplo, existía uno que le llamaban el mall del sexo, y a la vuelta de calle San Antonio, varias cuadras colonizadas por revolcaderos que se llenaban a la hora de almuerzo y al final de las jornadas de oficina. El negocio, que solía anunciarse con el eufemismo de “sauna privado”, funcionaba con la lógica de las termitas: alguien compraba un par de departamentos, subdividía las habitaciones y las subarrendaba a mujeres -jóvenes y pobres- que recibían clientes por hora; una vez que se instalaba el primer local, el edificio entraba en decadencia, nadie quería vivir allí, los dueños vendían barato. Las termitas avanzaban ofreciendo, comprando y corrompiendo a administradores y conserjes, sobornando a los encargados de poner orden; aparecían los proxenetas, los tarjeteros que difundían con mayor o menor disimulo la oferta sexual y los traficantes que iban y venían repartiendo dosis a cambio de dinero en efectivo. Quienes permanecían eran los más débiles, como Rosa, que apenas salía a la calle. De los 17 departamentos de su piso, nueve funcionaban como prostíbulos. El pasillo, las escaleras y el ascensor se habían convertido en zonas peligrosas. Usualmente tocaban a la puerta de Rosa por equivocación. Ella resolvió, entonces, conectar una manguera al grifo de la cocina y mojar a los borrachos o violentos que deambulaban por el corredor: “Es tanta la desesperación que dan ganas de llorar”, me dijo apesadumbrada. Ya no recibía visitas. Escribí la nota sobre los vecinos sitiados para una revista extranjera, nunca supe si alguien resolvió la pesadilla en la que vivía Rosa. El libro La vida secreta de las ciudades, del escritor indio Suketu Mehta, asegura que las ciudades tienen una historia oficial, de la que se jactan, y una oficiosa, de circulación limitada, que corre en paralelo. Mehta también afirma que las ciudades son la expresión más pura de lo que somos los seres humanos, de lo mejor y lo peor de nosotros. Si aplicáramos este principio a la capital chilena, tendríamos mucho de qué hablar: una federación de comunas dispersas; residentes que ven los barrios vecinos como territorio extranjero hostil, y un centro histórico y comercial que funciona como símbolo republicano de una convivencia que aspira al orden y la civilidad. Una aspiración que siempre ha estado teñida por nuestro cultivo de la hipocresía, nuestro pavor a las diferencias sociales y el abandono crónico de todo lo que hemos sido en el pasado. Después del estallido social, el centro de Santiago -sus calles, sus fachadas, sus plazas y veredas- acumula los escombros de un proceso que lo tuvo como principal escenario de las reivindicaciones desoídas por la autoridad del momento. Fue un territorio doblemente arrasado, primero por las marchas sucesivas, las barricadas, los incendios, la represión sin estrategia ni inteligencia, y por las consecuencias económicas de la pandemia. Ahora cabría agregarle una tercera ola, impulsada por la delincuencia, o más bien los síntomas concretos de la expansión del crimen organizado que parasita de la pobreza a través del comercio callejero. Para quienes viven o trabajan en el centro, caminar por ahí no sólo significa estar atento al bolso de mano, la cartera o la mochila: ahora hay balazos, peleas callejeras, comercio sexual sin disimulo y corros de hombres atacando estudiantes a la salida de las estaciones de Metro. Naturalmente, la solución no es simple, porque la situación es compleja, pero frente a asuntos tan concretos como disparos, basura y el olor untuoso de la comida callejera ofrecida en condiciones sanitarias lamentables, no hay espacio para simbolismos ni discursos abstractos sobre la buena vida, algo que es justamente lo que los vecinos del centro de Santiago -y de varias otras ciudades- ya no tienen. Los últimos años han estado colmados de declaraciones sobre cambios que anuncian un porvenir mejor para todos, de multiplicación de gestos de reconocimiento a quienes habían sido ignorados por el poder político. El proceso constituyente en curso avanza gracias a esa esperanza en el carril de la historia oficial, sin embargo, hay una historia oficiosa, paralela, cotidiana, que fluye por las calles de las ciudades, dobla las esquinas y convive con una hostilidad que apuñala cualquier épica en un abrir y cerrar de ojos. Una aspereza diaria que puede llegar a tumbar todas las buenas intenciones. La frase aquella de que “las palabras crean realidad” es un cliché tan extendido que puede ocultar de modo siniestro que las obras constantes y sonantes son mucho más efectivas que cualquier fraseo amable, sobre todo cuando las personas perciben que las termitas carcomen su mundo más cercano, sitiándolos hasta el punto de encerrarse en sus propias casas, entre la mugre ajena y los ruidos atemorizantes que vienen de la calle. Cuando eso ocurre, la gente ya no vota más por esperanzas compartidas, sino por quien se haga cargo de limpiar los desperdicios y castigar a cualquier sospechoso. Es el precio final que cobra el abandono. |
