Las medallas olimpiadas de verano. |
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Las medallo Total. |
Medallero de los Juegos Olímpicos de París 2024. 1 Estados Unidos (USA) 126 2 China (CHN) 91 3 Japón (JPN) 45 4 Australia (AUS) 53 5 Francia Francia (FRA) 64 6 Países Bajos (NED) 34 7 Reino Unido (GBR) 65 8 Corea del Sur (KOR) 32 9 Italia (ITA) 40 10 Alemania (GER) 33 |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 1 Estados Unidos 113 2 China 88 3 Japón 58 4 Reino Unido 65 5 Russian Olympic Committee 71 6 Australia 46 7 Países Bajos 36 8 Francia 33 9 Alemania 37 10 Italia 40 |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. 1 Estados Unidos 121 2 Reino Unido 67 3 China 70 4 Rusia 56 5 Alemania 42 6 Japón 41 7 Francia 42 8 Corea del Sur 21 9 Italia 28 10 Australia 29 |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. 1 Estados Unidos 103 2 China | 91 3 Reino Unido 65 4 Rusia 82 5 Corea del Sur 28 6 Alemania 44 7 Francia 34 8 Italia 28 9 Hungría 18 10 Australia 35 |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. 1 China 100 2 Estados Unidos 112 3 Rusia 60 4 Reino Unido 49 5 Alemania 41 6 Australia 46 7 Corea del Sur 32 8 Japón 25 9 Italia 27 10 Francia 43 |
MEDALLA DE OLIMPIADAS 2004 EN ATENAS |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 1 Estados Unidos 101 2 China 63 3 Rusia 92 4 Australia 49 5 Japón 37 6 Alemania 49 7 Francia 33 8 Italia 32 9 Corea del Sur 30 10 Reino Unido 30 |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 1 Estados Unidos 91 2 Rusia 88 3 China 59 4 Australia 58 5 Alemania 56 6 Francia 38 7 Italia 34 8 Países Bajos 25 9 Cuba 29 10 Reino Unido 28 |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 1 Estados Unidos 101 2 Rusia 63 3 Alemania 65 4 China 50 5 Francia 37 6 Italia 35 7 Australia 41 8 Cuba 25 9 Ucrania 23 10 Corea del Sur 2 |
Medallero de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 1 Equipo Unificado 112 2 Estados Unidos 108 3 Alemania 82 4 China 54 5 Cuba 31 6 España 22 7 Corea del Sur 29 8 Hungría 30 9 Francia 29 10 Australia 27 |
1 Unión Soviética 132 2 Alemania Oriental 102 3 Estados Unidos 94 4 Corea del Sur 33 5 Alemania Occidental 40 6 Hungría 23 7 Bulgaria 35 8 Rumania 24 9 Francia 16 10 Italia 14 |
Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 1 Estados Unidos 174 2 Rumania 53 3 Alemania Occidental 59 4 China 32 5 Italia 32 6 Canadá 44 7 Japón 32 8 Nueva Zelanda 11 9 Yugoslavia 18 10 Corea del Sur 19 |
Juegos Olímpicos de Moscú 1980 1 Unión Soviética 195 2 Alemania Oriental 126 3 Bulgaria 41 4 Cuba 20 5 Italia 15 6 Hungría 32 7 Rumania 25 8 Francia 14 9 Reino Unido 21 10 Polonia 32 |
Juegos Olímpicos de Montreal 1976 1 Unión Soviética 125 2 Alemania Oriental 90 3 Estados Unidos 94 4 Alemania Occidental 39 5 Japón J 25 6 Polonia 26 7 Bulgaria 22 8 Cuba 13 9 Rumania 27 10 Hungría 22 |
Juegos Olímpicos de Múnich 1972 1 Unión Soviética 99 2 Estados Unidos 94 3 Alemania Oriental 66 4 Alemania Occidental 40 5 Japón 29 6 Australia 17 7 Polonia 21 8 Hungría 35 9 Bulgaria 21 10 Italia 18 |
Juegos Olímpicos de México 1968 1 Estados Unidos 107 2 Unión Soviética 91 3 Japón 25 4 Hungría 32 5 Alemania Oriental 21 6 Francia 15 7 Checoslovaquia 13 8 Alemania Occidental 26 9 Australia 17 10 Reino Unido 13 |
Juegos Olímpicos de Tokio 1964 1 Estados Unidos 90 2 Unión Soviética 96 3 Japón 29 4 Equipo Alemán Unificado 50 5 Italia I 27 6 Hungría 22 7 Polonia 23 8 Australia 18 9 Checoslovaquia 14 10 Reino Unido 18 |
Juegos Olímpicos de Roma 1960 1 Unión Soviética 103 2 Estados Unidos 71 3 Italia Italia 36 4 Equipo Alemán Unificado Equipo 42 5 Australia 22 6 Turquía 9 7 Hungría 21 8 Japón 18 9 Polonia 21 10 Checoslovaquia 8 |
Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 1 Unión Soviética 98 2 Estados Unidos 74 3 Australia 35 4 Hungría 26 5 Italia 25 6 Suecia 19 7 Equipo Alemán Unificado Equipo 26 8 Reino Unido 24 9 Rumania 13 10 Japón Japón (JPN) |
Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 1 Estados Unidos 76 2 Unión Soviética 71 3 Hungría 42 4 Suecia 35 5 Italia 21 6 Checoslovaquia 13 7 Francia 18 8 Finlandia 22 9 Australia 11 10 Noruega 5 |
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Juegos Olímpicos de Londres 1948 1 Estados Unidos 84 2 Suecia 44 3 Francia 29 4 Hungría 27 5 Italia 27 6 Finlandia 20 7 Turquía 12 8 Checoslovaquia 11 9 Suiza 20 10 Dinamarca 20 |
Juegos Olímpicos de Berlín 1936 1 Alemania 89 2 Estados Unidos 56 3 Hungría 16 4 Italia 22 5 Finlandia 19 5 Francia 19 7 Suecia 20 8 Japón 18 9 Países Bajos 17 10 Reino Unido 14 |
Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932 1 Estados Unidos 103 2 Italia 36 3 Francia 19 4 Suecia 23 5 Japón 18 6 Hungría 15 7 Finlandia 25 8 Reino Unido 16 9 Alemania 20 10 Australia 5 . |
Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 1 Estados Unidos 56 2 Alemania 30 3 Suecia 26 4 Finlandia 25 5 Francia 21 6 Reino Unido 21 7 Países Bajos 19 8 Italia 18 9 Suiza 15 10 Canadá 15 |
Juegos Olímpicos de París 1924 1 Estados Unidos 99 2 Finlandia 37 3 Francia 38 4 Reino Unido 34 5 Italia 16 6 Suiza 25 7 Noruega 10 8 Suecia 29 9 Países Bajos 10 10 Bélgica 13 |
Juegos Olímpicos de Amberes 1920 1 Estados Unidos 110 2 Suecia 64 3 Reino Unido 43 4 Finlandia 34 5 Bélgica 36 6 Noruega 31 7 Italia 23 8 Francia 41 9 Países Bajos 11 10 Dinamarca 13 |
Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912 1 Estados Unidos 63 2 Suecia 65 3 Reino Unido 41 4 Finlandia 26 5 Francia 14 6 Alemania 25 7 Sudáfrica 6 8 Noruega 9 9 Canadá 8 9 Hungría 8 |
Juegos Olímpicos de Londres 1908 1 Reino Unido 146 2 Estados Unidos 47 3 Suecia 25 4 Francia 19 5 Alemania 13 6 Hungría 9 7 Canadá 16 8 Noruega 8 9 Italia 4 10 Bélgica 8 |
Juegos Olímpicos de San Luis 1904 1 Estados Unidos 242 2 Alemania 13 3 Cuba 9 4 Canadá 6 5 Hungría 4 6 Reino Unido 2 6 Equipo Mixto 2 8 Grecia 2 8 Suiza 2 10 Austria 1 |
Juegos Olímpicos de París 1900 1 Francia 101 2 Estados Unidos 47 3 Reino Unido 30 4 Equipo Mixto 12 5 Suiza 9 6 Bélgica 15 7 Alemania 8 8 Italia 4 9 Australia 5 10 Dinamarca 6 |
MEDALLA DE OLIMPIADAS 1896 EN ATENAS
Durante los eventos de la primera olimpiada se entregó una medalla de plata y una rama de olivo y un diploma a los ganadores del primer puesto en cada evento. Para el segundo lugar se entregó una medalla de cobre, una rama de laurel y un diploma. En la medalla se observa la cara del dios Zeus sosteniendo en su mano un globo sobre el cual se posa la victoria con alas. En la parte inferior se lee en griego la palabra "Olympia". En el reverso se muestra la acrópolis y el texto en griego: Juegos Olímpicos Internacionales en Atenas 1896. Grosor: 3,8 mm Diámetro:48 mm Peso: 47 g Cantidad: 100 Diseñador: Jules Clement Chaplain
Los ganadores en las primeras olimpiadas de la era moderna no recibieron una medalla de oro, sino de plata, mientras que los que llegaron en segundo lugar obtuvieron una de bronce. En el frente aparece el padre de los dioses, Zeus, portando a la diosa de la victoria, Nike. La parte de atrás muestra la Acrópolis. |
Juegos Olímpicos de Atenas 1896 1 Estados Unidos 20 2 Grecia 46 3 Alemania 13 4 Francia 11 5 Reino Unido 7 6 Hungría 6 7 Austria 5 8 Australia 2 9 Dinamarca 6 10 Suiza 3 |
Medalla de Oro.
