Caricaturas de Barrister (Abogados) en revista inglesa Vanity Fair

lunes, 24 de febrero de 2020

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CAMILA DEL CARMEN GONZÁLEZ HUENCHUÑIR


El Arte de la lectura es una técnica y actividad filológica y humanística arraigada en el origen clásico de la grammatiké griega y, subsiguientemente, de la Retórica latina, alcanzando a adquirir disposición de disciplina autónoma en el siglo XIX, sobre todo en su especialización de "lectura en voz alta". Esto tanto en los ámbitos académico y pedagógico como social y artístico.

Relación con otras disciplinas.

El Arte de la lectura se encuentra íntimamente vinculado no sólo con la Filología en general, y la Gramática, la Retórica clásica y la Ciencia de la literatura en particular, sino también con la Declamación, las Artes escénicas o el Teatro y, por otra parte, la Pedagogía y la Didáctica.

CAMILA DEL CARMEN GONZÁLEZ HUENCHUÑIR


La Lectura en voz alta y sus características.

Leer en voz alta no tiene la mejor de las reputaciones. Muchos la ven como una actividad de la niñez, o algo que sólo se hace con niños, como por ejemplo, leerles una historia antes de que se vayan a dormir. La realidad es que la lectura en voz alta tiene mucho valor desde el punto de vista educativo, cultural, físico, emocional y mental. Las últimas investigaciones sobre esta actividad sugieren que tiene significativos beneficios cognitivos, aún para lectores experimentados.


CAMILA DEL CARMEN GONZÁLEZ HUENCHUÑIR



características de la lectura en voz alta

Leer en voz alta no es una tarea fácil. El sujeto que lee exitosamente de esta manera necesita realizar la comprensión del texto previamente al inicio de la actividad, pero también la toma de conciencia de esta comprensión.
La palabra hablada es muy poderosa. Transmite mucho más que lo que está contenido dentro de una página de un texto. El nivel del compromiso con lo leído se profundiza cuando se realiza en voz alta, potencia las palabras, incrementa la apreciación de cada frase y su contexto. Cada palabra tiene una intencionalidad y un sentido que las personas reciben de manera diferente cuando son leídas en voz alta. La efectividad del discurso se dispara. La palabra hablada no sólo enfoca al oyente en quien está leyendo, sino que también pone el enfoque en lo que está leyendo.

Existen 3 modalidades de este tipo de lectura:

La dramatizada ocurre cuando más de una persona participa, por ejemplo, en la escuela varios alumnos ocupan los lugares del narrador y de los protagonistas de una narración.
La comunicativa ocurre cuando una persona lee un texto que los que están oyéndolo no tienen disponible. Esto permite que los oyentes trabajen su capacidad de escuchar lo leído.
La evaluativa ocurre cuando una persona lee en voz alta para ser evaluado por sus competencias lectoras. La entonación, la velocidad, la fonética se ven analizadas para encontrar los aspectos a mejorar.

Leemos en voz alta por varios motivos:

  1. Para mejorar el nivel de la lectura comprensiva.
  2. Para mejorar las habilidades de adquisición de vocabulario.
  3. Para entender mejor la organización de la información que presenta un texto.
  4. Para mejorar las habilidades del habla: la fonética, entonar correctamente, conocer los ritmos y las pausas.
  5. Para generar un pensamiento crítico e iniciar debates.
  6. Para rever aspectos relacionados con la gramática.
  7. Para promover el placer por la lectura, y el compartir historias y momentos.




CAMILA DEL CARMEN GONZÁLEZ HUENCHUÑIR


beneficios de la lectura en voz alta.

Leer en voz alta provee a las personas de muchos beneficios relacionados con lo educativo, cultural, físico, emocional y mental. Algunos de ellos son:
Mejora las habilidades de lectura y de escucha: permite que la persona que realiza la acción de leer en voz alta tenga conciencia de lo que lee, escucha, de poder identificar la estructura de las oraciones y de la gramática. Logra que la persona pueda interpretar de manera más eficaz lo que está siendo dicho. El nivel de lectura será más eficiente y rico. Podrá expandir sus horizontes literarios y experimentar con las diferentes formas en que se puede interpretar la palabra escrita, para trasladarlas a través de la expresión oral a los demás.
Agudiza el nivel de concentración: cuando una persona lee en voz alta encuentra que es mucho más sencillo concentrarse ya que enfoca su energía en la tarea y evita la tentación de las distracciones. El nivel de concentración requerido por la lectura en voz alta es tan elevado que es probable que la persona no tome conciencia que se encuentra reforzando sus habilidades verbales y mentales.

