Ánimas de día claro. |
Historia. En 1959, cuando egresaron, Jara y Sieveking iban a montar una comedia musical donde Víctor interpretaría a un campesino, pero tuvieron problemas para completar el elenco y un buen día Víctor le propuso a Alejandro que escribiera otra obra y que él la dirigiría. Fue Parecido a la felicidad, el debut en la dirección de Jara. Un gran y rotundo éxito. En 1962, se repitió la dupla. Alejandro le ofreció a Víctor Ánimas de día claro para que la dirigiera y recopilara el material folclórico necesario para el montaje. Sieveking siempre contaba que escribió Ánimas de día claro inspirándose en la clásica película japonesa -sobre mujeres fantasmas- Cuentos de la luna pálida de agosto, de Kenji Mizoguchi. La obra transcurre en una casa-quinta a las afueras de Talagante habitada por los espíritus de las hermanas González, ánimas que solo dejarán su errancia cuando cumplan un deseo que no consumaron en vida. Como lo anuncia el título, Floridema, Zelmira, Orfilia, Luzmira y Bertina -quien murió sin ser besada, interpretada con maestría por Bélgica Castro- aparecen a cualquier hora del día ante la presencia de un varón. Un joven llamado Eulogio llega a la casa con el fin de comprarla, a pesar de las advertencias de quienes saben que en ese lugar penan. En ese contexto onírico y rural surgirá un romance entre Bertina y Eulogio, pero ella no permitirá que él la bese porque al hacerlo desaparecería. Las almas de las cinco hermanas artesanas loceras de Talagante irán partiendo al cielo a medida que cumplen sus sueños. Ánimas de día claro se estrenó días antes del inicio del Mundial de Fútbol de 1962. Con motivo del encuentro deportivo las dos compañías universitarias decidieron montar únicamente obras chilenas. Debutó el 25 de mayo de 1962 en el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH), en la sala Antonio Varas. “Fue poca gente a verla, unas 50 personas por función. Todo el mundo estaba preocupado más del fútbol”, le gustaba recordar a Alejandro. Con La Remolienda, de 1965, otro clásico de la dupla Sieveking-Jara, la pareja creativa se alejó del tono mágico de Ánimas de día claro y se acercó al campo chileno desde la comedia y el humor picaresco, inspirándose lejanamente nada menos que en Sueño de una noche de verano, de Shakespeare. Originalmente, iba a ser una comedia musical pero Jara eliminó la mayoría de las canciones. A días del estreno, Bélgica Castro ajustó el personaje de Oña Nicolasa que estaba en un tono serio al estilo de La viuda de Apablaza, también gracias a un consejo de Jara. Oña Nicolasa lleva a sus tres hijos campesinos a un pueblo cercano a Villarrica para casarlos, pero los candorosos huasos se hospedan en un prostíbulo, el que confunden con una casa “respetable”. Ansiosas de encontrar marido, las tres jóvenes que trabajan en la casa de remolienda ven en los inocentes afuerinos una posibilidad de matrimonio. Este enredo ocasiona una genial comedia de equivocaciones. Con Ánimas de día claro y La Remolienda, el objetivo de Sieveking fue reconstruir ritos, ceremonias, formas de hablar y costumbres criollas de una manera fiel a la realidad, superando el folclorismo añejo asociado al campo chileno. A través de la profundidad social y psicológica de los personajes, supo hacer un teatro popular, donde lo costumbrista se mezclaba con lo mitológico. La habilidad para captar con veracidad el habla popular y la complejidad de los personajes permitió que los textos transcendieran el ámbito local y se instalarán en uno más universal. |
Los cuentos de la luna pálida (雨月物語 - Ugetsu monogatari), también conocida como Cuentos de la luna pálida de agosto o Cuentos de la luna vaga después de la lluvia, es una película japonesa de 19532 dirigida por Kenji Mizoguchi. Basada en la colección de cuentos homónima escrita por Ueda Akinari publicada en 1776, la película es un drama jidaigeki. Considerada por el crítico Roger Ebert "una de las películas más grandes", la película obtuvo, entre otros premios, el León de Plata en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 1953. Argumento. Intérpretes: Machiko Kyo (Princesa Wakasa), Masayuki Mori (Genjuro), Kinuyo Tanaka (Miyagi), Eitaro Ozawa (Tobei), Mitsuko Mito (Ohama), Ikio Sawamura (Genichi), Kikue Mori (Ukon), Ryosuke Kagawa (Maestro), Eigoro Onoe (Knight), Sugisaku Aoyama (Sacerdote). Primavera, junto