Estados Unidos 39 / 340 Tokio 2020 Estados Unidos 46/ 307 Río de Janeiro 2016 Estados Unidos 46/302 Londres 2012 China 48/ 301 Pekín 2008 Estados Unidos 36/301 Atenas 2004 Estados Unidos 37/297 Sídney 2000 Estados Unidos 44/271 Atlanta 1996 Equipo Unificado 45/261 Barcelona 1992 Unión Soviética 55/241 Seúl 1988 Estados Unidos 83/226 Los Ángeles 1984 |
Unión Soviética 80/204 Moscú 1980 Unión Soviética 49/198 Montreal 1976 Unión Soviética 50/195 Múnich 1972 Estados Unidos 89/174 México 1968 Estados Unidos 36/163 Tokio 1964 Unión Soviética 43/152 Roma 1960 Unión Soviética 37/153 Melbourne 1956 Estados Unidos 40/149 Helsinki 1952 Estados Unidos 38/138 Londres 1948 Alemania 33/130 Berlín 1936 |
Estados Unidos 41/116 Los Ángeles 1932 Estados Unidos 22/110 Ámsterdam 1928 Estados Unidos 45/126 París 1924 Estados Unidos 48/156 Amberes 1920 Estados Unidos 25/103 Estocolmo 1912 Reino Unido 56/ 110 Londres 1908 Estados Unidos 73/93 San Luis 1904 Francia 26/90 París 1900 Estados Unidos 11/43 Atenas 1896 |
Países con Medallas.
93 naciones y equipos Tokio 2020 86 naciones y equipos Río de Janeiro 2016 86 naciones y equipos Londres 2012 87 naciones y equipos Pekín 2008 74 naciones Atenas 2004 |
80 naciones Sídney 2000 79 naciones Atlanta 1996 64 naciones Barcelona 1992 52 naciones Seúl 1988 47 naciones Los Ángeles 1984 36 naciones Moscú 1980 41 NOC Montreal 1976 48 naciones Múnich 1972 44 naciones México 1968 41 naciones Tokio 1964 |
44 naciones Roma 1960 38 naciones Melbourne 1956 43 naciones Helsinki 1952 37 naciones Londres 1948 32 naciones Berlín 1936 27 naciones Los Ángeles 1932 33 naciones Ámsterdam 1928 27 naciones París 1924 22 naciones Amberes 1920 18 naciones Estocolmo 1912 |
Los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912 |
Los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912, oficialmente conocidos como los Juegos de la V Olimpiada, fue un evento multideportivo celebrado en la ciudad de Estocolmo, capital de Suecia, entre el 5 de mayo y el 27 de julio de 1912. Participaron 2407 atletas —2359 hombres y 48 mujeres— provenientes de 28 países,los cuales compitieron en 102 especialidades pertenecientes a 14 deportes olímpicos. A excepción de los eventos de tenis —que comenzaron el 5 de mayo— y los de fútbol y tiro —que lo hicieron el 29 de junio—, todos los demás se iniciaron después de la inauguración oficial, que se llevó a cabo el 6 de julio. Esta edición fue la primera en la que se celebraron eventos de arte, decatlón y pentatlón —ambas pruebas ganadas por Jim Thorpe—, saltos femeninos y natación femenina. Además, se incluyeron importantes avances tecnológicos a la hora de cronometrar en las pruebas de atletismo. Las medallas se repartieron en su mayoría entre las delegaciones de Suecia y Estados Unidos. Los locales se impusieron en el medallero global con 65 medallas totales, mientras que los estadounidenses fueron los más exitosos en cuanto a medallas de oro, con 25. Antecedentes y elección. Tras acabar los Juegos Olímpicos de 1908 celebrados en Londres, Suecia mostró un gran interés en organizar la próxima edición. Había dos miembros suecos del Comité Olímpico Internacional —COI— en ese momento, Viktor Balck y Clarence von Rosen. Estos se lo propusieron a las autoridades suecas de atletismo y gimnasia con el fin de que aceptaran cualquier oferta de importancia. El 18 de abril de 1909, las asociaciones nacionales dieron su apoyo para la oferta de albergar los Juegos Olímpicos en Estocolmo, teniendo en cuenta que se podrían hacer importantes acuerdos financieros. Dicha oferta se presentó ante el rey Gustavo V el 6 de mayo de 1909 junto con los planes preliminares, en los que constaba que el presupuesto sería de aproximadamente unas 415 000 coronas suecas —equivalentes a 48 000 €—. El gobierno, secundado por el rey, aceptó organizar el evento. El 28 de mayo, el COI se reunió en Berlín en la que fue la décima sesión. Los representantes suecos manifestaron que tenían apoyo financiero para albergar los próximos Juegos en Estocolmo. Además, acordaron con el Comité Olímpico alemán que la próxima edición se llevaría a cabo en Berlín. Pierre de Coubertin habló en la reunión sobre sus temores de que se repitieran los problemas que tuvo Italia en la organización de los Juegos previos, los cuales fueron celebrados finalmente en Londres. Por ello, pidió a Suecia que intentase llevar a cabo la correcta disposición del evento. Además, expresó su deseo de que «los Juegos deberían conocerse únicamente por lo atlético; deberían ser más dignos, discretos e íntimos; tendrían que estar más en concordancia con los requisitos clásicos y artísticos; y, sobre todo, deberían ser más baratos». Finalmente, Estocolmo fue elegida como ciudad sede de los Juegos Olímpicos de 1912 ya que no hubo ninguna otra candidatura. Organización. El anuncio de que Suecia albergaría unos Juegos Olímpicos fue recibido con gran entusiasmo en el país europeo. El comité organizador hizo caso de las palabras pronunciadas por Coubertin y se propuso no repetir los fallos que se habían producido en las ediciones anteriores. Los miembros de dicho comité se nombraron en otoño de 1909: Balck fue elegido presidente y el rey Gustavo V, presidente honorífico. La primera reunión se llevó a cabo el 7 de octubre de ese mismo año, en la que delegaron la preparación de los eventos a los organismos gobernantes de Suecia. Sin embargo, la organización de las competiciones de tiro, pentatlón moderno y ascenso de montaña quedó en manos del COI, mientras que la de equitación fue organizada por el príncipe Carlos, que era el inspector de la caballería sueca. En total, había 187 miembros de estos comités. Se llegó a un acuerdo para que los participantes pudieran usar los trenes con un descuento en el precio de los billetes. Además, se comenzó a publicar un periódico dedicado exclusivamente a los Juegos, editado tanto en sueco como en inglés. Adicionalmente, se organizaron actividades —como conciertos— y se abrieron establecimientos —como restaurantes— para entretener al público mientras no estuviese atendiendo a ningún evento. Finlandia. Antti Virolainen 13/1/2017 16:22 En el momento de los Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912, Finlandia aún era un Gran Ducado de Rusia. Por lo tanto, no era un estado independiente. Sin embargo, dado que Finlandia había sido aceptada previamente como miembro del Comité Olímpico, se le permitió participar en los juegos con su propio equipo. En aquella época, Rusia no tomaba los deportes muy en serio, por lo que permitió a Finlandia participar con su propio equipo y marchar en la ceremonia inaugural bajo el símbolo de Finlandia.