Robert Burton

Ejercita el cuerpo: aunque no lo creas, leer en voz alta implica mover gran parte de tus músculos. Para llegar a la entonación correcta e intentar dejar en claros ciertos puntos de lo que se quiere transmitir, la persona que lee debe mover su cuerpo completo a través de sus manos, brazos, gestos faciales, movimientos del aparato fonador, piernas, etc. Un ejemplo claro es un docente realizando una lectura en voz alta para niños, donde debe poner caras, crear diferentes voces para cada personaje de la narración, moverse, etc.
Desafía el uso de la entonación: lograr una conexión con los oyentes es una de las claves de leer en voz alta. La entonación se convierte en una herramienta imprescindible para lograrla. Una entonación lenta y/o aburrida no permitirá que la audiencia se enfoque en lo leído. Este desafío implica que el lector debe explorar y descubrir las bondades del rango de la entonación. Grabándose mientras habla para evaluar el tono, la velocidad, el ritmo, cuando se frena y por qué, cuando sube o baja, etc. es una de las maneras de mejorar la técnica de la lectura en voz alta.
Incrementa el vocabulario: leer en voz alta ayuda a la persona que lo hace a familiarizarse con palabras que le eran desconocidas. Permite encontrar capas de significado y sentido mucho más profundas que cuando lee en silencio. Inevitablemente, a través del proceso de comprensión, esto tendrá como consecuencia que pasen a formar parte del vocabulario de esa persona.
Mejora la comprensión lectora: las personas aprenden de diferentes maneras, pero leyendo en voz alta existen una mayor chance de internalizar las palabras. Quien lee de esta manera debe hacer un trabajo previo de comprensión del texto para poder transmitir de manera correcta su sentido. También permite una mejora en el nivel de comprensión del que está escuchando. Recordemos que una buena lectura en voz alta permite que el mensaje llegue de manera efectiva, ejercitando el oyente sus capacidades cognitivas.
CAMILA DEL CARMEN GONZÁLEZ HUENCHUÑIR


consejos para mejorar la lectura en voz alta
Estrategias a tomar en cuenta para leer en voz alta de manera exitosa:

Control de la lectura: evitar tensionarse, mantener el enfoque en la tarea, practicar la pronunciación de las palabras complicadas.
Conocer el objetivo de la lectura: saber la intención por la que se lee y qué se lee es muy importante ya que permitirá al lector ajustarse a las características del texto. No es lo mismo leer en voz alta un periódico, que un libro de autoayuda, que un diccionario, etc.)
Preparar el texto con anticipación: encontrar la velocidad, el ritmo, la pronunciación y la entonación que requiere el texto en cuestión. Vocalizar los sonidos de cada palabras para evitar confusiones y errores.
Aprender a leer fuerte: toda la audiencia tiene que poder escuchar al lector. En caso de ser necesario debe gritar para lograr que todos participen.
No leer de manera apurada: mantener el mismo ritmo a la hora de leer es muy importante para no perder a la audiencia. Cuanto más se apure el lector menos se entenderá lo que lee.
Respetar las pausas del texto: hay que seguir los signos de puntuación para una correcta transmisión de lo leído.
Mantener el contacto visual con la audiencia: durante la lectura el lector debe levantar la vista del papel, y mirar a las personas que están escuchando. De esta manera percibirán una conexión con el lector y no perderán interés en lo que están escuchando.





En qué momento dejamos de leer en voz alta (y los enormes beneficios que tiene hacerlo a viva voz)

Durante gran parte de nuestra historia, leer fue una actividad bastante ruidosa.
En antiguas tablillas de arcilla escritas en Irak y Siria hace unos 4.000 años, las palabras utilizadas comúnmente para "leer" significaban, literalmente "gritar" o "escuchar".
"Te estoy enviando un mensaje muy urgente", dice una carta de esta época. "Escucha esta tablilla. En caso de ser apropiado, haz que la escuche el rey".
Solo ocasionalmente se mencionaba una técnica diferente: la de "mirar" la tablilla (es decir, leerla en silencio). Hoy, leer en silencio es la norma. La mayoría de nosotros repetimos las palabras en nuestra cabeza como si estuviésemos confinados en una biblioteca. Leer en voz alta suele estar reservado para las historias que les leemos por la noche a los niños, para que se duerman, o para una performance. Sin embargo, un número creciente de investigaciones señala que hay cosas que estamos desaprovechando al leer en silencio.