De oficinas a viviendas: se acerca la transformación de edificios en Santiago por el boom del teletrabajo. Miles de metros cuadrados de espacios de trabajo están vacíos por el home office, y sus propietarios ya están analizando cambiar los usos del suelo para transformarlos en departamentos. J. Troncoso Ostornol 6 de junio de 2022 Es un proceso que –producto de la pandemia- se ha expandido por Estados Unidos, Europa e incluso en Sudamérica, específicamente, en Buenos Aires: transformar edificios de oficinas en viviendas. La tendencia ya está tocando la puerta de Santiago. Miles de metros cuadrados de espacios de trabajo llevan meses y meses vacíos por el home office, y sus propietarios analizan cambiar los usos del suelo para transformarlos en departamentos. “La transformación de edificios de oficinas en edificios habitacionales es factible y de hecho se está trabajando en ello”, destacó Francisco Rojas, director ejecutivo de GPS Property Chile. Marcos Kaplún, director de Kayco International Group, complementó. “Ya son muchos los dueños de oficinas en diferentes partes de Santiago que están evaluando esta opción ya que llevan dos años con las oficinas sin arrendar. Es una tendencia que cada día se hace más importante por el gran stock de oficinas producto del teletrabajo”. El directivo dijo que tiene clientes con proyectos para transformar más de cinco mil metros cuadrados de oficinas en habitacionales en el centro de Santiago. Reinaldo Gleisner, vicepresidente de Colliers en el país, es cauto: “La tendencia se está analizando, pero se han podido materializar muy pocas transformaciones efectivas”, añadió La fórmula no es un trámite rápido, ni menos económico, por lo que se debe evaluar a fondo su factibilidad. “Esta transformación no solo se puede llevar a cabo por voluntad, ya que se debe de cumplir con varias exigencias, en donde la primera y más gravitante es la de cumplir con el uso de Gleisner añadió: La posibilidad está determinada por el uso de suelo: debe permitir vivienda y la normativa de edificación debe tener una densidad máxima que cubra la densidad del proyecto”.“ Esto último, coincidieron los expertos, es vital pues si se solicita un cambio de uso de suelo de oficinas a vivienda y la densidad es baja (es decir, el número de personas por metro cuadrado), la viabilidad del proyecto podría ser nula pues se podrían habilitar muy pocos departamentos, lo que no haría rentable el negocio. De hecho, ya varios proyectos fueron desechados por este motivo. “Conceptualmente puede ser una buena alternativa; sin embargo, para que sea factible, debe cumplir los muchos requisitos normativa, de arquitectura y de construcción para cambiar de destino y, finalmente, la operación debe ser rentable”, dijo Gleisner. Rojas insistió que los coeficientes de ocupación de suelo y sus densidades habitacionales son clave, pero también apuntó a la autoridad. “Debe de existir voluntad por parte de las direcciones de obra comunales para permitir, en varios casos, estas transformaciones”, señaló. Y añadió:
Las claves. El directivo de GPS Property dijo que las características que deben de cumplir los edificios para la evaluación de su transformación son, entre otras: la distancia mínima de crujía entre núcleo y fachada no puede ser superior a nueve metros; la situación ideal de arquitectura es la de construcción aislada; la construcción entre medianeros limita la exposición al sol de las unidades interiores; las crujías mayores a nueve metros deben ser evaluadas con uso mixto; la altura mínima de piso a cielo no puede ser inferior a 2,80 metros, debido a las nuevas instalaciones a incorporar, en particular las instalaciones sanitarias (baños). Gleisner dijo que, dado los múltiples requisitos que se deben cumplir, el costo de la transformación es similar al de construir un edificio nuevo, e incluso puede exceder esos valores. “El valor del terreno y la obra gruesa es el valor que se le puede asignar al edificio original, eso significa un gran castigo para el edificio y hace muy compleja la adecuación rentable”, dijo. Afirmó que la modificación del permiso de edificación debe cumplir con todas las normas vigentes al momento de ingreso de la solicitud, como: ancho de escalas, vías de evacuación, conductos de basura, ventilación de baños y cocinas, normativa de ascensores, eléctrica, de gas, de estacionamientos, entre otras. “En Chile, la tendencia permanente es a aumentar las exigencias reglamentarias o normativas, por lo cual es probable que un edificio construido hace 20 años o más no cumplirá una serie de requisitos normativos, cuya adecuación puede ser muy onerosa”, dijo el directivo de Colliers. Sostuvo que, en general, los edificios de menos de 25 años, construidos con plantas libres, de muy buena iluminación (aislados) y altura de piso a piso, no inferior a tres metros, permiten, conceptualmente, la adecuación a vivienda. “Los edificios más antiguos (muchísimos que existen en Santiago Centro), no cumplen con las condiciones enunciadas”, afirmó Gleisner, quien agregó: “Los edificios en zonas tradicionales y de poca demanda por oficinas no cumplen los requisitos técnicos y de arquitectura y, de otra parte, los edificios que cumplen los requisitos técnicos y de arquitectura (que son más recientes), están en zonas que mantienen una demanda activa por oficinas”. |
Reflejo de la decadencia de comuna de Santiago, en los colegios emblemáticos.