Sin embargo, en el podio, los finlandeses tuvieron que mirar la bandera rusa y deberían haber permanecido en línea con el equipo imperial durante la marcha inaugural. – Sin embargo, Finlandia gastó una broma y quedó por detrás del equipo ruso, comenta Juha Kanerva, editor deportivo de Ilta-Sanomat. Según Kanerva, el equipo esperó mucho tiempo antes de presentarse en el estadio y, por lo tanto, separarse de Rusia. Fue una importante lucha espiritual por la independencia. Pero ¿ qué demonios era el escudo rojo y amarillo del león que Hannes Kolehmainen llevaba en la camiseta cuando le dio a Finlandia su primera medalla de oro olímpica en atletismo en los 10.000 metros? Y un segundo oro al día siguiente en los 5.000 metros y un tercero en carrera a campo traviesa.
El escudo del león rojo y blanco, inspirado en el emblema de la selección finlandesa, estaba cosido en el pecho de la camiseta nacional "Hannes el Sonriente". En aquel entonces, la bandera del león rojo y amarillo era el emblema nacional de Finlandia. Aún faltaban seis años para que naciera la bandera de la Cruz Azul (primavera de 1918). Con una en el pecho, Kolehmainen ganó su cuarta medalla de oro olímpica en el Maratón de Amberes de 1920. Los derechos especiales del equipo finlandés en el Santuario Olímpico de Estocolmo habían sido acordados con el país anfitrión, Suecia, y el Imperio ruso. El éxito de Finlandia en los Juegos de Estocolmo fue asombroso. El equipo ganó 9 medallas de oro, 8 de plata y 9 de bronce, lo que lo colocó en el cuarto puesto del medallero. En aquella época, participaban menos países en los Juegos y la competencia era muy modesta en muchos deportes. Con 164 atletas, Finlandia era uno de los equipos más numerosos de los Juegos, incluso más grande que, por ejemplo, el equipo ruso, afirma la corresponsal especial Kanerva.
Además de los atletas de pista y campo, los atletas finlandeses en los Juegos también incluyeron luchadores. En atletismo —en aquel entonces, el atletismo—, Finlandia ganó seis medallas de oro. Julius Saarinen, por ejemplo, dio el pistoletazo de salida a la hegemonía finlandesa en jabalina en Estocolmo al ganar el lanzamiento de jabalina con ambas manos. En la competición de mano más fuerte, se llevaría la plata. Los luchadores ganaron tres medallas de oro, y solo una eludió a las demás. Finlandia ganó menos medallas en vela, gimnasia por equipos y caza de ciervos. Cabe destacar el cuarto puesto conseguido por la selección finlandesa de fútbol . – Llegar a las semifinales del torneo olímpico de fútbol fue duro, admite Juha Kanerva. Finlandia sorprendió a Italia por 3-2 en el partido inaugural. Después, el sorteo se disolvió contra una débil Rusia (2-1 a favor de Finlandia), tras lo cual Inglaterra venció a Finlandia por 4-0 en la semifinal. En el partido por la medalla de bronce, Países Bajos goleó a Finlandia por 9-0. Quizás eso y la derrota en semifinales ante Inglaterra demuestren el verdadero nivel de Finlandia, dice Kanerva. ¿Finlandia apareció en el mapa mundial en Estocolmo, como dice el viejo refrán? – Pero el éxito olímpico de los años 1920 y 1930 fue más importante para la imagen de Finlandia, afirma Kanerva. Lea más sobre los acontecimientos más interesantes ocurridos en Finlandia en la década de 1910 en la revista aniversario de Ilta-Sanomat , 1910s, publicada la semana pasada. Nota. La participación de Finlandia fue posible gracias a la geografía deportiva de Coubertin. La participación olímpica de Finlandia se basó en el privilegio otorgado por el Comité Olímpico Internacional (COI) en 1907 a cinco naciones deportivas no independientes. Los criterios para este trato especial, defendidos por el presidente del COI, Pierre de Coubertin, incluían un alto nivel de cultura deportiva, una administración y legislación independientes, y la pertenencia a un solo estado. Además de Finlandia, se concedió la elegibilidad olímpica a Australasia (Australia y Nueva Zelanda), Bohemia, Sudáfrica y Canadá. Polonia y Cataluña, por otro lado, no pudieron participar. Los Juegos Olímpicos brindaron a Finlandia otra oportunidad para destacar su posición especial en el Imperio ruso. Finlandia participó como equipo nacional (separado de Rusia) en los Juegos de Londres de 1908 y ganó un total de cinco medallas. Verner Weckman, el luchador, fue el primer medallista de oro olímpico finlandés. A medida que se acercaban los Juegos Olímpicos de Estocolmo, tanto finlandeses como rusos reconocieron el valor que los Juegos tenían para la atención internacional. Rusia, que había reforzado su control sobre Finlandia, intentó impedir la participación del Gran Ducado como nación independiente. Suecia y el COI no cedieron a las exigencias rusas. Austria-Hungría también impuso condiciones para la participación de Bohemia. Finlandia y Bohemia pudieron participar, pero no con sus propias banderas. El acuerdo alcanzado por Suecia, Rusia y el COI evitó a los finlandeses el debate sobre qué bandera utilizar. El Gran Ducado de Finlandia no tenía bandera oficial. Para honrar las medallas ganadas por un finlandés, se izaron la bandera tricolor rusa y una bandera azul y blanca inmediatamente después de la competición. El rey Gustavo V entregó los premios solo el último día de los Juegos. Esto tuvo lugar sin la ceremonia de izamiento de la bandera. Provocación deliberada en la ceremonia de apertura. En la ceremonia inaugural de los Juegos de Estocolmo, el equipo finlandés llegó al estadio con la bandera azul y blanca del Club de Gimnasia Femenina de Helsinki en la mano, lo cual constituyó una provocación deliberada. La bandera fue retirada a petición del miembro finlandés del COI, RF von Willebrand, porque su uso infringía el acuerdo relativo a la ceremonia inaugural. Al salir del estadio, los finlandeses no portaban bandera. La indumentaria de competición del equipo lucía el escudo de armas del Gran Ducado, confeccionado por cada atleta siguiendo instrucciones del Comité Olímpico Finlandés. El Comité financió el viaje olímpico con donaciones de empresas y particulares, ya que el máximo representante del Imperio Ruso en Finlandia, el Gobernador General FA Seyn, denegó la participación en una lotería para recaudar fondos. Incluso sin su bandera, los atletas finlandeses continuaron con sus protestas en la ceremonia inaugural. Mientras completaban una vuelta al estadio para pasar frente al palco real, el equipo finlandés se detuvo momentáneamente para aumentar la distancia con respecto al equipo ruso. Los líderes del equipo finlandés, Ivar Wilskman y Gustaf “Gosta” Wasenius, ordenaron al grupo que diera pasos cortos, lo que permitió que Finlandia pasara el palco real casi 75 metros (246 pies) por detrás de los rusos.Con esta distancia, los finlandeses aparecieron como un país separado y fueron fotografiados como tal en el Informe Oficial de los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912. Cuando los finlandeses pasaban por la tribuna principal, la banda, inesperadamente y aparentemente espontáneamente, comenzó a interpretar “Hakkapeliittain Marssi”, una marcha militar compuesta durante la Guerra de los Treinta Años y asociada con la caballería sueca y finlandesa.El uso de una marcha de la época de la unificación sueco-finlandesa, en particular una con connotaciones militares, indignó a las autoridades rusas. Los trabajadores del estadio solo contribuyeron a exacerbar las tensiones, ya que un trabajador olímpico sueco dirigió al equipo ruso hacia la primera salida y envió a los finlandeses a la siguiente, lo que permitió al reino beligerante disfrutar de una marcha más larga alrededor del