Comportamiento intuitivo

El antiguo arte de leer en voz alta tiene numerosos beneficios para los adultos: desde ayudar a mejorar la memoria hasta entender textos complejos, así como también fortalecer los vínculos emocionales entre la gente. Y lejos de ser una actividad rara u olvidada, todavía es muy común en la vida moderna. Muchos de nosotros lo hacemos intuitivamente  para entender la palabra escrita, solo que no estamos conscientes de ello.
Colin MacLeod, psicólogo de la Universidad de Waterloo, en Canadá, investigó extensamente el impacto de leer en voz alta en la memoria. Cómo funciona la prelectura (y otras técnicas para ayudarte a ser mejor lector) Él y sus colaboradores demostraron que la gente recuerda mejor textos y palabras cuando las leen en voz alta que si lo hacen en silencio. Este efecto en la memoria es particularmente fuerte en niños, pero también se produce en la gente mayor.
"Es beneficioso para todos los rangos de edad", dice MacLeod.
El investigador llamó a este fenómeno "efecto de producción". Este efecto fue replicado en numerosos estudios hechos a lo largo de más de una década.
En un estudio en Australia, se les dio a un grupo de niños de entre 7 y 10 años una lista de palabras y se les pidió que leyeran algunas en voz alta y otras en silencio. Luego, reconocieron el 87% de las palabras que leyeron en voz alta, en comparación con un 70% de las que leyeron en silencio.
En otro estudio, se le dio la misma tarea a un grupo de adultos de entre 67 y 88 años de edad. Lograron recordar 27% de las leídas en voz alta, y solo un 10% de las otras. Cuando se les preguntó cuáles reconocían, identificaron correctamente al 80% de las leídas en voz alta, y solo un 60% de las otras.
MacLeod y su equipo descubrieron que el efecto puede durar hasta una semana después. Incluso pronunciar las palabras en silencio facilita el recordarlas, aunque un poco menos.

Participación activa.

Investigadores de la Universidad Ariel, en Israel, descubrieron que el efecto de mejorar la memoria funciona incluso aunque los lectores tengan dificultades del habla, y no puedan articular completamente las palabras que leen en voz alta.
MacLeod dice que una razón por la cual la gente recuerda las palabras habladas es que "se destacan, se distinguen, porque fueron dichas en alto, y eso brinda una base adicional para la memoria".
Por lo general, somos mejores a la hora de recordar eventos distintivos, inusuales, y que también requieren una participación activa. Por ejemplo, generar una palabra en respuesta a una pregunta la hace más memorable, un fenómeno que se conoce como "efecto de generación". De forma similar, si alguien te ayuda con una clave "un niño pequeño, duerme en una cuna, empieza con b", y respondes bebé, te acordarás más fácilmente que si sencillamente lo lees, dice MacLeod.
Otra forma de recordar palabras es ayudarse con los gestos, como por ejemplo rebotar una pelota (o imaginarse esta acción), mientras decimos "rebotar la pelota". Esto se conoce en inglés como el "enactment effect" (o efecto de interpretación de la palabra).
Ambos efectos están directamente relacionados con el de producción: le permiten a nuestra memoria asociar la palabras con un evento distintivo y por ello hace que sea más fácil recordarla más tarde. El efecto de producción es más fuerte si nosotros mismos leemos en voz alta. Pero escuchar a otra persona leyendo también puede tener beneficios para la memoria.

La voz ajena

En un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Perugia, en Italia, un grupo de estudiantes le leyó extractos de novelas a un grupo de personas mayores con demencia a lo largo de 60 sesiones.
Los participantes se desempeñaron mejor en pruebas de memoria después de las sesiones, posiblemente porque las historias los conectaron con sus propios recuerdos, estimularon su imaginación y los ayudaron a ordenar experiencias pasadas en secuencias.
"Parece ser que escuchar activamente una historia conduce a una forma más intensa y profunda de procesar la información", concluyen los investigadores.
Leer en voz alta puede también hacer que ciertos problemas de memoria sean más obvios, y puede ayudar a detectarlos más temprano.

¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando leemos?

En un estudio, se vio que gente con alzheimer temprano tendía a cometer cierto tipo de errores con más frecuencia al leer en voz alta.

Sin darnos cuenta

Hay evidencia de que muchos de nosotros tenemos conciencia (de manera intuitiva) de los beneficios de leer en voz alta, y empleamos esta técnica más de lo que nos damos cuenta.
Sam Duncan, investigador del University College de Londres, realizó un estudio con más de 500 personas para investigar cómo y cuándo leían en voz alta. Con frecuencia, los participantes empezaban diciendo que no lo hacían, y luego se daban cuenta de que, de hecho, sí lo hacían. La lectura en voz alta por parte de los adultos es muy común, dice la investigadora. 
"No es algo que solo hacemos de niños o algo que ocurrió en el pasado".
Algunos dijeron que leían en voz alta emails o mensajes graciosos para entretener a otras personas. Otros leían en voz alta plegarias y rezos por razones espirituales.
Escritores y traductores dijeron leer sus borradores en voz alta para escuchar el ritmo y la fluidez de un texto.
La gente también dijo leer en voz alta para entender recetas, contratos y textos densos.
"Algunos notan que los ayuda a entender textos difíciles, ya sea académicos, legales o manuales de instrucciones al estilo de Ikea", señala Duncan.
"Quizás tenga que ver con decir y escuchar (el texto) más lentamente".
A muchos otros, leer en voz alta les brindó satisfacción, comodidad y un sentido de pertenencia.
Algunos dijeron leer para amigos enfermos o que se estaban muriendo, como "una forma de escaparnos juntos", explica Duncan.
Una mujer recordó que su madre le leía poemas, y le hablaba en galés. Y cuando su madre falleció, ella empezó a leer poesía galesa a plena voz para recrear esos momentos que habían compartido.

"Hubo participantes que hablaron de cómo cuando alguien te lee en voz alta, sientes como si te regalaran su tiempo, su atención, su voz", añade la investigadora.
"Vemos esto cuando se les lee a los niños, el sentido de cercanía y de crear lazos, pero creo que no hablamos tanto de eso cuando se trata de adultos".

Cambio.

Si leer voz alta tiene tantos beneficios, ¿por qué los seres humanos pasaron a leer en silencio?
Una clave puede estar en las antiguas tablillas de arcilla del Cercano Oriente, escritas por escribas profesionales en cuneiforme.
Con el tiempo, los escribas desarrollaron una forma aún más eficiente y rápida de escribir en este tipo de escritura.
Esta forma veloz de escribir tuvo una ventaja crucial, según Karenleigh Overmann, arqueóloga cognitiva de la Universidad de Bergen, Noruega, que estudia cómo escribir afectó al cerebro y al comportamiento humano en el pasado.
"Le sigue mucho mejor el ritmo a la velocidad del pensamiento", explica.
Leer en voz alta, por otra parte, es algo relativamente lento debido a la necesidad de un paso extra que tiene lugar para producir el sonido.

"La capacidad de leer en silencio, aunque limitada a escribas altamente competentes, habría tenido claras ventajas, especialmente la velocidad", dice Overmann.
"Leer en voz alta es un comportamiento que ralentiza tu capacidad de leer rápido".
En su libro sobre alfabetización antigua, "Lectura y escritura en Babilonia", el asiriólogo francés Dominique Charpin cita una carta de un escriba llamado Hulalum que menciona la lectura en silencio a toda prisa.
Aparentemente, Hulalum pasaba de "ver" (leer en silencio) a "decir/escuchar" (leer en voz alta), dependiendo de la situación.
En su carta, escribe que abrió un sobre de arcilla (las tablillas mesopotámicas venían dentro de una especie de envoltorio de arcilla para evitar que otros las leyeran) pensando que contenía una tablilla para el rey.
"Vi que estaba escrita para (otra persona) y entonces no se la hice escuchar al rey", escribió Hulalum.
Quizás, los antiguos escribas, como hoy nosotros, tenían dos modalidades de lectura a su disposición: una rápida, conveniente, silenciosa y personal, y otra más lenta, más ruidosa y, a veces, más memorable.
En un momento en que nuestras interacciones con los demás y el aluvión de información que recibimos se han vuelto demasiado transitorios, quizás valga la pena dedicar un poco más de tiempo a leer en voz alta.



Tiempo 

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