Liceos santiaguinos han perdido el 33% de su matrícula desde la Revolución Pingüina. Roberto Gálvez y Franco Hidalgo. Las movilizaciones estudiantiles de 2006 marcaron un antes y un después en la educación de Santiago, sobre todo en los establecimientos más tradicionales, que registraron en 2021 su menor número de estudiantes matriculados desde el retorno a la democracia Cuando ayer algunas de las clases en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) ni siquiera arrancaban, la dirección del liceo, encabezada por la nueva rectora María Alejandra Benavides, informaba que “debido a graves incidentes al interior del establecimiento se tomó la decisión de realizar despacho preventivo a todos los estudiantes a las 8:30 horas”. Esos incidentes, sumados a una fogata con desechos que un grupo encendió para intentar cortar el tránsito durante la mañana y que la oficina de la propia rectora haya sido atacada, fueron la gota que rebalsó el vaso apenas tres semanas después de haber retomado las clases presenciales luego de una toma y decenas de manifestaciones desde marzo -muchas de las cuales culminaron en actos violentos- en demanda de una serie de mejoras en las condiciones del estudiantado. ¿Resultado? El INBA suspendió sus clases presenciales por un mes y la normalidad que se había intentado recuperar se esfumó de un plumazo. La virtualidad se extenderá hasta julio, como mínimo. En los últimos años imágenes como estas se han repetido en casi todos los liceos emblemáticos del país, concentrados en Providencia y principalmente en Santiago, comuna donde se ubican 12 de los establecimientos educacionales públicos más tradicionales de Chile. Precisamente ese tipo de acciones son las que han llevado a que, sin importar el color político del alcalde de turno en el municipio santiaguino, la matrícula escolar de esos establecimiento vaya sostenidamente a la baja desde hace casi dos décadas, coincidentemente desde el inicio de la movilización estudiantil secundaria de 2006, más conocida como la Revolución Pingüina. Y si bien las manifestaciones se dieron a lo largo y ancho de casi todo Chile, en Santiago parece haber gatillado una crisis en todo ámbito que a la fecha muestra una pérdida, según datos de la Dirección de Educación (DEM) de Santiago, del 32,7% de su matrícula desde ese año, cuando el alcalde era el UDI Raúl Alcaíno. “Desde 1999 la matrícula total de la comuna ha venido sistemáticamente bajando, pasando de 100 mil estudiantes a cerca de 80 mil en 20 años. Estas cifras consideran educación básica y media juntas, en todos los tipos de sostenedores (municipal y privados de ambos tipos)”, dicen desde la DEM, donde añaden: “Mirando solo la matrícula municipal se aprecia que la caída más fuerte se ha dado en los liceos. El total de la matrícula de educación básica y media municipal ha caído de 39.207 estudiantes a 30.466 entre 2004 y 2021. Al mismo tiempo, en el mismo periodo la matrícula para las escuelas básicas pasó de 11.800 estudiantes a 12.092, manteniéndose más bien estable, aunque al alza. Los liceos, en cambio, pasaron de 26.453 a 16.899 entre esos mismos años”. En ese sentido, si se ahonda en la situación de los liceos, se pueden encontrar situaciones variadas y cada una con un contexto particular. Así, por ejemplo, el Instituto Nacional o el Liceo 1 han tendido a mantenerse dentro de un cierto rango, aunque evidencian desde hace casi 10 años una tendencia a la baja. Hay otros casos, como el Liceo de Aplicación -que también han experimentado serios incidentes en los últimos años-, donde la baja se experimenta desde incluso antes de la Revolución Pingüina, año en que tenía 2.956 alumnos. Hoy posee casi la mitad, con 1.520. Asimismo, desde Santiago ejemplifican con el Darío Salas, que pasó en 2006 de tener 1.639 alumnos a su momento de mayor crisis en 2018, cuando apenas recibió a 518 estudiantes. Al año siguiente subió