estadio en aislamiento, por la que recibieron otra ovación. Más allá de la multitud de miles de personas que aplaudían en Estocolmo, el incidente se extendió por todo el mundo y los periódicos finlandeses notaron con satisfacción que su equipo había sido bien recibido en Estocolmo.Inmediatamente después de la ceremonia inaugural, los organizadores suecos se apresuraron a disculparse con el gobierno ruso, pero el daño ya estaba hecho.Además de la rebelión de la ceremonia inaugural, los finlandeses eclipsaron a los rusos, ocupando el cuarto lugar entre los países con 26 medallas, mientras que su país de origen solo ganó cinco. El atleta y activista finlandés Lauri Pihkala atribuyó el éxito olímpico de 1912 al impulso decisivo del movimiento independentista finlandés. Agotado por las controversias diplomáticas creadas por las demandas imperiales, el COI revocó los estatus especiales de Finlandia y Bohemia en junio de 1914. Esto disgustó mucho a Coubertin, quien protestó porque los Juegos Olímpicos se estaban convirtiendo en un “asunto de Estado”. Coubertin escribió más tarde: “Si hubiera tenido la libertad de hacerlo, habría dado un lugar propio no sólo a Bohemia y Finlandia, sino también a Polonia e Irlanda”. En 1916 , los atletas finlandeses y bohemios solo podían participar si lo hacían como parte de sus respectivos imperios. Debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, los atletas no tuvieron que tomar esa decisión. En Amberes, en 1920, Finlandia participó como país recién independizado y los bohemios como ciudadanos de Checoslovaquia, la recién fundada nación, ahora República Checa. A primera vista, la Primera Guerra Mundial marca una línea divisoria entre la era de los imperios y los Juegos Olímpicos actuales. Sin embargo, la paradoja olímpica sigue vigente, tras haber sobrevivido más de un siglo desde los Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912. Las banderas que ondean en las sedes olímpicas siguen simbolizando años de normativa institucional y maniobras políticas. Los territorios estadounidenses, como Guam y Puerto Rico, compiten de forma independiente. esquemas de dopaje rusos llevaron a la prohibición actual del uso de la bandera o el himno ruso en los Juegos, mientras que los equipos unificados de Corea del Norte y Corea del Sur en Pyeongchang 2018 sirvieron como catalizador para reanudar las conversaciones de paz. Un editorial reciente del Taipei Times criticó las limitaciones impuestas a la representación de Taiwán en los Juegos Olímpicos (el país compite bajo el nombre de “Taipei Chino” con una bandera del COI). Las protestas políticas dentro del estadio también siguen siendo relevantes con la implementación de las nuevas reglas del COI en julio de 2021, que flexibilizan las restricciones a la libertad de expresión en los Juegos, pero prohíben las manifestaciones durante las ceremonias de apertura (como las realizadas por los finlandeses).La paradoja olímpica no murió en 1912; sigue vigente. Como escribió el poeta sueco Bertil Malmberg al concluir la Quinta Olimpiada :
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Los más de 500 sirvientes de los Reyes Católicos (nueve solo para dar de beber al monarca) El coste de la Casa del rey era de unos 10 millones de maravedís al año y el de la reina, de 25 millones, según relata el historiador Juan Uceda Requena en 'Eso no estaba en mi libro de los Reyes Católicos' |
Por Juan Uceda Requena 24/08/2025 - El reinado de los Reyes Católicos está plagado de grandes logros y es fácil encontrar información sobre las muchas y muy meritorias hazañas ocurridas en su tiempo. Pero como se puede suponer, entre hazaña y hazaña también hubo periodos tranquilos y cotidianos sobre los que, sin embargo, puede resultar algo más difícil encontrar detalles. Sabemos con certeza cómo protagonizaron Isabel y Fernando los eventos más brillantes de aquellos años, pero quizá nunca nos hemos preguntado cómo sería un día corriente de su rutina palaciega. Los Reyes Católicos eran el centro de un complejo entramado de cargos, oficios e instituciones que conformaban la corte y casa real. Si bien estos conceptos a menudo se utilizan como sinónimos, en realidad se referían a entornos diferentes, aunque fuertemente interconectados. La casa real era, en realidad, la suma de varias "casas" (la del rey, la de la reina, la del príncipe, la de los infantes, etc.) y en ella se encontraban quienes prestaban sus servicios en el ámbito privado de los miembros de la familia real, es decir, quienes les atendían en sus necesidades de ámbito doméstico (pajes, cocineros, criados, mozos, continos, guardias, etc.). La corte por su parte tenía un carácter más institucional y en ella se integraban los que prestaban un servicio relacionado con el gobierno o la administración (consejeros, embajadores, escribanos, procuradores, letrados, etc.). La distinción no siempre resultaba sencilla pues con frecuencia existían oficios cuyas funciones y competencias abarcaban ambos ámbitos o personas que ostentaban al mismo tiempo responsabilidades en ambas esferas.Se puede imaginar que los costes derivados de esta compleja organización no eran desde luego reducidos, muy al contrario, el gran número de servidores generaba unos gastos imponentes en forma de salarios. Los servidores de la corte cobraban por sus servicios en dinero o en especie mediante la entrega de comida, ropas y demás enseres además de recibir alojamiento. Estas retribuciones recibían el nombre de raciones y eran objeto de una minuciosa contabilidad por parte de los contadores reales para evitar malversaciones. Gracias a la conservación de esos documentos contables podemos conocer con gran detalle los diferentes oficios de la corte de los Reyes Católicos, el número y distribución de los sirvientes que la componían y sus costes. Dado que Fernando e Isabel disponían de servicios separados e independientes se puede comparar el dispendio de uno y otro siendo el coste de la Casa del rey de unos 10 millones de maravedís al año mientras que la de la reina que llegó a integrar a más de 500 personas, ascendía a no menos de 25 millones. Los traslados y los viajes. Lo primero que hay que destacar de la corte real de Fernando e Isabel es que no existía como tal o más bien, que no tenía una ubicación en concreto. Durante la Edad Media no era frecuente que los reyes de Castilla tuvieran una residencia fija, sino que se desplazaban con frecuencia a lo largo y ancho del reino de acuerdo con las necesidades de cada momento. En un tiempo en el que no existía nada remotamente parecido a una administración pública eficaz y coherente, la presencia del soberano resultaba necesaria para decidir y resolver sobre muchos asuntos de estado y encontrarse cerca de los lugares en los que hubiera asuntos de mayor gravedad era la mejor forma de solucionarlos. Las guerras o revueltas de súbditos; las negociaciones con villas y nobles; la planificación de infraestructuras o de obras públicas de calado y muchas otras cuestiones mantenían a los reyes en un estilo de vida nómada y, junto a ellos, a toda la nómina de consejeros, sirvientes, pajes, soldados, clérigos, escribanos y demás miembros de la Casa Real. Fernando e Isabel fueron especialmente viajeros y nunca rehusaron un desplazamiento si creían que su presencia ayudaría a alcanzar sus objetivos. Sus alojamientos predilectos fueron Medina del Campo, el monasterio de Guadalupe en Extremadura, las ciudades andaluzas de Córdoba y Sevilla o las castellanas de Segovia, Ávila y Toledo. Sin embargo, sus años de reinado les llevaron a prácticamente cada