a la orilla norte del lago Biwa, en territorio Omí. Es época de guerras y Genjuro, fabricante de cerámica viaja hasta Nagahama a vender sus productos, acompañado por Tobei, un agricultor sin fortuna que desea convertirse en samurái. Genjuro regresa tras vender toda la mercancía con mucho dinero y con regalos para Miyagi, su mujer, y para su hijo, regresando poco después Tobei cuando le dicen que sin armadura y lanza no podrá convertirse en samurái. Genjuro, obsesionado con hacerse rico comienza a hacer montones de vasijas ayudado por Tobei deseoso de obtener dinero para conseguir su armadura sin hacer caso de las quejas de Miyagi que piensa que no necesitan más dinero y que preferiría disfrutar más de su hijo. La llegada de los soldados de Shibata a la población obliga a todos los habitantes a huir a las montañas, pues entran de casa en casa destruyéndolo todo y robando. Pese a la peligrosidad, Genjuro regresa al pueblo para avivar el fuego del horno y evitar que se destruya el fruto de su trabajo, descubriendo al llegar que, aunque el fuego se apagó las piezas estaban ya cocidas, por lo que saldrán a venderlas a Omizo, haciéndolo en barca para no toparse con los soldados, siendo Ohama, la mujer de Tobei la encargada de dirigirla, aunque tras toparse con otra barca en la que va un hombre malherido que afirma que fue atacado por los piratas deciden enviar a Miyagi y al niño a tierra. En la ciudad vende bien su género, recibiendo la visita de una bella mujer que le compra un importante número de piezas y que le pide que se las lleve hasta la casa Kutsuki. Entretanto Tobei, tras hacerse con su parte del dinero huye dispuesto a cumplir su sueño, no pudiendo Ohama, que sale tras él, retenerlo, siendo sorprendida ella por un grupo de soldados que la violan y le dejan dinero antes de marcharse. Genjuro acude a casa de la bella princesa Wasaka, compradora de sus cerámicas, que le invita a Sake y que baila para él, acostándose posteriormente juntos. Entretanto Miyagi debe luchar por la vida de su hijo, siendo atacada por soldados hambrientos que le roban la comida. Tobei sorprende a un soldado que había acabado con el más famoso samurái de la región y le roba su cabeza, convirtiéndose en samurái, tras lo que, acompañado por sus hombres, decide regresar a su casa, parándose a descansar, en un burdel donde descubre a Ohama, ahora convertida en prostituta, y cuando le dice que quería ser samurái para que ella estuviera orgullosa, y ella dice que solo piensa en suicidarse, aunque aun le ama. En el pueblo un monje le dice a Genjuro que regrese con su familia si no desea perder su vida, pues Wakasa es un alma en pena, y, aunque no le hace caso deja que cubra su piel con oraciones budistas para evitar que muera. Cuando regresa, Wakasa le impide irse pese a que él le confiesa que tiene mujer. Y la criada de Wakasa le confirma que son espíritus, y que Wakasa murió sin conocer el amor, y le eligieron a él para proporcionársela, y le pide que se quede con ella por toda la eternidad. Gracias a las oraciones budistas escritas en su piel consigue escapar, aunque al salir pierde el conocimiento, siendo descubierto al despertar por un grupo de soldados que, al ver que tiene la espada Kutsuki lo acusan de haberla robado del templo, no creyendo su historia, pues los Kutsuki fueron exterminados mucho tiempo atrás y su casa es un solar en ruinas. Finalmente roban su dinero, aunque le permiten marcharse, regresando tras ello a su casa, donde Miyagi lo recibe contenta con sake y comida, feliz de tenerlo allí. Cuando despierta al día siguiente recibe la visita del alcalde, aliviado por encontrar allí al niño, pues, le cuentan que Miyagi murió a manos de un samurái un tiempo antes. Desde su tumba Miyagi es feliz al ver que él olvidó su obsesión por hacerse rico y dedica su tiempo al trabajo, pero también a su hijo. Tobei, por su parte se deshace de su armadura y vuelve a trabajar la tierra, volviendo a ser feliz junto a Ohama, que no necesita que él sea un samurái para amarlo. |