a 1.019, lo que coincide con la decisión de ampliar el liceo a toda la educación básica y hasta kínder, pero también con los aumentos de la población migrante en la comuna, especialmente venezolanos. De hecho, en 2021 el 46% de la matrícula del liceo era de esa nacionalidad y el 63% era migrante, proporción muy por sobre la media -aproximadamente 20%- de la comuna. Hay liceos, eso sí, que comenzaron el descenso de sus matrículas varios años después de las movilizaciones de 2006, como el Manuel Barros Borgoño, que comenzó el descenso en 2010 al igual que el Confederación Suiza, o el Bicentenario Teresa Prat, que vivió lo propio desde 2015. En el análisis hay también cifras muy decidoras, con liceos emblemáticos que llegaron a tener más de 1.000 alumnos en su matrícula y que en algunos casos cayeron a menos de 500, como el Miguel Luis Amunátegui (de 1.491 en 2006 a 487 en 2021) o el Miguel de Cervantes y Saavedra (de 1.262 en 2007 a 472 en 2022). Y si bien el entonces edil Alcaíno fue quien comenzó a evidenciar una baja en la matrícula de los liceos de su comuna, fue durante la administración de Pablo Zalaquett (también UDI) que los liceos emblemáticos comenzaron a sufrir más. Si en su primer año de gestión en 2009 ese tipo de instituciones tenía en su conjunto una matrícula de 20.432 alumnos, su último año en el sillón municipal el registro descendió a 18.063, un 11,6% menos. Después vinieron Carolina Tohá (PPD), que en cuatro años pasó de 17.638 a 16.573 (-6%), y Felipe Alessandri (RN), que bajó de 15.835 a 13.817 (-12,7%) en 2021, el año más bajo de la matrícula de los liceos emblemáticos de Santiago al menos tras el regreso a la democracia. El recuento llega finalmente a la actual alcaldesa Irací Hassler (PC), que comenzó su mandato en junio de 2021 con el año escolar ya iniciado y una matrícula de 13.817 estudiantes, logrando subirla este año a 14.322 (+3,5%), lo que se traduce en un aumento de 505 estudiantes. En este sentido, durante la administración Alessandri, siete de los 12 liceos científico-humanistas emblemáticos de Santiago (Instituto Nacional en 2021, Miguel Luis Amunátegui en 2021, Bicentenario Teresa Prats en 2021, Manuel Barros Borgoño en 2021, Confederación Suiza en 2021, Darío Salas en 2018 e INBA en 2021) llegaron a su matrícula más baja al menos desde 2006. Para algunos, de hecho, fue su matrícula más baja desde 1990. Hassler, en tanto, tiene tres con récord de baja matrícula (Javiera Carrera, Aplicación y Miguel de Cervantes y Saavedra), mientras que Zalaquett se anota con dos (Isaura Dinator de Guzmán en 2012 y República de Brasil en 2010). Por contrapartida, Alcaíno evidentemente tiene los momentos más altos desde el comienzo del descenso general y anota a ocho liceos con el peak de matrícula desde la Revolución Pingüina: Miguel Luis Amunátegui, Isaura Dinator de Guzmán, Bicentenario Teresa Prats, Aplicación y Darío Salas en 2006; Manuel Barros Borgoño, Confederación Suiza y Miguel de Cervantes en 2007. Tohá, en tanto, tiene dos (Instituto Nacional en 2013 e INBA en 2014), mientras que Zalaquett (Javiera Carrera en 2011) y Alessandri (República de Brasil en 2020) tienen uno cada uno. En su vecina Providencia, sostenedora de otros seis liceos emblemáticos (Alessandri, Carmela Carvajal, Juan Pablo Duarte, Lastarria, 7 y Tajamar), la matrícula ha sido más o menos estable en los últimos 14 años (de 2006 a 2009 no tienen registro digital). La evolución, de hecho, muestra años altos y bajos, con 2010 como el de mayor matrícula total (9.711) y 2015 como el más bajo (8.569). ¿Y 2022? Tienen 8.779 alumnos en sus liceos. ¿Quién es responsable? “La crisis es anterior a Alessandri, anterior a Carolina Tohá. No es endosable solo a las alcaldías, tiene que ver con un modelo de abandono que convirtió al Mineduc en una caja pagadora, que se despreocupó de la idea de gestión educacional en los territorios y empezó a concebir las escuelas como si existieran solas. Lo terrible es que la gestión de Alessandri acentúa esa crisis y la lleva a niveles muy radicales y profundos”. Este fue el análisis de Rodrigo Roco apenas asumió como director de la actual DEM, en julio de 2021. Bárbara Soto, la antecesora de Roco durante la época de Alessandri, toma el guante:
Y añade: “Da mucha tristeza ver cómo antes los colegios emblemáticos eran la luz de esperanza de miles de familias para entregarles una educación de calidad a sus hijos y pudieran llegar a la universidad. Eso ahora ya no ocurre”. En ese sentido, la exencargada de educación de Santiago dice que “uno de los desafíos que teníamos era aumentar las matrículas, porque se redujo enormemente el presupuesto de la DEM, pues estos colegios, que además son muy antiguos, necesitan mucha inversión en infraestructura”. ¿Lo lograron? Las cifras, dicho está, señalan que no, con siete de los emblemáticos en su peor momento matricular. La exalcaldesa Tohá también aporta su análisis: “Hay que distinguir dos situaciones que son distintas. Una es la baja de la matrícula que ha tenido la educación pública en todo el país”. En el caso de los establecimientos de Santiago y particularmente de los liceos emblemáticos, agrega, “ha habido un fenómeno adicional, que ha sido que desde 2006 con la revolución estudiantil, 2011 con las movilizaciones estudiantiles y lo que ha seguido pasando desde entonces a la fecha, los liceos se han vuelto muy irregulares desde el punto de vista de su funcionamiento escolar y muchas familias prefieren no matricular a sus hijos en esos colegios. Eso ha traído una baja que se ha acelerado en los últimos años”. La exedil, además, asegura que durante su gestión se puso como meta revertir la baja en la matrícula general de todos los establecimientos educacionales de Santiago, no solo de los liceos emblemáticos, cosa que, asegura, “se logró, se paró la caída y se incrementó levemente la matrícula”. Las cifras coinciden con su análisis, toda vez que la evolución anual de la matrícula escolar pública de toda la comuna fue de 32.523 en 2013, 31.836 en 2014, 31.910 en 2015 y 32.115 en 2016. “ La mayoría de la recuperación se logró fundamentalmente en las escuelas y en algunos liceos no emblemáticos. En esos establecimientos la dinámica que se venía generando hace varios años estaba afectando la preferencia de los padres y de los mismos estudiantes”. Zalaquett también aporta lo suyo: “Cuando llegué la demanda por cupos en los liceos emblemáticos en algunos era el doble de los que había”, recuerda. Y luego aminora el efecto del movimiento estudiantil de 2006 y pone el foco en el de 2011 que le tocó enfrentar. “Ahí parten las tomas y sale a relucir el movimiento anarco, ahí donde nace la vida política de Camila Vallejo y Giorgio Jackson, pero cuando esto se pone de una forma que ya no solo son marchas y tomas, sino destrucción, se perdían semestres enteros, eso significó que a partir de 2012 la matrícula bajara de forma considerable”. Y suma: “Lo que ha pasado era crónica de una muerte anunciada porque acá nadie le puso fin”. Asimismo, al cierre se acuerda de su sucesora, Carolina Tohá: “Lo que sembró, pagó. Le tomaron todos los colegios, no pudo controlar y los centros de alumnos estaban mucho más empoderados, eso se fue en picada porque ninguna autoridad le puso el freno. Y cuando llegó Alessandri se encontró con una situación muy deteriorada y él puso freno, pero tuvo que empezar a desalojar”. Finalmente, Alcaíno también entrega su análisis de la baja en las matrículas de los liceos de la comuna de la que fue alcalde: “Los padres y apoderados obviamente no quieren matricular a sus hijos en liceos donde se llevan en paros, protestas y donde les puede llegar un piedrazo o una bomba molotov. Todo esto organizado por grupos de padres, falsos apoderados y profesores anarquistas e ideologizados”. |