esquina de sus reinos. Los traslados de la familia real implicaban la puesta en marcha de una complejísima logística pues todas sus pertenencias, así como el resto de la corte debía acompañarles. Se movilizaban cientos de mulas, hacaneas y acémilas para transportar los muebles, tapices, alfombras, enseres, ropas, documentos de estado, armas, provisiones y un sinfín de bultos. Los carros eran usados para cargar los objetos más pesados mientras que los integrantes del séquito se desplazaban en mula o caballo (no había llegado a España la costumbre de viajar en carruaje ni siquiera para los reyes que también lo hacían a lomos de caballo). Por delante de la comitiva avanzaba el aposentador real con sus ayudantes. Estos tenían la función de encontrar un lugar apropiado para acomodar a los reyes y demás miembros de la comitiva para pasar la noche y acondicionarlo al gusto de estos. Alcázares, castillos y palacios de la nobleza eran paradas habituales para pasar la noche. También monasterios y conventos solían acoger a sus majestades, pero, en ocasiones, las inclemencias meteorológicas u otros muchos imprevistos del camino obligaban a refugiarse en lugares menos dignos como la casa de algún mercader o ciudadano acomodado cuando no en simples granjas o graneros. Aún en tales casos se lograba dotar a esos lugares de una apariencia razonablemente digna mediante una limpieza a fondo y una buena labor de maquillaje del lugar. Los suelos terrosos se cubrían con alfombras. Las paredes desgastadas con cuadros y tapices, las puertas desvencijadas se disimulaban con cortinajes, cada rincón se rociaba con esencias de azahar y otros aromas para perfumar las estancias. Cojines, lámparas, espejos, braseros y muebles elegantes se distribuían con acierto de modo que cuando llegaban los reyes disponían de un lugar acogedor para alojarse. El resto de la comitiva era alojada en las casas de los lugareños que, por derecho de regalía, tenían la obligación de permitir su estancia. A la mañana siguiente todo debía recogerse y empaquetarse de nuevo para continuar con el viaje. Los oficios de la corte. Comenzando por los oficios de mayor rango dentro del servicio de los reyes encontramos el prestigioso puesto de mayordomo mayor. Este era el puesto jerárquicamente más alto de todo el servicio y tenía autoridad y mando sobre cualquier otro miembro de la Casa Real. El puesto de mayordomo mayor era siempre ocupado por un noble de alto rango y su influencia en los asuntos de estado era inmensa dada la cercanía a los soberanos y la jefatura a todos los individuos de su entorno que esto le otorgaba. Ser nombrado mayordomo mayor era uno de los mayores honores que un noble podía recibir y con frecuencia el cargo se otorgaba para honrar y recompensar al noble en cuestión. Sus funciones eran esencialmente de supervisión y coordinación del resto del personal, debía asegurarse de que todos los puestos estuvieran bien cubiertos y que todo el mundo cumpliera su función con diligencia y eficacia. En la corte de los Reyes Católicos el cargo de mayordomo mayor fue ocupado durante muchos años por Gonzalo Chacón, quien ya había ostentado importantes cargos durante los reinados de Juan II y Enrique IV de Castilla. Entró al servicio de Isabel en 1468 y fue ocupando distintos oficios hasta hacerse con el de mayordomo mayor, que ocupó durante toda la vida de su señora. Isabel siempre sintió un gran afecto por Chacón quien, más que un sirviente, fue para ella una figura protectora: sin duda por ello se refería cariñosamente a él como "mi padre". Ser nombrado mayordomo mayor era uno de los mayores honores que un noble podía recibir. Otro oficio de enorme relevancia era el de camarero mayor, también reservado a nobles de alto rango. El camarero mayor era el jefe de la servidumbre directa del rey, es decir del grupo de criados, ayudas de cámara y ujieres que asistían directamente al soberano, quienes le vestían, lavaban y atendían en sus estancias privadas. El oficio de camarero mayor también era altamente codiciado, puede que incluso más que el de mayordomo mayor, pues era el cargo que otorgaba un contacto más directo y permanente con el rey y por ello, una mayor posibilidad de influir en él u obtener favores y mercedes de su mano. Aunque se encontraba jerárquicamente por debajo del mayordomo mayor, la autoridad del camarero mayor era total dentro de la cámara del rey (de ahí su nombre). La cámara real era, a su vez, el conjunto de estancias privadas del monarca lo que incluía su alcoba o dormitorio, su guardarropa y también su retrete. Con respecto a esta palabra, no se piense que el retrete era el lugar donde el rey hacía sus necesidades. La palabra retrete es una derivación de retirar o retirado, es decir, una habitación donde el rey podía retirarse cuando deseaba estar a solas y tranquilo. En la práctica sería algo así como una sala de estar en la que el monarca podría relajarse, leer, atender su correspondencia, comer, mantener reuniones privadas o simplemente holgazanear. En lo que se refiere a hacer las necesidades fisiológicas, no existía ninguna habitación destinada a tales fines, sino que se recurría a bacines u orinales cuando el cuerpo así lo requería. Esto nos lleva a otro oficio, el de mozo de bacín, encargado de que el rey siempre tuviera un orinal limpio a su disposición y de hacerse cargo de los sucios. El camarero mayor también ejercía su autoridad sobre un número muy diverso de servidores como los mozos de cámara o los reposteros de cama responsables del cuidado y limpieza de la cámara real, así como los servidores encargados del vestido e higiene del rey. En el caso de Isabel la Católica, el cargo de camarera mayor fue ejercido por Clara Álvarez de Alvarnáez quien, precisamente, era la esposa del mayordomo mayor Gonzalo Chacón. Esta extendía su autoridad sobre las damas encargadas de los muy diversos servicios que requería el cuidado de la reina Isabel. Conviene, por cierto destacar que Isabel, a pesar de la imagen de mujer austera, firme y determinada que nos ha llegado, era una persona extremadamente coqueta a la que encantaba vestir ropas lujosas y perfumarse con las fragancias más exclusivas. También prestaba la mayor atención a su higiene y cuidado de la piel, el cabello e incluso a la limpieza de sus dientes, algo poco común en la época. La fama de austeridad y moderación de Isabel estaba más que justificada pero no en lo que se refería a la ostentación de la grandeza y majestad de su posición. Lo mucho que se ahorraba en fiestas, banquetes y lujos innecesarios e improductivos no se correspondía con el gasto inmoderado de cuanto influyera en reforzar la solemnidad de la pareja real. Entre los sirvientes que mantenían un trato cercano con los reyes se encontraban también los hijos e hijas de los grandes nobles del reino a los que se acogía en la corte para que se formaran y convivieran con la familia real. Los muchachos comenzaban sirviendo como donceles y, con el paso de los años, se convertían en caballeros. Las niñas por su parte, se integraban en el séquito de compañía de la reina e infantas permaneciendo con el nombre de doncellas mientras fueran pequeñas, pasando después a ser damas cuando alcanzaban una edad casadera. Tras el matrimonio abandonaban la corte en la mayoría de los casos, aunque en algunos casos había mujeres casadas o viudas que seguían sirviendo en la corte y que eran conocidas como dueñas. La comida y los banquetes Otro importante grupo de servidores eran los que prestaban servicios relacionados con la comida. Los cocineros, reposteros y pinches se movían entre fogones