Ueda Akinari o Ueda Shūsei (上田 秋成? 25 de julio de 1734 – 8 de agosto de 1809) fue un artista japonés, académico y poeta waka, y quizá la figura más prominente de la literatura japonesa del siglo XVIII. Fue uno de los primeros escritores del género yomihon, y sus dos obras maestras, Cuentos de lluvia y de luna (Ugetsu Monogatari) y Cuentos de lluvia de primavera (Harusame Monogatari), son centrales en el canon de la literatura japonesa. Biografía Nacido de una prostituta de Osaka y de padre desconocido, Ueda fue adoptado a los 4 años de edad por un próspero comerciante que lo crio cómodamente y le proveyó de una buena educación. Siendo niño enfermó gravemente de viruela y aunque sobrevivió, sufrió de la deformación de los dedos de ambas manos. Durante su enfermedad, sus padres oraron al dios del santuario Kashima Inari y Ueda creyó que esta deidad intervino y salvó su vida. Durante su vida siempre creyó fuertemente en lo sobrenatural, y esta postura explica importantes elementos de sus obras literarias y de su escuela, como en su famoso trabajo, una colección de historias de fantasmas titulada Cuentos de luna y de lluvia. Heredó el negocio familiar de los Ueda de aceite y papel cuando su padre adoptivo murió, sin embargo el no era un comerciante exitoso y perdió el negocio cuando este se quemó en un incendio después de manejarlo sin fortuna por diez años. Durante este tiempo, publicó varias historias de humor en el estilo ukiyo-zōshi (traducido como “cuentos de un mundo flotante”, el nombre de un estilo de libros de ficción popular publicados de 1680 a 1770). Tomando el incendio como una oportunidad de dejar a un lado el mundo de los negocios, Ueda comenzó a estudiar medicina bajo la guía de Tsuga Teishō, quien además de enseñarle a Ueda a convertirse en un doctor, también lo introdujo en la literatura coloquial china. En 1776 comenzó a practicar la medicina y también publicó Cuentos de luna y de lluvia. Este trabajo colocó a Ueda Akinari junto con Takizawa Bakin como los más prominentes escritores del “yomihon”, un nuevo género que representaba un cambio drástico en la práctica de la lectura en la ficción popular. Además de este tipo de ficción, Ueda estaba envuelto en el campo de la investigación conocido como kokugaku (aprendizaje nacional), el estudio de la filosofía y la literatura clásica japonesa. El kokugaku es típicamente mostrado por su rechazo a las influencias extranjeras en la cultura japonesa, notablemente el idioma chino, el budismo y el confucionismo. Ueda tomó una posición independiente entre estos círculos, y su polémica disputa con el líder de esta escuela de pensamiento, Motoori Norinaga está documentada en el diálogo posterior Kagaika (呵刈葭 1787-1788). Algunos sostienen que Ueda trabajó en este conflicto en historias como Cuentos de luna y de lluvia basándose en historias chinas así como de sus discursos morales e intelectuales y que a partir de esto añadió una sensibilidad japonesa utilizando elementos sobrenaturales y poniéndole a sus personajes una carga profunda de emoción (en contraposición a la dependencia de China en el aspecto intelectual). Sin embargo, también es cierto que tenía un fuerte temperamento empírico y racional, desechando como no sensoriales los mitos revividos fantásticos de los estudiosos del kokugaku y en todo mostró una intensa curiosidad, distinguiéndose por su falta de superioridad patriótica sobre culturas extranjeras, tanto dentro de Japón (los Ainu y las culturas de Okinawa) como en el extranjero (China, y los países occidentales). En los años anteriores a la muerte de su esposa en 1798, sufrió de ceguera temporal y aunque eventualmente la vista volvió a su ojo izquierdo parcialmente, durante esta época tenía que dictar la mayoría de sus escritos. Fue durante este tiempo que comenzó a escribir su segundo “yomihon” y terminó la primera de dos historias que se convertirían en Cuentos de lluvia de primavera (Harusame monogatari) alrededor de 1802. La versión completa no fue publicada sino hasta 1951, cuando las partes faltantes del manuscrito fueron encontradas. Cuentos de lluvia de primavera es muy diferente de Cuentos de lluvia y de luna, y existe una discusión acerca de cuál es superior. Entre otras diferencias, Cuentos de lluvia de primavera no invoca a lo sobrenatural y los dos libros tienen distintas extensiones. La historia llamada “Hankai” trata acerca de un rufián despreciable que de pronto se convierte al budismo y pasa el resto de su vida como monje. La historia amplía la colección en virtud de su extensión así como de la habilidad literaria que exhibe. Ueda muere en 1809 a la edad de 76 años en Kioto. |
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