y el veedor se encargaba de las provisiones, comprar los suministros necesarios procurando que fueran los de mayor calidad y asegurarse de que la despensa contara siempre con todo lo necesario. El veedor tenía a su servicio a varios despenseros menores encargados de adquirir las viandas y asegurar su correcta conservación. El traslado de la comida desde las cocinas hasta el comedor resultaba muy ceremonial y más parecido a una procesión en la que los criados que transportaban los platos y copas eran escoltados por los maceros reales, vestidos con sus vistosas libreas. En el comedor, por su parte, las cosas eran todavía más formales y protocolarias. Los reyes, nobles y demás invitados eran servidos por numerosos pajes y coperos que tenían atribuidas funciones muy concretas como servir los platos, trinchar la carne, llenar las copas, ofrecer cacillos de agua para limpiar las manos, sujetar las servilletas y muchas otras atribuciones de las que no podían salirse pues la etiqueta cortesana era muy estricta. Llevar a cabo una función que le correspondiera a otro sirviente se consideraba como una ofensa de lo más grave ya que estas atribuciones se consideraban un gran honor y que fueran usurpadas por otro resultaba casi imperdonable. Sirva como ejemplo el riguroso ceremonial que se ponía en marcha cada vez que el rey deseaba beber de su copa. Esta no se encontraba en la mesa a su alcance sino en un aparador situado tras él. Con un gesto el rey señalaba que deseaba beber y entonces un caballero cogía la copa y, escoltado por dos maceros, por el maestresala y por otro caballero que portaba otra copa para hacer la salva (la cata de la bebida previa a que bebiera el rey), la acercaba a la mesa. Una vez allí entregaba la copa al copero que, tras hacer la salva, se la acercaba al escanciador para que la llenara, solo entonces se le ofrecía al rey, que bebía de ella mientras un sirviente sostenía la sobrecopa y otro, rodilla en tierra, sostenía una servilleta bajo la barbilla del rey. Acabado el trago devolvía la copa al copero, este se la daba al caballero quien, con la misma escolta, la volvía a situar en el aparador a la espera de que el monarca volviera a tener sed. La gran cantidad de servidores de mesa y el complejo protocolo y coordinación de todos ellos era responsabilidad del maestresala, antecedente de los actuales mâitres de los restaurantes. El maestresala era responsable del correcto comportamiento del resto de los servidores de mesa, de la adecuada distribución de los platos y alimentos, de la limpieza y la comodidad de la sala donde se comía y de la ubicación de los comensales conforme a las reglas de precedencia que a cada uno correspondía. El cargo de maestresala era importante y prestigioso por lo que estaba reservado a personas de alcurnia y de gran confianza para los reyes. De ellos se esperaba que fueran "hombre de buena casta e que se presuma de él toda la limpieza e lealtad e que ame la vida de su señor e que sea pulido". Otro oficio de gran importancia y no poco riesgo era el de catador, un sirviente encargado de probar todo alimento que fuera a ingerir el monarca a fin de asegurarse de que no estuviera envenenado. Todo esto por supuesto solo ocurría en las grandes ocasiones en las que se celebraban banquetes con la mayor pompa y solemnidad, cosa que no era lo habitual. Las comidas cotidianas las realizaban Fernando e Isabel en sus estancias privadas con pocos acompañantes (aunque rara vez comían solos) y sin sujetarse a un protocolo tan incómodo. En estas comidas sencillas, el menú solía limitarse a un plato líquido (sopas, guisos, potajes) y un plato principal de pescado o carne. En tales ocasiones, la comida era amenizada por lecturas que se hacían en voz alta o por música interpretada para los presentes. Un banquete de la corte requería la intervención de numerosos sirvientes y un estricto protocolo. Pese a que los banquetes medievales son a veces representados como reuniones ruidosas y caóticas en las que se comía con las manos y se bebía sin control, eso no es en absoluto cierto. Se comía con las manos, sí, pero no por ello reinaba la suciedad y el salvajismo. Los cubiertos no se empezaron a generalizar hasta un par de siglos después salvo la imprescindible cuchara cuando se debían comer alimentos líquidos. El tenedor fue un instrumento de aparición tardía y reservado tan solo a las más altas personalidades. Los comensales no disponían tampoco de cuchillos ya que la comida era cortada por unos sirvientes, los trinchantes, que se aseguraban de que la carne llegara a la mesa ya cortada en porciones que pudieran comerse de un bocado. La higiene era importante y valorada en la mesa y los pajes ofrecían aguamaniles en los que los invitados podían lavarse las manos antes y después de cada plato. También se hacía uso de las servilletas que llevaban los pajes colgadas en el brazo (mientras que el maestresala la llevaba sobre su hombro izquierdo como seña de identidad de su cargo) y que ofrecían a quien las necesitase. De los sirvientes de mesa se esperaba asimismo que desempeñaran su función con pulcritud, con las manos limpias y las uñas cortadas, sin usar sombrero, pero con el pelo sin despeinar. Existían también códigos de conducta y buena educación que debían respetarse en la mesa con reglas como no beber mientras se tuviera comida en la boca ni beber inclinando la cabeza "con los ojos puestos en el techo", tampoco se debían limpiar las manos en los ropajes ni manteles sino emplear las servilletas. No se debía coger la comida con la mano entera sino tan solo porciones que pudieran sostenerse empleando tres dedos y, por supuesto, se debía guardar la moderación y no comer ni beber más de lo necesario para no perder la compostura ni comprometer la salud. Se consideraba asimismo de mal gusto sorber las bebidas o ser demasiado ruidoso al masticar y también soplar la comida para enfriarla. El código de buena educación que debía respetarse en la mesa incluía no beber inclinando la cabeza "con los ojos puestos en el techo" En cuanto a los manjares que podían encontrarse en tales ocasiones, la gastronomía de los reinos de España era similar a la de otras cortes europeas en las que predominaba la carne de caza y de ganado como elemento central. Sin embargo, existía en España una mayor variedad de platos como consecuencia de las influencias más diversas que se dieron en estos territorios. La tradición culinaria romana y visigoda se mezclaba con platos e ingredientes de la cultura árabe y judía dando mayor color y diversidad a los banquetes. En cuanto a los platos predilectos de Fernando e Isabel, existen numerosas fuentes que aseguran que ninguno de ellos fue amigo de las grandes comilonas ni los platos elaborados, sino que eran extremadamente frugales en el comer y el beber. No obstante, cuando la ocasión lo merecía, sentían predilección por algunas especialidades como el manjar blanco, un plato generalmente dulce consistente en una base de leche de cabra o nata espesada con harina de arroz y condimentada con azúcar, limón, canela y almendras. A ello se le añadía queso rallado, caldo de ave y trozos de gallina además de algo llamado agua rosada que no está claro de qué se trataba (tal vez vino tinto muy aguado). En el caso de Isabel sabemos también que tenía gran afición por las perdices, el carnero, el repollo, el tocino y las salsas de sabor intenso y especiado, especialmente una llamada mirrauste, elaborada con aves asadas, almendras tostadas, azúcar y gran cantidad de canela. En cuanto a los platos que rehuía, no acostumbraba a comer huevos ni frutas y tenía como su principal manía el ajo, al que aborrecía con todas sus fuerzas. Por lo que se refiere a Fernando, todos los testimonios que se refieren a sus gustos culinarios destacan la gran mesura que guardaba en el comer y el beber señalando que le agradaban los platos más simples y que los consumía con gran moderación. Sin embargo, parece que sí debía ser un hombre bastante goloso y amigo de los dulces a juzgar por los registros que muestran la gran cantidad de estos que se hacían llegar a la corte desde Valencia por orden del Católico. |
El planeta de los monos. |
La Planète des Singes es una novela de 1963 de Pierre Boulle y la base de las películas, series de televisión, cómics, etc. de El planeta de los simios , que se han publicado durante más de cincuenta años. La primera edición fue publicada por Éditions Julliard en París, Francia, antes de la traducción al inglés (por Xan Fielding ) como El planeta de los simios (EE. UU., 1963) y Monkey Planet (Reino Unido, 1964), y más tarde a otros idiomas. Descripción Un joven periodista, junto con un físico y un profesor, viajan por el espacio cuando aterrizan en un planeta misterioso donde encuentran humanos desnudos, primitivos y animalescos, que son cazados, sometidos a experimentos y oprimidos por simios y monos humanoides evolucionados. Todos tienen destinos diferentes: el físico muere durante la cacería, el profesor retoma su comportamiento primitivo y el periodista es retenido en un laboratorio. Descubre que cada especie de primate está dividida en clases: los chimpancés son intelectuales y ciudadanos amables y pacíficos; los orangutanes son los científicos y los políticos; los gorilas son violentos y representan a los trabajadores, cazadores y autoridades; y los monos son ciudadanos y trabajadores. Sinopsis Los principales eventos del libro se ubican en una historia marco, en la que Jinn y Phyllis , una pareja en un crucero de placer en una nave espacial, encuentran un mensaje en una botella flotando en el espacio. El mensaje dentro de la botella era el testimonio de un hombre, Ulysse Mérou , que había escrito su historia con la esperanza de que alguien más, en algún lugar, la encontrara. Ulysse comenzó explicando que era amigo del profesor Antelle , un científico genio en la Tierra en el año 2500 , que perfeccionó un nuevo cohete de aceleración que podía viajar casi a la velocidad de la luz. Ulysse, el profesor, y un físico llamado Arthur Levain volaron en esta nave para explorar el espacio exterior, con la esperanza de hacer contacto con alguna civilización alienígena inteligente. Viajaron al sistema estelar más cercano que el profesor teorizó que podría ser capaz de albergar vida: el sol rojo Betelgeuse, a unos 300 años luz de distancia. Sin embargo, debido a la dilatación del tiempo, el viaje les pareció a los viajeros que solo duraría dos años. Llegaron al lejano sistema solar y descubrieron que contenía un planeta similar a la Tierra, al que llamaron « Soror » (del latín «hermana»), «por su parecido con nuestra Tierra». Aterrizaron en el planeta y descubrieron que podían respirar el aire, beber el agua y alimentarse de la vegetación local. Pronto se encontraron con otros seres humanos, aunque estos se comportaban de forma tan primitiva como los chimpancés y destrozaron la ropa de los tres astronautas cuando una hembra humana mató a su chimpancé, Héctor . Fueron capturados por los humanos primitivos y permanecieron con ellos durante unas horas. Antelle y Levain estudiaron a los primitivos con ojo crítico: Levain, un misántropo, no esperaba mucho del hombre y no se sorprendió por las acciones de los salvajes humanos. Para él, el hombre siempre había sido un salvaje primitivo, y nada en la historia de la humanidad había demostrado lo contrario; Antelle adoptó un enfoque más científico: estudió sus sencillas costumbres y percibió que el hombre había involucionado hacia la primitividad, dejando su vasta civilización en ruinas. Pero el Profesor creía que podían ser reeducados. Al final de este tiempo, se sorprendieron al ver una partida de caza en el bosque, compuesta por gorilas , orangutanes y chimpancés que usaban armas y máquinas. Los simios vestían ropa humana idéntica a la de la Tierra del siglo XX, excepto que usaban guantes en lugar de zapatos en sus pies prensiles. La partida de caza disparó a varios humanos por diversión, incluyendo a Levain, y capturó a otros, incluyendo a Ulysse. Ulysse fue llevado a la ciudad de los simios , que parecía exactamente igual a una ciudad humana de la Tierra del siglo XX, excepto que existían algunos muebles más pequeños para el uso de los chimpancés. Mientras que la mayoría de los humanos capturados por la partida de caza fueron vendidos para trabajos manuales, el protagonista fue enviado a un centro de investigación. Allí, los simios realizaron experimentos en los humanos similares a los experimentos de condicionamiento de Pavlov en perros, y Ulysse demostró su inteligencia al no ser condicionado y al hablar y dibujar figuras geométricas. Ulysse fue adoptado por una de las investigadoras, Zira , una chimpancé hembra, quien comenzó a enseñarle el idioma de los simios: Zira naturalmente no entendía francés (siendo su lengua materna en la Tierra), pero Merou podía dar a conocer sus significados mediante lenguaje de señas. Gradualmente, aprendió a hablar el idioma simio, y Zira aprendió algunas frases en francés. Aprendió de ella todo sobre el planeta simio. Ella quedó encantada con sus modales y le presentó a Cornélius , un respetado joven científico miembro de la Academia de Ciencias y su prometido. Finalmente, lo liberaron de su jaula, le dieron un apartamento en una ciudad no muy diferente de París y, con la ayuda de Cornélius, se le permitió hablar ante el presidente simio y numerosos representantes, y le dieron ropa especialmente a medida. Su discurso ante el presidente y el Congreso Científico fue transmitido en vivo por todas las estaciones de televisión. Recorrió la ciudad y aprendió sobre la civilización e historia de los simios. Los simios tenían una sociedad muy antigua, pero sus orígenes se perdieron en el tiempo. Su tecnología y cultura habían progresado lentamente a través de los siglos porque cada generación, en su mayor parte, con lo que se reconoció como un comportamiento típicamente simio, imitaba a las del pasado. La sociedad estaba dividida entre los violentos gorilas , los pedantes y conservadores orangutanes y los intelectuales chimpancés . Aunque Zira y Cornélius, los chimpancés protectores de Ulises, estaban convencidos de su inteligencia, los principales científicos orangutanes de la sociedad creían que fingía comprender el lenguaje, ya que su filosofía no admitía la posibilidad de seres humanos inteligentes. Ulises se enamoró de una humana primitiva, Nova, a quien había conocido en el bosque al principio de su visita al planeta. Al principio, los simios reaccionaron ante Merou con risa y asco; pero poco a poco, lo aceptaron como un igual. Se convirtió en la comidilla del pueblo, el éxito de todas las fiestas y la celebridad que todos querían conocer. Merou se adaptó a esta vida de fama y tomó a Nova como su esposa de hecho. La embarazó, demostrando así que pertenecía a la misma especie que los humanos primitivos, lo que degradó su prestigio ante muchos simios. Sin embargo, su burla se convirtió en miedo con un descubrimiento en una excavación arqueológica lejana y un análisis de la memoria heredada en algunos cerebros humanos, revelado durante una neurocirugía para hacer hablar a los humanos primitivos. Se descubrió evidencia que completó la historia faltante de los simios. En un pasado remoto, el planeta estaba gobernado por seres humanos que construyeron una sociedad tecnológica y esclavizaron a los simios para realizar sus labores manuales. Con el tiempo, los humanos se volvieron cada vez más dependientes de los simios, hasta que finalmente se volvieron tan perezosos y degenerados que fueron derrocados por sus simios simios y cayeron en el estado primitivo en el que los encontró nuestro protagonista. Aunque algunos simios rechazaron esta evidencia, otros —en particular, el viejo científico orangután , Zaïus— la interpretaron como una señal de que los humanos representaban una amenaza y debían ser exterminados. Ulysse se enteró y escapó del planeta con su esposa y su hijo recién nacido, Sirius, regresando a la Tierra en la nave espacial del profesor. De nuevo, el viaje duró varios siglos, pero solo unos pocos años para el protagonista. Tres años y medio después, Merou y su familia regresaron a la Tierra, más de 700 años después de su partida, y aterrizaron a las afueras de París. Sin embargo, una vez fuera de la nave, descubrió que, durante los siglos de su ausencia, los simios habían alcanzado el poder y el hombre había desevolucionado a animales primitivos: la Tierra estaba ahora gobernada por simios inteligentes, igual que el planeta del que había huido, al ser recibidos por un gorila con uniforme militar. Inmediatamente abandonó la Tierra en su nave, escribió su historia, la guardó en una botella y la lanzó al espacio para que alguien la encontrara (aquí terminaba su historia en el manuscrito). Es en este punto de la historia que descubrimos que Jinn y Phyllis, la pareja que encontró la botella, son chimpancés . Jinn y Phyllis descartan la historia de Ulises, argumentando que un humano no tendría la inteligencia para escribirla. Personajes principales Ulysse Mérou : Periodista que participó en la expedición a Betelgeuse. El héroe de la novela. Escapa con éxito gracias a la ayuda de Zira y su prometido Cornélius. Profesor Antelle : Líder de la expedición. Pierde la inteligencia tras su primer contacto con los simios . Arthur Levain : Físico y asistente del profesor Antelle. Murió durante una redada organizada para capturar humanos . Zira : Una chimpancé hembra que salva a Ulysse Mérou. Trabaja en el laboratorio de Zaïus. Presidente : El líder gorila de Ciudad Simio. Mi Zaïus : El orangután jefe del Instituto de Investigación, que no cree que el hombre pueda tener alma o espíritu; desprecia a Ulises y quiere exterminarlo. Cornélius : Un chimpancé , un gran erudito y prometido de Zira. Nova : Una hermosa y primitiva mujer del planeta Soror, que es compañera y tiene un hijo con Ulysse Mérou. Sirius : El hijo híbrido de Ulysse y Nova. Jinn y Phyllis : Una pareja que, mientras viaja por el espacio, descubre el manuscrito de Mérou. Zoram y Zanam : Dos gorilas amigablesasignados para proteger a Mérou. Hélius : El genio chimpancé director de los estudios de investigación encefálica del Instituto, que realizó operaciones en cerebros humanos. Héctor : Un chimpancé primitivoque fue llevado con los astronautas en su nave espacial y fue estrangulado hasta la muerte por Nova tan pronto como abandonó la nave. Anna : Una científica humana de la antigua Soror . Fue la primera en darse cuenta de que los simios se estaban volviendo mucho más inteligentes que los humanos. Georges : Un chimpancé sujeto de pruebas de la antigua Soror , uno de los primeros simios en darles la vuelta a la tortilla a sus amos humanos. Haristas : Un líder religioso orangután de la antigua Soror , fundó la creencia de que sólo los simios tienen alma y que Soror era el centro del universo. |
TIME Magazine Table of Contents -- U.S. Edition ... Books: The Monkeys' Pa (Books). 8 de noviembre de 1963 Los escritores solían divertirse con la simplista idea de que si 50 monos se encerraban en una habitación con 50 máquinas de escribir, acabarían escribiendo Guerra y Paz. Pero nada permanece simple. Actualizando la concepción para la era espacial, el novelista francés Pierre Boulle ha creado un libro en el que chimpancés, orangutanes y gorilas se apoderan de toda la civilización y la dirigen tan bien como ahora, quizás mejor. Si no es Guerra y Paz, bueno, Boulle, al fin y al cabo, es solo un humano. Su héroe, un Gulliver a reacción llamado Ulysse Mérou, aterriza su nave espacial en un planeta distante del sistema Betelgeuse en el año terrestre 2502 y se encuentra con una réplica perfecta de la sociedad terrestre trastocada. Hombres y mujeres corren desnudos por la naturaleza, perseguidos por simios con trajes de ensueño. Algunos son abatidos por deporte, otros capturados para estudios científicos. Son enviados a órbitas espaciales de prueba, confinados en zoológicos o utilizados en experimentos médicos porque, después de todo, son fisiológicamente muy similares a los simios. De hecho, los científicos especializados en simios creen que los simios evolucionaron simultáneamente con el hombre. Especulan que su triunfo final se debió a que tenían cuatro manos en lugar de dos y, por lo tanto, utilizaban herramientas con mayor eficacia. Prehensile Tale. El relato de Boulle se aferra prensilmente a este chiste peculiar, pero le añade casi tantos giros satíricos como Swift a los caballunos Houyhnhnms. Atrapado en una cacería, el terrícola capturado observa cómo elegantes gorilas con finos tweeds emiten pequeños gritos de admiración por la bolsa de humanos desnudos a los que sus maridos han disparado. Los supervivientes son encerrados en jaulas en el laboratorio local, y Mérou descubre que sus torpes compañeros de celda tardan semanas en aprender a salivar cuando el cuidador toca un silbato a la hora de comer y nunca aprenden el truco de apilar cajas unos sobre otros para obtener la sabrosa recompensa ofrecida por los científicos simios. Mérou, sin embargo, deja perplejos a los expertos con su rapidez y los desconcierta al aprender el idioma simio, algo que ningún humano ha hecho antes. Jaula Conyugal. Cuando los simios quieren estudiar los hábitos de apareamiento de los humanos, Mérou termina compartiendo celda con Nova, un plato exquisito que se parece a Brigitte Bardot, pero que preocupa a Mérou porque sus ojos no muestran indicios de inteligencia humana. Al principio, Mérou se niega a actuar conyugalmente para los simios. Pero cuando Nova es colocada en la celda de enfrente con otro fornido macho humano, se encuentra arañando los barrotes como un animal. Los simios, tranquilizados por este regreso a la conducta "humana", le devuelven a Nova. "Debo admitir", relata Mérou con una sonrisa burlona, "que me adapté con notable facilidad a las condiciones de vida en mi jaula". En todo esto, ¿se trata el autor de una simple broma? No del todo. Resulta que los seres humanos del planeta Betelgeuse fueron en su día dominantes y tan desarrollados como el hombre en la Tierra en el siglo XX. La raza dominante de los simios no evolucionó más rápido que los hombres, sino que los superó cuando estos se volvieron perezosos, aturdidos por la sensación de que la vida carece de sentido. El significado de la alegre parábola de Boulle no es una advertencia burlona, sino una observación: la dignidad humana es a la vez precaria y preciosa; con demasiada frecuencia se basa en el orgullo por logros que pueden ser igualados por ingeniosas imitaciones de lo ya hecho. Como la Reina Roja, el hombre occidental debe seguir corriendo si quiere conservar su lugar como señor de la creación. |
la élite de deporte mundial
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